Título: Dentro de mí
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, bestiality, Mpreg
Capítulos: 5 (2 de 5)
Resumen: Mientras la manada disfruta bañándose en un lago, una criatura acuática intenta ahogar a Stiles, pero lo libera y escapa antes de que puedan atraparla. Parece que no van a tener que preocuparse más del tema, pero tendrá consecuencias que nadie espera. Hay algo dentro de Stiles.
Capítulo 2
No debería haber preguntado
qué más podía sucederle porque siempre sucede algo más cuando se
pregunta.
Había un hombre desnudo en su
jardín trasero.
Completamente desnudo.
Stiles cogió su bate de
béisbol y bajó a la cocina. Quizás debería llamar a su padre,
pero a estas alturas estaba acostumbrado a encargarse de las cosas
raras él mismo. ¿Y qué había más raro que un hombre desnudo en
tu jardín trasero? Olvídalo, esto era probablemente lo más normal
que le había pasado en todo el año.
Abrió la puerta trasera. El
hombre permanecía a unos tres metros de distancia, su postura
relajada, los brazos sueltos a los lados y las manos abiertas. Tenía
hombros anchos y era bastante musculoso, no excesivo ni tan definido
como Derek, pero atractivo igualmente y también estaba bien dotado
(Stiles intentaba no mirar, pero... bueno). Tenía una mandíbula
recta bien perfilada, igual que el resto de rasgos de su rostro, con
el pelo oscuro peinado hacia atrás que parecía húmedo o con algún
producto del tipo gomina.
Con el bate sujeto en ambas
manos, Stiles salió un paso.
—¿Quién
eres y qué haces aquí?—le preguntó, atento al más mínimo
movimiento.
Los ojos del hombre recorrieron
su cuerpo y se detuvieron en su parte media antes de brillar de un
intenso azul cian.
—Soy
el padre de esos bebés—respondió con un tono grave que casi
parecía estar bajo el agua.
Stiles vio rojo. Se dejó
controlar por completo por la ira. Se lanzó contra la criatura
blandiendo su bate, gritando sin ser consciente de ello siquiera,
pero antes de pestañear se encontró atrapado entre los brazos del
hombre con el bate tirado en el suelo.
—Shhh,
cariño. Vas a hacerte daño, tranquilo—le dijo con tono suave, sin
ceder a ni un milímetro a su forcejeo.
Stiles mordió y arañó cuanto
era capaz con sus brazos atrapados entre ambos torsos. No podía
hacer nada más, se sentía sujeto por un abrazo de hierro. Al hombre
no parecía importarle, simplemente esperó a que Stiles quedara
exhausto. Cuando incluso sus piernas cedieron y comenzó a llorar, el
hombre siguió abrazándolo. Stiles apenas fue consciente cuando lo
llevó en brazos dentro de la casa. Lo sentó en el sofá y se sentó
a su lado, rodeándolo aún con un brazo, pero sin inmovilizarlo,
casi reconfortante.
—¿Por
qué estás aquí?—preguntó Stiles, sin energía para intentar
apartarse—. ¿Has venido a llevártelos?—su voz sonaba
esperanzada.
—No,
pequeño, eso ya no es posible, pero he venido para cuidar de ti.
Cuando Stiles se echó a
llorar, el hombre lo abrazó y dejó que llorara sobre su hombro. Una
parte de su mente, le decía que tenía que apartarse de aquel
hombre, que tenía que huir, llamar a la manada, a su padre, pero
estaba demasiado cansado. Contra todos sus instintos se quedó
dormido como si no tuviera un monstruo sentado a su lado.
Al despertar, creyó que había
sido un sueño. Estaba en su cama y no había nadie más en su
habitación. Se levantó y miró por la ventana, ya estaba
oscureciendo y tampoco había nadie en el jardín. Bajó las
escaleras y escuchó ruidos en la cocina. Pensó que sería su padre
que habría vuelto de trabajar, pero no. No había sido un sueño,
allí estaba el hombre del jardín, vestido ahora con una de sus
camisetas, que era demasiado estrecha para él, y unos pantalones de
chándal. Estaba cocinando como si estuviera en su propia casa.
—Qué...—ni
siquiera sabía por dónde empezar, tenía demasiadas preguntas en la
cabeza.
—Siéntate,
la cena casi está—le dijo sin tan siquiera girarse para mirarle.
—¿Por...
por qué estás haciendo esto?—preguntó finalmente, y quizás no
era la pregunta más urgente, pero no podía pensar en otra cosa.
—Porque
necesitas comer, y comer bien. Estás en los huesos, necesitas
alimentarte mucho mejor. No he conseguido hacer mucho con lo que
tienes en esta cocina, mañana tendremos que ir a comprar.
Ante eso, Stiles tan solo
emitió un lastimero sonido de duda. El hombre se giró finalmente y
le miró con una expresión de lástima casi tierna. Apartó la
sartén del fuego, se limpió las manos y se acercó a él.
—¿Cómo
te llamas?—le preguntó, colocando las manos sobre sus hombros.
—Stiles—respondió
con apenas un hilo de voz.
—Stiles,
yo me llamo ######—y, wow, Stiles fue completamente incapaz de
entender eso, sonaba como burbujas bajo el agua—, aunque mi nombre
humano es Peter.
—¿Nombre
humano?—preguntó confuso.
—He
pasado bastante tiempo en este mundo, tenía que escoger uno, pero ya
hablaremos de eso—le dijo quitándole importancia—. Ahora quiero
que te sientes y comas. Estás tan exhausto que ni siquiera eres
capaz de pensar.
—¿Vas
a matarme?—preguntó porque sentía que eso era algo importante.
—No,
cariño. Llevas a mis crías, voy a cuidar de ti. Ahora siéntate, la
cena casi está.
Stiles obedeció porque estaba
demasiado confuso para hacer otra cosa. Además, su estómago estaba
gruñendo, de hambre esta vez, y lo que fuera aquello olía muy bien.
Unos minutos después apareció frente a él un plato de pasta con
tomate y verdura. Comió con avidez porque estaba delicioso y porque
llevaba días sin comer nada que no fuera congelado. Después de
rebañar incluso el plato con un pedazo de pan, bebió el zumo que
Peter le dejó junto al plato y esperó sentir los retortijones que
solían acompañar cada comida últimamente, pero parecía que esta
vez iba a retenerla. Peter se levantó y recogió los platos antes de
volver a sentarse frente a él, esperando las preguntas que tenían
que llegar.
—¿Por
qué me has hecho esto a mí?—le preguntó porque siempre era él,
como si fuera un castigo por haber hecho que mordieran a su amigo.
Desde entonces siempre era él.
—Me
temo que estabas en el lugar y el momento equivocados. Atravesé el
portal y os vi, un humano rodeado de hombres lobo. Supuse que ellos
te cuidarían. No podía escoger a uno de ellos porque sus cuerpos
rechazarían los huevos, pero ahora que te veo de cerca no puedo
decir que me arrepienta de escogerte.
Stiles quería abofetearle. No
podía decir algo así con esa voz tan dulce y esa sonrisa. Stiles se
arrepentía incluso de haberse levantado ese día.
—¿Por
qué hacer eso entonces? En ningún sitio aparece que utilicéis
humanos como... incubadoras.
Peter torció el gesto en
disgusto ante esa palabra.
—No
tenía otra opción. En mi mundo, otra especie estaba atacando a mi
clan. Estaban muriendo uno tras otro. Yo estaba a punto de poner los
huevos cuando nos atacaron. Conseguí escapar y venir al lago. Creí
que tendría que llegar hasta la ciudad para encontrar a alguien que
pudiera llevar a mis crías, pero vosotros estabais allí así que
pude pasártelas y regresar de inmediato a mi mundo para seguir
peleando—su tono era suave y su rostro estaba tranquilo, pero
Stiles podía ver la tensión en su mandíbula y sus hombros.
—Estabas
protegiéndolas—llevo una mano a su vientre y en ese momento un
peso cayó de sus hombros. No parecía tan horrible cuando pensaba en
ello como ayudar a alguien a proteger a sus hijos—. ¿Qué fue de
tu familia o de tu... clan?
—Llevas
a los dos que quedan dentro de ti.
Stiles sintió su corazón
romperse. Sabía demasiado bien lo que era perder a tus seres
queridos, aún recordaba como si lo estuviera viendo el cuerpo inerte
de su madre en la cama del hospital, su rostro demacrado, ya muerta
incluso antes de que su corazón dejara de latir. Se mordió el labio
inferior para intentar que dejara de temblar, sintiendo las lágrimas
arder en sus ojos. Peter tomó su mano sobre la mesa y la apretó
intentando reconfortarlo.
—Ve
a tomar una ducha y después a la cama, necesitas descansar.
Stiles asintió y se levantó.
Subió a ducharse mientras Peter fregaba los platos. Cuando regresó
a su habitación, vestido con uno de sus pijamas, Peter estaba allí
con una manta extendida en el suelo junto a su cama.
—¿Está
bien si duermo aquí?—le preguntó.
Stiles salió de la habitación
y regresó con un colchón fino, el que usaban cuando Scott se
quedaba a dormir. Peter sonrió y lo colocó en el suelo con la manta
sobre él. Stiles se metió en la cama y esperó a que Peter se
tumbara antes de apagar la luz. Se tumbó de lado, con el rostro
asomando por el borde de la cama observando al nunmyo.
—¿Cómo
puedes tener este aspecto humano?—le preguntó con voz susurrante
como si hablar más fuerte pudiera perturbar la noche.
—Magia.
Peter bajó el cuello de su
camiseta con una mano y presionó dos dedos sobre el centro por
debajo de la clavícula. Una runa se iluminó y su aspecto cambió.
Su piel era lila claro, con una apariencia suave y sin vello; su pelo
era verde alga, más grueso que el pelo humano, aunque no estaba
seguro de si era realmente pelo; podían verse las líneas de las
branquias en su cuello aunque ahora estaban cerradas. Extendió la
mano para tocarlas por curiosidad y Peter tomó su mano con una de
las suyas con membranas entre los dedos antes de que pudiera. Su piel
era fría y suave como la seda.
—Son
sensibles—le dijo y besó el dorso de su mano.
Stiles asintió, pero no
intentó retirar la mano hasta que Peter la soltó. Sus ojos
brillantes azules fue lo último que vio antes de quedarse dormido.
Quizás fue el shock o quizás el cansancio lo que no le permitió
reaccionar como normalmente lo habría hecho. Tal vez le estaba
mintiendo, pero Stiles se aferraría a la idea de que estaba ayudando
a alguien que había perdido a su familia aunque fuera tan solo para
lograr pasar por aquello sin volverse loco. Fuera lo que fuera, no
tenía miedo de estar durmiendo con un monstruo a su lado.
Sintió frío en su vientre. Lo
agradeció, últimamente se sentía demasiado febril, era un alivio.
Abrió lentamente los ojos y vio a Peter sentado junto a la cama, la
barbilla apoyada en su antebrazo doblado sobre el colchón y su mano
sobre su vientre bajo la camiseta.
—Tengo
pesadillas en las que se abren camino devorando mis entrañas hasta
salir por mi vientre—le dijo, colocando la mano junto a la suya.
—Eso
no sucederá. No saldrán de los huevos hasta que ya estén fuera de
ti—se sentó en la cama a su lado y acarició sus cabellos y su
frente. Stiles suspiró, cerrando los ojos—. Esto no va a hacerte
daño, te lo prometo. No será muy diferente de un embarazo humano y
me aseguraré de que estés bien y cuidado.
Stiles se quedó dormido de
nuevo, la luz de la luna entrando aún por la ventana. No tuvo
pesadillas, soñó con un frío y profundo mar.
El sonido de un disparo lo
despertó de golpe. Se levantó de un salto de la cama, cogió su
bate y bajó corriendo las escaleras. No pensaba, su cuerpo actuaba
en automático.
Se encontró en la entrada de
la cocina a su padre, aún con el uniforme y recién llegado de su
turno nocturno, con su pistola desenfundada y apuntando a Peter,
quien tenía una bala en una mano y una espátula en la otra.
—¿Papá?—le
llamó. No quería pelear con Peter, pero si le había hecho algo a
su padre lo haría.
—Esta
es la criatura que te... hizo eso—dijo su padre, el dedo aún en el
gatillo.
—¿Cómo...?
—Yo
se lo he dicho—respondió Peter.
Stiles suspiró y dejó el bate
a un lado.
—Peter,
ya tengo bastante estrés, no necesito que me causes más—le dijo,
pasando junto a su padre para entrar en la cocina.
—Lo
siento, no esperaba que me disparara. Es inútil de todos modos
conmigo, solo será un desperdicio de balas.
—¿Stiles?—Noah
miró confuso entre uno y otro, bajando de inmediato la pistola
cuando su hijo se puso en medio.
—Papá,
este es Peter y, sí, él hizo esto, pero tenía buenas razones—le
dijo, sacando el café.
—¿Buenas
razones?
Peter le quitó el café de las
manos y Stiles le miró confuso.
—El
café no es bueno para ti ahora. Siéntate y habla con tu padre
mientras termino de preparar el desayuno—lo movió hasta la mesa y
colocó un vaso de zumo frente a él.
Stiles decidió no replicar, no
creía que sirviera para nada.
—Papá,
siéntate—le pidió.
El sheriff se sentó algo
reticente en el lado opuesto a donde Peter se encontraba aún
cocinando, sin quitarle los ojos de encima, la mano suelta cerca de
su arma enfundada.
Stiles le explicó todo lo que
Peter le había contado y le aseguró que no quería hacerle daño.
Le pidió que confiara en su intuición, que no solía fallar con las
personas, y el sheriff finalmente cedió y con su plato ya vacío se
subió a dormir. Probablemente no habría conseguido convencerlo si
no hubiera estado exhausto tras un doble turno.
—Prepárate,
vamos a ir a comprar—le dijo Peter, fregando los platos y tazas del
desayuno.
Stiles no se quejó, si había
logrado cocinar comida decente con lo que tenían en casa no
imaginaba lo que conseguiría con comida de verdad. Peter se vistió
con ropa de Noah, que le sentaba mucho mejor que la de Stiles
(incluso si no le importaba ver al nunmyo con su camiseta ajustada) y
cuando Stiles estuvo listo subieron al jeep.
—¿En
tu mundo cocinas?—le preguntó mientras recorrían los pasillos del
supermercado.
—En
mi mundo vivo bajo el agua, pero es una de las cosas que más me
gusta de este mundo. Y deja eso, no es sano.
Stiles se le quedó mirando con
una caja de Reese's en la mano como si hubiera dicho la mayor
barbaridad de la historia. Emitió un agudo quejido que bien podría
haber salido de un animal herido. Peter suspiró y sacudió la
cabeza.
—De
acuerdo.
Stiles sonrió y echó un
paquete al carro y otro más por si acaso cuando Peter no miraba (le
iba a hacer probarlos y estaba seguro de que le iban a encantar).
Salieron del supermercado con la compra más saludable que jamás
había hecho (dejando de lado los paquetes de Reese's) y regresaron a
casa. Stiles metió un par de bolsas, las dejó en la mesa y se
desplomó en la silla, apoyando la cabeza en la dura superficie de la
mesa. Se alegraba de que fuera ya fin de semana, no podía creer lo
cansado que estaba y eso que apenas habían hecho nada. Peter entró
con más bolsas y colocó una mano en su nuca, masajeándola
suavemente.
—¿Es
normal que esté tan cansado?—preguntó sin incorporarse.
—Crear
vida dentro de ti conlleva mucha energía. Las mujeres embarazadas
suelen estar cansadas a menudo, esto no es diferente. De hecho, esto
requiere aún más energía así que es normal. Ve al sofá y
descansa mientras te preparo algo de comer. Bébete esto—le dijo,
entregándole una botella de bebida energética de frutas.
Stiles obedeció y se echó en
el sofá, cerrando los ojos y escuchando los ruidos de la cocina con
cierta melancolía. Le hacía recordar cuando era pequeño y su madre
aún cocinaba mientras él veía dibujos en la televisión. Un
recuerdo agridulce. Llevó una mano a su vientre y en algún momento
se quedó dormido.
Una sana (exigencia de Stiles)
pero deliciosa comida consiguió que el sheriff mirara un poco menos
mal a Peter. Stiles sabía que al final terminaría por aceptarlo.
Aquella noche consiguió que permitiera que durmiera en la habitación
con él; en el colchón en el suelo, por supuesto.
Stiles quería dormir, todo su
cuerpo se sentía dolorido, pero especialmente su estómago o quizás
su intestino. Solo quería que el sueño lo atrapara y al fin
consiguiera ignorar ese dolor. No fue así. Los minutos pasaban y tan
solo conseguía retorcerse en la cama.
—Stiles—le
llamó Peter en voz baja.
—Lo
siento, me estaré quieto.
—No,
no es eso—se incorporó y se sentó en la cama a su lado. Colocó
una mano en su vientre, deslizándola bajo la camiseta—. ¿Te
duele?
Stiles asintió.
—¿Es
normal?—preguntó, sin poder evitar mostrar algo de miedo en su
voz.
—Sí,
tu cuerpo se está ajustando.
—¿Ajustando?—preguntó
ahora sí listo para entrar en pánico.
—Nada
que vaya a ser permanente ni te cause daños. Cuando los huevos
salgan todo volverá a la normalidad. Es como el cuerpo de una mujer
se ajusta a un embarazo.
—¡Pero
yo no tengo un útero!—gritó susurrando para no despertar a su
padre—. Están en mi intestino, no se puede... no está hecho para
esto.
—Cariño,
confía en mí cuando te digo que esto no va a causarte ningún
daño—acarició su rostro con su otra mano, apartando los mechones
húmedos por el sudor y refrescando su piel con su frío contacto—.
Tus amigos son hombres lobo, has luchado seguramente contra otras
criaturas, sabes que existe la magia, brujas y druidas. Considera
esta una de esas cosas que simplemente es posible.
—¿Va
a doler todo el tiempo? ¿Cuánto va a durar esto?—no le gustaba
aceptar las cosas sin cuestionarlas, pero sabía que no tenía muchas
alternativas en este caso.
—El
embarazo durará unos dos meses más, siete semanas. Los dolores de
este tipo deberían pasarse en una semana o dos más, pero no puedo
darte una fecha exacta. Puedo... puedo ayudarte con ellos. Es solo
una sugerencia y no tienes que aceptar, pero sería más efectivo que
cualquier pastilla que pudieras tomarte—intentaba sonar tímido y
dubitativo, pero Stiles sentía que en el fondo estaba deseando hacer
lo que fuera que estuviera pensando.
—¿Es
como eso de absorber el dolor que hacen los hombres lobo?—preguntó,
mirándole con ojos entornados suspicaz.
—No
exactamente—hubo una fugaz sonrisa en su rostro, pero Stiles no se
la perdió—. Mi saliva es analgésica. También curativa, pero no
estás realmente herido así que esa parte no tendría efecto en ti.
—Tu
saliva. Ya—respondió escéptico.
—Como
te he dicho no tienes que aceptar, es solo una sugerencia, pero, si
aceptaras, solo tendría que besarte, con eso sería suficiente.
—Suficiente.
Ya.
—Olvídalo—sacudió
la cabeza y fue a levantarse de la cama, pero Stiles le agarró por
la camiseta.
—Como
sea mentira, cojo la pistola de mi padre y te lleno la cabeza de
balas, me da igual si sirve para matarte o no—le advirtió
totalmente serio.
Esta vez Peter sí sonrió,
aunque no parecía una sonrisa burlona, más bien parecía orgulloso
de él.
—Prometo
quedarme quieto para que lo puedas hacer.
Se acercó un poco más, apoyó
una mano junto a su rostro y se inclinó lentamente, dándole tiempo
de sobra para negarse. Stiles no se movió. Quería deshacerse como
fuera de aquellos dolores y si para ello tenía que besar a Peter...
bueno, no era un sacrificio tan grande. Cerró los ojos antes de
sentir los labios fríos contra los suyos. Era un beso dulce, casto,
y Stiles sabía que no servía de nada porque lo que contaba era la
saliva, ¿verdad? Pero no le importaba, se sentía bien. Cuando unos
momentos después la lengua acarició sus labios, los separó para
él. Se deslizó dentro, apenas acariciando su lengua, y comenzó a
dejar que su saliva fluyera en su boca. No era un beso invasivo ni
apasionado, tan solo un intercambio de fluidos y debería haberse
sentido asqueroso, pero el dolor en su vientre comenzó a desaparecer
casi de inmediato así que le daba igual lo asqueroso que pudiera
resultar.
Emitió un lastimero gemido
cuando se apartó y al escuchar la risa de Peter quiso golpearlo,
pero estaba demasiado relajado y al fin iba a ser capaz de dormir así
que decidió ignorarlo. Cerró los ojos, sintiendo una última
caricia sobre su pelo y un ligero beso en su vientre, y se quedó
dormido.
OWO que lindo y tierno quedó este capítulo.
ResponderEliminarY esos besos analgésicos rarrr 🦁
Espero saber que pasará (que misterios abra, quiero ver la gran noche🎶 ok no) con los huevos.
Jdjjdudguebejf esto me esta encantandoooo, ay dios son beios, me dolio lo de peter :') pobrecito. Aunque no se si sea verdad �� ya quiero saberrrr.
ResponderEliminarHayyyyy A-M-O a Peter!
ResponderEliminarEs tan tierno y dulce son Stiles, ya quiero que pasen a segunda base (?
Me encanta la trama nunca había leido algo asi es sumamente interesante, estare ansiosa esperando la conti
Saludos😘♡