Título: Tócame
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: TP Advertencias: ninguna
Capítulos: 1
Resumen: Solo un abrazo, eso es todo lo que necesita. Y la desesperación por conseguir uno es insoportable.
Recuadro: Touch Starved (necesitado de contacto físico).
* * * * *
Stiles
quería un abrazo. Sentía ese hormigueo en su piel, esa tensión que
solo podía aliviarse con un abrazo. No recordaba la última vez que
había recibido uno e incluso entonces probablemente había sido uno
de esos medio abrazos de hermano de Scott o esos apenas apretones de
hombros de su padre. Echaba de menos esos intensos abrazos de su
madre antes de que se pusiera enferma. Incluso uno de los abrazos de
Melissa. Su necesidad había llegado hasta el punto en que sentía
ganas de llorar y un horrible dolor en el pecho cada vez que
simplemente leía algo sobre un abrazo, por inocuo que pudiera
parecer. Estaba desesperado y era aún peor cuando estaba en
presencia de otros y no podía más que pensar en pedirles un abrazo,
pero nunca se atrevía. ¿No quería quedar en ridículo? ¿No quería
que se preocuparan por él? ¿No quería ser rechazado? No estaba
seguro de cuál era la razón, pero no era capaz de pedir un abrazo.
Sentía
una insana envidia cada vez que veía a otros abrazándose, incluso
cuando veía a los miembros de la manada apoyándose unos contra
otros durante las reuniones. Porque entre ellos sí se tocaban. Los
hombres lobo eran criaturas muy táctiles y entre ellos se daban
constantes abrazos y se tocaban de forma casual cada vez que podían,
pero no lo hacían con Stiles. ¿Quizá porque era humano? ¿Quizá
porque no tenía uno de esos vínculos que ellos compartían? Fuera
por la razón que fuera, Stiles siempre se encontraba aislado en las
reuniones. La última vez que alguien lo había tocado –una vecina
en el supermercado–, Stiles se había sobresaltado tanto por la
falta de costumbre que la mujer creía haber hecho algo malo. Stiles
se puso rojo y se disculpó, marchándose a casa sin hacer la compra.
Esa
tarde, lloró durante casi media hora tras encontrar en tumblr la
historia de un chico que hablaba de una charla sincera con su padre
tras la cual se abrazaban. Era un párrafo breve y ni siquiera tenía
una impresionante prosa, pero ahora esas cosas le afectaban por
pequeñas que fueran. Se lavó la cara y se preparó para ir a la
reunión de la manada. No tenía miedo de que se percataran de su
estado, nunca lo hacían. Cuando llegó al loft, ni siquiera se
dieron cuenta de su presencia. Scott estaba discutiendo con Derek y
supo de inmediato el motivo cuando vio a Peter sentado cómodamente
en el sofá.
Hacía
meses que no veían al lobo zombi. Un día, habían encontrado a una
bruja que había estado sacrificando a gente. Peter la había matado
en lugar de ser diplomático con ella como Scott quería y este se
había puesto furioso, amenazando con hacer que lo encerraran. No
habían vuelto a verlo desde entonces. Derek les había dicho que se
había marchado hasta que se calmaran los ánimos, pero con el paso
de los meses creyeron que no regresaría.
Lydia
estaba en la esquina más alejada del loft con los brazos cruzados y
mirando con ira al lobo. Erica, Isaac y Boyd, quienes no habían
sufrido el terror del exalfa aquellos primeros meses, estaban
sentados en el otro sofá, esperando al resultado de la discusión
sin interferir. Stiles avanzó y se sentó en el sofá junto a Peter,
tan cerca que casi se estaban tocando. En el fondo esperaba que el
lobo lo tocara, tal vez solo un roce para marcarlo con su olor.
Cualquier cosa.
—Hey,
lobo zombi, ¿cómo te va la vida?—le preguntó con tono ligero.
—Mejor
que a ti, parece—respondió.
Peter
inclinó la cabeza hacia él y olfateó su rostro, casi rozando su
mejilla con la nariz. Stiles se puso tenso. ¿Podría oler aún sus
lágrimas? Intentó apartarse disimuladamente, pero de repente tenía
una mano alrededor de su nuca. Stiles se sacudió ante el repentino
contacto y no pudo contener un lastimero gemido. Por un momento fue
desagradable, la falta de costumbre haciéndole sentir extraño, las
lágrimas ardiendo en sus ojos, pero unos segundos después se
derritió contra el lobo.
—¡¿Qué
estás haciendo?! ¡Suéltalo!—exigió Scott, acercándose a ellos
con los puños apretados y sus ojos brillando.
Peter
puso los ojos en blanco, pero no apartó la mano de su cuello.
—Ni
siquiera te has dado cuenta, ¿verdad? Eres el alfa más penoso que
he conocido. Y tú—añadió, dirigiéndose a Derek con tono de
asco—, me decepcionas, eres una vergüenza de hombre lobo.
—¡Deja
en paz a Stiles! ¿Qué le estás haciendo?—preguntó Scott,
ignorando sus palabras.
Peter
se levantó, soltando a Stiles por primera vez. El chico emitió un
incontrolable quejido, inclinándose hacia él en un intento de
perseguir su contacto. Peter se giró y le tendió su mano abierta.
—Tengo
Netflix y un sofá muy cómodo.
Stiles
le miró boquiabierto con silenciosas lágrimas desbordándose de sus
ojos. No le importaba por qué lo estaba haciendo, no le importaba lo
que pensaran los demás, sabía lo que le estaba ofreciendo y era
imposible rechazarlo. Tomó su mano y se levantó sobre piernas
temblorosas. Salió junto a él del loft a pesar de las quejas de
Scott y Derek.
—P-puedo
seguirte en el jeep—le dijo, aclarándose la garganta.
—No
estás en condiciones de conducir ahora mismo, vendrás
conmigo—replicó tajante.
Lo
llevó hasta un llamativo Shelby Cobra (y por supuesto que ese coche
tenía que ser de Peter) y abrió la puerta del pasajero para él.
Stiles apretó su mano por un momento antes de soltarla, lamentando
de inmediato la pérdida de contacto. Sin embargo, nada más arrancar
el coche, Peter tomó de nuevo su mano. Stiles cerró los ojos y pasó
el trayecto embebiéndose en aquel pequeño contacto.
Cuando
reabrió los ojos, se encontraban frente a un moderno edificio del
centro. Esta vez, cuando salieron del coche, Peter colocó la mano en
su nuca y Stiles suspiró con alivio. Lo guió hasta la última
planta y lo invitó al único apartamento que había allí. Cuando
cerró la puerta, se giró hacia él y colocó las manos sobre sus
hombros.
—Dime
qué es lo que necesitas.
Stiles
agachó la cabeza avergonzado. ¿Cómo podía decirle que lo único
que necesitaba era un abrazo? Que llevaban tanto tiempo sin tocarle
que resultaba doloroso. Que se daba cuenta ahora de que probablemente
la última vez que alguien de su manada o de la familia le había
tocado había sido Peter aquel día antes de desaparecer (y eso era
aterrador).
—Hey,
nada de eso—Peter levantó su rostro con un dedo bajo su barbilla
que le recordaba tanto a aquella noche en el campo de lacrosse y que
resultaba ahora tan amable—, no tienes que avergonzarte sea lo que
sea. No es nada malo necesitar el contacto de otra persona. Ha sido
un gran error por parte de ellos descuidarte de ese modo solo por no
ser un hombre lobo.
Stiles
tragó saliva antes de poder hablar en un susurro.
—¿Puedes
darme un abrazo?
Peter
no respondió, lo envolvió con sus brazos y lo abrazó todo lo
fuerte que pudo sin causarle daño. Stiles no pudo contener un
sollozo. Dios, ¿cómo podía
algo tan simple y corriente como un abrazo sacudir su psique de ese
modo? Sus manos temblaban al aferrarse a la camiseta de Peter antes
de corresponder al abrazo con todas sus fuerzas. Sintió la tensión
abandonar su cuerpo lentamente y un profundo alivio fluir dentro de
él como si le hubieran inyectado morfina para un dolor crónico. Se
había acostumbrado tanto a no ser tocado, ni siquiera abrazado, que
no había sido consciente hasta ese momento de la profundidad de la
herida.
No estaba seguro de cuánto tiempo permanecieron allí, en la entrada
del apartamento, abrazándose, pero cuando se separaron, ya no sintió
esa desesperación de aferrarse al lobo. Su cuerpo estaba relajado,
tranquilo, su mente incluso flotando en una nube. No ofreció
resistencia cuando Peter lo llevó al sofá y lo tumbó encima de sí
mismo. Encendió la televisión en un canal aleatorio y lo abrazó de
nuevo. Stiles cerró los ojos, disfrutando de aquella sensación con
la cabeza apoyada sobre el pecho del lobo y escuchando sus estables y
tranquilos latidos.
—¿Por
qué haces esto?—preguntó largo rato después, no recriminándole,
tan solo por curiosidad.
—Es
mi deber, y el deber de todo hombre lobo, cuidar de sus compañeros
de manada, especialmente de los humanos. No solo física, sino
también mental y emocionalmente.
Era la respuesta apropiada, pero Stiles sabía que había más
significado oculto tras esas palabras. No era el momento para pensar
en ello, necesitaba una mente más clara para eso.
—¿Vas
a quedarte esta vez o solo has venido de paso?—se mordió el labio,
lamentándose al instante de haber hecho esa pregunta. No quería
saberlo porque si Peter se marchaba regresaría a ese horrible estado
y no quería pensar en ello en ese momento.
—No
puedo confiar en que ese inútil alfa cuide de su manada
apropiadamente así que me quedaré.
Mientras
tú estés aquí, fue algo que
no dijo, pero que ambos comprendieron.
aaahhhh..!!! pañuelos necesito pañuelos..!!
ResponderEliminaraMO A PETER, DIOS, ESTOY LLORANDO
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