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Dentro de mí [cap4]


Título: Dentro de mí
Fandom: Teen Wolf         Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, bestiality, Mpreg
Capítulos: 5 (4 de 5)
Resumen: Mientras la manada disfruta bañándose en un lago, una criatura acuática intenta ahogar a Stiles, pero lo libera y escapa antes de que puedan atraparla. Parece que no van a tener que preocuparse más del tema, pero tendrá consecuencias que nadie espera. Hay algo dentro de Stiles.

Capítulo 4



La manada fue aún más fácil que Scott. Derek y Cora llegaban a simpatizar con Peter, habiendo sufrido la misma pérdida que él, y si el alfa lo aceptaba sus betas también lo hacían. Peter se convirtió en uno más de la manada, no separándose de Stiles salvo cuando iba al instituto. No tenía carnet de conducir (porque no tenía ninguna clase de documentación) así que no podía llevarlo ni traerlo, pero siempre estaba esperando en el aparcamiento junto al jeep cuando salía de clase. Stiles estaba seguro de que se pasaba el día dando vueltas alrededor de la escuela como un tipo siniestro. No iba a preguntárselo, la idea de que Peter estaba cerca le hacía sentir un poco más tranquilo.
Con el paso de los días y la nueva rutina establecida sin que apareciera (sorprendentemente) ninguna criatura que perturbara la calma, casi sentía que vivía una vida normal.
La ilusión se desvanecía cuando se miraba al espejo al salir de la ducha y veía la curva que ahora formaba su estómago, no demasiado grande y probablemente habitual para otros chicos, pero totalmente extraña para su cuerpo. Tenía sentimientos encontrados cada vez que la veía y no quería pensar demasiado en ello porque eso tan solo llevaba a ataques de pánico. No pudo evitarlo, sin embargo, cuando fue un día a ponerse los pantalones para ir a clase y el botón no le daba.
Cuando Peter escuchó desde la cocina sus latidos acelerándose, subió corriendo las escaleras y le rodeó con sus brazos nada más entrar en la habitación, diciéndole dulces palabras de consuelo sin tan siquiera esperar a ver qué estaba pasando. No fue hasta que su corazón se tranquilizó y volvió a respirar con normalidad que Peter se apartó un poco, solo lo suficiente para poder mirarle a la cara, presionando juntas sus frentes.
¿Qué ha pasado?—le preguntó con voz suave.
Voy a tener que dejar la escuela—respondió con voz rota, sus manos aferrándose a la camiseta de Peter.
No, cariño, ¿por qué ibas a tener que hacer eso?
Stiles sollozó. No había lágrimas en sus mejillas, pero sus ojos estaban húmedos y parpadeaba intentando contenerse. Una de sus manos fue a su vientre, cubierto por una de sus camisetas más holgadas. Además de eso, también se pondría una sudadera para cubrirse aún más a pesar de que acabara sudando por el calor.
Si sigue creciendo... no puedo ocultarlo más. La ropa holgada solo funciona hasta cierto punto, se acabarán dando cuenta—sonaba desesperado y asustado y Peter odiaba ser la causa de ello. Besó su frente y su mejilla y lo abrazó con más fuerza.
No te preocupes, no van a crecer más. Ya apenas queda un mes, a partir de ahora tan solo se desarrollarán dentro del huevo con el tamaño que tienen ahora.
¿Eso es verdad? ¿No me estás mintiendo para que me sienta mejor?—le preguntó, su rostro enterrado en su hombro.
Nunca te he mentido y nunca lo haré. Estarás bien, nadie se dará cuenta y volverás a la normalidad en un mes.
Los pantalones no me valen—dijo en un tono que hasta para sus oídos sonó infantil.
Peter tan solo le besó en la mejilla y lo llevó hacia el armario.
Puedes ponerte unos de chándal para hoy y, si quieres, luego podemos ir a comprarte unos nuevos.
No tiene sentido si solo es para un mes.
Peter sonrió, Stiles siempre con su lado práctico y preocupado por el dinero. Eso le decía que ya estaba fuera de la zona de peligro de un ataque de pánico y también que cuidaría bien de su familia. Lo dejó vistiéndose y bajó a terminar el desayuno. Por suerte había tenido la conciencia suficiente para retirar la sartén del fuego antes de subir.
¿Qué te molesta, hijo?—le preguntó Noah cuando bajó a la cocina mientras Stiles desayunaba junto a Peter, un plato ya preparado para el sheriff. Ya no estaba al borde de un ataque de pánico, pero aún estaba molesto.
Estoy gordo—respondió, llevándose con rabia un bocado de tortilla a la boca.
No creo que estés gordo. Has puesto algo de carne en esos huesos, lo cual me alegra. Entre tu hiperactividad y el comer mal siempre has estado demasiado delgado.
¡¿Qué?! ¡No me refería a eso, me refería a la barriga con los huevos creciendo! ¿Crees que estoy engordando?—le preguntó con expresión estupefacta, apartándose de la mesa para poder examinar su propio cuerpo.
Como he dicho, siempre has estado demasiado delgado, necesitabas un poco más de carne. Y, a pesar de las circunstancias, me alegra que alguien esté cuidando de ti. Sé que a mí no se me ha dado bien—Stiles intentó interrumpirle, su rostro ensombreciéndose y olvidándose del enfado, pero Noah continuó—, has cuidado más tú de mí que yo de ti y ese no es tu trabajo. Agradezco que ahora haya alguien que cuide de ti. Dejando de lado el embarazo, jamás te habías visto tan sano antes.
Stiles no sabía qué responder a eso. No quería que su padre se sintiera mal por no cuidar de él, incluso si ambos sabían que, trágicamente, era cierto. Por otro lado, esos habían sido todo elogios dirigidos a Peter, lo cual apreciaba. No sabía hacia dónde llevaba lo que había entre ellos, pero fuera lo que fuera le gustaría tener la aprobación de su padre. Finalmente asintió con una sonrisa, presionando su rodilla contra la de Peter bajo la mesa.




Un par de semanas después, con Stiles contando ya los días para que aquello terminara (de acuerdo, no era tan malo, aparte de dejar el equipo de lacrosse seguía haciendo su vida normal y tenía aún menos estrés del habitual gracias a los cuidados del nunmyo y a la maravillosa ausencia de amenazas sobrenaturales; pero aun así quería recuperar su cuerpo normal, no tener que ocultar su pequeña barriga, no tener que ser responsable de llevar dos vidas dentro de él, ya bastante difícil era cargar con la suya propia), recibió un mensaje de Derek llamando a una reunión de la manada.
Stiles suspiró. Llevaban un tiempo sin estas reuniones, se habían juntado para algunas comidas y noches de película como era habitual, pero esta clase de mensaje implicaba que había alguna amenaza acechando. Llevaban demasiado tiempo en paz para ser normal.
Llegaron al loft y con breves saludos a los que ya estaban allí se sentaron en el sofá a esperar al resto. Peter rodeaba su cintura con un brazo mientras apoyaba la otra mano sobre su vientre de una forma tanto protectora como posesiva. No es que desconfiara de la manada, era tan solo instinto y resultaba más fuerte cuanto más se acercaba la fecha. (A Stiles no debería resultarle tan atractivo).
Cuando el resto de la manada llegó y todos estuvieron sentados, Derek se levantó y se plantó frente a ellos con los brazos cruzados.
Ayer Cora y yo encontramos el cuerpo enterrado de una aracne en la reserva. La habían matado recientemente.
¿Qué es una aracne?—preguntó Isaac.
Stiles suspiró y puso los ojos en blanco.
Una mujer araña, y no la de los cómics. Por lo que he visto en los bestiarios, la mitad inferior de su cuerpo es como una araña gigantesca mientras que la mitad superior es casi humana. Su historia tiene su origen en la mitología grecorromana. ¿No conoces el cuadro de Las hilanderas?
No—respondió secamente encogiéndose de hombros. Ya se lamentaba de haber preguntado.
Lo buscas en la Wikipedia, no estamos aquí para eso—replicó Derek antes de que Stiles comenzara a divagar.
¿Cómo ha acabado una aracne enterrada en la reserva?—preguntó Erica.
Mis disculpas—intervino Peter y todos le miraron porque raramente hablaba (con ellos), su atención solía estar exclusivamente en Stiles—, creía haber ocultado bien el cuerpo.
¿Tú la mataste?—preguntó Derek frunciendo el ceño, quizás en confusión o enfado, no estaba claro.
Así es, era una amenaza así que la eliminé—respondió tranquilamente, acariciando el vientre de Stiles.
Espera—habló Stiles antes de que los demás comenzaran a discutir—. ¿Es posible que no hayamos tenido ningún ataque de ninguna criatura desde que estoy embarazado porque tú te has encargado de todas?
¡¿Cómo no se había dado cuenta antes?! ¡No tenía ningún sentido que Beacon Hills estuviera tan tranquilo!
Por supuesto. No puedo permitir que haya ningún peligro cerca de ti. Aparte de la aracne, lo demás no eran gran cosa, pero no voy a correr riesgos poniendo en peligro tu vida o la de nuestras crías.
Stiles le miraba con la boca abierta. No estaba seguro de qué opinar al respecto. Por un lado, quería quejarse y hacerle entender que podía cuidarse solo. Por otro lado, el calor que sentía en su pecho ante la idea de que alguien hubiera llegado tan lejos para protegerle a él y a sus crías era innegable. (¿Y cuándo había comenzado a pensar en ellas como suyas?).
Al final, no tuvo tiempo para responder. Scott se levantó del suelo y se encaró con Peter.
Nosotros no hacemos eso, no nos encargamos de las amenazas de ese modo—le dijo con los puños apretados y los ojos brillando.
¿Y cómo sugieres que lo haga?—respondió Peter tranquilamente, sin reaccionar a su postura amenazante.
El resto de los betas no sabían muy bien qué hacer. Ya que su alfa no intervenía ni en un sentido ni en otro ellos permanecían en silencio observando. El que siempre insistía en no matar era Scott, los demás lo aceptaba por sentimiento de culpa, muchas veces a regañadientes, así que no se iban a dar prisa en ponerse de su lado.
Primero hablamos con ellos e intentamos que se marchen por voluntad propia. Evitamos la lucha siempre que es posible, mucho menos matarlos. No somos asesinos.
Hablar, con una aracne. Una idea maravillosa. Y si quieres me rocío yo mismo con su ácido para que le sea más fácil comerme—le dijo con un tono molesto que desbordaba sarcasmo—. Siento que esto te moleste, Scott. Tu idea de echarlos por las buenas y dejar que vayan a matar humanos inocentes a otras ciudades es fantástica, pero teniendo a mi pareja embarazada no voy a correr riesgos.
¿Tu pareja?—preguntó Stiles, esa palabra lo único que se había grabado en su mente de todo lo que había dicho.
¿Mi pareja?—repitió Peter, con una expresión por primera vez desprevenida.
Eso es lo que has dicho.
Um... Sí.
¡Stiles!—exclamó Scott, aún más enfadado porque le estuvieran ignorando de repente.
Oh, por dios, Scott. Llevamos meses sin ninguna muerte causada por monstruos, deberías estar agradecido—respondió, gesticulando con la mano para que los dejara en paz y regresó su atención a Peter—. ¿Entonces? ¿Pareja?
Creo que deberíamos ir a casa y hablar de esto—respondió, levantándose del sofá.
¿Qué hay de los otros cuerpos? ¿Dónde están enterrados?—preguntó Derek, claramente indiferente a las quejas que le estaba profiriendo su beta para que hiciera algo.
De los que quedó algo, están enterrados por la reserva, lejos de los caminos. No te preocupes, si no los habéis encontrado hasta ahora no lo haréis ya. El cuerpo de la aracne como viste era muy grande, no tuve tiempo para cavar un hoyo más profundo. Tendré más cuidado la próxima vez.
Derek asintió y Peter y Stiles salieron del loft mientras Scott seguía quejándose. No podía preocuparles menos, tenían algo más importante en mente.
¿Cuándo te encargas de esas criaturas? Te pasas todo el día conmigo—le preguntó en el jeep de camino a casa porque una vez que llegaran había otro tema del que hablar.
Mientras estás en clase y, si no hay otra opción, mientras estás durmiendo, pero solo si está tu padre en casa, prefiero no dejarte solo por la noche.
Stiles no pudo evitar sonreír.




Así que... pareja—comenzó Stiles en cuanto entraron por la puerta.
Peter suspiró y lo acompañó hasta el sofá del salón.
No debería sorprenderte tanto. Eres el padre de mis hijos y, aunque sucediera de aquel modo, no me arrepiento en absoluto de haberte escogido. Estoy deseando que se parezcan a ti—le dijo con una suave sonrisa en su rostro que tan solo había visto dirigida a él.
E-espera, ¿qué se parezcan a mí? ¿Qué quieres decir?—preguntó confuso.
No entiendo. ¿Por qué no se van a parecer a ti? Aunque tengan la piel violeta pueden tener tus rasgos y siempre pueden nacer más humanos que nunmyos.
Pero... Peter, creía que yo solo los estaba, um, incubando—ambos torcieron el gesto ante esa palabra.
Stiles, se necesitan dos personas para tener un hijo, incluso en mi especie. La mitad del ADN que tengan esos niños será tuyo.
Definitivamente tenía que haberle preguntado cómo se reproducía su especie cuando se le pasó por la cabeza. Sintió su corazón acelerarse, era difícil respirar. No estaba tan solo sirviendo de incubadora, esos niños iban a ser suyos también. Iba a ser padre a los diecisiete años. Padre de unos niños no humanos que tal vez nunca pudieran salir de un lago, eso si Peter no decidía llevárselos a su mundo. No podía hacerle eso, no podía llevárselos, Peter no le haría eso, pero este no era su mundo-
Stiles, Stiles, escúchame, respira. Respira conmigo, vamos—le dijo con voz controlada pero exigente mientras intentaba que controlara su respiración antes de desmayarse.
Le guio a través de las respiraciones, colocando una de sus manos sobre su propio pecho, hasta que Stiles se tranquilizó lo suficiente. Debió de haber imaginado que sufriría un ataque de pánico con algo así, había bajado la guardia porque había estado perfectamente bien desde el incidente de los pantalones.
Lo siento, cariño, debí haber hablado de esto antes, pero asumí que lo sabías—le dijo acariciando su espalda y sus cabellos mientras el chico se apoyaba contra su pecho, el rostro oculto en su cuello—. No tienes que ser mi pareja si no quieres y-
¿Te marcharás? ¿Te los llevarás a tu mundo?—le preguntó con voz temblorosa. No podía creer cuánto dolía su pecho ante esa idea.
Peter tomó su rostro entre las manos y le miró serio pero con ternura en sus ojos.
No me queda nada en mi mundo, Stiles, y no es un lugar en el que querría que vivieran nuestros hijos. Además, jamás los separaría de ti si... si quieres formar parte de su vida, a lo que tampoco voy a forzarte. Sé que esto no es algo que tú hayas decidido y no estás obligado a nada.
Stiles bajó la mirada, demasiados sentimientos en esos ojos como para intentar asimilarlos en esos momentos. Colocó una mano sobre su vientre, sintiendo el bulto que eran sus crías. No lo comprendía, no entendía cómo podía no tener dudas, cómo podía ser tan simple.
Los quiero. Ya los quiero, son míos. Incluso... incluso si no fueran realmente míos, los querría como si lo fueran. No tiene sentido, ¿cómo puedo sentirme así si solo han pasado un par de meses?
Peter lo abrazó, una mano en su vientre y el rostro enterrado en su cuello, una irremediable sonrisa en sus labios.
Es lo que sucede cuando eres padre, los quieres cuando apenas son una idea.




Aún tenían que hablar de cómo funcionaría aquello una vez que las crías nacieran, pero antes que nada quería hablarlo con su padre. Por eso, al día siguiente se sentó con el sheriff en el salón mientras Peter hacía la comida.
¿Estás bien? ¿Está todo bien?—le preguntó de inmediato preocupado. No le extrañaba, siempre que se ponían a hablar de ese modo era por alguna mala o sobrenatural noticia.
Sí, sí, está todo bien, solo quería... quería hablar sobre lo que pasará cuando nazcan los bebés—le dijo y la expresión de Noah se tornó de inmediato en «te conozco y me temo lo que me vas a decir». Stiles respiró hondo y decidió ir al grano—. Quiero quedármelos, son mis hijos. Literalmente, quiero decir. Tienen mi ADN. Resulta que no soy solo, um... como un vientre de alquiler sino que realmente soy su padre así que, bueno, aunque no fuera así...
Eso definitivamente no era ir al grano, pero no podía evitarlo. Ni siquiera era capaz de mirar a la cara a su padre por miedo a lo que pudiera encontrarse.
Y me supongo que también querrás tener una relación con Peter, si es que no la tienes ya.
Stiles levantó la cabeza sorprendido ante esto.
Ah- Eso...
Vamos, hijo, que tu padre no es tonto. He visto cómo te mira y cómo le miras tú. Y todo lo que hace no lo hace solo por los bebés—suspiró, inclinándose hacia delante con los codos sobre las rodillas y las manos entrelazadas—. Tengo que admitir que no me agrada que tenga el doble de tu edad, por lo menos. La verdad es que no tengo ni idea de cuántos años tiene, pero desde luego que es mayor. Pero al menos sé que sabe cuidar de ti y siempre puedo buscar la manera de matarlo si te hace daño, seguro que habrá alguna—dijo con un tono casi ligero, pero hablaba totalmente en serio.
Stiles le miró con la boca abierta por un momento, boqueando como un pez.
Uh... Y sobre...—indicó con la mano hacia su vientre.
Son tus hijos, es tu decisión y no esperaba otra de ti que la que has tomado. Eso sí, no vas a dejar el instituto e irás a la universidad. Veremos cómo lo arreglamos, pero no vas a dejar tus estudios.
Papá...—sentía las lágrimas ardiendo en sus ojos y cuando su padre abrió los brazos para él no pudo más que dejarse caer sobre ellos. Se sentía como un niño pequeño en ese momento, como si tuviera de nuevo diez años (incluso si este padre era diez veces mejor que aquel) y no podía creer que ahora iba a tener hijos él mismo aun cuando todavía no se sentía un adulto. Pero Peter estaba ahí y eso conseguía que no diera tanto miedo.

2 comentarios:

  1. Un capítulo genial, *.* Espero con ansias el siguiente \(°•°)/

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  2. Hola Kira! Me preguntaba cuando regresabas a escribir, están excelentes las historias!!

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