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Tú, yo y el Nemeton [cap8]


Título: Tú, yo y el Nemeton
Fandom: Teen Wolf         Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia y todo tipo de parafilias
Capítulos: 13 (8 de 13)
Resumen: AU: las criaturas sobrenaturales son conocidas, pero no están necesariamente integradas en la sociedad. Es todo tan nuevo que las leyes aún no están desarrolladas para ellos y no todas las criaturas son aceptadas entre los humanos.
Con una manada consistente tan solo en su sobrino y él, tras haber vengado el asesinato de su familia por parte de cazadores furtivos, Peter se encuentra con un joven vampiro que trata de mantener en secreto lo que es por el bien de la carrera de su padre, el sheriff. Pero intentar vivir como un humano cuando ya no lo es resulta tarea imposible para Stiles, especialmente cuando el Nemeton se mete de por medio.

Capítulo 8



Hey, papá. ¿Qué haces despierto?
Eran alrededor de las cuatro de la madrugada cuando Stiles regresó a casa y se encontró a su padre sentado en la mesa de la cocina con un café frente a él. Era evidente que estaba molesto por algo, seguramente por algo que él había hecho, pero Stiles estaba demasiado satisfecho como para preocuparse.
No me gusta que salgas por ahí en noche de diario—Noah le miró de arriba abajo, percatándose del estado de su ropa, y frunció aún más el ceño.
¿Por qué?—preguntó, apoyándose relajadamente contra el marco de la puerta.
Porque en unas horas tienes clase.
Bueno, como dices faltan varias horas, no voy a llegar tarde.
Esa no es la cuestión. Aún eres un adolescente, un estudiante. No puedes estar de madrugada por ahí cuando tienes clase al día siguiente, necesitas descansar, tienes qu-
¡No necesito descansar! Esa es la cuestión—se acabó estar relajado—. No necesito dormir, no podría dormir ni aunque quisiera. Me tumbo en la cama, cierro los ojos y me aburro. Eso es lo que hago cuando te levantas y espero a que mires en mi habitación para comprobar que estoy bien antes de levantarme. El resto del tiempo lo paso leyendo, en el ordenador o con la consola porque no. Me. Canso. Puedo pasarme la noche corriendo por la reserva y llegar a clase totalmente fresco. Es aburrido y frustrante permanecer en mi habitación encerrado tantas horas y no voy a seguir aguantándolo, tengo mejores cosas que hacer ahí fuera, aunque solo sea pasear por los bosques.
¿Eso es sangre en tu camiseta?
Stiles se quedó algo desconcertado por el cambio de tema. Se miró a sí mismo. A parte de la bragueta rota, la zona superior de su camiseta estaba manchada de sangre y también había gotas más abajo, además de en su propio cuello.
¿Eso es lo que haces ahí fuera?
Oh. Así que era eso.
¿Vas a preguntarlo? No responderé si no lo preguntas—le dijo a su padre, cruzándose de brazos.
Noah le miró por un momento con esa mirada que usaba para analizar a los criminales que llegaban a la comisaría. Stiles sintió una intensa rabia en su interior que intentó aplacar con todas sus fuerzas. Finalmente, Noah agachó la cabeza y la conversación terminó. Stiles no podía creerlo. El hecho de que no fuera capaz de preguntarlo era aún peor que el hecho de que siquiera lo pensara porque significaba que tenía miedo a la respuesta, tenía miedo de que su hijo le dijera que había matado a alguien. Eso dolía, como un cuchillo clavado en el pecho, como si aún tuviera un corazón palpitante que pudiera retorcer.
Subió a su habitación, se limpió la cara y el cuello y se cambió de ropa. Cogió su mochila y salió de casa. No regresó hasta después del instituto y se marchó de nuevo antes de que su padre saliera del trabajo y pasó la noche fuera, aunque esta vez no fue a encontrarse con Peter. No quería comportarse como un adolescente que huía de casa para ver a su novio, para empezar, porque Peter no era su novio y, en segundo lugar, porque era un asesino en serie del que definitivamente no podía fiarse. Que lo hubiera hecho por venganza por su familia no cambiaba el hecho de que había sido capaz de hacerlo y, aun si no se lo recriminaba, no iba a confiarse con él, sumando el hecho de que había mordido y abandonado a su mejor amigo.
Tenía ganas de ir a ver a Scott y contárselo todo para conseguir que regresara cuanto antes. Si se ponía en marcha nada más salir del instituto llegaría sobre las nueve y tendría tiempo de sobra para regresar antes de la primera clase del día siguiente, pero no quería que Melissa se molestara por ir tan tarde a visitarlos y, después de todo, Scott sí que tenía que descansar.
Dio vueltas por la ciudad sin rumbo fijo, tan solo evitando ser visto, lo que no era difícil en las vacías calles nocturnas de la tranquila Beacon Hills. Además, podía ocultarse rápidamente cuando percibía que alguien estaba cerca antes de que llegaran a verlo. Incluso si le hubiera estado sacando más provecho a la noche en su habitación con su ordenador y libros, era agradable pasear y ser capaz de usar sus nuevas habilidades de vez en cuando. Y no quería estar en casa.
Eran las diez y media cuando escuchó unos gritos. Era un chico llamando a su padre. Sintió curiosidad porque los gritos parecían llenos de miedo. Provenían de una casa un par de puertas más adelante de donde se encontraba. Los gritos se hicieron más claros según se acercaba a la casa, incluso si un humano no hubiera podido oírlos. No solo estaba llamando a su padre, le estaba suplicando. «Déjame salir, por favor», decía. «Me portaré bien, te lo prometo». Y así una y otra vez. Entre llantos y un sonido de arañazos y golpes contra alguna superficie dura. Stiles sintió un nudo en la garganta. Podía percibir su dolor y su miedo, quizás incluso olerlo desde el exterior de la casa. «Saldrás cuando aprendas, maldito desgraciado», oyó decir a una voz más adulta, el padre.
Miró el buzón de la casa. Lahey. Recordaba que había un chico con ese apellido en el equipo de lacrosse, Isaac. ¿Podría ser Isaac el que estuviera sufriendo en esa casa? Quería entrar y ayudarle, sacarlo de allí. Sabía que no podía hacerlo, pero no podía oír esa desesperación, ese sufrimiento y no hacer nada. Entonces se dio cuenta de que sus colmillos y garras estaban extendidos. Probablemente sus ojos estaban brillando. No, esa no era la forma correcta de actuar, incluso si en ese momento nada le haría más feliz que partirle el cuello a ese hombre. Él no era un asesino, tenía que buscar otra manera. Hablaría con Peter la próxima vez. Por un momento no estuvo seguro de si para que le ofreciera el Mordisco al chico o para que matara al padre. Por el momento permaneció allí, en el exterior de la casa, porque marcharse no parecía correcto.
Al día siguiente, vio a Isaac en el instituto. En apariencia, a pesar de ser algo retraído y solitario, nadie diría que su padre lo encerraba en algún sitio por la noche y lo maltrataba. No iba a hablar con él sobre transformarse en hombre lobo todavía, pero si las cosas iban bien con Erica él sería el siguiente. Pensó en hablarlo con su padre y afrontar el asunto por la vía legal, pero tras hacer un poco de investigación descubrió que Isaac no tenía más familia, lo que significaba que, aun si las cosas salían bien y su padre acababa encerrado, Isaac terminaría en una casa de acogida y Stiles no creía que eso fuera bueno para él con todo el trauma que ya tenía encima.
El resto de la semana pasó igual. Algunas noches Stiles se llevaba el portátil y lo utilizaba en algún lugar solitario hasta que se le acababa la batería y después recurría a algún libro. Pasaba frente a la casa de Isaac para comprobar cómo estaba. Su padre solo lo encerró una vez más esa semana. Stiles tuvo que marcharse en esa ocasión o habría acabado arrancándole la cabeza al hombre. En casa, no se cruzó con Noah ni una sola vez, no lo vio en toda la semana. Se aseguraba de que fuera así porque ese era un tema que en ese momento no quería afrontar, tenía otras cosas de las que preocuparse. Cuando llegó el viernes, fue directo desde el colegio a visitar a Scott.
He hablado con él, con el alfa—le comentó mientras comían hamburguesas en su jeep en el aparcamiento de una hamburguesería. Bueno, Scott comía, Stiles miraba.
La expresión de casi terror en el rostro de su amigo le dijo que no iba a ser fácil convencerlo.
¿Estás bien? ¿Te hizo-?
Estoy bien, Scott. No puede hacerme daño aunque quiera—le interrumpió antes de que siguiera preocupándose por él—. Además, fui yo quien le pateó el trasero por haberte mordido sin permiso—y después se lo follé, pero Scott no tenía por qué saber eso.
¿En serio?—preguntó con mirada atónita.
Sí, y después tuvimos una larga charla. Se trata de Peter Hale, uno de los supervivientes del incendio de la Casa Hale—Scott le miró aún más sorprendido y pareció querer decir algo, pero Stiles continuó sin darle oportunidad—. Me explicó todo lo sucedido y por supuesto yo lo comparé con los informes oficiales de la policía y demás. Él mató a esas personas, pero se trataba de los pirómanos que habían provocado el incendio de la Casa Hale, además de las personas que habían intentado encubrirlo. La policía los había investigado y sospechaban de ellos, pero finalmente se declaró accidental debido al informe falso de un investigador de seguros, la primera persona a la que mató. No digo que estuviera bien que se vengara de ese modo, pero esas personas habían matado a su familia y lo habían dejado en coma con casi todo su cuerpo quemado durante seis años, sufriendo una intensa agonía y reviviendo lo sucedido constantemente—decidió omitir deliberadamente a Laura, sabía que Scott no podría comprender esa parte, ya atravesaría ese puente cuando fuera inevitable.
» Al despertar del coma no estaba precisamente lúcido y se dejó llevar por completo por su instinto. Cuando te mordió acababa de convertirse en alfa y no tenía control sobre su poder. Su lobo quería formar una manada y mordió sin pensarlo a la primera persona con la que se encontró. No justifico lo que hizo—se apresuró en añadir antes de que le interrumpiera—, nadie mejor que yo sabe lo que es que te transformen sin consentimiento, pero es lo que sucedió. Hablando en términos legales, podría argumentar fácilmente demencia temporal—sabía que no era así, ningún jurado aceptaría eso, las criaturas sobrenaturales tenían mayor índice de condenas que los humanos y ese tipo de defensas nunca funcionaban, pero esperaba que Scott no lo supiera—. Aun así, sabe que lo que hizo no estuvo bien y va a disculparse contigo y, si aceptas estar en su manada, te ayudará con el control y te enseñará todo lo que necesitas saber sobre, bueno, ser un hombre lobo.
No me atrae mucho la idea de unirme a la manada de un asesino—su frente estaba arrugada en gesto pensativo y de disgusto, una expresión que le daba un aire aún más infantil del que ya solía tener, como un niño con una pataleta.
Necesitas una manada, Scott. La suya o cualquier otra, pero tienes que unirte a una manada. ¿Sabes lo que es un omega?
Un tipo de hombre lobo—respondió encogiéndose de hombros.
Son lo más bajo en la jerarquía de los hombres lobo. Hay algunos en las manadas, no siempre, y son el saco de boxeo de los demás miembros; pero también todo hombre lobo solitario que no sea un alfa es un omega. Tú eres un omega. Cuando un hombre lobo pasa meses sin una manada, comienza a perder su humanidad. Pierde el control. El lobo se apodera cada vez más de él y se vuelve violento, peligroso. Finalmente acaba matando.
¡Yo no haría eso!—replicó de inmediato.
No podrías evitarlo, igual que no puedes controlarte en la luna llena. La manada os ayuda a mantener vuestra humanidad, a tener control. No eres capaz de controlarte porque no tienes una manada y porque no sabes nada de hombres lobo. Así no sobrevivirás mucho y lo peor es que puede que antes de que te maten a ti tú mates a alguien—eso sonaba demasiado duro y no le gustaba herir a su amigo así, pero tenía que reaccionar.
Tengo... tengo que pensarlo.
Por supuesto. Tómate tu tiempo y, si te parece bien, consúltalo con Melissa y podéis venir un día y hablar con él, preguntarle lo que necesites para tomar una decisión. Me aseguraré de que no pueda haceros daño, conmigo allí no podrá ni tocaros un pelo. Aunque estoy seguro de que no tiene malas intenciones hacia ti, no pude sentir ninguna hostilidad cuando hablé con él y, además, necesita una manada tanto como tú. Con el poco tiempo que lleva despierto no creo que tenga muchos betas y los miembros de una manada son más fuertes cuantos más son.
¿Crees que sería un buen alfa?
Stiles se encogió de hombros porque esa era una pregunta para la que realmente no tenía respuesta.
Tan bueno como cualquiera, supongo. Y si no lo es, me encargaré personalmente de patearle el trasero. Aunque no pueda formar parte de la manada, yo estaré ahí contigo, no dejaré que te trate mal.
Scott sonrió por primera vez y Stiles correspondió con otra sonrisa.
Te echo de menos, tío—le dijo Scott.
Yo también, aquello es muy solitario sin ti. No tengo a nadie con quien hablar en el instituto y ahora tampoco me hablo con mi padre.
¿Qué pasó?
Él sigue tratándome como si aún fuera humano y a mí cada vez me resulta más difícil fingir que lo soy. Entiendo que tenga que ocultar lo que soy ante los demás, yo mismo se lo propuse, pero no puedo fingir todo el tiempo, ni quiero hacerlo.
Siguieron hablando durante un rato y Stiles se sintió bien porque no podía hablar así con nadie más, realmente lo había echado de menos, sobre todo en los momentos más difíciles. Necesitaba que Scott regresara a Beacon Hills y se iba a asegurar de que Peter hacía todo lo posible para que así fuera.
No se quedó a dormir ese fin de semana, Scott tenía mucho en lo que pensar y tendría también que discutirlo con su madre.
Eran las cuatro de la madrugada, estando ya cerca de la ciudad, cuando vio de reojo una sombra en el cielo. Se estaba acercando. Se dirigía hacia su coche en marcha. Pisó el freno, pero antes de que el coche se detuviera del todo la sombra chocó contra él y el vehículo se salió de la carretera, dando vueltas de campana por una pendiente.

1 comentario:

  1. Ay, quería preguntar algo que no entendí pero me olvidé que era😅😅😅

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