Título: La primera Navidad con Steter
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, slash
Clasificación: TP Advertencias: ninguna
Capítulos: 1 (1 de ?)
Resumen: 3 de diciembre: nieve, chocolate caliente y cocinando galletas.
Estas serán pequeñas historias basadas en una lista que hizo alguien por tumblr con diferentes temas para cada día para una especie de calendario de adviento con fics de Steter. He juntado los tres primeros días en esta pequeña historia y no prometo que vaya a publicar todos los días ni cuántos haré.
3 de diciembre - nieve, chocolate caliente y cocinando galletas
Cuando
Stiles despertó, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Se cubrió
la cabeza con la manta, frotando su nariz fría con una mano, y se
acurrucó contra la estufa viviente que tenía a su espalda, un brazo
estrechándose automáticamente alrededor de su cintura. Su cerebro
comenzó a ganar conciencia y en algún momento se preguntó cómo
podía hacer tanto frío. Era tres de diciembre ya, pero estaban en
California, incluso en invierno la temperatura mínima no bajaba de
los diez grados y la casa nunca se enfriaba tanto. Bajó la manta
hasta descubrir sus ojos y vio por la ventana una luz más blanca de
lo habitual y cuando enfocó la vista se dio cuenta de que estaba
nevando. Estaba nevando en Beacon Hills a tres de diciembre.
—¡La
Navidad está aquí!—gritó, saltando de la cama.
Hubo
un gruñido entre las sábanas, pero Stiles no le prestó atención.
Miró por la ventana y vio el jardín cubierto con una capa decente
de nieve. Saltando entusiasmado, se puso unos pantalones de chándal
por encima del pijama, un jersey y una chaqueta.
—¿Qué
haces? Vuelve a la cama—gruñó el lobo, acurrucándose entre las
mantas.
—¡Está
nevando!—respondió Stiles y salió de la habitación.
—Estoy
casado con un niño—murmuró el lobo.
Stiles
bajó las escaleras y se puso los zapatos en la entrada antes de
atravesar la casa hasta la puerta trasera. Miró la nieve que se
acumulaba en su jardín, totalmente inmaculada, sin una sola huella.
Tan tentadora.
No
duró mucho tiempo.
En
pocos minutos la nieve estaba cubierta de huellas y había un par de
minimuñecos de nieve (porque no había tanta como para uno grande),
uno de ellos con orejas y cola y otro con el logo de Batman en el
pecho.
—Entra
a casa, Stiles, ya tienes los labios azules y la nariz roja. ¿Por
qué has hecho un muñeco de nieve gato?—preguntó el lobo, mirando
con el ceño fruncido los dos muñecos junto a la entrada.
—No
es un gato, eres tú. Y este soy yo—respondió, señalando a la
otra figura.
—Le
falta la camisa a cuadros para ser tú. Ahora entra a calentarte, no
pienso cuidar de ti si te resfrías.
—Mentiroso,
claro que cuidarás de mí y encima te encantará poder hacerlo.
Stiles
se abrazó a su lobo, enterrando el rostro en su cuello y las manos
bajo sus axilas (apenas podía sentir los dedos de lo fríos que
estaban). Peter siseó entre dientes ante el frío contacto y un
gruñido vibró en su pecho.
—Pequeño
bastardo—masculló.
—¡Caliéntame!—exigió
el chico.
—Oh,
voy a calentarte, si me dejas escoger el método—respondió con una
sonrisa lupina.
Stiles
gritó cuando un azote cayó sobre su trasero.
—¡Pervertido!—no
pudo evitar ruborizarse y fue efectivo para calentar al menos su
rostro. Salió algo reticente de los brazos de su esposo y entró en
la casa—. Guarda eso para la noche, ahora quiero desayuno y después
quiero ir a ver la ciudad cubierta de blancOh! ¡Dios mío! ¿Has
hecho chocolate? ¿Y estás preparando galletas?—preguntó mirando
sorprendido la encimera de la cocina—. Vale, ¿qué has hecho esta
vez? Por favor, dime que no has empezado de nuevo con los asesinatos
en serie—no quería tener que empezar a planear formas de ocultar
los cadáveres.
—No
he hecho nada, muchas gracias por tu confianza—sirvió dos tazas de
chocolate y las colocó en la mesa junto a un plato de pan tostado.
Ambos se sentaron a la mesa, uno frente al otro con sus piernas
entrelazadas debajo—. Estas serán nuestras primeras navidades
juntos y estaba pensando que podríamos empezar a crear nuestras
propias tradiciones. No pensaba comenzar tan pronto, pero ya has
declarado que es Navidad.
—Oh~
Te estás ablandando tanto—se burló, pero había una expresión
cariñosa en su rostro.
—No
se lo cuentes a nadie—gruñó el lobo sin poder ocultar una
sonrisa. Era cierto, se estaba ablandando desde que estaba con
Stiles, pero no podía importarle menos.
Stiles
dio un sorbo a su chocolate, gimiendo ante el delicioso sabor. El
chocolate que hacía Peter era el mejor y aún no había conseguido
que le diera su receta, pero no importaba siempre y cuando estuviera
ahí para preparárselo él.
—Así
que chocolate y galletas, me parece una buena tradición.
—Las
estoy preparando saludables para llevar unas cuantas a tu padre,
podríamos pasar por la comisaría antes de ir a comprar... bueno, lo
que quieras para la casa—sugirió con tono desinteresado, como si
tan solo estuviera dándole el capricho a él, pero Stiles conocía
demasiado bien a su lobo como para dejarse engañar.
El
chico tomó la mano de Peter sobre la mesa, su pulgar acariciando el
sencillo anillo de oro blanco en su dedo anular.
—Estoy
deseando pasar todas las navidades que me quedan a tu lado—le dijo
con una tierna sonrisa.
Peter
levantó su mano y besó suavemente el dorso, acariciándolo con su
nariz.
—No
tienes otra opción, no voy a dejarte escapar—respondió con una
expresión igual de cariñosa que la de su esposo.
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