Título: Tú, yo y el Nemeton
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, violencia y todo tipo de parafilias
Capítulos: 13 (6 de 13)
Resumen: AU: las criaturas sobrenaturales son conocidas, pero no están necesariamente integradas en la sociedad. Es todo tan nuevo que las leyes aún no están desarrolladas para ellos y no todas las criaturas son aceptadas entre los humanos.
Con una manada consistente tan solo en su sobrino y él, tras haber vengado el asesinato de su familia por parte de cazadores furtivos, Peter se encuentra con un joven vampiro que trata de mantener en secreto lo que es por el bien de la carrera de su padre, el sheriff. Pero intentar vivir como un humano cuando ya no lo es resulta tarea imposible para Stiles, especialmente cuando el Nemeton se mete de por medio.
Capítulo 6
Durante
la semana, Stiles mantuvo algo vigilada a Erica. La chica le miraba a
menudo, probablemente dándole constantes vueltas a su sugerencia.
Cuando sus ojos se encontraban, él le sonreía tan amablemente como
podía. No es que estuviera intentando manipularla, pero necesitaba
un empujoncito con todos los terribles mitos y leyendas urbanas que
había sobre los hombres lobo (aunque dado que uno de ellos había
matado a varias personas en la ciudad, tal vez no eran exactamente
leyendas urbanas).
También
estuvo investigando sobre hombres lobo. Aunque había más
información que sobre vampiros, seguía siendo difícil verificarla.
Sin embargo, había averiguado algo interesante: el poder de un alfa
puede ser arrebatado por otro hombre lobo matándolo y, si no muere a
manos de otro hombre lobo, pasa a su heredero, uno de sus hijos o, en
su defecto, el familiar más cercano. Pero los hijos eran los
primeros en la línea de sucesión, lo que significaba que el poder
de Talia, la alfa que había estado dirigiendo la Casa Hale, habría
pasado bien a Laura o a Derek. Si ahora Peter tenía el poder de
alfa, eso significaba que había matado a Laura. No podía saber si
la había matado específicamente por su poder o por algún otro
motivo, pero ya no tenía dudas de que había sido él. Lo que más
le desconcertaba era que Derek hubiera permanecido en la manada de su
tío después de haber matado este a su hermana.
Era
frustrante, necesitaba más información. Ese mismo viernes, nada más
salir del instituto, cogió su jeep y se dirigió hacia una pequeña
ciudad cerca de Phoenix (su padre ya sabía de sus planes de ir a ver
a Scott). Fueron unas seis horas de viaje y ya eran pasadas las nueve
de la noche cuando llegó al edificio de apartamentos donde ahora
vivía Scott. Le había hecho una llamada perdida para decirle que
estaba llegando y lo vio desde lejos esperando en las escaleras de la
entrada del edificio. Estaba emocionado, hacía casi siete meses que
no veía a su mejor amigo que prácticamente era su hermano. Incluso
si no habían dejado de hablar por diferentes medios, no era
suficiente. Echaba de menos pasar las tardes en casa de uno u otro
jugando videojuegos o cenando pizzas o investigando casos que le
llegaban a su padre. Aún no había decidido si le contaría que
ahora era un vampiro o no. Desde luego no iba a hacerlo por teléfono
o mensaje, pero aun en persona temía su reacción. No quería que su
amistad fuera más complicada de lo que ya lo era. Estaba casi seguro
de que Scott no podría tomárselo mal, pero casi
era la palabra clave.
Aparcó
el coche en un hueco libre y Scott se levantó y se acercó
corriendo. Se detuvo en seco a un metro del jeep y de repente su
rostro se puso pálido como si hubiera visto un fantasma. Cuando
salió del jeep, Stiles lo comprendió. El olor a hombre lobo lo
golpeó como un puñetazo contra el pecho.
—S-...
¿Stiles...?—preguntó con un hilo de voz.
—Hey.
Parece que han cambiado muchas cosas en estos meses—sonrió
intentando quitarle tensión a la situación.
Scott
tan solo le miraba boquiabierto. Seguramente lo que más le chocaba
era no poder oír los latidos de su corazón.
—Qu...
—Un
vampiro.
Scott
arrugó el rostro en una expresión de confusión.
—¿Como
los de Crepúsculo?
—¡Uuugh!—Stiles
no pudo evitar gruñir, conteniéndose para no golpear lo que tenía
más cerca (que era su coche)—. No, no como los de Crepúsculo.
¿No has visto Star
Wars
y has visto Crepúsculo?
Tienes que redefinir tus prioridades—el chico tenía un serio
problema—. Olvida todo eso, no tiene nada que ver. Ya te lo
explicaré. ¿Y tú qué? ¿Ahora vas por ahí aullando a la luna?
Scott
agachó la cabeza emanando un intenso olor a vergüenza.
—Hey,
hey, está bien. No es nada malo, ¿sabes?—quiso acercarse y darle
un abrazo, pero no estaba seguro de si sería bien recibido—.
Supongo que por eso te fuiste de Beacon.
—Es
una larga historia—y por su tono no una buena.
—Oye,
¿por qué no vamos a por algo de picar y hablamos en un lugar
tranquilo?—en ese momento no tenía confianza para encontrarse con
Melissa si estaba en casa.
Scott
asintió y Stiles se sintió aliviado al ver que no dudaba en subirse
a su coche. Le dio unas indicaciones sobre a donde ir e hicieron el
trayecto en silencio. Scott olfateaba disimuladamente, analizando el
nuevo olor de su amigo mientras Stiles intentaba parecer relajado.
Pasaron por la ventanilla para coches de una pequeña hamburguesería
y Scott se pidió un refresco y patatas fritas.
—¿Y
tú?—le preguntó cuando Stiles avanzó hasta la ventanilla para
pagar.
—Vampiro.
Solo sangre, por favor—intentó que sonara como una broma, pero
Scott torció el gesto en desagrado.
Se
dirigieron a un parque que estaba vacío a esas horas, aparcaron el
coche y se sentaron en una de las mesas de pícnic.
—¿Esta
es la razón por la que tu padre y tú os fuisteis?—le preguntó
Scott—. Nunca me diste una buena razón, siempre evasivas.
—Sí,
lo siento. Fue difícil al principio, no sabía cómo iban a ir las
cosas y mi padre insistió en que por el momento era mejor no
decírselo a nadie, incluido tú, hasta que lo tuviéramos bajo
control.
—¿Fue
difícil? Controlarlo.
—Lo
más duro pasó en un par de meses, después fue cuestión de
acostumbrarnos a ello y de conocerme a mí mismo, por tópico que
suene eso. No tuve a nadie que me enseñara así que fue algo
complicado, no hay mucha información fiable sobre vampiros en
Internet ni en ninguna parte.
—¿El
que te transformó no te ayudó?—preguntó con expresión molesta,
aunque no parecía sorprendido.
—No,
me transformó y se largó antes siquiera de que despertara. No sé
quién era, ni por qué lo hizo, ni nada.
Scott
soltó una risa triste, moviendo la pajita de su refresco sin
levantar la mirada.
—Parece
que nos compenetramos incluso en eso. Yo tampoco sé quién me
mordió, ni por qué.
—¿Qué
sucedió?—le preguntó, aunque ya empezaba a hacerse una idea.
—Volvía
a casa en mi bici después de un partido cuando una criatura enorme
se lanzó sobre mí. Me mordió en el costado. Me miró por un
segundo con esos ojos rojos brillantes y salió corriendo.
Stiles
podía oír el dolor en su voz, podía escuchar los latidos agitados
de su corazón.
—¿No
volviste a verlo?
—No.
Esos mismos días hubo unos asesinatos causados por un hombre lobo,
supongo que sería el mismo. Llegué a pensar que era yo. Tenía
lagunas en mi memoria y pensé que estaba asesinándolos yo hasta que
en el hospital me dieron unos medicamentos para no perder el control.
Me tuvieron vigilado, pero los asesinatos siguieron así que supimos
que no era yo. Aún tomo la medicación, no consigo controlarme
durante la luna llena. Por eso no quise que vinieras la semana
pasada.
Definitivamente
Stiles iba a patearle el trasero a Peter por lo que le estaba
haciendo sufrir a su amigo. Porque ahora estaba seguro de que había
sido Peter.
—¿Tienes
una manada aquí?—le preguntó, aunque no podía oler a ningún
otro hombre lobo sobre él.
—No,
vinimos aquí precisamente porque no había ninguna manada. Y para
alejarnos de lo que sucedía en Beacon, claro. No quiero acercarme a
otros hombres lobo hasta que tenga control sobre mí mismo. Creo que
sería peligroso, probablemente no me aceptarían.
—¿Y
te gustaría volver a Beacon?
Scott
le miró un momento y se encogió de hombros, volviendo su atención
a las patatas fritas casi sin tocar.
—No
lo sé.
—Ya
no hay hombres lobo asesinando por ahí. Vuelve a ser el tranquilo y
monótono Beacon Hills. Con un vampiro en la escuela ahora.
Scott
le miró confuso ante esto.
—Dijiste
que no eras como los de Crepúsculo,
¿cómo puedes ir a la escuela?
—No
me quemo al sol, eso es un cuento, y lo de brillar también. Te
sorprendería saber todas las historias falsas que se cuentan sobre
los vampiros.
—¿Te
alimentas de sangre humana?
—No,
solo animal. Mi padre me compra sangre de la carnicería –la cual
es asquerosa, por cierto– y una o dos veces por semana voy a cazar
a la reserva para saciar el apetito. Pero eso no se lo digas a mi
padre, él no lo sabe.
—¿Por
qué no?
—No
le gusta que cace, dice que no soy un animal.
—Pero
es divertido—comentó Scott y sonrió por primera vez desde que lo
viera salir del coche.
—Sí,
lo es—respondió con una sonrisa que mostraba sus colmillos y Scott
se quedó mirándolos más con sorpresa que con miedo. Quizás si
regresaba a Beacon Hills podrían ir a cazar juntos, eso sería
increíble—. ¿Si el alfa que te mordió tuviera una manada en
Beacon, te unirías a ella?
—¿Te
refieres al hombre lobo que mató a media docena de personas?
—Si
no fuera él el mismo que te mordió.
—No
sé. Me mordió sin mi consentimiento y después se largó. ¡Eso es
ilegal! Podría denunciarlo.
—Lo
sé y, créeme, nadie mejor que yo entiende lo que es que te muerdan
sin consentimiento. Pero tal vez tuvo sus motivos o, no sé. El caso
es que te vendría bien estar en una manada. Por lo que he leído,
los hombres lobo tienen más control cuando están en manada, los
compañeros les ayudan a mantenerse... humanos.
Scott
se quedó pensativo por un rato, tan solo sorbiendo de su refresco.
Stiles quería que regresara, lo necesitaba. Por romántica que
pareciera la idea del vampiro solitario, él no quería estar solo,
quería a su amigo. Y si tenía que forzar a Peter para que lo
aceptara en su manada y para que fuera un buen alfa para él, lo
haría.
—Veré
qué puedo averiguar sobre el alfa y su manada, y sobre lo que pasó.
—Ten
cuidado, si es el mismo que mató a esas personas es muy peligroso—le
dijo su amigo preocupado. Stiles sonrió de oreja a oreja.
—Ay,
Scotty. No le tengo nada que temer a ningún hombre lobo, alfa o no.
Soy un vampiro, hay muy pocas cosas que puedan matarme y los hombres
lobo no sois una de ellas. Además, soy más fuerte que cualquiera de
vosotros.
—¿En
serio?—le miró entre incrédulo y sorprendido.
—Puedo
demostrártelo si quieres—movió las cejas de forma insinuante.
Aquello
llevó a unas cuántas horas de pelea amistosa en un descampado a las
afueras. Unas cuántas heridas y algún hueso roto después,
regresaron al apartamento de los McCall. Melissa no se tomó mal en
absoluto la noticia de que Stiles fuera un vampiro y este terminó
durmiendo allí el fin de semana. No volvieron a hablar mucho del
tema de regresar a Beacon ni de criaturas sobrenaturales en general,
tan solo pasaron el sábado y el domingo por la mañana como llevaban
haciendo los últimos años: jugando videojuegos, charlando de cosas
de instituto y dando vueltas por la ciudad. Como si fueran dos
adolescentes humanos.
Falto un fin de semana, lo que quiere decir que faltó a su "cita" con Peter en el claro (????😂😂😂
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