Título: Lo que necesitas
Fandom: MCU Pareja: Tony Stark x Peter Parker
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +14 Advertencias: ninguno
Capítulos: 1
Resumen: Cuando las cosas van mal y Peter ya no puede soportarlo más, Tony está ahí para cuidar de su arañita.
Recuadro: Cry into chest
* * * * *
Había
sido una mala semana, también un mal mes, aunque hoy había sido
especialmente terrible. Había llegado tarde a un atraco y un
inocente había muerto. Había detenido a los criminales y había
salvado al resto de rehenes, pero un hombre había muerto.
—Has
hecho todo lo que podías, no fue culpa tuya—le decía Tony, pero
Peter no podía evitar sentirse culpable.
Si
hubiera llegado unos minutos antes... Quería decírselo en voz
alta, pero había momentos en los que no era capaz de hablar, en los
que temía que su voz temblara demasiado y solo salieran sollozos.
—Necesitas
relajarte, arañita—le dijo Tony y Peter se tensó.
Negó
con la cabeza. No, no en ese momento, no quería dejar de pensar en
ese momento. Tenía que saber qué podía haber hecho diferente para
que aquello no volviera a suceder.
—Deja
que daddy te cuide, deja que me encargue de todo—colocó las manos
en sus hombros y lo acercó hasta que estuvo apoyado contra su pecho.
—T-Tony...
—Shh...
Solo confía en mí, deja que cuide de mi pequeño—le pidió y
Peter sabía que se detendría si se lo decía, pero si Tony creía
que lo necesitaba, tal vez sí era así.
—Vale,
daddy—respondió finalmente.
—Muy
bien. Primero un baño para relajarte. FRIDAY.
»Preparando
un baño, señor.
Daddy
le dio un beso en la frente y lo llevó hacia el baño que
compartían. Mientras terminaba de llenarse la bañera, le quitó la
ropa y sacó la cesta de bombas de baño. Si Peter se encontrara en
un mejor estado, le dejaría escoger cuál quería, pero tal y como
estaba lo mejor era que no le hiciera tomar decisiones. Tony escogió
una bola rosa y violeta y la apartó a un lado antes de guardar el
resto.
»El
baño está listo.
—Vamos—daddy
le tendió las manos y le ayudó a entrar en la bañera—. Aquí
tienes, arañita.
Peter
tomó la bomba entre sus manos y la introdujo lentamente en el agua,
disfrutando de su burbujeo y del olor a lavanda que emanaba. Cuando
terminó de disiparse, dejó en sus manos un pequeño muñeco de
Pokémon.
—¡Charmander!—exclamó
con un entusiasmo algo forzado, mostrándoselo a daddy.
—Genial,
cariño. Juega con él mientras traigo tu pijama.
Peter
movió a Charmander por el agua rosa sin mucho ánimo. Lo estaba
intentando, pero aún no estaba completamente sumergido en su mundo
de little. Daddy regresó y le lavó la cabeza con el champú
especial que no le hacía llorar. Peter se relajó gracias al masaje
que le daban sus fuertes dedos y cuando daddy siguió lavando su
cuerpo la tensión fue disipándose poco a poco. Cuando lo sacó de
la bañera, Peter se sentía casi de goma.
—¿Quieres
que se una al resto de Pokémon?
Peter
asintió. Lavó el muñeco y lo colocó en la estantería de la pared
de la bañera junto a sus otras figuras mientras Tony lo secaba. Le
alegró que daddy escogiera su pijama de Iron Man, seguía siendo su
superhéroe favorito y le ayudaba a sumergirse más en su mentalidad
little. Tony lo acompañó al salón y sacó su cuaderno y sus
pinturas.
—Pinta
un poco mientras hago la cena—Tony revolvió sus cabellos aún algo
húmedos y se fue a la cocina.
Peter
intentó dibujar algo, intentó concentrarse y hacer lo que daddy le
había pedido, pero no podía dejar de pensar en el hombre que había
muerto por su culpa. Si hubiera llegado unos minutos antes, si se
hubiera enterado antes del atraco-
—Arañita,
cielo—de repente Tony estaba a su lado, abrazándolo con fuerza y
acariciando sus cabellos.
—T-Tony...
—Shh,
tranquilo, voy a cuidar de ti. Vamos a la cama, daddy va a hacer que
te sientas mejor.
Tony
lo levantó en brazos y Peter se aferró a su camiseta, ocultando el
rostro en su cuello. Lo dejó en el suelo frente a la cama y le bajó
los pantalones y sus calzoncillos de Spider-man. Se sentó en la cama
contra el cabecero y extendió la mano hacia Peter. Sabía lo que
significaba eso y se apresuró en obedecer. Se tumbó sobre el regazo
de daddy y esperó ansioso.
—Cariño,
quiero que te quede claro que esto no es un castigo. No has sido
malo, eres mi niño bueno—le aseguró mientras acariciaba su
espalda—. Esto es solo para relajarte, ¿lo entiendes?
—Sí,
daddy, por favor—respondió, moviendo sus caderas.
—¿Para
qué es esto, cariño?—preguntó para asegurarse de que le estaba
escuchando.
—Para
relajarme, daddy.
—Muy
bien, empezaré con quince.
El
primer azote le sorprendió y Peter gritó. Sus nalgas frías
ardieron. Estaba preparado para los siguientes y los recibió como un
niño bueno. Cada azote le ayudaba a despejar la mente, a sumergirse
un poco más en su mundo de little, a alejarse de su estrés de
adulto en la universidad y de la gran responsabilidad que suponía
ser Spider-man y tener la vida de la gente en sus manos. Ahora mismo
no era Spider-man ni Peter Parker, solo la arañita de daddy y daddy
se encargaría de todo, no tenía que preocuparse de nada.
Al
final de los quince azotes, su erección se restregaba contra el
muslo de daddy y su trasero palpitaba con un agradable calor. Tony
decidió que no era suficiente y siguió con otros quince. El placer
comenzó a disiparse y dio paso al dolor. Peter intentó apartarse,
pero Tony lo retuvo con una mano en su espalda (y solo pudo hacerlo
porque Peter se lo permitió). Su erección desapareció y sus ojos
ardían. Un azote particularmente fuerte sobre sus muslos hizo que
las lágrimas se desbordaran por sus mejillas y ya no pudo
contenerse. Comenzó a llorar con intensidad, aferrándose a las
sábanas. No estaba llorando solo por el dolor de su trasero, estaba
dejando salir toda la ansiedad y estrés, toda la culpa y los
terribles pensamientos que le habían provocado su fracaso.
Apenas
se percató cuando daddy lo sentó en su regazo, tan solo siguió
llorando y desahogándose con el rostro oculto en su pecho mientras
daddy lo abrazaba y lo acunaba. Su mente estaba en blanco y se sentía
seguro y cuidado. Las lágrimas cesaron cuando ya simplemente no
quedaban más y se sentía agradablemente vacío. No reaccionó
cuando daddy le aplicó la crema refrescante y le puso el pijama, tan
solo se acurrucó contra él cuando se tumbó a su lado y dejó que
lo arropara. Sabía que cuando despertara se sentiría bien, renovado
y daddy cuidaría de él.
* * * * *
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