Título: Nuestro momento predestinado
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, violencia
Capítulos: 30 (19 de 30)
Resumen: El gobierno dice que Spencer Reid es el Alma Gemela de Aaron Hotchner, y Aaron siempre ha confiado en el sistema, pero ese chico flacucho con pinta de ayudante de profesor universitario y claros problemas de personalidad no puede ser su Alma Gemela. No le queda otro remedio que casarse con él, pero eso no significa que tenga que aceptarlo como su pareja.
Nota: Atención, esta es una historia dura que involucra a niños que han sido violados y torturados. Estos hechos no se describen en sí, pero sí se habla posteriormente de ellos y también se incluye la muerte de menores.
Capítulo 19
Cuando llegó al CRI por la tarde,
Aaron prácticamente se chocó con un joven al cruzar las puertas de
seguridad. Tenía el pelo negro ligeramente largo y despeinado, con
una barba de varios días absurdamente escasa y vestía de un modo...
que le recordaba bastante a García. Una camiseta azul clara de algún
grupo de música, una camisa naranja abierta por encima, un chaleco
negro, unos guantes sin dedos y un sombrero... que parecía de un
músico de blues. Apenas parecía haber cumplido los veinte.
—¡Wah! L-lo siento, disculpe, no
quería... iba distraído—se disculpó algo exageradamente y Aaron
reconoció esa voz.
—¿Connor Temple?—preguntó, y el
chico debió de confundir su mirada de curiosidad con una de enfado
porque prácticamente se echó a temblar.
—S- ¿Sí? N-no he hecho nada ilegal,
tengo permiso del gobierno para el trabajo que estoy realizando, lo
juro.
—¡Aaron! ¿Estás asustando a mi
informático?—le reprendió Spencer apareciendo por el pasillo.
—Se ha asustado solo—replicó con
una sonrisa.
—Connor, este es el agente especial
Aaron Hotchner, del FBI. Estaba conmigo en el caso de Minneapolis. Es
un amigo, le verás a menudo por aquí.
—Oh. Él—ahora le estaba mirando
boquiabierto.
—¿Huh?
—No, yo... am... L-lo siento—miró
a su jefe con expresión de saber que estaba a punto de ser
castigado.
—¿Qué es lo que sientes,
Connor?—preguntó Spencer con ojos entornados.
—Pu-puede que mirase tu información
personal en la base de datos del gobierno cuando supe del trabajo que
estabas haciendo—cerró los ojos como si estuviera esperando que le
gritara.
—Hm... Entiendo. ¿Podrías guardarte
esa información para ti por ahora? Aún no se lo he dicho a nadie,
ni siquiera Satu lo sabe—le pidió sin verse lo más mínimo
enfadado.
Connor le miró sorprendido por un
momento, desde luego esa no era la reacción que esperaba.
—Ah... Cla-claro, sin problema, jefe.
Am, bueno, me voy ya... A-adiós.
Cuando lo vio cruzar las puertas a toda
prisa, Spencer suspiró cruzándose de brazos.
—Esa es la reacción de un jefe
cuando su empleado mira ilegalmente su información personal—dijo
Aaron sarcástico.
—Yo habría hecho lo mismo si tuviera
sus habilidades. Me preocupa un poco más que pueda mantener la boca
cerrada, no es un chico muy discreto.
—¿He de suponer que no te gustó lo
que hablamos de decírselo a todos?—no podía disimular cuánto le
decepcionaba aquello.
—Vamos a cenar, pero mejor aquí en
el comedor, hoy no tengo tiempo para salir—cambió de tema
evadiendo la pregunta sin siquiera molestarse en disimularlo.
Al fondo de la planta baja había un
comedor para el personal con una cocina similar a la de cualquier
casa, solo que con el doble de fuegos y una despensa más grande. No
había mucho personal por ahora así que de momento no se utilizaba
demasiado. La mayoría se traía la comida de casa y la calentaba al
microondas.
—Hotch, buenas tardes—le saludó
Alex, que estaba echándole un ojo a la despensa.
—Buenas tardes. ¿Vas a cocinar?
—Sí, hay trabajo que hacer así que
hoy no iré pronto a casa. ¿Vosotros también? Puedo cocinar para
los tres—se ofreció.
—No te ofendas, pero prefiero que
cocine Aaron. Le pedí a Irving que comprara los ingredientes para el
pollo con verduras que prepara—le dijo, buscando en el frigorífico
una bolsa con su nombre.
—¿Lo tenías planeado?—preguntó
Aaron sorprendido. Que quisiera que cocinara para él compensaba todo
lo demás, incluido el compartir su cena íntima habitual con Alex.
—La comida casera de vez en cuando no
está mal—respondió como si fuera algo sin importancia—. Además,
no es para tanto, Irving se encarga de mantener las dos cocinas bien
provistas y si quieres algo en particular solo hay que pedírselo,
aunque solo cocinará para los niños, aquí tenemos que hacerlo
nosotros.
—Bueno, no me importa cocinar para
los tres—respondió sonriente tomando la bolsa con los
ingredientes. Tuvo que contenerse enormemente para no darle un beso
en la mejilla—. Si te parece bien el pollo con verduras, Alex.
—Por supuesto. Entonces te lo dejo a
ti—se apartó de la cocina y su mirada cayó por un momento sobre
la mano de Aaron en la espalda de Spencer. Realmente no sabían
disimular.
—¿Cómo se encuentran madre e
hija?—preguntó Aaron comenzando con las verduras mientras los
otros dos se sentaban a la barra que separaba la cocina del comedor
lleno de mesas.
—Eliza, la niña, no podrá olvidarlo
en su vida. Por desgracia tiene la edad perfecta para que ese sea el
primer recuerdo de su infancia cuando crezca.
—Su padre amenazándola con un
cuchillo y su madre llorando desesperada, ese no es un buen
recuerdo—comentó Alex.
—No, pero con una buena terapia
podría superarlo. Eso sí, solo si conseguimos anular todos los
derechos paternos de Sheen sobre ella, lo que no va a ser nada
sencillo a pesar de lo sucedido. Hay que conseguir como sea la
anulación de ese matrimonio. Si no fuera por esta maldita ley no
tendríamos estos problemas. Probablemente ni siquiera habría
llegado a suceder esto—golpeó la mesa con el puño, sintiéndose
tan frustrado.
Aaron le miró de reojo intrigado, no
era habitual ver tan molesto a Spencer.
—¿No te gusta la ley?—le
preguntó—. Sé que a veces puede haber ciertos... problemas, pero
generalmente funciona.
—¿Generalmente funciona?—Aaron se
arrepintió de inmediato de haber preguntado—. Por supuesto que
funciona, funciona para mujeres como Maddie que permanecen desde los
veinte años bajo la dominación de un hombre misógino y machista
que las humilla y abusa de ellas física y verbalmente cada día.
Mujeres aterradas de contar su infierno diario porque saben que lo
único que escucharán de la gente será «¿cómo no puedes ser
feliz con tu Alma Gemela?». Ni siquiera la policía les hace el
mínimo caso hasta que suceden cosas como esta o ya es demasiado
tarde. Incluso en esta situación será un milagro si conseguimos
anular el matrimonio. Eso es a lo que el gobierno llama
«funcionar»—se había levantado casi tirando el taburete hacia
atrás y ahora Aaron le miraba estupefacto—. Que sea tu Alma Gemela
no significa que sea la persona más adecuada y saludable para ti, no
le convierte automáticamente en una buena persona. Los psicópatas a
los que persigues también tienen Almas Gemelas y, muy al contrario
de lo que pensáis, no se convirtieron en psicópatas porque sus
Almas Gemelas no los quisieran sino más bien al contrario. Un
psicópata podría ser feliz matando a su Alma Gemela y el gobierno
aún llamaría a eso «funcionar».
Por suerte ya no quedaba mucha gente en
el edificio porque su voz probablemente se había escuchado desde el
pasillo. Aaron dejó el cuchillo que aún sostenía en la encimera y
se limpió las manos. Dio la vuelta a la barra y se acercó a
Spencer.
—Está bien, tranquilo,
siéntate—colocó una mano sobre su hombro y le obligó a sentarse,
acariciando suavemente su rostro y su cabello con la otra—. Estás
bajo demasiado estrés ahora mismo. Necesitas relajarte y descansar.
—No me digas que estoy bajo demasiado
estrés solo porque exprese mis ideas—intentó volver a levantarse,
pero la mano de Aaron lo sujetó con sorprendente firmeza.
—No lo digo porque expreses tus
ideas, sino porque normalmente no necesitas alterarte tanto para
hacerlo. Es normal, Spencer, estás bajo mucha presión para poner en
marcha este centro cuanto antes al tiempo que sigues con los casos.
Está bien descansar y delegar en los demás de vez en cuando. No
querría que volviera a suceder lo de la otra vez.
—Ni siquiera me has escuchado—murmuró
molesto frunciendo el ceño.
—Por supuesto que te he escuchado y
cuando las cosas estén más calmadas por aquí quiero analizar
detalladamente tus teorías sobre los psicópatas junto con mi equipo
y otros agentes especializados. Pero para evitar que acabes una
semana o incluso más en cama tienes que relajarte y descansar. ¿No
tienes chocolate por aquí?
—Mm... En la puerta del frigorífico.
Aaron sonrió y le sacó una tableta de
chocolate.
—No abuses, la cena no tardará—y
regresó a la encimera para seguir cocinando.
—¿Te pasó algo así a ti?—preguntó
Alex tras un rato.
Spencer le miró pillado por sorpresa y
Aaron no pudo evitar girarse para mirarle también. Era algo que
normalmente no se preguntaba, si alguien no estaba con su Alma Gemela
por lo general se asumía que esta había muerto.
—¿Te refieres a si mi Alma Gemela
era psicópata?—preguntó, intentando no tener que responder.
—Hablas en pasado, pero yo no creo
que esté muerta—le estaba analizando tan detalladamente que
Spencer se sentía inmovilizado en el sitio.
—¿Por qué no?
—Porque no hablarías de forma tan
apasionada del tema si no fuera personal para ti ni si fuera algo del
pasado. Tu Alma Gemela está viva y no estás con ella por algún
motivo, algún perjuicio que te causó. Quizás no era... «adecuada
y saludable» para ti.
—¿Te importaría?—realmente no
quería responder, no estaba preparado.
—No, a mí no me importaría.
Su voz sonó tan sugerente que Aaron
cortó la verdura con un poco más de fuerza de la necesaria y el
golpe del cuchillo contra la tabla vibró por su brazo.
—Pero tengo curiosidad por saber qué
fue tan grave como para dejar a tu Alma Gemela—continuó como si no
lo hubiera oído—. ¿Fue quien te metió en las drogas?
El cuchillo cayendo al suelo provocó
un estrépito que se escuchó en todo el silencioso comedor,
imposible de ignorar. Aaron estaba petrificado, su mano temblaba.
Quizás no era tan buena idea contárselo a todo el mundo.
—Dios, Aaron, no puedes ser más
obvio—le dijo Spencer molesto. Comió una pequeña porción de
chocolate y organizó sus pensamientos, viendo qué estaba dispuesto
a contar y qué no ya que Aaron no le dejaba otra opción—. Como ya
habrás imaginado, Aaron es mi Alma Gemela. Nos casamos hace casi
cinco años, pero... no volvimos a vernos desde ese mismo día hasta
que coincidimos por casualidad en un caso en Las Vegas hace unos
meses.
—¿Por qué no volvisteis a veros?
—Eso es un asunto personal. En
respuesta a tu otra pregunta, me enganché un tiempo después de
casarme, pero Aaron no estaba allí así que no es responsable de
nada. Como sabes, somos responsables de nuestras propias acciones.
—¿Y ahora no tenéis una relación
de pareja?
—No, solo somos amigos—respondió,
incapaz de mirar a Aaron, aunque este seguía dándoles la espalda,
demasiado avergonzado en ese momento como para mirarles a la cara.
Spencer podía decir lo que quisiera, pero seguramente Alex ya
supondría que la causa última de su adicción había sido él.
—Pues nadie lo diría.
—¿A qué te refieres?—preguntó
Spencer frunciendo el ceño.
—Que todo el mundo piensa que sois
pareja. No solo es el hecho de que venga a cenar contigo siempre que
está en la ciudad; los afectos de Hotch no son precisamente
discretos. Son pequeños gestos, pero hacen que todos piensen que hay
mucho más detrás.
Spencer agachó la cabeza y se mordió
el labio inferior nerviosamente, retorciendo entre sus dedos el
extremo de su corbata. Aaron le miró de reojo y se sintió mal
porque todo eso era culpa suya, era él quien no podía contenerse ni
siquiera en público. Esos gestos probablemente no eran siquiera bien
recibidos por parte de Spencer aunque los tolerase.
—¿Hablan mal?—preguntó Spencer
tras un largo silencio.
—¿Te importa si lo hacen?
—A nivel personal no, pero me importa
si puede afectar a mi credibilidad como profesional—su voz era casi
inaudible incluso en el silencio del comedor.
—No he oído hablar a nadie con malas
intenciones. A veces se preguntan qué pasaría con vuestras Almas
Gemelas, pero ya sabes que eso es casi un tema tabú. Tampoco parece
que les moleste vuestra relación, o la relación que creen que
tenéis, no piensan que estéis haciendo nada malo.
Spencer asintió con la cabeza sin
decir nada y todos se quedaron en silencio durante largo rato,
solamente se oía a Aaron trabajar en la cena. A pesar de lo que le
había dicho, el joven doctor se sentía mal. Tenía un nudo en la
garganta y le estaba resultando difícil no llorar. No sabía qué
sentía, no sabía qué quería, no sabía qué le parecía todo
aquello ni sabía qué hacer. Estaba frustrado consigo mismo.
Aaron terminó de hacer la cena, sirvió
dos platos y los dejó sobre la barra.
—Debo irme—fue lo único que dijo
antes de salir de la cocina y marcharse.
Spencer miró la cena, con tan buena
pinta como todo lo que Aaron cocinaba, y tan solo sintió náuseas.
—Tengo trabajo que hacer—murmuró
antes de marcharse.
Alex se quedó solo en el comedor.
Sabía que él había provocado eso y se sentía mal por ello, pero
esos chicos estaban viviendo en una ilusión, tenían que despertar y
afrontar la realidad. La cena estaba mejor de lo que esperaba, aunque
tuviera que comérsela solo.
Oh dios no!
ResponderEliminarNo es justo!
Llore! Y todo es por tu culpa! Si tu, Alex! Porque decir todo eso?!?!?!?
Dios, me dolió en el corazón lo que paso pero rayos...
Tiene razón, tiene toda la maldita razón, pero Aaron se ha esforzado y me siento mal por él, ojala no deje de hacerlo, probablemente piense que sea mejor no verlo por un tiempo o no volver a acercarse así a Spencer, dios de cualquier forma, voy a llorar el próximo capítulo!
Se me hizo muy corto, quizás por toda la tensión que hubo
No se como sentirme, me siento triste pero Alex tiene razón, deben de hablar y arreglar las cosas, tanto como para si van a funcionar o van a dejar las cosas como están
Me dolió tanto lo que dijo Spencer, que lo entiendo un poco, esa estúpida ley puede arruinarle la vida a muchas personas, agradezco tanto que por lo menos Aaron intente arreglar lo que rompió, aunque si soy sincera dudo mucho que el corazón de Spencer se cure por completo
Quisiera que Ethan se enfrentará a Hotch y le hiciera ver lo que paso con Spencer, porque dudo que eso haya sido todo y que también hable con Spencer para saber que es lo que siente y pueda orientarlo 💔💔💔
Así estoy en estos momentos jajaja
Bueno, nos vemos en la próxima 😘😘😘😘