Título: Nuestro momento predestinado
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, violencia
Capítulos: 30 (17 de 30)
Resumen: El gobierno dice que Spencer Reid es el Alma Gemela de Aaron Hotchner, y Aaron siempre ha confiado en el sistema, pero ese chico flacucho con pinta de ayudante de profesor universitario y claros problemas de personalidad no puede ser su Alma Gemela. No le queda otro remedio que casarse con él, pero eso no significa que tenga que aceptarlo como su pareja.
Nota: Atención, esta es una historia dura que involucra a niños que han sido violados y torturados. Estos hechos no se describen en sí, pero sí se habla posteriormente de ellos y también se incluye la muerte de menores.
Capítulo 17
Mahone llegó frente al edificio
abandonado a medio construir. Era por la tarde y comenzaba a
oscurecer. Hacía fresco y se ajustó el abrigo al salir del coche.
Pasó por la valla rota que rodeaba la construcción, se detuvo en la
entrada del edificio y esperó. A los pocos minutos, del edificio
salió un hombre de unos treinta años, trajeado con el pelo
engominado hacia atrás y aspecto absolutamente de hombre de negocios
o comercial.
—¿RedClown?—preguntó el hombre
extendiendo la mano.
Mahone estrechó su mano y asintió con
la cabeza, ese era el apodo que el doctor Reid había escogido para
él.
—¿GiverXrist?
—El mismo. ¿Tienes el dinero?
Mahone sacó un fajo de billetes del
bolsillo interior de su chaqueta y se lo mostró.
—Primero quiero verle.
GiverXrist sonrió y le indicó con la
cabeza que le siguiera. Entraron en el edificio de cemento y ladrillo
desnudo, solo con las paredes principales construidas. Subieron un
par de plantas y Mahone vio de inmediato al niño, tumbado en un
colchón en una de las esquinas, inmóvil. Mantuvo su fachada porque
GiverXrist le estaba observando de reojo, pero por dentro quería
correr hacia el pequeño y comprobar que estaba vivo.
—Ahí lo tienes—le dijo,
extendiendo la mano.
—¿Está siquiera vivo?—preguntó,
sacando el fajo de billetes.
—Está vivo, un poco usado, pero
vivo—GiverXrist cogió el dinero y lo contó rápidamente—. Dos
horas, puedes hacerle lo que quieras menos romper huesos o matarlo.
No te excedas demasiado, tiene más clientes después.
Mahone se acercó al colchón desnudo y
lleno de manchas de todo tipo, con un lubricante medio vacío a su
lado y una caja de condones abierta.
—Deberías usar los condones. Lo
limpio antes de tirarlo, pero si queda algún resto tuyo dentro será
cosa tuya si te pilla la poli—le dijo GiverXrist como si estuviera
hablando de unos calzoncillos usados.
Tragando el asco que sintió ante esas
palabras, se arrodilló junto al pequeño desnudo, golpeado y
sangrando y acarició su rostro como si lo estuviera admirando,
aunque en realidad estaba comprobando su pulso. Estaba frío, pero
eso era por el aire fresco. Aún seguía vivo, con el pulso muy débil
y apenas consciente, pero vivo.
—¿No tienes a otro? Este apenas abre
los ojos—comentó, intentando sonar despreocupado.
—Cuanto menos usados están, más
caros son. Ahora mismo no tengo ninguno más, pero en menos de una
semana puedo conseguirte otro a tu gusto y por un extra más podrás
estrenarlo.
Eso era lo que Mahone y el resto de
agentes que se estaban acercando al edificio en silencio querían
oír, que no había más niños secuestrados en ese momento. Se
levantó y se acercó tranquilamente a GiverXrist.
—Eso suena bien—y antes de que
GiverXrist pudiera reaccionar, le dio un puñetazo en el estómago y
le tiró al suelo, sujetándole un brazo a la espalda mientras
presionaba su cabeza contra el pavimento con la otra mano—.
GiverXrist o cualquiera que sea tu nombre, quedas detenido por
secuestro, retención ilegal, abuso y tráfico de menores y todos los
cargos que se nos puedan ocurrir—le informó casi escupiendo las
palabras en su rostro por el asco que sentía por ese tipo—. Sujeto
asegurado, podéis entrar—dijo en voz alta para las personas que
escuchaban por su auricular.
Segundos después un equipo de asalto
entró asegurando todas las plantas del edificio y se llevaron al
detenido. Mahone se acercó al colchón, pero, bajo órdenes
estrictas de Reid, no volvió a tocar al pequeño.
—Reid, tu turno—le dijo por el
auricular. Quería arrodillarse y tomarlo en sus brazos y acunarlo,
pero seguiría las órdenes del doctor.
Tan pronto como el equipo de asalto le
dio vía libre (y se llevaron más de un grito para darse prisa),
Reid subió corriendo las escaleras seguido de los paramédicos. Pasó
junto a Mahone sin tan siquiera mirarle y se arrodilló junto al
pequeño. Apenas reaccionaba cuando intentaron comprobar su estado de
consciencia y tan solo le dio palabras de ánimo y consuelo
acariciando sus cabellos mientras los paramédicos lo preparaban para
bajarlo a la ambulancia. Mahone bajó tras ellos y les vio subir en
la ambulancia, incluido Reid. Hotch estaba allí, también
observando, pero ni siquiera intentó acercarse a su compañero.
—¿Quiere que le lleve a la
comisaría?—le preguntó el agente del FBI.
—¿Podría llevarme al hospital? He
visto realmente mal al niño, quiero comprobar cómo está.
—Claro, iba allí de todos modos.
Cuando llegaron al hospital, Reid
estaba en una habitación vacía hablando con los padres, seguramente
preparándoles para lo que iban a enfrentar mientras los médicos
examinaban al pequeño. Esperaron fuera, apartados a un lado para no
molestar.
—¿Podría hacerme un favor,
detective?—preguntó Hotch. Mahone le miró de reojo y asintió con
la cabeza—. Pasado mañana tendré que regresar a Washington por la
tarde, volver a mi trabajo. Solo estoy aquí de apoyo mientras mi
equipo está de permiso, pero Reid se quedará unos días más hasta
que esté seguro de que los niños se encuentran bien y que tienen
toda la ayuda que puedan necesitar.
—¿Me pide que cuide de él? Aunque
tenga aspecto de crío a mí me parece un adulto.
—Cuando está centrado en el
bienestar de los niños, a veces se olvida de sí mismo. En estos
casos suele vivir a base de barritas de cereales que le obliga a
comer su ayudante y café, además apenas duerme, alguna siesta muy
de vez en cuando si los niños también están dormidos. Solo
asegúrese de tiene al menos una comida decente al día, llévele
aunque sea a la cafetería del hospital y que coma algo más que un
sándwich e insístale en que duerma. Oh, y chocolate, dice que
proporciona energía, aunque creo que es solo un goloso.
A Mahone no se le escapó la sonrisa en
el rostro del agente.
—De acuerdo, no hay problema.
El pequeño llegó en la cama a la
habitación seguido del médico. Estaba sedado y los padres se
echaron a llorar en cuanto lo vieron y fue aún peor mientras el
médico les explicaba todo lo que habían encontrado. Reid permaneció
un rato más con ellos mientras se calmaban y finalmente salió de la
habitación, dejándolos junto a la cama de su hijo.
—¿Cómo está?—preguntó Mahone.
—Físicamente muy golpeado. Tardará
un tiempo en recuperarse, pero lo hará. Me preocupa más su estado
psicológico, al igual que el de los otros niños—respondió con
voz cansada, sufriendo ahora por la tensión del caso.
—¿Vas a llevártelos a
Washington?—preguntó Hotch.
—No, no será necesario. Tienen un
buen apoyo familiar aquí y les encontraré un psicólogo adecuado
que los trate. Aunque sí permaneceré unos días con ellos para
asegurarme de que todo está bien. Tú tienes que regresar, ¿no?
—Pasado mañana, puedo quedarme aquí
hasta entonces.
—No voy a salir de este hospital, así
que...
—Hay una cafetería abajo, en algún
momento tendrás que comer y pienso asegurarme de que lo hagas.
Spencer sonrió aunque apenas alcanzó
sus ojos.
—Detective.
—Con Alex es suficiente.
—Alex—repitió Reid asintiendo—,
muchas gracias por tu trabajo, lo hiciste perfectamente, justo lo que
había planeado.
—Muchas gracias, aunque no fue fácil
contenerme cuando vi a ese tipo.
—Pero lo hiciste. Tus compañeros no
habrían sido capaces y no habríamos sabido si había otros niños
por ahí. Me gustaría volver a hablar contigo antes de marcharme.
¿Podrías darme un número para contactarte?
—Esta es mi tarjeta—le dijo Alex
sacándola de su cartera—, pero de todos modos voy a pasarme por
aquí de vez en cuando para interesarme por el estado de los niños.
Lo cierto es que fue un gran shock cuando le vi en aquel colchón.
Pensé que realmente estaba muerto hasta que comprobé su pulso.
—Su estado es bastante lamentable.
Creo que... esta podría haber sido la primera víctima mortal—y la
mera idea les hizo estremecer. Por suerte, habían conseguido
evitarlo.
Los dos días siguientes, Aaron tan
solo vio a Spencer tres veces al día: para desayunar cuando le
llevaba un café con un bollo (las enfermeras habían dejado dormir
al doctor en sus salas de descanso encantadas con su trabajo, pero él
había tenido que ir a buscarse un hotel); para comer cuando le
esperaba fuera de la habitación de alguno de los niños y le
obligaba a ir a la cafetería; y por la noche, cuando Spencer ya
cansado se acercaba a él en el pasillo, le acompañaba
voluntariamente a la cafetería y cenaban algo con calma.
—Recuerda comer y descansar, no
querría pasar por lo mismo que la otra vez—le dijo tras la cena
del segundo día, retrasando el momento de tener que irse al
aeropuerto cuanto podía.
—Yo tampoco quiero pasar por aquello.
Haré todo lo que pueda y...—Spencer se mordió el labio inferior,
mirando a todas partes menos a él. Al fin se decidió. Se inclinó
hacia él y le besó en la mejilla, tan fugazmente que Aaron no fue
capaz de reaccionar hasta varios segundos después—. Muchas gracias
por haberme acompañado y por quedarte cuanto has podido, es
agradable no estar solo en una situación así—le dijo con su
rostro poniéndose cada vez más rojo—. Bu-buen viaje.
Se dio la vuelta y prácticamente salió
corriendo. Aaron aún estaba pasmado. Tenía una cálida sensación
en su mejilla donde los labios de Spencer se habían posado. Su
corazón latía acelerado y su cerebro pareció dejar de funcionar
por un momento. En el viaje de vuelta se planteó seriamente dejar la
UAC para unirse a Spencer en el CRI. Si tan solo recibía un beso así
cada vez que iban a un caso merecería la pena.
Sin embargo, resultó que no era
necesario. Cuando Spencer regresó de Minneapolis una semana más
tarde no lo hizo solo. Aaron regresó de un caso al día siguiente y
fue por la tarde a verle al CRI. Satu le saludó y le dejó pasar la
puerta de seguridad. Se veía algo cansada, pero estaba emocionada.
—Ahora toca la selección de
personal. Espero que no salga un caso estos días porque Spencer
quiere seleccionar él mismo a todo el personal que trate a los niños
y tenemos un montón de candidatos. Por suerte me ha dejado a mí el
resto y García me está ayudando a buscar un buen informático. El
chico que ayudó en este último caso, Connor Temple, me ha enviado
su currículum, al parecer es un admirador de Spencer y también un
genio. No un genio como nuestro Spencer claro, pero no está muy
lejos.
Aaron sintió una mezcla de
sentimientos ante esa frase. «Nuestro Spencer». Sin duda le gustaba
pensar en él como su Spencer, pero no le gustaba que esa
mujer también lo pensara, aunque sabía que casi lo veía como a un
hijo y... bueno, tampoco es que fuera su Spencer.
Satu llamó a la puerta del despacho de
Spencer aunque estaba abierta.
—Visita—anunció—. Hasta luego,
Aaron—se despidió antes de marcharse con prisa.
Aaron entró ya con una sonrisa en el
rostro que se tornó en una expresión de sorpresa, que enseguida
disimuló, cuando vio allí a Alex Mahone, frente al abarrotado
escritorio de Spencer. Su aspecto estaba mucho más cuidado que la
última vez que le había visto, llevaba un traje gris oscuro que
parecía nuevo, se había cortado el pelo e iba bien afeitado.
Parecía un hombre totalmente diferente. Estaba bastante seguro de
que había sido cosa de Satu.
—Vaya, me alegra verle, detective—le
dijo estrechándole la mano.
—Agente Hotchner. Ya no soy
detective, ahora trabajo aquí. Reid me ha contratado para ayudarle
en las investigaciones.
—No puedo decir que me sorprenda,
quedó muy satisfecho con su trabajo—y no necesitaba preguntar por
qué había aceptado dejar de ser detective para trabajar allí.
—Solo seguí sus órdenes. Es una
estupidez intentar creerse más inteligente que un genio.
—No podría estar más de acuerdo con
eso—intervino Spencer por primera vez.
—Pero me temo que acabó descubriendo
el favor que me pidió, desde el primer momento.
—Bueno, eso tampoco me sorprende.
Mientras se cuidara no me importa.
—Muy bien, ya todos sabemos que no sé
cuidar de mí mismo durante los casos. ¿Podéis ahora dejar de
trataros de usted y ser menos formales? Ya es bastante abrumador
estar ante dos machos alfa como para que encima haya tanta
tensión—les pidió, cerrando la carpeta que tenía sobre la mesa
en un gesto frustrado.
Los dos hombres se miraron por un
momento y se dibujó la más leve de las sonrisas en sus rostros.
—Puedes llamarme Hotch.
—Alex.
—¡Bien! Dame un minuto y vamos a
cenar. ¿O no viniste por eso?—le preguntó Spencer.
—Am, sí, por supuesto—si no lo
sospechaba ya antes, ahora Alex seguramente no tendría dudas de que
había algo entre ellos, aunque probablemente no sabría el qué
exactamente. De todos modos, Spencer no parecía tener intención de
ocultarlo, quizás ya se lo había dicho.
—Entonces... Toma, investiga estos—le
dijo a Alex entregándole una pila de carpetas—. Cualquier cosa que
encuentres la apuntas en el expediente y lo revisaré. Si consideras
alguno del todo inapropiado pásaselo directamente a Satu para que
los rechace.
—De acuerdo. ¿Volverás luego?
—Sí, pero ya es tarde, puedes irte a
casa. No hace falta que te pongas ahora con ello.
—Cuanto antes esté hecho esto mejor,
¿no?
Spencer tan solo sonrió y asintió. Al
parecer había encontrado a alguien con tan poca prisa de irse a casa
como él.
Salieron del despacho, que Spencer ni
se molestó en cerrar, y Mahone se dirigió a su propio despacho
contiguo mientras ellos salían del centro. Hacía algo de fresco,
pero igualmente caminaron un rato por los alrededores. Primero en
confortable silencio y después Aaron no pudo contener más la
pregunta.
—¿Crees que es el más adecuado?
—¿Lo dices porque es
exdrogadicto?—preguntó tranquilamente. Ni siquiera tuvo que
preguntar a quién se refería.
—No, porque no quiero que actúes
como un niño que rescata a todos los animales abandonados que ve por
la calle. Ese detective es despreciado por sus compañeros por el
motivo que sea y temo que le contrates solo para sacarle de esa
situación.
—Sí, me he percatado de eso, pero
deberías leer su expediente. No le estoy contratando para tratar con
los niños, es un excelente detective que podrá serme de mucha
utilidad en las investigaciones y, además, considero sus doce años
limpio un punto a favor, podrá tratar conmigo si hubiera necesidad.
—Sabes que yo estaré ahí siempre
que lo necesites—no le gustaba siquiera que pensara en otra persona
para ayudarle.
—Excepto si estás en un caso. No te
lo estoy echando en cara—se apresuró en aclarar—. Es la realidad
y no quisiera apartarte de tu trabajo. Si estás aquí y estás
disponible serás el primero al que acuda—apoyó la mano sobre su
brazo sin pensarlo y Aaron pudo sentir su calidez aun a través de la
ropa—. Créeme que no tengo ganas de que más personas me vean en
ese estado. Pero tal vez cuando suceda, que ojalá no suceda, no
estés y necesitaré a alguien. Creo que él es la persona más
adecuada para ello.
—¿Se lo has contado?—le preguntó,
mirando sonriente la mano aún en su brazo.
Spencer solo se percató en ese momento
de lo que estaba haciendo y la apartó suavemente, sintiendo el calor
crecer en sus mejillas.
—¿El qué, exactamente? Porque
siento que hay muchas cosas que debería decirle. Le he dicho que yo
también soy exdrogadicto y lo que podría pasar tras un caso de
larga duración y máximo estrés. Ha accedido a ayudarme con ello
sin ningún problema si hubiera necesidad.
—¿Sobre nosotros?
Spencer miró hacia otro lado y se
mordió el labio en ese gesto nervioso tan habitual suyo.
—No le he dicho que estamos casados,
pero imagino que sospechará algo después de lo de ahora. Tampoco
estoy seguro de qué debería decirle si preguntara.
—Quizás la verdad. Tal vez deberían
saberlo todos.
—¡Ya te dije por qué eso no era
buena idea!
—No son idiotas, Spencer, ya
sospechan. Satu no ha coqueteado conmigo desde hace tiempo, se
imagina que hay algo entre nosotros y apuesto a que más gente del
CRI también sospecha algo, he sentido las miradas cuando llego. Si
saben que estamos casados, no habrá motivo para rumores.
—Tú lo que quieres es que me
presionen. En cuanto se enteren de que no mantengo una relación con
mi Alma Gemela empezarán a preguntar el por qué e insistirán en
que es lo mejor para mí porque no les entra en la cabeza que dos
Almas Gemelas no quieran estar juntas—replicó molesto, cruzándose
de brazos y caminando un poco más alejado de él.
—No, Spencer, yo no voy a presionarte
ni quiero que nadie lo haga—Aaron le detuvo poniéndose frente a él
y mirándole seriamente, con ambas manos sujetándolo por los
brazos—. Sé que te hice mucho daño y si jamás quieres tener una
relación romántica conmigo lo aceptaré, me conformo con poder ser
tu amigo y poder ayudarte cuando lo necesites. No tienen por qué
saber que no mantenemos una relación de pareja, lo que hagamos en
casa es cosa nuestra. Viéndonos ir a cenar juntos tan a menudo ni
siquiera sospecharán.
Spencer frunció el ceño y su mirada
dio vueltas de un lado a otro, apenas deteniéndose segundos sobre su
rostro.
—Me lo pensaré—dijo finalmente con
un hilo de voz.
—De acuerdo—acarició sus brazos
suavemente y se apartó algo reticente.
No iba a decirle que otro motivo por el
que quería que todo el mundo lo supiera era porque tenía miedo de
que encontrara a alguien que le gustara entre toda esa gente nueva
que le estaba rodeando y con la que pasaría mucho más tiempo que
con él. Un detective que podría sustituirle como apoyo en sus
peores momentos, posiblemente un joven genio informático y quién
sabe quien más. ¿Cómo podía competir con ellos si lo único que
tenía eran las cenas y un profundo resentimiento que se había
ganado a pulso?
* * * * *
NOTA: Connor Temple es un personaje de
la serie Primeval (Mundo Primitivo o Invasión Jurásica). Aquí no hay
dinosaurios, no es un crossover con la serie, tan solo he tomado al
personaje y su personalidad quitando todo lo relacionado con la
paleontología. Al igual que con Mahone, podéis considerarlo
original si no conocéis al personaje, no habrá ningún problema.
wooow pobre de nuestro querido Aaron quiere marcar territorio aaaahhh vamos avanzando poco a poco por fa que alla un poco mas de avance de parte de Spencer..!!!!
ResponderEliminarAaron se merecería q Spencer le haga exactamente lo q él le hizo, irse de parranda y tener sexo x ahi.
ResponderEliminarLástima q Spencer es mejor persona