Título: Nuestro momento predestinado
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, violencia
Capítulos: 30 (24 de 30)
Resumen: El gobierno dice que Spencer Reid es el Alma Gemela de Aaron Hotchner, y Aaron siempre ha confiado en el sistema, pero ese chico flacucho con pinta de ayudante de profesor universitario y claros problemas de personalidad no puede ser su Alma Gemela. No le queda otro remedio que casarse con él, pero eso no significa que tenga que aceptarlo como su pareja.
Nota: Atención, esta es una historia dura que involucra a niños que han sido violados y torturados. Estos hechos no se describen en sí, pero sí se habla posteriormente de ellos y también se incluye la muerte de menores.
Capítulo 24
Cuando despertó, Spencer se sentía a
gusto y más descansado de lo que había estado en semanas. Había un
intenso y agradable calor envolviéndolo y su cerebro tardó un
momento en percatarse de que no estaba solo en la cama. No se asustó
porque este calor se sentía familiar. Abrió los ojos y con la luz
de la mañana que se filtraba entre las persianas vio el rostro de
Aaron frente a él, aún dormido. Su corazón latió con fuerza y
sintió algo que podía asemejarse a la felicidad. No pensó en el
dolor del pasado, en el abandono ni en las marcas en su brazo, solo
pensó en lo agradable que era despertar junto a tu Alma Gemela.
No quiso romper el momento porque no
había necesidad de levantarse todavía así que se acomodó en el
abrazo del musculoso cuerpo que yacía a su lado. Entonces lo sintió,
algo duro contra su cadera. Se movió involuntariamente, presionando
contra ello y Aaron gruñó. Spencer se quedó congelado. No debería
sorprenderse tanto, él también estaba algo duro en sus pantalones.
—Spence...—murmuró Aaron,
entreabriendo los ojos.
Estrechó el abrazo a su alrededor,
hundiendo el rostro en su cuello y presionando aún más su erección
contra él. Spencer estuvo a punto de gritar sorprendido, pero se
mordió el labio y se contuvo. Estaba seguro de que Aaron aún estaba
medio dormido. Sintió sus labios en su mejilla y en su mandíbula y
en la comisura de sus labios... y Spencer soltó un suspiro
tembloroso con su corazón latiendo a mil. Y ahí estaba, su primer
beso. Los labios secos y aliento matutino, pero la mejor sensación
que había experimentado nunca.
Lo que empezó con sus labios rozándose
fue intensificándose. Aaron acariciaba sus labios con la lengua
mientras movía lentamente sus caderas, restregándose contra él.
Spencer no tardó en permitirle entrar en su boca, sin darse cuenta
de que ahora estaba tumbado boca arriba, con el amplio y caliente
cuerpo cubriéndole y atrapándole por completo. Cuando sus lenguas
se tocaron, Aaron gruñó en el fondo de su garganta y sus caderas
presionaron contra el joven. Spencer no pudo evitar mover también
sus caderas, de forma torpe e inexperta y gimió cuando sus
respectivas erecciones presionaron la una contra la otra a través de
las capas de tela. Eso solo animó más a Aaron, que comenzó un
movimiento constante de sus caderas presionando contra él mientras
le penetraba la boca con su lengua.
Spencer no pudo resistirlo. Se sentía
tan bien, tan caliente, tan intenso. Su cuerpo se estaba derritiendo,
el calor aumentando y extendiéndose por cada fibra. Necesitaba
quitarse la ropa, tocar. Quería más... aunque no necesitó más.
Con un largo y profundo gemido ahogado en la boca de Aaron, se corrió
en sus pantalones con el orgasmo más intenso de lo que había
experimentado hasta la fecha. Aaron soltó su boca, dejándole
jadeando y le miró realmente despierto por primera vez.
—Oh joder. Ah- S-Spencer, l-lo
siento...—le soltó rápidamente y se incorporó sobre sus
rodillas.
—¿Huh?—Spencer aún estaba
aturdido, sintiendo los remanentes de su orgasmo, y no entendía qué
decía.
—Dios mío, soy horrible. He soñado
tanto con esto que pensé que estaba... Spencer, lo siento, de verdad
yo...—parecía que estaba a punto de entrar en pánico, sin poder
creer lo que había hecho.
—Aaron... acabo de tener un orgasmo
así que no voy a discutir ahora mismo, pero si hubiera querido
habría gritado y tú habrías parado y Ethan se habría presentado
aquí en menos de un segundo. No grité. Deberías tomarlo como
consentimiento—cuánto le costaba pensar en ese momento. Solo
quería de vuelta la calidez y solidez del cuerpo de Aaron sobre él.
—Ah... ah... yo...—aún debía de
estar medio dormido porque no era capaz de asimilar la situación. Spencer estaba debajo de él, con el pelo más revuelto de lo
habitual, los labios rojos e hinchados y una expresión somnolienta y
satisfecha. La camiseta levantada dejando al descubierto su vientre y
una mancha oscura en la parte frontal de sus pantalones. Sintió
palpitar su entrepierna. Aún estaba duro, él no se había corrido,
pero no estaba muy seguro de qué hacer al respecto.
—Admito que no esperaba que nuestro
primer beso fuera así, pero ha sido bastante... agradable. Ahora
deberías encargarte de eso—indicó con la mano vagamente hacia su
entrepierna—, parece doloroso—Spencer estaba tan relajado que ni
siquiera era capaz de avergonzarse en ese momento.
—Vo-voy al...—bajó de la cama y
salió a toda prisa de la habitación, metiéndose en el baño.
No podía creer lo que había hecho.
Prácticamente había forzado a Spencer y, además, en la situación
tan vulnerable en la que se encontraba. ¡Ni siquiera se habían
besado antes de eso! Y desde luego no había planeado hacerlo de ese
modo. Había soñado tantas veces ya con hacerle el amor, que había
pensado que no era más que otra de sus fantasías y se había dejado
llevar como solía hacer en ellas. Era el único momento en el que
podía tocar a Spencer sin necesidad de controlarse. Y ahora
realmente había metido la pata hasta el fondo. En realidad eso era
quedarse corto, podía considerarse abuso sexual y si Spencer le
permitía acercarse de nuevo a él sería un milagro.
Al final no necesitó aliviarse, estaba
tan angustiado que con una ducha fría fue más que suficiente. Salió
del baño y entró en la cocina, donde Ethan estaba preparando ya el
desayuno.
—Creo que he violado a Spencer—le
soltó sin más y el hombre se le quedó mirando boquiabierto.
—Espera aquí.
Apartó la sartén con una tortita del
fuego y salió de la cocina. Se asomó a la habitación y encontró a
Spencer tumbado bocabajo cubierto con la manta. Parecía estar
durmiendo tranquilamente.
—Spencer, ¿Aaron te ha violado?
—Hmm...—se estiró y volvió a
ajustar la manta alrededor de sus hombros—. Me besó medio dormido,
se restregó contra mí como un perro, eyaculé en mis pantalones y
entró en pánico. Ahora déjame dormir.
Ethan vio a los pies de la cama unos
pantalones con unos calzoncillos. Spencer probablemente estaba
desnudo de cintura para abajo bajo las sábanas. Desde luego no
parecía la víctima de una violación. Regresó a la cocina y se
encontró a Aaron en el mismo lugar en el que lo había dejado, con
una terrible expresión de culpabilidad en el rostro.
—Parece que Spencer no cree que le
hayas violado—le dijo mientras volvía con las tortitas.
—Ni siquiera era consciente de lo que
hacía, le forcé—le miró confuso, esperando escuchar gritos
furiosos.
—Spencer no opina lo mismo. Al
parecer él consintió. Si crees que ha habido una violación, no
creo que él sea la víctima—respondió tranquilamente.
Aaron se dejó caer sobre una de las
sillas, viéndose aún más confuso que antes.
—Ni siquiera nos habíamos besado
antes.
—Ya, ya, no es como tú lo planeaste.
Una cena romántica, un beso en la entrada cuando le acompañaras a
casa, que te invitara a subir, etcétera, etcétera. Las cosas no
siempre llegan como las planeamos. ¿Y realmente importa? Ha sido
natural, espontáneo y justamente así es como tiene que ser con
Spencer. No le dejes tiempo para pensar, le da demasiadas vueltas a
las cosas. Fuérzale a guiarse por sus instintos. Si realmente no lo
hubiera querido, te lo habría hecho saber.
—¿Tenías esto planeado?—le
preguntó con una de sus penetrantes miradas que Ethan ignoró tan
fácilmente como solía hacer David.
—Algunas personas necesitan un
pequeño empujón; vosotros necesitáis que os golpee un camión.
Ahora llévale el café o no habrá manera de despertarle.
¡Vamos!—estuvo a punto de golpearle con la espátula al ver su
vacilación.
Aaron al fin se levantó y preparó una
taza de café como a Spencer le gustaba. Dudó un momento antes de
entrar en la habitación, pero, en cuanto Spencer olió el café, se
dio la vuelta en medio de la cama y extendió los brazos hacia él
con expresión somnolienta. Aaron se sentó en el borde y le ofreció
la taza de café. Spencer se incorporó y se sentó contra el
cabecero, tomando la taza y dando un largo sorbo. Perfecto.
—Joder, Spencer—Aaron le dio la
espalda cubriéndose los ojos con una mano.
—¿Hm?—le miró confuso un momento
y entonces se miró a sí mismo. Había olvidado que estaba desnudo
de cintura para abajo y ahora las sábanas solo le cubrían hasta
poco más de la mitad de los muslos. Por lo menos la camiseta era lo
bastante larga para ocultar (parcialmente) sus partes, pero aun así
había demasiada piel al descubierto. Con su rostro sonrojándose,
tiró de las sábanas y las envolvió alrededor de su cintura casi
como un nido—. Ya está, pervertido.
—Yo no soy el pervertido. ¿Qué
haces sin... nada?—fue algo cauteloso antes de volver a mirar, pero
más por respeto que por no querer ver.
—Alguien me hizo mojarme los
calzoncillos como si fuera un adolescente—el rubor se extendía por
sus orejas y su cuello.
—Lo siento, yo... am...
—Si te disculpas otra vez realmente
pensaré que lamentas haberlo hecho—quizás en realidad no quería
hacer algo así con él, tal vez ni siquiera estaba pensando en él
mientras lo hacía, después de todo, sabía que no tenía ningún
interés sexual por los hombres.
—Spencer... estás en un momento muy
vulnerable, siento que me estoy aprovechando de ti—le dijo con
expresión llena de preocupación.
—Entiendo. No estoy de acuerdo, pero
lo entiendo—eso en realidad no respondía a su duda, pero no iba a
presionar más, puede que Aaron fuera demasiado amable para decírselo
a la cara y quizás él no estuviera preparado para la respuesta.
—Ethan está haciendo tortitas.
Vístete y ven a desayunar—definitivamente era idiota. Después de
haber mejorado tanto, el aire entre Spencer y él estaba de nuevo
tenso.
Unos minutos después, Spencer entró
en la cocina arrastrando los pies y se sentó pesadamente en una
silla, dando un sorbo a la taza de café que le estaba esperando
—¿Qué pasa, Spencer? Esa no es la
cara de alguien que acaba de tener una sesión de sexo matutino—le
preguntó Ethan, colocando un plato de tortitas frente a él.
—Hm—respondió secamente
encogiéndose de hombros.
Ethan le miró con el ceño fruncido,
después miró a Aaron con la misma expresión molesta y suspiró.
—Vais a darme más trabajo del que
esperaba—murmuró y dejó los botes de sirope y caramelo frente a
Spencer para que bañara sus tortitas.
—Por cierto, sé que es costumbre no
preguntar, pero estoy harto de eso así que lo haré igualmente, ¿qué
hay de tu Alma Gemela?—le preguntó Aaron.
—Aún no la conozco, hasta el año
que viene no cumplirá los veinte—respondió sentándose a la mesa
con ellos con otro plato de tortitas.
—También tendréis una buena
diferencia de edad.
—No tanto como vosotros, pero sí.
—¿Qué harás si no es lo que
esperas?—quizás debería dejar de preguntar, era un tema delicado
y Spencer no apartaba la vista de sus tortitas como si guardaran los
secretos del universo, pero realmente sentía curiosidad.
—Por suerte, no espero nada. No soy
de los que opinan que hay que llegar virgen al matrimonio—comentó
mirando de reojo a Spencer—, así que he tenido relaciones con
ambos sexos y con gente muy distinta, aunque nunca he querido tener
una relación seria, y he tenido relaciones muy diferentes con
personas muy parecidas. Intentaré que funcione sea como sea la
persona y si tras intentarlo no pudiéramos tener una relación sana,
entonces seguramente buscaría una separación de mutuo acuerdo. No
voy a vivir en una relación perjudicial solo porque a la gente le
parezca lo normal.
Spencer asentía con la cabeza. Era
evidente que habían hablado largo y tendido del tema entre ellos.
—No empieces a pensar por lo que digo
que tu relación con Spencer puede no ser sana—le dijo al ver la
pensativa mirada que le dirigía al joven—. Si Spencer está
levantado ahora es gracias a ti, no se estaría recuperando tan
rápido de un golpe tan fuerte de no ser por ti.
—Hm- ¡Ah!—Aaron se sobresaltó
cuando sintió una patada por debajo de la mesa—. Me has golpeado a
mí.
—Quería golpearte a
ti—respondió Spencer—. Sé lo que estás pensando, «tampoco
estaría en esta situación de no ser por mi culpa». Pues en primer
lugar, tú no eres responsable de todo lo que hizo ese hombre y, en
segundo lugar, tampoco eres responsable de lo que yo hiciera. Tomé
malas decisiones y confié en la gente equivocada. Si hubiera acudido
a Ethan desde el principio, nada de esto estaría pasando. Yo ya he
asumido eso, asúmelo tú.
—¡Bien dicho!—ahora era Ethan el
que asentía, dándole una fuerte palmada en la espalda al joven que
le sacudió en su silla—. Parece que las cosas van quedando claras.
Limpiad vosotros, yo voy a comprar comida y, sí, ya, dulces—añadió
cuando Spencer abrió la boca para hablar.
jajajaja, amo a Ethan
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