Título: Aislados
Fandom: The Walking Dead Pareja: Daryl Dixon x Carl Grimes
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +14 Advertencias: soft lemon
Capítulos: 1
Resumen: Bajo una intensa tormenta de nieve, Carl acaba solo ocultándose bajo un puente hasta que Daryl aparece.
Recuadro: Atrapado en una tormenta.
* * * * *
Una
horda de caminantes había hecho que se separasen. Carl había
intentado mantenerse cerca de su padre, pero la intensa tormenta de
nieve había conseguido que perdiera de vista a todos. Cómo deseaba
que los zombis se congelaran en ese tiempo tanto como lo estaba él.
No dejaban de aparecer y apenas podía anticiparse a sus ataques por
la densa cortina blanca que no se disipaba. Tampoco era fácil
caminar, sus pies hundiéndose en el casi medio metro de nieve con
las botas y los calcetines empapados. Sus manos estaban heladas a
pesar de los guantes y le costaba sostener el revólver.
Se
encontró con un puente, pero no quería continuar antes de reunirse
con los demás. Se deslizó por la cuesta de la ribera, intentando
frenar antes de acabar en el agua. La nieve se lo impidió, pero el
río estaba helado y solo patinó un poco antes de volver a la
orilla. Se ocultó bajo el puente, que le dio al fin un respiro de la
intensa tormenta. También había nieve bajo el puente, pero
consiguió apartarla a ambos lados, dejando la tierra helada
descubierta y formando unos muros para aislarlo cuanto fuera posible
del viento y de la vista de los caminantes. Se sentó acurrucado
contra la fría piedra del puente, lo más cobijado que podía. Se
quitó los guantes y echó el aliento caliente sobre sus manos. Sus
dedos estaban casi morados y apenas los sentía.
Esperaba
que la tormenta terminara pronto. La ropa que llevaba no era
apropiada para ese tiempo, no habían logrado encontrar ropa de
abrigo cuando el mal tiempo llegó. Quería encontrar cuanto antes al
resto del grupo, reunirse con todos y asegurarse de que se
encontraban bien. Se sentía adormilado, pero sabía que no podía
quedarse dormido o acabaría congelado o devorado por un caminante.
De
repente, una de sus murallas comenzó a derrumbarse. Carl se preparó
para atacar, esta vez con el cuchillo porque no quería hacer ruido
para atraer a más caminantes. Apenas consiguió detenerse cuando vio
que el intruso era Daryl. Suspiró aliviado y dejó caer el cuchillo.
—¡Carl!—exclamó
Daryl sorprendido.
—Dios,
Daryl, qué susto me has dado—suspiró aliviado, apoyándose contra
el puente.
—¿Estás
bien? ¿Estás solo?—le preguntó su compañero, mirándolo de
arriba abajo para asegurarse de que no había heridas.
—Estoy
bien. Casi congelado, pero bien. Eres el primero al que veo desde que
nos separamos—y estaba tan aliviado. Ahora sabía que todo iría
bien, no tendría miedo mientras Daryl estuviera a su lado.
—Deberíamos
quedarnos aquí hasta que acabe la tormenta. Vamos a reconstruir
esto.
Daryl
comenzó a rehacer el muro de nieve con las manos desnudas y Carl le
apartó porque así iba a congelarse las manos.
—Yo
lo haré. Siéntate y entra en calor, no serás útil si pierdes los
dedos.
—Me
alegra ser útil por mis dedos—replicó con una sonrisa, pero
obedeció y se sentó en el lugar donde había estado Carl.
Cuando
terminó de aislar el pequeño refugio, Carl se sentó junto a su
compañero y se frotó las manos para que entraran en calor. Daryl
tomó sus manos y las frotó con las suyas.
—¿Encontraremos
a los demás?—preguntó el chico, viendo en la tenue luz sus manos
recuperando el color.
—Por
supuesto, siempre lo hacemos. ¿Cuántas veces hemos acabado
separándonos y reencontrándonos?
—Nunca
en una tormenta de nieve.
—Cosas
peores hemos sufrido. Tenemos un destino en mente así que todos se
dirigirán hacia allí y en un punto u otro nos encontraremos—le
aseguró.
—No
estamos preparados para algo así. ¿No estás helado con solo esa
ropa?—había estado preocupado por él porque era el que iba más
desprotegido, habiendo cedido lo poco que habían conseguido
encontrar para los demás.
—Joder,
sí. Pero tampoco estábamos preparados para un apocalipsis zombi y
aquí estamos.
Carl
rio y sacudió la cabeza.
—¿Desde
cuándo eres tan optimista?—preguntó, apoyándose contra él.
—¿Y
desde cuándo eres tú tan pesimista? Creía que ya habías dejado
atrás esa fase adolescente.
—¡Idiota!—siseó
sin malicia, golpeándole la rodilla con la suya—. Yo no he pasado
ninguna fase adolescente.
—Por
supuesto que sí, aunque apenas eras adolescente cuando empezaste,
pero maduras rápido—rodeó sus hombros con un brazo y lo juntó
más a su cuerpo para intentar mantener el calor.
Carl
apoyó la cabeza sobre su hombro y cerró los ojos. Ahora se sentía
seguro, no tenía miedo de acabar devorado por un caminante mientras
dormía y el sueño lo envolvió rápidamente. Estaba acostumbrado a
dormir en lugares incómodos y extraños, aquello no era nada.
—Carl.
Hey, Carl, despierta.
El
chico entreabrió los ojos cuando Daryl le sacudió por los hombros.
Se sentía adormilado y tenía frío, le costaba levantar los
párpados.
—Mmh...
Sueño...—murmuró, intentando acomodarse de nuevo contra el cuerpo
de su compañero.
—No,
no. No puedes dormirte. Ven aquí—lo sentó a horcajadas en su
regazo, abrió las chaquetas de ambos y lo abrazó, deslizando las
manos bajo su ropa—. Tienes que entrar en calor.
—Uhn...
Si sigues con esto sí que voy a entrar en calor—murmuró, moviendo
sus caderas contra Daryl.
Tenía
a Daryl entre sus piernas, no podía ni contar las veces que había
fantaseado con ello, todas las veces que había querido masturbarse
pensando en él y no había podido porque era casi imposible
encontrar cinco minutos para uno mismo en el apocalipsis. Rodeó sus
hombros con los brazos y hundió el rostro en su cuello. Uhng...
qué bien olía, tan masculino y natural.
—Carl...
oye...
—Ngh,
Daryl—movió sus caderas y presionó su erección contra la
entrepierna de su compañero.
El frío se disipaba y los lugares que Daryl estaba tocando ardían.
Su mente se sentía en las nubes, estaba excitado y somnoliento. Es
posible que se quedara dormido en algún momento mientras se
balanceaba sobre el regazo de Daryl. No estaba seguro de cuándo
estaba dormido y cuándo despierto, de cuánto era real y cuánto una
fantasía. No podía pensar con claridad y en ese momento no le
importaba, tan solo necesitaba más de aquel contacto.
—Joder,
Carl—Daryl gruñó y levantó las caderas sin poder contenerse.
Carl se estremeció. Esa voz lo derretía, siempre conseguía que sus
piernas temblaran.
—Da-Daryl...
por favor... Ngh, tócame...—le suplicó. Necesitaba esas manos en
otras partes, quería que lo acariciara, quería ese firme contacto
en las partes más sensibles de su cuerpo.
Daryl
echó la cabeza hacia atrás, golpeándose en la roca. Tenía que
controlarse, tenía que aguantar, tenía... joder.
Agarró el trasero del chico y lo presionó contra él. Carl gimió
en su oído y sintió el semen caliente a través de sus pantalones.
El chico se derritió en sus brazos y Daryl aún estaba duro, pero no
pensaba hacer nada al respecto. Ya no estaba tan preocupado, ambos
habían entrado en calor y fuera la tormenta estaba amainando.
Carl despertó alrededor de una hora más tarde, aún en el regazo de
Daryl. Cuando se percató de ello, sintió su rostro ruborizarse. Qué
vergüenza, había tenido una de sus fantasías con Daryl mientras
estaba sentado sobre él. ¿Y por qué estaba sentado sobre él?
—Um...
¿Ya se ha parado?—preguntó, apartándose de él e ignorando la
situación en la que había despertado.
Al
moverse pudo sentir la humedad en sus calzoncillos. Oh,
dios, ¿se había corrido
mientras dormía sobre Daryl?
—A-ah...
yo... Ah...—estaba temblando, su rostro ruborizándose hasta las
orejas—. L-lo siento-
—Hey,
tranquilo, no pasa nada. Solo ha sido un accidente, no es tan extraño
con tu edad.
—Dios,
lo dices como si me hubiera hecho pis en la cama en lugar de correrme
pensando en ti—replicó con un gruñido, cubriéndose la cara con
ambas manos.
—Estabas...
Creía que... ¿No estabas alucinando?—preguntó Daryl confuso.
—¿Alucinando?—Carl
le miró extrañado.
—Supuse
que estarías pensando en otra persona—respondió, encogiéndose de
hombros.
Carl se mordió el labio. ¿Debería decírselo o dejar que pensara
eso?
—Me
gustas—soltó en lugar de seguir pensándolo porque sabía que, aun
si Daryl no le correspondía, nunca lo trataría de forma diferente.
—Te...
—Desde
hace tiempo y no pienses que es una tontería de adolescentes porque
si puedo matar zombis puedo saber de quién estoy enamorado—añadió
serio y firme. Podía aceptar que le rechazara, pero no que hiciera
de menos sus sentimientos.
Daryl gruñó y se restregó el rostro con las manos. Carl agachó la
cabeza, el temor se extendía por su cuerpo, abrumado por el
inminente rechazo.
—Tu
padre va a matarme.
Carl levantó la cabeza confuso y entonces sintió la mano en su nuca
y de repente sus labios estaban unidos a los de Daryl. Estaba tan
sorprendido que no fue capaz de reaccionar y antes de darse cuenta
Daryl ya se había apartado.
—L-lo
siento, no-
El chico le interrumpió antes de que pudiera seguir disculpándose
con la idea equivocada y esta vez correspondió al beso. Estaba
viviendo un sueño, estaba besando al hombre del que estaba enamorado
y que jamás creyó que podría corresponderle por culpa de su edad.
El sentimiento de felicidad que lo llenaba era tan poco habitual que
le dejaba sin aliento.
—Creo
que, después de todo lo que hemos pasado, mi padre se alegrará de
que ambos seamos felices.
Estaba leyendo la foto y siento que debería preocuparme por todo lo que hay en ella :'v siento que voy a sufrir en algunas.
ResponderEliminarPor cierto, creo que necesito mas de ésta pareja ❤️