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Stopus [cap3]


Título: Stopus
Fandom: Teen Wolf          Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, tentáculos
Capítulos: 4 (3 de 4)
Resumen: Se suponía que iban a ser unas vacaciones tranquilas, lejos del sobrenatural Beacon Hills, lejos del Nemeton y de las criaturas que este atraía, pero se trataba de Stiles, un imán para lo sobrenatural y los desastres.

Capítulo 3


 Cuando Stiles despertó, una tenue luz atravesando las cortinas de la ventana, se acurrucó alrededor del agradable calor que sentía junto a él. Un suave gruñido, casi como un ronroneo vibró por su pecho, pero no por el suyo propio sino por el de la persona que tenía a su lado o casi debajo de él, o más bien alrededor del cual estaba enroscado. Sus tentáculos envolvían la mitad inferior de Peter, trozos de tela de los pantalones de chándal (tomados prestados de Peter) esparcidos por todos lados, y su brazos humanos envolvían su mitad superior, su rostro hundido en su cuello. Su olor era intenso, picante, no sabía qué significaba, pero le hacía casi babear, su cuerpo entrando en calor, o tal vez era el calor sobrenatural del cuerpo del licántropo. Se sentía bien.
Entonces, la dicha de esos primeros momentos al despertar se desvaneció y se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se sacudió violentamente y se dispuso a entrar en pánico.
—Oh dios mío, lo siento, no sé que- yo no- ¡Huh!
De repente, se encontró boca arriba en la cama, Peter presionándolo contra el colchón con su cuerpo, sujetando sus muñecas con las manos.
—Tranquilízate, Stiles. No me molesta.
—¿Eh?—¿Cómo podía no molestarle despertar envuelto en tentáculos?
Esos pálidos ojos azul grisáceo le miraban firmes, esforzándose por hacerle entender que era sincero. Le miraba como siempre le había mirado, con esa misma intensidad que en el garaje, no como si ahora fuera un monstruo repugnante. Se preguntaba si en aquel entonces también había tenido ese olor picante que le volvía hambriento. ¿Podía ser ese olor excitación? Levantó uno de sus tentáculos frontales tentativamente y sí, sintió algo duro contra él y las pupilas de Peter se dilataron.
—¿No me encuentras desagradable? Los demás ni siquiera pueden mirarme—le preguntó con un hilo de voz.
—Nunca podría encontrar nada desagradable en ti, Stiles.
Y era sincero, Stiles lo sabía. Sintió un profundo alivio y había una extraña sensación dentro de él que no sabía identificar, que no estaba muy seguro de qué significaba. Probablemente pertenecía a su parte pulpo, pero, fuera lo que fuera, se sentía bien.
Empujó a Peter, tumbándolo boca arriba, y se colocó sobre él. Le sorprendió lo poco que le había costado girar las tornas, aún no era consciente de su fuerza actual. Sujetó los brazos de Peter sobre su cabeza con uno de sus tentáculos y entonces vio que estaban de un oscuro rojo. Era extraño porque las sábanas eran azules así que deberían estar de ese color. Cuando Peter levantó las caderas presionando contra su tentáculo, toda su atención regresó a él. Estaba esperando, tan solo expectante por lo que iba a hacer. Iba a dejarle tener el control porque era el alfa y, quizá, porque no quería asustarlo yendo demasiado rápido. En este punto, Stiles ya había asumido que algo iba a pasar, aunque aún no estaba seguro de qué ni de cuánto.
Se aferró a las sábanas con ambas manos y dejó sus tentáculos vagar por el cuerpo del licántropo. Podía sentirlo todo, cada centímetro de aquel musculoso cuerpo que tocaban e incluso podía oler a través de ellos, ese tono picante cada vez más intenso. Era una sensación extraña, pero se estaba acostumbrando a ella. Se concentró para tomar el control y envolvió la punta de uno de sus tentáculos, el más sensible de ellos, alrededor de la erección de Peter. El licántropo contuvo el aliento por un segundo y lo observó casi con fascinación. El tono del tentáculo era más oscuro, pero el color era casi el mismo, un intenso rojo. El tentáculo se contraía alrededor de la verga mientras el extremo, algo duro y grueso, acariciaba el glande, frotándolo con los bultos que tenía en lugar de ventosas como el resto.
—¡Joder!—Peter levantó las caderas y echó la cabeza hacia atrás. Sus brazos se tensaron, pero no pudo librarse del tentáculo que los sujetaba.
Stiles se habría preocupado de no estar su miembro ya goteando. Se relamió los labios ante el delicioso sabor. Se dio cuenta de que era capaz de saborearlo solo con sus tentáculos, estaba saboreando cada centímetro de piel que acariciaba. Había tantas cosas a las que prestar atención, tantas sensaciones que percibir y tantas extremidades que mover, que Stiles estaba hipercentrado. Nada podía distraer su mente en ese momento porque Peter tenía toda su atención. Era simplemente perfecto. Pensó por primera vez que tal vez esta era la forma ideal para él.
Cuando un tentáculo tanteó su entrada, Peter arqueó la espalda y un gruñido, muy similar a un gemido, escapó de sus labios, sus ojos brillando. Stiles nunca imaginó que el licántropo disfrutaría ser dominado. Si estaba leyendo su olor correctamente, Peter disfrutaba como loco estar bajo su futuro alfa. Ante esa increíble imagen, Stiles chasqueó su pico sin darse cuenta, no de un modo amenazante esta vez. En respuesta, Peter levantó la cabeza y le mostró su cuello. Stiles no se lo pensó, se inclinó y lo lamió de abajo arriba, rozándolo con su pico. Peter se estremeció debajo de él, pero aun así no se atrevió a morder, no sabía si lo tenía permitido, tenía la sensación de que era algo importante.
Resultó que no era necesario, Peter se corrió en ese momento, con la punta de un tentáculo presionando contra su entrada. Gimió con tono grave y sus caderas se sacudieron. Stiles se relamió los labios con el intenso sabor de la simiente. La punta de su tentáculo estaba cubierta de ella y, cuando terminó de masajear el miembro de Peter, se lo llevó a la boca sin pensarlo. Era la primera vez que probaba el sabor de un hombre, antes de conocer a los Hale ni siquiera se le había pasado por la cabeza que lo haría, y ahora sabía que iba a ser adicto a él. O quizá solo al sabor de Peter.
Cuando se encontró con la intensa mirada del licántropo, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y todos sus tentáculos se sacudieron al tiempo. Lo soltó como si quemara y se apartó lentamente de él.
—Creo que... uh... debería ir a la bañera, me estoy... secando.
Se dio media vuelta y salió a toda prisa de la habitación. Si Peter lo llamó no le oyó, su pulso palpitaba acelerado en sus oídos. Se encerró en el baño y se metió en la bañera, abriendo a tope el grifo.
¿Qué había hecho? Acababa de tener sexo con Peter Hale. ¡Además en su forma octohumana! Scott y los demás iban a matarlo, a Peter o a él, quién sabe. Sus amigos, los que no son siquiera capaces de mirarle en su nueva forma, los que ponen cara de asco si les toca con sus tentáculos. ¡Que se jodan! Peter no había sentido asco ni por un segundo, había disfrutado con sus atenciones e incluso se había corrido tan solo con un tentáculo alrededor de su polla. Y otro presionando su agujero. Dios... Pensó que se enfadaría, pero se había corrido en ese momento. Quizás algún día podría penetrarlo del todo y tal vez no solo con sus tentáculos. Quería sentirlo por dentro, quería hacerle gritar, aullar su nombre. Quería marcar su cuerpo, dejar mordiscos donde todos pudieran verlos para que supieran que era suyo, su beta, su lobo, su Peter.
—¡Nnnhh!—Stiles se corrió con uno de sus tentáculos entre sus manos. Su cuerpo se sacudió y se golpeó la cabeza con el borde de la bañera, pero apenas se percató de ello, nunca había tenido un orgasmo tan intenso.
Tardó varios minutos en recuperarse y cuando lo hizo estaba demasiado satisfecho para avergonzarse de lo que había estado pensando sobre Peter, lo achacó a su nueva situación. Además, había sido capaz de correrse aun en su forma octohumana, eso ya era un gran mérito. Se preguntaba cómo lo había hecho, apenas había sido consciente de ello. Había unas salpicaduras de líquido espeso y blanco en el agua de la bañera y el tentáculo que había estado frotando, el más largo de todos y el mismo que había usado para masturbar a Peter, tenía ese mismo líquido –semen– en la punta.
—Así que ese es mi pene.
Bueno, no muchos pueden decir que su pene es más largo que sus piernas.
—Stiles...—Peter le llamó desde el otro lado de la puerta, saboreando su nombre de una forma obscena. Definitivamente no estaba molesto ni enfadado.




Resultó que ese tentáculo, el de su derecha, se llamaba hectocótilo y, en efecto, era su pene. Al final iba a ser divertido explorar su nueva anatomía. Peter también parecía interesado.
Pero al parecer había cosas más apremiantes en ese momento, como el sheriff entrando como un vendaval en el loft. Stiles dio gracias por estar en ese momento en forma humana.
—¿Qué significa esto, Stiles? ¿Hace cuánto que has regresado?—le preguntó, dirigiéndose a grandes zancadas a la mesa cubierta de libros donde se encontraba.
Scott entró detrás del sheriff con la cabeza gacha. Le miró con expresión avergonzada y formó con los labios las palabras «lo siento».
—Papá... Esto tiene una explicación, te lo aseguro, pero es complicado y te va a costar creerlo—mierda, aún no estaba preparado para esto. Se levantó y se acercó a su padre, quien miraba de reojo a Peter, sentado con él en la mesa. Stiles se sentía aliviado al menos de que no lo hubiera reconocido todavía.
—Stiles, no me cuentes un cuento, no estoy de humor para historias—le advirtió colocando las manos en las caderas en su pose de sheriff.
—No es... no es un cuento, pero quiero que te lo tomes con calma y tengas la mente abierta. No quiero que te acabe dando un infarto por culpa de esto. Es difícil de asimilar, pero tienes que intentarlo. Sé que no vas a creerme al principio, pero te aseguro que puedo demostrar todo lo que te voy a contar—su corazón estaba acelerado, su respiración era irregular y de repente escuchó la tela de sus pantalones rasgarse. No necesitaba mirar hacia abajo para saber que ahora tenía tentáculos—. Voy a tener que empezar a llevar falda—murmuró, ocultando el rostro entre sus manos.
Hubo un largo y tenso silencio. Ni siquiera quería mirar a su padre, no podía ni imaginar qué expresiones pasaban por su rostro. La verdad es que estaba aterrado. Sus amigos podían rechazarlo o sentir asco hacia él y Stiles podría sobrevivir a eso, pero no estaba seguro de poder soportarlo si su padre no aceptaba lo que era.
—Stiles... ¿Qué es esto?—preguntó finalmente con voz contenida.
—Soy un cylophite u octohumano. Un hombre pulpo, vamos—sacó el rostro de entre sus manos, pero siguió sin mirar a su padre—. Verás, todo eso de las cosas sobrenaturales, las criaturas, la magia y esas cosas, son reales. Cuando estaba en el mar me mordió una criatura y me he transformado en esto. Lo siento, lo siento, papá. Sé que es horrible y asqueroso y que va a complicarnos mucho más la vida. Ni siquiera soy capaz de controlarlo, me transformo en cuanto me altero y no puedo regresar a la forma humana por mi cuenta. Lo siento mucho, papá—estaba sollozando, un nudo en su garganta y todo su cuerpo temblando.
Cuando sintió los brazos de su padre a su alrededor, la última barrera se rompió y Stiles se echó a llorar contra el pecho de Noah. Sus tentáculos rodeaban sus piernas y su cintura mientras sus manos se aferraban a su espalda. Noah no retrocedió, siguió abrazando a su hijo hasta que este se tranquilizó. Se sentaron en el sofá y Stiles se limpió las lágrimas con las mangas de su camisa a cuadros.
—Un hombre pulpo, ¿huh?—Noah acarició con suavidad uno de los tentáculos que estaban enroscados en su pierna.
—Sí... Scott es un hombre lobo. En realidad la mayoría de mis amigos lo son.
—¿También hombres lobo? ¿Desde cuándo?
—¿Como... un año?
—¿Y ese es Peter Hale? ¿El paciente en coma Peter Hale?—preguntó, mirando al hombre que estaba aún sentado en la mesa y que debería tener media cara desfigurada por el fuego.
—Uh... ¿Hablamos de eso luego?
—No voy a olvidarlo.
—Lo sé.
—Bien. Entonces, ¿cómo te afecta esto exactamente?—le preguntó, indicando con una mano hacia los tentáculos.
—Aún no estoy seguro, no hay mucha información sobre mi especie.
—¿Tenemos que mudarnos a la costa, cerca del mar?
—¡No, no! Estoy bien, creo que con un poco de práctica podré controlarlo y solo necesitaré una bañera o una piscina cuando necesite estirar los tentáculos—se apresuró en responder. No quería tener que dejar todo atrás, ni él ni su padre, por su culpa.
—Sabes que haré lo que sea necesario por ti, hijo. Si tenemos que mudarnos no tengo ningún problema con mudarnos.
—Lo sé, papá, lo sé. Pero, de verdad, no es necesario. Por ahora no puedo recuperar mi forma humana por mi cuenta, pero también fue complicado para Scott controlarse y lo logró con algo de práctica.
—¿Cómo te transformas ahora entonces?
Stiles miró a Peter y, tras pensarlo un momento, le indicó con la cabeza que se acercara. Peter se levantó y se dirigió al sofá muy despacio, consciente de la mano del sheriff cerca de su pistola. Una bala no iba a matarlo, pero nunca era agradable.
Le entregó una toalla a Stiles, que este ató alrededor de su cintura, y se agachó frente a él con una rodilla en el suelo como habían estado haciendo las veces anteriores. Los ojos de Stiles brillaron rojos y los de Peter respondieron, con un suave gruñido vibrando en su pecho para relajar al alfa. Stiles llevó una mano a su nuca y Peter expuso su cuello sumiso. Eso dejaba lo bastante satisfecho al pulpo como para retirarse y dejar que sus piernas humanas regresaran. Peter se levantó y se apartó, regresando a la mesa para dar cierta intimidad a padre e hijo para que hablaran.
—¿Qué ha sido eso?—preguntó Noah, mirando con sospecha al licántropo.
—Mm... Verás, en la jerarquía de las manadas de hombres lobo, y al parecer también de octohumanos, está el alfa, que es el líder, y los betas y omegas que lo siguen. Resulta que yo soy un alfa, por eso mis ojos brillan rojos, y Peter quiere ser mi beta porque no se lleva muy bien con Derek, que es el alfa de esta manada.
—¿Derek Hale? ¿El asesino en serie?
Sospechoso de asesinato o presunto asesino, recuerda, pero te aseguro que no lo hizo él—quizás no debería haber dicho eso porque ahora su padre sabía que él sabía más de lo que decía, pero casi suspiró aliviado cuando lo dejó de lado en favor de cosas más importantes.
—Así que Peter Hale quiere formar parte de tu...
—Banco.
—Banco, claro.
—Sí, y lo que acabamos de hacer es un gesto de sumisión que parece tranquilizar a mi parte pulpo o alfa y me permite transformarme en humano. Aunque espero poder hacerlo sin necesidad de esto algún día.
—Un hombre el doble de tu edad quiere que tú seas su líder.
Mierda. Menos mal que no sabía la otra parte.
—¿Sí? Um... ¿No crees que pueda ser un buen líder?
—Oh, Stiles, eres lo bastante inteligente para ser lo que te dé la gana y hacerlo mejor que nadie, pero vamos a tener que hablar largo y tendido sobre este tema, desde el principio.

—Lo supuse—iba a ser más que complicado.

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