Título: Gallito rojo
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +14 Advertencias: ninguna
Capítulos: 1
Resumen: Megan era todo sonrisas, una nueva adquisición de la manada que parece llevarse bien con todos. A Stiles no le gusta y Peter lo apoya como su pareja. ¿Tendrá razón el emisario al sospechar de ella?
Prompt
mensual de The Steter Network de noviembre: Blues
* * * * *
Little
red rooster (Gallito rojo)
(escrita
por Willie Dixon y cantada por Howlin' Wolf)
I
have a little red rooster, too lazy to crow for day / Tengo un
gallito rojo, demasiado perezoso para cantar durante el día
I
have a little red rooster, too lazy to crow for day / Tengo un
gallito rojo, demasiado perezoso para cantar durante el día
Keep
everything in the barnyard, upset in every way / Mantiene todo en
el corral, molesto en todos los sentidos
Oh
the dogs begin to bark, / Oh, los perros comienzan a ladrar
and
the hound begin to howl / y el sabueso comienza a aullar
Oh
the dogs begin to bark, hound begin to howl / Oh, los perros
comienzan a ladrar, el sabueso comienza a aullar
Ooh
watch out strange kind people, / Ooh, cuidado con gente amable y
extraña,
Cause
little red rooster is on the prowl / porque el gallito rojo está
al acecho
If
you see my little red rooster, please drag him home / Si ves a mi
gallito rojo, por favor arrástralo a casa
If
you see my little red rooster, please drag him home /Si ves a mi
gallito rojo, por favor arrástralo a casa
There
ain't no peace in the barnyard, / No hay paz en el corral
Since
the little red rooster been gone / desde que el gallito rojo se
fue.
* * *
* *
Megan
era todo sonrisas. Era linda, con el cabello castaño rizado cayendo
alrededor de su rostro, su piel pálida cubierta con algunas pecas y
ojos verdes brillantes. Era dulce, amable y amigable. Desde el
momento en que Scott la llevó a la nueva casa Hale tras haberla
conocido en una cafetería, la joven herbolaria pareció congeniar
con todos, siempre encontraba algo en común con cada uno de ellos.
Tras algunas miradas recelosas los primeros días, incluso Derek y
Cora comenzaron a abrirse a ella, a aceptarla como a una más.
A
Stiles no le gustaba.
—No
me gusta. No confío en ella—le dijo a Peter mientras movía sus
caderas perezosamente sobre su regazo, su duro miembro penetrándolo
por segunda vez en la noche.
—Yo
tampoco, pero sabes que yo no confío en nadie, salvo en ti—añadió
como segundo pensamiento.
—Ooh~—Stiles
le dio un breve beso en los labios que se tornó en uno más largo e
intenso cuando Peter reclamó su boca.
La
charla quedó olvidada desde ahí hasta que ambos estaban saciados y
exhaustos en la cama, Stiles con la cabeza apoyada sobre el pecho de
Peter y sus piernas entrelazadas.
—Crees
que tengo buen instinto para estas cosas, ¿verdad?—preguntó
cuando hubo recuperado lo suficiente el aliento.
—¿De
todos en esta ciudad? El mejor. Cariño, si piensas que no es trigo
limpio, yo te creo. Ahora solo falta convencer a los demás.
—Eso
es imposible—agitó una mano desestimándolo—, Scott siempre cree
que estoy paranoico cuando pienso mal de alguien. Da igual que
siempre lleve razón.
—Entonces,
habrá que mantenerla vigilada.
—No
ha intentado nada contigo, ¿verdad?—preguntó, mirándolo de
reojo.
—No
le he dado oportunidad. Vi la cara que se te puso la primera vez que
se me acercó. No quiero enfrentarme a la ira de nuestro emisario.
—Bien—asintió
satisfecho y se acomodó para dormir abrazado a su lobo.
Stiles
probablemente no se habría dado cuenta si no hubiera estado
observando específicamente, pero lo estaba y se dio cuenta.
Megan
se ofreció para recoger la mesa después de comer todos juntos y vio
cómo disimuladamente cogía un tenedor que Scott había estado
usando y se lo guardaba en el bolsillo, en lo que le pareció una
bolsa de plástico. ADN, fue
lo primero que pensó Stiles. ¿Para qué quería una supuesta
herbolaria el ADN de un hombre lobo alfa? No que Stiles se creyera
que lo único a lo que se dedicaba era a hacer tés y ungüentos.
No fue la última vez. Otro día le vio guardar una servilleta que
Isaac había usado, el palo de un helado que Cora se había comido y
un pintalabios de Erica.
—¿Qué
demonios querrá hacer esa p- bruja con el ADN de la manada?—masculló
mientras pasaba las hojas de un libro de magia.
—Nada
bueno, de eso estoy seguro—respondió Peter sentado en su sillón
con otro libro.
—¡Eso
no ayuda!—replicó molesto. Peter le miró arqueando una ceja y
Stiles se sintió de inmediato culpable por haber gritado. Se
levantó, dejando el libro a un lado, y se sentó en el regazo de su
pareja—. Lo siento, mi vida, esto me tiene muy frustrado.
Frotó su mejilla contra la de su lobo y Peter le rodeó con sus
brazos con un suspiro.
—Lo
sé cariño, pero estoy seguro de que resolverás esto, siempre lo
haces—besó su frente y acarició su espalda, como si no oliera ya
lo suficiente a él, para apaciguar a su lobo, al que no le gustaba
ver a su pareja en ese estado.
Ambos investigaban juntos, como siempre, encerrados en su habitación
insonorizada. No era fácil porque había demasiados hechizos que
empleaban el ADN u objetos personales o que hubieran pertenecido al
sujeto. Sería más sencillo si tuvieran ya una víctima y vieran los
efectos del hechizo, pero no tenía ninguna intención de esperar a
eso.
No tuvo tiempo. Se encontró dos noches después enfrente del Nemeton
atado a uno de los árboles que rodeaban el claro.
Mierda.
Otra vez no, gruñó para sí.
Odiaba ser secuestrado.
Sacudió la cabeza para despejarla. Se sentía pesado, no estaba
seguro de cómo lo había dejado inconsciente, pero podía sentir los
químicos en su cuerpo además de un golpe en la cabeza,
probablemente de una caída. Megan estaba en pie sobre el Nemeton,
desnuda, con su cuerpo pintado con runas. Stiles sintió náuseas.
—Oh,
ya estás despierto—le habló con su voz empalagosa y su falsa
sonrisa.
Bajó
del tronco y se acercó hacia él contoneando sus caderas. Ugh,
por favor, no.
—Pobrecito.
Te preguntarás por qué estás aquí. Verás, necesito la sangre de
un miembro de la manada para este ritual y como tú eres el débil y
frágil humano has sido la opción más fácil, nada personal.
Stiles
tuvo que esforzarse por evitar que una sonrisa se extendiera por su
rostro. ¿Débil humano?
—¿Y
puedo saber qué clase de ritual es este?—preguntó frunciendo el
ceño y apretando los dientes, más por la repugnancia de tenerla
cerca que otra cosa.
—Voy
a tomar el control de la manada y del Nemeton—respondió con una
gran sonrisa extendiendo sus brazos, ese toque de locura que Stiles
siempre había supuesto mostrándose claramente en su rostro.
—¿El
control de la manada?
—Literalmente.
Convertiré a esos perros en mis marionetas, mis propios perros
guardianes. Controlaré sus mentes y serán incapaces de resistir mis
órdenes.
—Oh.
Ya veo. Estás como una cabra.
—¡¡Esa
puta tiene a Stiles!!—rugió Peter, su voz resonando por toda la
casa.
—¿Por
qué dices eso? Los dos han desaparecido, podría habérselos llevado
alguien más—replicó Scott con expresión molesta.
Peter se plantó frente al alfa, sus colmillos descubiertos en un
amenazador gruñido y sus ojos brillando furiosos.
—Voy
a descuartizar a esa puta y al que se atreva a impedírmelo. Y ya
podéis salir corriendo si le ha hecho algo a Stiles.
Scott hizo brillar sus ojos intentando someterlo y Peter le gruñó
en la cara en respuesta.
—Está
bien, tranquilizémonos—intervino Derek, intentando interponerse
entre ambos—. Asumo que Stiles sospechaba de ella.
—Por
supuesto que sospechaba, es el único con medio cerebro en esta
camada de cachorros que solo piensan con la entrepierna—respondió
escupiendo veneno. Lydia se cruzó de brazos y se aclaró la
garganta—. Oh, por favor, cielo. Tu novio era un maldito lagarto,
literalmente. Serás un genio con lo que lees en los libros, pero
Stiles conoce a las personas. Y supo desde el principio que esa puta
no era trigo limpio, pero por supuesto nadie le hace caso, excepto
yo, evidentemente.
—Vale,
centraos—siguió Derek antes de que los demás pudieran replicar—.
¿Qué cree que estaba tramando? ¿A dónde podría habérselo
llevado?
—Parecía
estar recolectando ADN de todos nosotros. Estábamos intentando
averiguar el motivo—trataba de pensar con racionalidad, pero no era
sencillo, el lobo estaba rugiendo dentro de él para que fuera a
encontrar a su pareja.
—¿Por
qué no vamos al lugar más obvio primero y si no están ahí
seguimos buscando?—sugirió Cora y todos la miraron—. ¿Qué?
Quizás no sea un genio, pero no soy idiota—y miró explícitamente
a Scott.
Scott devolvió la mirada ofendido y se cruzó de brazos.
—¿Y
dónde es ese lugar obvio?—preguntó con el ceño fruncido, lo que
le hacía parecer un niño enfadado.
Peter
puso los ojos en blanco. No podía creer que el alfa fuera tan
idiota.
—Bueno,
esto está—Stiles le dio unas palmadas cariñosas al tocón y se
sacudió las manos.
—¡Stiles!—escuchó
su nombre desde lejos, quizás en la voz de Scott, y otras voces lo
repitieron. Después un aullido reverberó entre los árboles.
En apenas un parpadeo vio la figura de un lobo surgir entre las
sombras. El enorme animal marrón oscuro se dirigió directo hacia él
con grandes saltos sobre sus cuatro patas y ni siquiera tuvo tiempo
de prepararse para el impacto. Una vez en el suelo, Peter lamía su
rostro, restregando el hocico contra sus mejillas y su cuello de una
forma desesperada.
—Vale,
vale, tranquilo, estoy bien—Stiles lo abrazó y dejó que lo
cubriera con su olor hasta que estuvo satisfecho.
El resto de la manada llegó poco a poco y le saludaron desde cierta
distancia, sabiendo que no era prudente acercarse con Peter tan
alterado.
—¿Qué
le ha sucedido?—preguntó Scott cuando vio a Megan sentada contra
un árbol.
Su cuerpo estaba inerte, su boca abierta con un hilo de baba cayendo
por la comisura y su mirada perdida en el infinito. Estaba viva,
podían oír su corazón latiendo muy lentamente y no había ninguna
herida visible, pero no mostró ningún signo de reconocer su
presencia cuando se acercaron.
—Oh,
eso. Yo le he sucedido, supongo. El débil y frágil humano—respondió
con una sonrisa que intentaba ser inocente y que fallaba por mucho.
Peter resopló en lo que parecía ser una risa lobuna—. Deberíais
llevarla a Eichen House o tirarla a una zanja, me da igual, no se va
a recuperar.
Peter se transformó, regresando a su muy desnuda forma humana,
arrodillado frente a él.
—Eres
glorioso—le dijo con auténtica adoración en sus ojos.
—Lo
que haga falta por mi manada—respondió con un beso y se aferró a
sus hombros cuando Peter lo levantó en brazos para llevarlo a casa.
Qué lindo qué lindo 🌹🌹🌹🌹
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