Título: En una lejana luna
Fandom: Teen Wolf/Marvel Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski, Loki & Stiles
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, violencia, bestiality
Capítulos: 4 (1 de 4)
Resumen: Cuando Stiles descubre que Loki es su padre, no acude a él de inmediato, primero investiga porque así es como trabaja. No ha sobrevivido tanto tiempo precipitándose. No sabe cómo reaccionará Loki a su presencia (tampoco los Vengadores, pero ellos no son importantes), aun así, con su madre muerta él es la única familia que le queda y, más importante aún, es alguien de quien puede aprender, sobre el mundo y sobre sí mismo. Con esta búsqueda de conocimiento conseguirá más de lo que esperaba.
Nota: No soy una experta en Marvel, solo soy fan de ciertos personajes, así que me he tomado algunas libertades; la Federación es una unión de planetas más allá de los Nueve Reinos.
PD: La historia comienza pre Civil War, pero en la parte final podéis notar que aparece solo parte del equipo del Capitán más Thor y Strange. También se ha omitido por completo el Ragnarok.
Primera Parte
Cuando
lo descubrió, Stiles se encontraba en su pequeño apartamento en el
barrio de Queens. La televisión estaba encendida, pero apenas le
prestaba atención. Fuera se oían gritos y explosiones. Nueva York
estaba siendo atacada por criaturas del espacio. No estaba
preocupado, siguió planchando el uniforme de trabajo en caso de que
la tienda de videojuegos no quedara destruida y pudiera ir a trabajar
al día siguiente. Entonces, por el rabillo del ojo vio a un hombre
vestido de verde esgrimiendo una vara con una luz azul. Su atención
se fijó de inmediato en la televisión. Observó atentamente a aquel
poderoso hombre que era capaz de realizar ilusiones y lanzar
hechizos. Lo supo en ese momento, algo dentro de él le decía que no
se equivocaba.
El
olor a quemado lo distrajo. Apartó la plancha del pantalón, donde
se había formado una marca negra. Arrugó la nariz y pasó la mano
sobre la marca, haciéndola desaparecer. Apagó la plancha y se sentó
en el sofá frente al televisor. Ir a trabajar ya no era importante
en ese momento (nunca lo había sido realmente, no era más que una
forma de ser un poco más humano, de pasar desapercibido). Cuando la
pelea entre aquellas criaturas terminó, solo esperaba que aquel
hombre siguiera vivo. En ese caso, sin duda lo encontraría incluso
si se lo llevaban a otro mundo.
Le
llevó algo de tiempo. Quería investigar, conocer, asegurarse de que
podía conseguir lo que quería y de que su intuición no estaba
equivocada. Sabía que tenía tiempo, mucho tiempo. No había ninguna
prisa. Unos pocos años tras el ataque a Nueva York, Stiles entró en
la Torre Stark, que ahora pertenecía a los Vengadores. Sonrió
amablemente a la recepcionista y al guarda de seguridad y ellos le
devolvieron la sonrisa. Pasó una tarjeta en blanco por el lector de
acceso y este se puso en verde y le abrió paso. Subió en el
ascensor hasta la sala común de los alojamientos de los Vengadores y
allí estaba la Viuda Negra, Ojo de Halcón y Capitán América, a
los que conocía tan bien como cualquier persona ajena podía
conocerlos.
—¿Quién
eres?—preguntó de inmediato Natasha, poniéndose en guardia al
igual que los otros dos, listos para enfrentarse al enemigo.
—Puedes
llamarme Stiles. Es un placer conoceros—su sonrisa afilada
probablemente no transmitía ese sentimiento. Podría disimularlo,
pero realmente no le apetecía con esta gente.
—¿Cómo
has entrado aquí?—preguntó Steve, poniéndose frente a sus
compañeros como el escudo que siempre era.
—Con
un par de trucos—respondió Stiles, girando entre sus dedos la
tarjeta en blanco que el lector había reconocido como una de los
empleados—, pero eso no es importante. Solo vengo por un motivo y
tan pronto como se cumpla desapareceré.
—FRIDAY,
avisa a Tony y a los demás—le ordenó Clint con tono sereno pero
precavido.
Stiles
suspiró. Iban a alargar esto más de lo que deseaba. No tenía
sentido explicarles todo ahora y tener que hacerlo de nuevo con los
demás, así que esperó bajo las amenazadoras miradas de los tres
Vengadores. Al poco rato, las puertas del ascensor se abrieron para
revelar a Tony Stark junto con Sam y Rhodey.
—FRIDAY,
¿cómo ha entrado este chico aquí?—preguntó Tony en voz alta,
rodeando a Stiles hasta pararse junto al Capitán.
«Los
sensores lo identificaron como un trabajador con acceso ilimitado».
—¿Acceso
ilimitado? ¿Qué-?
—No
culpes a tu máquina. Utilicé algunos trucos, nada que pudieras
evitar—le interrumpió Stiles, agitando los dedos en el aire—. No
me apetece esperar a los demás, no son relevantes de todos modos,
así que se lo explicáis vosotros luego. Iré al grano: quiero ver a
Loki.
—No
se me ocurre otro motivo por el que quieras ver a Loki que tramar
algún otro ataque contra la Tierra así que no—respondió Tony al
tiempo que Steve preguntaba:
—¿Por
qué quieres ver a Loki?
—Porque
es mi padre. Ya sabes, reunión familiar y todo eso—respondió,
agitando las manos quitándole importancia.
Se
oyeron varias exclamaciones de sorpresa por la sala y Stiles contó
los segundos hasta que asimilaron la noticia.
—¿Qué
quieres decir con que es tu padre?—preguntó Sam, mirándole de
arriba abajo como si intentara ver las similitudes entre ambos.
—¿Es
que no sabes cómo funciona? ¿Todavía crees que a los bebés los
traen las cigüeñas desde París? Pídele a tu amigo científico que
te explique la historia de las abejas y las flores—le dijo,
indicando con la cabeza hacia Tony.
—¿Por
qué crees que Loki es tu padre?—preguntó Natasha, la que le
observaba con una mirada más calculadora. Tras su investigación
sobre los Vengadores, la Viuda Negra sin duda se había convertido en
su favorita.
—No
lo creo, lo sé. Digamos que tenemos ciertas... similitudes.
Un
momento tenían frente a ellos un chico con camisa a cuadros y el
rostro lleno de lunares y al siguiente se encontraban ante el
semidiós que tantos dolores de cabeza les había provocado. Las
posturas de todos los Vengadores se volvieron tensas, listos para
atacar al mínimo movimientos sospechoso. Stiles no pudo evitar
sonreír ante la reacción que provocaba la mera imagen de su padre,
pero decidió que era mejor no tentar a su suerte así que volvió a
recuperar su apariencia habitual.
—Mi
madre me habló de él muchas veces, de sus poderes. Cuando lo vi por
televisión el día que atacó Nueva York supe que era él. Ahora, si
me hacéis el favor de contactar con él o decirme cómo puedo
hacerlo yo mismo...
Steve
dio un paso hacia delante y Stiles estaba preparado para matarlo si
era necesario, incluso si su postura no cambió lo más mínimo para
no delatarse.
—Lo
siento mucho, pero Loki murió—le dijo el Capitán con expresión
casi preocupada.
—Ya.
No, no lo creo—replicó Stiles arqueando una ceja.
—Es
cierto—Tony avanzó también un paso, poniéndose de nuevo a la
altura de Steve. Stiles podía ver la rivalidad que había entre
ellos, al menos por parte de Tony. Estaba seguro de que su padre lo
había visto también y seguramente habría intentado usarlo en su
contra, era muy evidente—. Loki murió salvando a Thor, se
sacrificó. Al final hizo algo bueno con su vida.
Stiles
se mordió el labio, pero al final no pudo contener una carcajada y
las expresiones en los rostros de los Vengadores fueron aún más
delirantes.
—¿Y
vosotros os lo creísteis?—preguntó limpiándose los ojos—. Me
decepcionáis, o me decepciono a mí mismo. Por mi investigación os
hacía más inteligentes, pero debí cometer algún error. Apuesto a
que está en Asgard. ¿Por qué no llamáis a Thor para que me lleve
allí?
—¿Por
qué iba a estar en Asgard?—preguntó Steve.
—Porque
no hay mejor lugar para ocultarse que a plena vista—respondió
poniendo los ojos en blanco. Era tan evidente que realmente se
lamentaba por haberles dado más crédito del que merecían—.
Ahora, ¿llamáis a Thor?
—No
es tan fácil contactar con él—replicó Tony.
—Sí
lo es, está con Jane en Nuevo México. Que venga en uno de tus
aviones si no quiere usar su martillo.
—¿Cómo
sabes que están allí?—volvió a preguntar el Capitán.
—Ya
os lo he dicho, os he investigado, no soy tan idiota como para venir
aquí sin prepararme. Y realmente habría preferido evitarlo del
todo, pero no tengo forma de viajar a Asgard por mi cuenta, así
que...
Les
costó algo de tiempo y algunas discusiones entre ellos –que Stiles
ignoró sentado cómodamente en uno de los sofás– hasta que al fin
decidieron llamar a Thor. Observado cautelosamente por todos los
Vengadores presentes, Stiles esperó pacientemente la llegada de su
tío, lo que significaba dar vueltas por la sala, abrir y fisgar en
todos los armarios y cajones de la cocina, comer un par de bolsas de
aperitivos y dar más vueltas por la sala porque Stiles era todo
energía (casi literalmente). Los Vengadores lo observaban cautelosos
y después exasperados hasta que Thor llegó unas horas más tarde.
—¿Quién
es tu madre?—fue lo primero que le preguntó cuando llegó a la
Torre Stark.
—Kuraida,
hija de Nogi.
—¡¿El
rey kitsune?!—exclamó Thor con una expresión que puso en guardia
a todos.
—El
mismo. Entenderás por qué mi madre huyó a Midgard conmigo.
—Sí,
por supuesto. Pero no sabía que mi hermano había tenido una
relación con una kitsune.
—Dudo
mucho que te cuente todas sus aventuras. No duró más que unas
semanas de todos modos—respondió encogiéndose de hombros.
—Espera,
espera. Yo no entiendo por qué huisteis a Midgard—interrumpió
Tony.
—Los
kitsune son una raza que no acepta relacionarse con otras. No
mantienen relaciones diplomáticas con ningún otro reino ni tienen
descendencia con otras razas. Jamás había oído de un mestizo de
esa raza—respondió Thor sin apartar la mirada de Stiles como si
intentara ver a su hermano en él o tal vez al kitsune.
—Los
ha habido, pero al igual que yo tuvieron que esconderse o morir. Mi
madre consiguió huir, pero no antes de que la maldijeran, una
especialidad de los kitsune. Murió pocos años después de llegar a
Midgard. Ahora, ¿me llevarás a Asgard para conocer a mi padre?
—Loki...
Él...
—Ahórratelo.
Estoy bastante seguro de que Loki está en Asgard vivito y coleando.
Pero por si no conoces a tu hermano, ¿por qué no vamos a
comprobarlo?
Thor
le miró por un momento con el ceño fruncido. Había sospecha en sus
ojos, aunque Stiles no estaba seguro de si era dirigida a él o a
Loki. No le preocupaba, sabía que podría manipularlo para conseguir
lo que quería, utilizando sus poderes si hacía falta (aunque no
creía que fuera necesario con Thor).
—Está
bien, iremos a Asgard—respondió finalmente.
Stiles
intentó disimular su sonrisa de triunfo, aunque por las miradas de
los demás estaba bastante seguro de que no lo había conseguido.
No
mucho rato después y a pesar de las objeciones de los demás
Vengadores, ambos estaban viajando hacia Asgard. Tras sobreponerse al
aturdimiento que supuso el viaje, Stiles se quedó fascinado con el
escenario que lo recibió. La luz, el brillo dorado, los torreones,
el infinito universo que se extendía más allá. Ensimismado por
aquella vista, no le prestó atención al hombre y a las dos mujeres
que había allí y con los que Thor discutía. Comenzó a caminar por
el puente contemplando el paisaje. A lo largo de su investigación
había visto muchas representaciones de aquel mundo, pero nada se
acercaba a la majestuosidad de aquel lugar. Era hermoso, suntuoso y
extravagante. No era la clase de lugar en el que le gustaría vivir,
pero sí la clase de lugar en el que le gustaría hacer travesuras.
No le
sorprendió llegar y encontrar a Loki disfrazado de Odín. Thor tardó
un poco más en darse cuenta, pero Stiles esperó paciente mientras
discutían hasta que Loki regresó a su propia forma. No lo
admitiría, pero estaba un poco (muy) nervioso.
Sabía todo lo que se podía saber sobre él, tanto por lo que había
descubierto en su investigación como por lo que le había contado su
madre, pero era la primera vez que veía en persona a su padre. Era
más alto de lo que había imaginado y sus ojos verdes parecían
estar calculando estrategias constantemente, pero por encima de esos
datos superficiales de los que su cerebro se percataba, había una
parte de Stiles, su parte más instintiva, que había reaccionado de
inmediato a la presencia de su padre. Se sentía como un pulpo cuyos
tentáculos eran atraídos por un vórtice, un bebé que estiraba los
brazos desesperado para ser abrazado por su madre. Era difícil
explicar cómo una parte de él quería, necesitaba
conectar con Loki.
—Entonces
vamos a buscarlo—dijo Thor cuando Loki le contó dónde estaba
Odín.
—Hey—intervino
Stiles por primera vez, su voz algo más afectada de lo que habría
querido—. ¿Es que ya te has olvidado de mí?
—¿Quién
es este?—preguntó Loki observándolo con una mirada crítica.
—Oh.
Loki, este es tu hijo, Stiles—le presentó Thor con algo de
satisfacción, como si esperara ver alguna reacción inusitada en su
hermano.
—¿Stiles?—Loki
le miró arqueando una ceja, diciendo su nombre casi tentativo.
—Kuraida
es mi madre—añadió, intentando no moverse inquieto bajo su
escrutinio.
Hubo
una breve expresión de sorpresa en su rostro y luego una sonrisa se
apoderó de sus labios, más sincera de lo que ni siquiera Thor había
visto en años.
—Kuraida,
una mujer maravillosa. No sabía que estuviera embarazada—se acercó
a él y tomó su rostro por la barbilla, examinando sus rasgos con
atención. Stiles se estremeció, su corazón latía con fuerza. No
sabía cuál sería el veredicto de este hombre, si lo consideraría
digno de ser su hijo o si lo vería como una molestia (tampoco sabía
si le importaría fuera cual fuera)—. Sin duda tienes sus ojos.
Muéstramelo.
Stiles
no lo dudó. Un viento envolvió su cuerpo y de repente en medio de
la plaza había un enorme zorro de nueve colas. Su cabeza se alzaba
por encima de todos los demás, las nueve esponjosas colas se
agitaban tras él. Su cuerpo era esbelto, con elegantes líneas. Su
denso pelaje era negro y brillante, rojizo por las patas, el pecho y
los extremos de las colas. Sus ojos brillaban con todos los matices
de la miel y sus colmillos gritaban depredador en lo que
probablemente era una sonrisa.
—Magnífico.
Stiles
pudo oír el halago de su padre entre todos los murmullos
impresionados de los presentes y no pudo evitar erguirse orgulloso
antes de regresar a su forma humana. Sintió en ese momento como un
interruptor encendiéndose, como una pieza de puzle colocándose en
su sitio, el vínculo entre padre e hijo formándose como un lazo que
casi podía ver extendiéndose entre sus corazones. No creía que
Loki pudiera sentirlo, era algo que venía de su parte kitsune, pero
el vínculo no se habría formado si no fuera recíproco.
—¿Está
viva?—preguntó entonces Loki, aunque por su expresión ya sabía
la respuesta.
—No.
La maldijeron antes de que lograra escapar y murió a los pocos años.
Loki
asintió, comprendiendo de inmediato probablemente mejor de lo que
ningún otro podría. Él mismo había arriesgado su vida al tener
una relación con una kitsune.
—Creo
que hay mucho sobre lo que tenemos que hablar—le dijo, rodeando sus
hombros con un brazo.
—Primero
nuestro padre—intervino Thor con una mirada amenazadora ante la que
ambos pusieron los ojos en blanco. Por un momento Thor vio la
semblanza entre ellos.
El
viaje de vuelta a la Tierra no le sentó tan mal, esperando ya la
sensación de vacío y opresión simultáneas. El edificio en proceso
de demolición, sin embargo, no era lo que se esperaban.
—Te
juro que lo dejé aquí—aseguró Loki.
—¿Aquí
en la acera o en esa residencia de ancianos que están
demoliendo?--preguntó Thor sarcástico--. Qué gran plan.
—¿Cómo
iba a saberlo? No veo el futuro. No soy brujo—replicó Loki.
—¿No?
¿Y por qué te vistes como tal?
—Eh.
A
decir verdad, su traje completamente negro era un poco demasiado y
Stiles se sentía un crío con su camisa a cuadros abierta sobre una
camiseta de WoW y los vaqueros desgastados. Bueno, quizá no era tan
extraño sentirse un crío estando junto a su padre.
—No
me creo que estés vivo—comenzó Thor con tono herido y Stiles
desconectó en ese momento.
No
estaba interesado en las rencillas entre hermanos ni en las fans que
llegaron después en busca de selfis. Lo que sí llamó su atención
fue el círculo de energía que apareció a los pies de Loki unos
momentos después. Sus pelos se erizaron, alerta, y extendió todos
sus sentidos hacia esa fuente de magia para descifrarla.
—¿Qué
es eso? ¿Q-q-qué haces?—preguntó Thor sorprendido.
—No
soy yo—replicó Loki, tan sorprendido como él.
De
repente, Loki despareció dentro del círculo y Stiles sintió la
magia desvanecerse. Aún podía sentir su vínculo con Loki, estaba
vivo, pero era tan débil, tan nuevo aún, que no podía localizarlo
a través de él. Por la sensación que percibía, estaba bastante
seguro de que ni siquiera estaba en ese universo.
Había
una tarjeta en el suelo en el mismo lugar donde había estado parado
Loki. «Calle Bleecker 177A», decía.
Era
una casa normal, como otra cualquiera de la zona, al menos en
apariencia. Stiles podía sentir la magia proveniente de ella. Tan
pronto como Thor llamó a la puerta se vieron teletransportados al
interior del edificio, que no era para nada como aparentaba por fuera
o quizás ni siquiera estaban dentro de ese edificio si no en
cualquier otro lugar de la Tierra. Stiles sintió su estómago
retorcerse. La magia había envuelto su cuerpo y lo había arrastrado
consigo. Su propia magia había intentado luchar de forma instintiva,
pero había logrado contenerse viendo que no había ninguna intención
maligna tras esa magia.
Una
voz grave llegó desde una ventana circular situada en un piso
superior llamando a Thor y una figura descendió volando de forma
dramática. Stiles puso los ojos en blanco, realmente les gustaba el
teatro.
—Dios
del Trueno—saludó el extraño, un tipo con capa roja como Superman
(Stiles era más de Batman)—. Puedes bajar el paraguas—le indicó
a Thor, refiriéndose al martillo que había tomado esa forma para
camuflarse.
Thor
dejó el paraguas en un paragüero y al instante se vieron
teletransportados a otra sala.
—Así
que ahora la Tierra tiene hechiceros—comentó Thor toqueteando un
adorno colocado en una mesa.
Stiles
no les prestó atención mientras hablaban, apenas registró «Maestro
de las artes místicas» proveniente de aquel extraño. Estaba
concentrado en percibir la magia que inundaba el lugar. Todos los
objetos que se encontraban allí poseían magia y en un alto grado,
el propio ambiente estaba a rebosar de ella. Era un poco abrumador
para sus sentidos, pero una vez que logró ponerse en sintonía con
esa magia pudo respirar con más comodidad.
No se
sintió aturdido ya la siguiente vez que se teletransportaron,
aceptando de forma más fácil la magia que lo envolvía.
—¿Té?—preguntó
el extraño y Stiles sintió la taza de té aparecer en su mano.
Lo
olisqueó, asegurándose de que no estaba envenenado, y tomó un
sorbo mientras que Thor acababa con una jarra de cerveza. No estaba
nada mal, con un ligero toque de magia.
—En
fin, estoy haciendo una lista de individuos y seres de otros reinos
que puedan ser una amenaza para este mundo—continuó el extraño y
eso sí llamó la atención de Stiles—. Tu hermano adoptivo Loki es
uno de esos seres.
—Por
supuesto que lo es—murmuró Stiles reclinándose en su sillón y
tomando otro sorbo de la taza que se había rellenado mágicamente.
—¿Y
tú eres?—preguntó el extraño.
—Alguien
que probablemente debería estar también en esa lista. Como
referencia futura al menos—respondió con una sonrisa afilada, sus
ojos brillando no lo suficiente para no ser humanos pero sí lo
bastante como para inquietar.
—¿Y
qué estáis haciendo aquí?
—Buscamos
a mi padre—respondió Thor.
—Entonces,
¿si os dijera dónde está Odín todos regresaríais a Asgard de
inmediato?—el extraño ahora mantenía una gran parte de su
atención en Stiles, claramente incómodo por la desconocida posible
amenaza.
—De
inmediato—Thor miró de reojo a Stiles y pareció decidir omitir el
hecho de que Stiles vivía en la Tierra.
—¡Genial!
Permitidme ayudaros.
—Si
sabías dónde estaba, ¿por qué no me llamaste?—preguntó Thor
esta vez.
—Fue
categórico en que no se le molestara. Tu padre dijo que había
decidido mantenerse en el exilio. Y tampoco tienes móvil—añadió,
y Stiles giró la cabeza tan rápido que casi pudo oír un chasquido.
—¿En
serio?—preguntó incrédulo a su tío.
—No,
no tengo móvil, pero podrías haber mandado una carta electrónica.
Se llama e-mail—replicó Thor.
—Ya,
¿tienes ordenador?
—No.
¿Para qué?
Stiles
se restregó la cara con una mano porque poner los ojos en blanco no
era suficiente esta vez y probablemente el extraño compartía la
misma opinión aunque intentó mantenerse educado.
—En
fin. Mi padre ya no está exiliado. Si me dices dónde está podré
llevármelo a casa.
—Cómo
no. Está en Noruega.
Reaparecieron
en otra sala con estanterías llenas de libros y Stiles olvidó su
taza de té en favor de comenzar a explorar de inmediato aquellos
tomos antiguos. Era algo natural en él, era conocimiento al alcance
de su mano y no podía resistirlo.
—No
los toques—le advirtió el extraño mientras pasaba las páginas de
un libro, a lo que Stiles hizo caso omiso—. Solamente consulto si
su conjuro necesita alguna modificación Asgardiana. No.
Stiles
maldijo cuando volvieron a teletransportarse cuando estaba a punto de
coger uno de los libros y de nuevo una vez más.
—¿Quieres
parar de hacer esto?—le pidió Thor tras haber derramado la cerveza
que aún sostenía y haber tirado toda una balda de libros.
—Puedo-,
necesito solo un pelo de tu cabellera—le dijo el extraño.
—Deberías
saber que nadie toca mi cabellera—replicó Thor justo antes de que
le arrancara un cabello y aparecieran de nuevo al pie de unas
escaleras, aunque no las mismas—. Podría bajar andando.
El
hechicero comenzó a realizar unas figuras con sus manos con energía
fluyendo entre ellas. Stiles podía verla a más niveles de lo que
probablemente cualquier otro podía, incluso podía sentir el
significado de cada símbolo que se iba formando. Ahora ya estaba
familiarizado con esa magia y podía interactuar con ella como lo
hacía con la suya propia.
—Os
está esperando—les dijo el extraño indicando el círculo que
había creado en medio de la sala, desde el que se podía ver un
paisaje verde—. No olvides el paraguas.
—Es
verdad—Thor alzó la mano y comenzaron a oírse ruidos de cosas
rompiéndose—. Lo siento—murmuró avergonzado, aunque no tanto
como Stiles por estar a su lado—. Ya está, solo falta mi
hermano—dijo cuando al fin tuvo el paraguas en su mano.
—Yo
me encargo de eso—intervino Stiles antes de que el hechicero
pudiera actuar.
Hizo
un leve gesto con su mano, más que nada para aparentar, y un círculo
como el que había aparecido a los pies de Loki se creó, esta vez en
el aire. Loki cayó por él gritando y aterrizó... como pudo.
—¡Llevo
cayendo treinta minutos!—gritó furioso desde el suelo.
—¿Cómo
has hecho eso?—le preguntó el extraño a Stiles.
—¿Quién
es este?—preguntó Loki, poniéndose de inmediato junto a su hijo
en una pose defensiva.
Stiles
no necesitaba que lo defendieran, pero que Loki hubiera reaccionado
de ese modo, seguramente de forma inconsciente, le hacía un poco
feliz.
—No
sé, un tipo que usa magia.
—Soy
el doctor Steven Strange, ya me presenté antes.
—Lo
siento, tío, no estaba prestando atención—respondió Stiles
encogiéndose de hombros.
—Él
no es tu tío, yo soy tu tío—intervino Thor.
—Tú
tampoco eres su tío, soy adoptado—replicó Loki—. Y parece
mentira que tras tantos años visitando Midgard sigas con estos
malentendidos.
Strange
resopló y sacudió la cabeza para centrarse en lo que importaba
ahora.
—¿Cómo
has podido imitar mi hechizo?—preguntó de nuevo, ignorando a los
otros dos.
—Me
he... sincronizado con tu magia, por decirlo de algún modo—respondió
sin darle importancia—. Soy un ser formado sobre todo por magia, me
resulta natural. Ahora, ¿nos vamos?
No
esperó a que respondieran ni a que Strange siguiera preguntando.
Cruzó el portal, sintiendo el cambio en el ambiente, ahora libre
casi por completo de magia. Loki y Thor cruzaron tras él y el portal
desapareció. Se encontraban en un campo de hierva verde algo
apagada, con el mar a unos pocos metros chocando contra las rocas de
un enorme acantilado. Había un hombre frente a él con una chaqueta
beis y el pelo blanco por debajo de los hombros. Era Odín, Stiles
podía sentirlo, y también podía sentir otra cosa.
Thor
se acercó y poco después Loki mientras que Stiles permaneció
alejado sin preocuparse siquiera de escuchar de qué hablaban hasta
que se giraron hacia él.
—Este
es mi hijo, Stiles—le presentó Loki, indicando con un gesto que se
acercara.
—¿Tu
hijo? ¿Con quién?—preguntó Odín.
—Kuraida,
la-
—Hija
de Nogi—le interrumpió Odín. Su rostro, que hasta ese momento
había tenido una expresión relajada, resignada, se volvió duro,
frío—. ¿Cómo se te ocurre tener un hijo con la hija del rey
kitsune?
Loki
se vio algo aturdido por su reacción, pero solo brevemente. Después,
su rostro se volvió serio y aún más frío que el de Odín. Stiles
pudo ver el cambio en la postura de Thor, listo para pelear contra su
hermano si era necesario.
—No
sabía que estaba embarazada, ni tampoco era mi intención tener un
hijo con ella. Solo fue una aventura para ambos, pero no me
arrepiento en absoluto de la existencia de Stiles y pienso ejercer
como padre en la medida en que me sea posible y en la que él quiera
a partir de ahora—le aseguró con firmeza, colocando una mano sobre
el hombro de su hijo.
Stiles
sintió algo cálido brotar en su pecho. No esperaba que Loki
reaccionara de ese modo ante él, ni que lo defendiera de esa manera
ante su padre adoptivo. Hasta ese momento ni siquiera sabía qué era
lo que él mismo quería de su padre. Ahora, comenzaba a creer que
realmente podría tener una relación adecuada con él.
—¡Eres
una desgracia para Asgard! ¡Sabes que esto podría llevarnos a una
guerra con los kitsunes!—le regañó Odín, agitando un puño
amenazador. Su expresión ahora sí se parecía al del poderoso rey
sobre el que Stiles había leído en lugar del amable abuelito que
había parecido un segundo antes, casi como un Papá Noel.
—Habla
el hombre que asesinó a mi verdadero padre y me secuestró—replicó
Loki casi escupiendo las palabras.
—Te
habrían matado.
—¡Eso
no lo sabes!
—Está
muriéndose—intervino Stiles con tono sosegado, deteniendo al
instante la pelea.
—Qué-...—fue
Thor el único en hablar, mirando entre su padre y Stiles.
—Puedo
sentir su energía, está a punto de desvanecerse. Quizás queráis
dejar las rencillas familiares a un lado en este momento y despediros
con algo de cordialidad.
Se
dio la vuelta y se alejó, dejando que lidiaran con aquellos solos.
No estaba interesado en meterse en esos líos, no era asunto suyo y
en cuestión de minutos Odín ya no estaría allí para causarles
problemas. Ya se había esperado esa reacción, no le sorprendía. Al
menos no había sido tan mala como la de su abuelo materno. Observó
desde la distancia las luces brillantes que formaban los últimos
vestigios del alma de Odín desaparecer en el aire y esperó a que
los hermanos se acercaran tras asumir la pérdida. No fue exactamente
eso lo que pasó.
Comenzó
a sentir energía eléctrica acumulándose en el aire y vio las
chispas en el puño de Thor. Estaba preparado para atacar a Loki y
eso no podía permitirlo. Creó un portal a sus pies, al igual que
Strange lo había hecho con Loki, y el Dios del Trueno desapareció
por él. Loki le miró y Stiles no fue capaz de descifrar la
expresión en su rostro, solo esperaba que no estuviera enfadado con
él.
—Deberíamos
marcharnos—le dijo, acercándose con paso casi cansado.
—¿A
dónde querrías ir?—le preguntó Stiles increíblemente aliviado.
—¿A
dónde puedes llevarnos?
—Con
el hechizo que he aprendido de Strange, a cualquier parte—respondió
con una sonrisa que Loki no pudo evitar corresponder.
De
ese modo, comenzaron a viajar juntos.
Esto es raro pero no me quejo, apaRTE STILES ES HIJO DE LOKI, MI AMOR, ESO ADSADDADADAADGHDJS
ResponderEliminarLoki, Stiles... ¿qué más se puede pedir? Muchas gracias por la agradable sorpresa.
ResponderEliminarMe encanta porfa siguela
ResponderEliminarMe encanta siguela
ResponderEliminarSolo.....genial
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