Título: Qué bien hueles
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash, Omegaverso
Clasificación: +14 Advertencias: soft lemon
Capítulos: 1
Resumen: Stiles se sorprende cuando descubre que Peter es un omega, pero no puede resistir ese delicioso olor que emana.
Steter Week día 1: reescribir la temporada 1.
* * * * *
Stiles
estaba bastante seguro de que iba a morir. El alfa lo había llevado
a aquel aparcamiento, dejando el cuerpo herido de Lydia en medio del
campo de fútbol, y ahora quería la contraseña de Scott para
localizar su móvil. Lo más probable era que lo matara una vez que
le diera la contraseña... Uh... ¿Qué es ese olor?
—Puedo
ser muy persuasivo—había dicho el alfa, su mano en su cuello
mientras aplastaba su cara contra el teclado del ordenador, su rostro
tan cerca de él... Stiles no oyó más de lo que dijo, cerró los
ojos e inspiró profundamente.
—Eres
un omega—murmuró, sus pupilas dilatadas y casi babeando sobre el
teclado.
Peter
se tensó a su lado. Soltó su cuello y se apartó un paso.
—Escribe
la maldita contraseña antes de que te arranque el cuello—le
ordenó, de repente sonando más parecido a su sobrino.
—Creía
que eras el alfa—dijo confuso, avanzando un paso hacia él sin
darse cuenta.
El
licántropo puso los ojos en blanco con exasperación.
—El
género sexual secundario no tiene nada que ver con la jerarquía en
una manada, un omega puede ser alfa y un alfa puede ser beta u omega.
¿Qué estás haciendo?
Stiles
se pegó a su cuerpo, aferrándose a las solapas de su abrigo, y
hundió el rostro en su cuello. Su mente estaba nublada, nunca se
había sentido así antes. Ese hombre olía a
libroscenizalluviaconfort y a
Stiles le gustaba, no podía tener suficiente, era como una droga.
Abrió los ojos, sin saber cuándo los había cerrado, al oír un
agudo gemido que no parecía humano. Peter estaba esforzándose por
no exponer su cuello y Stiles no entendía por qué no lo había
apartado de sí todavía, seguramente no sería difícil con su
fuerza sobrehumana.
—No
puedo creer que tú seas alfa—masculló el licántropo entre
dientes.
Bueno,
ni él ni la mayoría de personas que lo conocía cuando se presentó
como alfa. Todos habían creído que sería beta o incluso omega,
pero ¡ta-chán! Stiles era alfa, aunque no exudaba feromonas como la
mayoría de alfas, tan solo cuando se excitaba o se enfadaba, así
que muchos ni siquiera se daban cuenta al conocerlo. Peter ni
siquiera se lo había planteado.
—Mgh...
Joder, ¿por qué hueles tan bien?—gruñó Stiles con una voz que
no parecía del todo la suya.
Sin
saber cómo, había acorralado al alfa (que resultaba ser un omega)
contra el jeep y ahora estaba restregándose contra su pierna, más
duro de lo que había estado nunca. De verdad que él jamás se había
comportado de ese modo, no era la clase de alfa que iba asaltado
omegas solo por su género, pero no podía resistirlo. Lo estaba
intentando, pero una vez que había captado esa esencia no podía
sacársela de la cabeza y poder sentir la erección del lobo contra
su cadera no ayudaba para nada.
—No
eres más que un adolescente hormonado, estoy seguro de que te pones
duro hasta en los vestuarios. Y ahora, si no te importa—le agarró
por la nuca (porque el chico llevaba el pelo rapado, lo cual no era
práctico en absoluto) y lo apartó de su cuello, donde ya estaba
dejando rastros de saliva—, tengo que ir a buscar a mi sobri-
Stiles
ni siquiera le dejó terminar, se lanzó sobre sus labios y comenzó
a besarle de la forma más torpe posible, sin ninguna técnica ni
delicadeza, solo desesperación y deseo de poseer. Peter se dejó
llevar por un momento, siendo este el contacto más íntimo que había
tenido desde... hacía demasiado tiempo (pensar en el fuego aún era
demasiado doloroso). Tomó control del beso y el chico gimió en su
boca. Viendo que no iba a conseguir nada de él en este estado,
supuso que lo más rápido sería dejar que se desahogara. Lo agarró
por las nalgas y lo animó a restregarse contra su muslo.
Stiles
gimió y se aferró a sus hombros. No podía pensar, estaba siendo
llevado totalmente por sus instintos. Ese olor le decía que Peter
era suyo, que tenía que marcarlo, que tenía que protegerlo, porque
era suyo. Su cuerpo respondía
sin su permiso, su nudo hinchándose por primera vez a pesar de ni
siquiera tener nada a su alrededor. Si hubiera sido capaz de pensar,
se habría sentido avergonzado de correrse tan rápido y en sus
pantalones. Sintió a Peter estremecerse en sus brazos, aunque podía
sentir que no se había corrido. Lo vio respirar por la boca, quizás
intentando evitar inhalar su olor.
—Iré
contigo—le dijo, porque algo dentro de él le decía que debía ir,
que no podía dejarlo solo.
Se
apartó y tecleó en el ordenador con manos algo temblorosas.
—¿Vas
a ponerte todo alfa protector conmigo?—preguntó Peter con una
risa.
—Ahí
lo tienes—le mostró la pantalla, donde aparecía la localización
de Derek—. Di lo que quieras, pero iré con-
Stiles
no pudo decir más, el golpe que le dio Peter en la cabeza lo dejó
inconsciente y para cuando despertó todo había terminado. Kate
estaba muerta. Peter estaba muerto. Derek ahora era alfa. Stiles
nunca sabría lo que significaba eso que había sentido con el lobo.
Solo
que unos meses después Peter estaba vivo de nuevo y se paseaba por
ahí con ajustadas camisetas con exagerados cuellos en uve.
—¿Así
que ahora también existen los hombres lobo zombis?—le preguntó
cuando se le acercó en aquel almacén abandonado después de que
toda la locura de Gerard y la kanima se hubiera resuelto con una
traición y un beso de amor (en serio...) y uno tras otro se hubieran
marchado a casa (gracias, Scott, por darte cuenta de la
paliza que he sufrido y no ir directo a los brazos de tu novia
sociópata) hasta que solo
quedaron ellos dos.
—Prefiero
pensar que soy único en mi especie—respondió con una sonrisa
soberbia.
Stiles
tenía el rostro hundido en su cuello antes de que terminara de
hablar, sus manos aferrándose a su camiseta.
—Joder,
hueles aún mejor que antes—murmuró sin apartarse.
—Probablemente
porque antes estaba un poco... descontrolado.
—Loco.
—Probablemente.
La muerte me ha sentado bien. Ahora puedo olerte también—le dijo
con voz algo más grave. Antes también podía olerlo, pero su lobo
no identificaba su olor más que con alfaútilposiblealiado—.
¿Quieres saber por qué tienes esta reacción conmigo?
—Ya
lo sé.
—¿Oh,
sí?—las manos de Peter fueron a las caderas del chico y lo
presionó contra su cuerpo. Sus respectivas erecciones se restregaron
una contra la otra y ambos gruñeron.
—He
estado investigando estos meses—respondió un poco sin aliento—.
Soy tu pareja, algo como el alma gemela para un hombre lobo. ¿Me
equivoco?
Peter
sonrió. Por supuesto que su pareja podría descubrirlo y seguramente
sin ayuda de nadie a pesar de la situación en que se habían
conocido. Su lobo ronroneaba contento en su interior, animándole a
tumbarse boca arriba y exponer su vientre para el alfa. Peter hizo
algo más sutil, pero que sin duda no pasaría desapercibido para el
inteligente chico. Inclinó la cabeza y expuso su cuello.
—No,
alfa, no te equivocas—susurró en su oído. Stiles lo estrechó en
su abrazo, un profundo gruñido vibrando por su pecho, casi tan
animalístico como el de un hombre lobo, y mordió el cuello que se
le ofrecía sin poder contenerse.
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