Título: Revelaciones
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner/Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +14 Advertencias: violencia
Capítulos: 1
Resumen: Hotch despierta atrapado en el maletero de un coche en el árido calor del desierto.
* * * * *
Su
cabeza estaba palpitando como si tuviera la peor resaca del mundo y
hacía tanto calor que el sudor empapaba todo su cuerpo. Abrió los
ojos y solo vio oscuridad. Intentó mover los brazos, pero sintió
algo inmovilizando sus muñecas. Estaba tan aturdido que tardó un
momento en darse cuenta de qué sucedía. Fue una sacudida lo que le
hizo reaccionar. Estaba en el maletero de un coche, estaba atado por
las muñecas a la espalda y... sí, también por los tobillos. El
coche pasó otro bache y Aaron gruñó, todo su cuerpo dolía, estaba
bastante seguro de que le habían dado una paliza, aunque no podía
recordar los últimos minutos (¿horas?). Ahora que sus ojos se
adaptaban un poco a la oscuridad, podía ver la luz filtrándose por
las rendijas del maletero. Intentó moverse alrededor, buscando algo,
cualquier cosa para soltarse, pero no llegó a tocar nada y sus
muñecas comenzaban a sangrar por las ataduras. El calor era
asfixiante y su cabeza estaba nublada, no sabía si por la paliza que
seguramente le habrían dado o por la deshidratación. Era difícil
pensar, incluso mantenerse despierto. Las heridas que tenía no
parecían ser mortales, pero el calor podría acabar con él. Estaba
seguro de que aún seguían en Las Vegas, o cerca de allí, y por el
polvo que se filtraba seguramente conducían por el desierto.
Poco
a poco comenzó a recordar lo que había pasado, incluso si los
recuerdos eran vagos y desconectados. Había un asesino en serie en
Las Vegas. Cuatro víctimas. Habían sido torturadas, pero habían
muerto por deshidratación, crucificadas en medio del desierto. ¿Era
el mismo asesino el que lo había secuestrado? ¿Acabaría como las
otras víctimas? No, su equipo lo encontraría. No tenían pistas,
pero iban a conseguirlo, Spencer descubriría alguna pista. Spencer
siempre conseguía lo imposible. Esto no podía acabar así, no podía
morir ahora, ¿qué sería de Jack? Ya había perdido a su madre,
quedaría destrozado si también perdía a su padre. No, necesitaba
cuidar de él, quería verlo crecer, verlo convertirse en un hombre.
¡No podía hacerle sufrir así!
Todo
se quedó en negro. Es posible que perdiera el conocimiento durante
unos minutos. Un bache en la carretera consiguió despertarlo de
nuevo. Gruñó e intentó moverse, pero seguía inmovilizado y su
cabeza parecía llena de algodón, olvidando por momentos dónde se
encontraba. Iban a encontrarlo, su equipo iba a salvarlo. Spencer lo
conseguiría. No había nadie más inteligente, se percataría de
algo que nadie más podía ver, siempre lo hacía. Estaba orgulloso
de él, había progresado tanto desde que había entrado en la
Unidad, especialmente con sus habilidades sociales. Seguía siendo
algo torpe, lo que resultaba adorable, pero tenía mucha más
seguridad en sí mismo. Su aspecto también había evolucionado; era
encantador antes, pero ahora también era atractivo e incluso tenía
estilo. Y esos rizos caían alrededor de su rostro, la forma en que
se echaba los mechones hacia atrás cuando estaba inclinado sobre un
libro con esos largos y ágiles dedos...
Joder,
¿por qué estaba pensando en eso? Tendría que estar pensando en una
forma de escapar, pero estaba demasiado aturdido, su mente vagaba por
pensamientos en los que normalmente no se atrevía a detenerse. No
podía evitarlo en ese momento, quería ver a Jack, quería abrazar a
su hijo, pero también quería estar con Spencer, tan solo contemplar
mientras leía o le contaba algún hecho totalmente aleatorio de
ciencias a su hijo. Se llevaban muy bien, le encantaba verlos juntos.
Spencer era bueno con los niños, pero a Jack también le gustaba y
se divertía con él. Si tuviera la más mínima idea de que Spencer
pudiera corresponderle... No, ni siquiera así lo haría, lo sabía,
tenía demasiado miedo de perderlo todo por querer más.
Perdió
el conocimiento en algún momento con su mente llena de aquellos
pensamientos. Cuando abrió los ojos, vio el suelo de tierra
demasiado lejos, su sombra extendiéndose frente a él en forma de
cruz. Intentó levantar la cabeza, pero solo pudo balancearla a un
lado. Vio su mano clavada a un poste de madera, la sangre goteando
sobre el suelo. La intensa luz le hizo entrecerrar los ojos. Apenas
sentía el dolor, tal vez había perdido ya demasiada sangre. Escuchó
sirenas a lo lejos o quizá estaban cerca, estaba a punto de perder
el conocimiento de nuevo.
—¡Hotch,
Hotch! Vas a estar bien, estamos aquí, te tenemos—le susurraba
alguien y esa voz... Spencer... Se ve tan preocupado.
La
próxima vez que despertó estaba en un hospital. Ese olor a
desinfectantes era más familiar. Sabía que estaba lleno de morfina
porque no podía sentir el dolor de las heridas que seguramente
recubrían su cuerpo.
—Hotch—un
susurro llamó su atención y al girar la cabeza no pudo evitar
sonreír.
—Hola,
Spence...—murmuró, arrastrando las palabras—. ¿Qué ha pasado?
—No
te preocupes, todo está bien ahora. Capturamos al sudes y vas a
recuperarte.
—Me
gusta tu pelo...
—¿Qué?—preguntó
el joven confuso.
—Y
tus ojos... Mmh... Te ves adorable cuando lees... Tus gafas...
—¿Hotch?—las
mejillas de Spencer estaban ruborizadas. Sabía que lo que decía
estaba provocado por la morfina, pero aun así...
—Mmh...
Eres adorable... ¿Quieres venir al parque con Jack y conmigo?—le
preguntó con una atontada sonrisa.
—Am,
uh... Creo que deberías esperar a que se te pase el efecto de la
morfina para hablar de esto. Voy a avisar a los demás, Jack está
deseando verte.
—¡Spence!—Aaron
extendió la mano hacia él, pero el dolor le hizo gemir.
—Hey,
hey, tranquilo, estoy aquí—sostuvo su brazo donde no estaba herido
y acarició sus cabellos hasta que se relajó.
—¿Sal
conmigo? Jack te adora y yo te adoro y no quiero volver a pasar por
esto sin al menos haberte dicho cuánto te quiero.
—Oh,
dios, Hotch, esto... Tenemos que hablarlo en otro momento, cuando
estés...—movió la mano alrededor nervioso—, pero hablaremos, lo
prometo. Voy a buscar a los demás.
Se
levantó de la silla y se dirigió a la puerta.
—¡Te
quiero...!—le llamó Aaron y Spencer se apresuró en salir con el
rostro rojo como un tomate y el corazón latiendo a mil. Rogaba
porque estuviera hablando en serio y no fuera solo la morfina.
aYYYY ME MUERO DE TERNURA😍😍😍😍
ResponderEliminarQue pinche ternuraaaaaaaaaaaa voy a morir mas fics de mentes criminales plis
ResponderEliminar😍😍😍💙💙❤
Por fis más fanfics de mentes criminales plissss
ResponderEliminar