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Tú, yo y el Nemeton [cap7]


Título: Tú, yo y el Nemeton
Fandom: Teen Wolf         Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia y todo tipo de parafilias
Capítulos: 13 (7 de 13)
Resumen: AU: las criaturas sobrenaturales son conocidas, pero no están necesariamente integradas en la sociedad. Es todo tan nuevo que las leyes aún no están desarrolladas para ellos y no todas las criaturas son aceptadas entre los humanos.
Con una manada consistente tan solo en su sobrino y él, tras haber vengado el asesinato de su familia por parte de cazadores furtivos, Peter se encuentra con un joven vampiro que trata de mantener en secreto lo que es por el bien de la carrera de su padre, el sheriff. Pero intentar vivir como un humano cuando ya no lo es resulta tarea imposible para Stiles, especialmente cuando el Nemeton se mete de por medio.

Capítulo 7


Peter estaba paseando por la reserva cuando supo que Stiles estaba en el Nemeton. No sabía cómo lo sabía, ni si era por Stiles o por el propio Nemeton, pero lo sabía. No lo había visto el fin de semana así que no esperaba verlo hasta el siguiente, después de todo era un estudiante. Se dirigió al Nemeton y le llegó primero el olor de la sangre, más intenso que el olor de Stiles, que no percibió hasta acercarse a la línea de árboles. Allí estaba, sentado en el Nemeton con un jabalí ya muerto en su regazo. Ya había terminado de alimentarse así que debía de estar esperándolo a él. Esta vez llevaba una chaqueta gris, la roja había quedado destrozada en su último encuentro. Tendría que comprarle otra.
Cuando los ojos de Stiles se fijaron en él, Peter se detuvo en seco a medio camino del tocón. Estaban brillando y no parecía contento. El chico se levantó, dejando caer el jabalí, y bajó del tocón. Se acercó hacia él con un rostro serio que no auguraba nada bueno. Se detuvo a un paso de él. Sus ojos dejaron de brillar, pero le miraban con la misma intensidad, amenazadores.
Voy a hacerte unas preguntas y quiero la verdad. Recuerda que puedo oír tu corazón—ni siquiera esperó a que aceptara, no le estaba dando la opción de no contestar—. ¿Mataste a seis personas hace unos meses?
Bueno, eso no se lo esperaba.
Sí—no tenía motivo para mentir incluso si hubiera podido. Dudaba mucho que fuera a contárselo al sheriff. Incluso si lo hiciera, ya sabría que no tenían pruebas contra él y que solo conseguiría preocupar a su padre por andar con un asesino en serie.
¿Mordiste a un chico que iba en bicicleta?
Sí, eso cre-
Antes de terminar la frase sintió una intensa presión en su pecho, escuchó huesos resquebrajarse y se encontró volando por los aires hasta chocar contra un árbol, que se sacudió a punto de romperse. Cuando reaccionó, se dio cuenta de que Stiles le había dado un puñetazo en medio del pecho y le había mandado a la otra punta del claro. Y sin tan siquiera pestañear. Un gruñido vibró en su pecho y dolía porque la mayoría de sus costillas estaban rotas, aunque ya empezaban a sanar.
¿A qué ha venido eso?—prácticamente rugió.
Eso es por morder sin consentimiento a mi mejor amigo.
Eso sí que no se lo esperaba.
Oh.
¿Oh? ¿Eso es todo lo que tienes que decir?—le preguntó, acercándose con un aire amenazador. Su cuerpo no era musculoso y tenían la misma altura, pero en ese momento el chico intimidaba. No era nada físico, era saber que podría romper su cuello sin el más mínimo esfuerzo.
No estoy seguro de qué quieres que diga. Me sorprende que te moleste más un Mordisco que las personas que maté—seguía molesto por el golpe, pero también sentía curiosidad.
Fueron los que mataron a tu familia, ¿no?—se encogió de hombros—. Se lo merecían. Yo habría hecho lo mismo. Lo que sí quiero que me expliques es lo de Laura. ¿Por qué a ella?
No entiendes a los hombres lobo, no puedes comprender lo que sucedió—le desagradó lo defensivo que sonaba, pero no podía evitarlo.
Por eso te estoy preguntando en lugar de llevarte a la policía.
Oh. Era eso. No le estaba acusando, realmente le estaba preguntando. Era la primera vez. Este chico le sorprendía más a cada momento. Se relajó un poco más, pero no bajó la guardia porque no iba a tolerar un golpe como el anterior, al menos no sin pelear.
¿Conoces la jerarquía de los hombres lobo?
¿Alfa, beta y omega?
Exacto. El alfa es el líder de la manada, los betas son el resto de miembros y puede haber o no omegas en una manada. Esos son lo más bajo del escalafón, en pocas palabras, son el saco de boxeo de los demás. Además, un lobo solitario, sin manada, que no sea alfa también es un omega. En este caso, cuando los omegas pasan mucho tiempo, meses solos, poco a poco van perdiendo su humanidad y acaban convirtiéndose en simples animales, salvajes y peligrosos. Acaban matando humanos si no se los elimina antes—esperaba que Stiles le interrumpiera preguntando si eso era lo que le había pasado a él, pero el chico le miraba atentamente en completo silencio. Era casi como una estatua, hermoso.
» Tras el incendio, Laura se convirtió en alfa, mi alfa, y ella y Derek me abandonaron, se marcharon a la otra punta del país. Si has visto los informes, como sospecho que has hecho, habrás visto el estado en el que me encontraba. Prácticamente todo mi cuerpo quemado y en estado de coma. Pero dentro de mi propia mente estaba muy despierto, reviviendo a cada segundo el incendio, los gritos de mi familia, los llantos de los niños, los aullidos de los lobos. Viendo cómo todos ardían una y otra vez. Y mientras, mi cuerpo sanaba lentamente, de una forma extremadamente dolorosa. Podía sentir cada célula de mi cuerpo sanando. Era una tortura, física y mental—se detuvo un segundo porque su voz estaba comenzando a sonar desesperada e, incluso si quería despertar simpatía en el vampiro, no soportaba oírse tan necesitado—. ¿Y sabes qué lo habría hecho mil veces más llevadero? Mi alfa, mi manada. No solo podrían haber eliminado físicamente parte del dolor con un pequeño poder que tenemos; aun sin eso, su mera presencia me habría ayudado a sanar muchísimo más rápido. Porque la manada es más fuerte cuanto mayor es. Un lobo solitario es más débil en todos los sentidos, no solo su fuerza, también su capacidad de curación. Yo perdí a mi manada, a toda mi manada. Era un omega. Y acabé como acaban todos los omegas.
Pero tú no eras un simple animal—comentó Stiles cuando Peter se detuvo porque sabía que había más, por supuesto que sabía que había más. El chico era inteligente y perspicaz—. Tuviste la suficiente claridad mental como para atraer a tu sobrina a Beacon Hills.
Cierto. Con algo de ayuda, pero sí. Aunque mi intención en aquel momento no era matarla. De verdad—reiteró ante la mirada incrédula del chico—. Quería su ayuda, la necesitaba para vengarme de quienes habían matado a nuestra familia. Pero ella no quiso, se negó, y puede que yo no estuviera muy persuasivo dada la condición en la que me encontraba. Estaba lleno de dolor, físico y mental, de frustración y de odio. Para ella habían pasado seis años desde el incendio, para mí apenas unos días. Su rechazo me hizo estallar y la maté.
» No voy a decir que me arrepiento porque era lo que tenía que hacer en aquel momento. Necesitaba el poder del alfa, tanto para curarme finalmente como para vengarme. No puedo decir que fuera una decisión totalmente racional, pero era la única posible. No haría lo mismo en este momento, pero en este momento no estoy lleno de dolorosas cicatrices de pies a cabeza ni acabo de salir de una pesadilla de seis años. Ni estoy completamente solo.
Esa era la primera vez que lo explicaba, al menos la primera vez que lo hacía con completa sinceridad. No encontraba la necesidad de mentirle o más bien no lo creía posible. Si intentaba hacerse el bueno y endulzarlo todo estaba seguro de que Stiles no se lo tragaría.
De acuerdo—dijo finalmente.
¿De acuerdo?
Yo no he estado en tu situación, no puedo comprender por lo que has pasado ni puedo comprender plenamente tu naturaleza de hombre lobo, lo que es la manada para ti, por eso no puedo juzgarte por lo que hiciste. No voy a decir que yo no habría hecho lo mismo en tu situación porque es algo que ni siquiera puedo imaginar y no sé cómo habría reaccionado yo, así que acepto tu explicación por lo que es, una explicación, no una justificación. Y para mí es suficiente.
En ese momento, Peter sintió un nudo que no sabía que estaba ahí aflojarse en su pecho. No era un perdón, que ni necesitaba ni quería, era algo incluso mejor, era aceptación. Nunca creyó recibir eso de alguien que supiera lo que había hecho. Ese chico era increíble.
Ahora quiero saber por qué mordiste a Scott sin su permiso.
Oh, eso.
Admito que... no estaba en mi sano juicio—los ojos de Stiles brillaron en advertencia y Peter se apresuró en explicarse porque las costillas aún estaban sanando—. Fue la misma noche en que maté a Laura. Acababa de convertirme en alfa y el primer instinto de un alfa es formar una manada si no tiene ya una. Al principio es muy difícil controlar el poder del alfa, supongo que puede compararse a cuando te transformas, en lo que sea. Tu amigo estaba simplemente en el lugar menos indicado en el momento menos oportuno. Una vez que le mordí a él, aun si aún no tenía pleno control, sí tuve la claridad de mente como para esconderme en alguna parte hasta controlarlo.
De acuerdo, puedo entender eso, pero al menos deberías haber tomado la responsabilidad e ir a buscarle cuando te recuperaste, no abandonarlo a su suerte.
Estaba en medio de una sangrienta venganza, ¿de verdad te habría gustado que hubiera involucrado a tu amigo en ella? Para cuando todo terminó él ya no estaba en la ciudad y yo ni siquiera tenía un nombre por el que buscarle. Escucha, comprendo que-
¡Tú no comprendes nada y no finjas que sí!—colocó la mano sobre su pecho, presionando las costillas que acababan de sanar e inmovilizándolo contra el árbol. Sus ojos brillaban y sus colmillos estaban extendidos. No gruñía, porque al parecer los vampiros no gruñen como los hombres lobo, pero casi siseaba en un tono más espeluznante—. Si Scott decide regresar, cosa que voy a esforzarme para que suceda, vas a aceptarlo en tu manada y vas a enseñarle control y serás un buen alfa para él—no era una petición, en absoluto, era una orden que no admitía discusión.
¿Y si no?—porque tenía que tensar aún más la cuerda, tenía que provocarlo un poco más porque Stiles estaba jodidamente sexy en ese momento, tan serio, agresivo y dominante, y Peter ya estaba duro en sus pantalones.
Si no—su mano presionó un poco más contra él, la corteza del árbol resquebrajándose tras él al igual que sus costillas—, te agarraré del pescuezo y te llevaré a rastras hasta la comisaría y yo mismo te meteré en una celda sin que puedas hacer nada para evitarlo. Y créeme, soy perfectamente capaz de hacerlo.
Sí, lo eres—su voz sonó casi ronroneante.
Vio el momento en que Stiles se percataba de lo que estaba pasando por su mente. Fue su olor o sus pupilas dilatadas o el acelerado ritmo de su corazón o quién sabe lo que un vampiro puede llegar a percibir, pero Stiles se dio cuenta y una sonrisa se extendió por su rostro, una sonrisa depredadora.
Y eso te pone, por supuesto. Debería haberlo imaginado.
Para ser justos, ni Peter lo sabía.
Sin aflojar la presión sobre su pecho, Stiles se inclinó sobre él y tomó sus labios en un salvaje beso, torpe, porque era evidente que Stiles no tenía práctica besando, pero lo compensaba con su pasión. Peter respondió con la misma intensidad y pronto saboreó la sangre mientras sus lenguas se empujaban la una a la otra. Stiles mordió su labio inferior dejándolo palpitando y se arrodilló frente a él. La mano en su pecho descendió, rasgando su jersey hasta desnudar su torso, y se detuvo sobre sus abdominales, manteniéndolo sujeto contra el árbol. Desabrochó su pantalón con su mano libre y lo bajó junto a los calzoncillos hasta los tobillos. El miembro erecto se sacudió frente a su rostro, palpitando.
Nngh...—gimió, ajustándose en sus pantalones.
Peter suspiró cuando sintió su lengua acariciar su miembro desde la base hasta la punta. Stiles no tenía saliva, pero su boca era extrañamente húmeda aun así. Envolvió el glande con sus labios y movió la lengua alrededor con una expresión de increíble concentración. Pronto fue bastante evidente que esta era la primera vez que daba una mamada (no fingiendo ser un cadáver, se entiende), a pesar de que podía tragarlo hasta el fondo. Pero se estaba esforzando y Peter valoraba eso. Cuando intentó mover sus caderas respondiendo a las cabezadas de Stiles, la otra mano del chico agarró su cadera, presionándolo con fuerza contra el árbol. Peter gimió muy a su pesar. Intentó forcejear solo para comprobar si era capaz, pero no, fue evidente que tendría que utilizar toda su fuerza solo para conseguir perturbarlo y a cambio de sus intentos la presión que ejercía el chico sobre él aumentó hasta ser doloroso, pero no dejó de trabajar su verga. Estaba totalmente a su merced, vulnerable y sin el más mínimo control de la situación y, joder, cómo le ponía eso. Habría pensando que odiaría algo así. Era el alfa, le gustaba tener el poder, el control, creía que el lobo se retorcería y forcejearía, pero estaba prácticamente aullando de gozo. Y entonces Stiles apartó la boca de su miembro cuando estaba casi a punto y Peter fue a quejarse ultrajado cuando sintió los colmillos hundirse en su muslo, tan cerca de su femoral, y eso fue suficiente para conseguir que se corriera sin necesidad de que nada tocara su erección, apenas consciente del aullido que escapó de su garganta.
Cuando regresó a sus sentidos, Stiles estaba lamiendo el semen de su vientre, mezclándolo con la sangre en su boca.
Creía que no podías comer nada que no fuera sangre—comentó, su voz más rasposa de lo que le habría gustado, su respiración aún agitada.
Sabe bien—respondió, lamiendo la última salpicadura. Se incorporó y le agarró por las caderas, girándolo y empujándolo de cara contra el árbol—. Mi turno—susurró en su oreja.
Peter intentó resistirse por un momento, apoyando sus antebrazos contra el tronco para hacer fuerza, pero el cuerpo de Stiles era como un muro de hormigón a su espalda. Aun así, estaba bastante seguro de que si se lo pedía, el chico se detendría al instante, pero eso no era lo que quería. Una mano lo sujetó presionando en el centro de su espalda mientras la otra descendía por su columna, un dedo deslizándose por su raja y presionando contra su entrada.
¿Lo has hecho antes?—preguntó Stiles, sus dedos tanteando alrededor de su agujero como si estuviera estudiando su forma.
Por supuesto—respondió resoplando. Siempre había preferido dar, pero había experimentado de todo, especialmente en la universidad. Por otro lado, estaba bastante seguro de que el chico era virgen, había ese toque de inseguridad en cada movimiento.
Stiles llevó la mano hasta su boca y Peter chupó los dedos que le ofrecía. Los cubrió abundantemente en saliva porque él no era tan fan del dolor como el vampiro, mordiscos a parte. Stiles los llevó hasta su trasero y lo penetró lentamente con uno de ellos. Lo notó tensarse y sintió la erección del chico restregarse contra su cadera aún en sus pantalones.
¿Cómo puedes siquiera tener una erección?—preguntó curioso, intentando que se relajara. Era ridículo, él era el que iba a ser follado, tendría que ser él el que estuviera nervioso no el chico que lo tenía inmovilizado contra un árbol.
La sangre que bebo, es como llorar. No puedo ponerme duro si no acabo de beber—gimió cuando deslizó un segundo dedo en su interior—. Joder, eres estrecho... y caliente...
Peter sonreía. Incluso si Stiles tenía todo el control en ese momento, estaba consiguiendo hacerle perder la cabeza aun sin hacer nada. El chico era adorable. Movió las caderas hacia atrás, penetrándose más en sus dedos, y Stiles presionó contra él con un gemido necesitado, separando los dedos dentro de él.
Vamos, fóllame ya, Stiles.
Stiles no tardó un segundo en liberar su agujero y prácticamente se arrancó los pantalones; pudo escuchar el crujido de la cremallera al romperse. Sintió la punta de la erección contra su entrada y Stiles comenzó a penetrarlo lentamente. Peter intentó contener un gruñido, pero no pudo cuando sintió garras en la mano que presionaba su espalda entre sus omóplatos. Rasgaron la tela de su jersey arruinado y se hundieron en su carne al tiempo que Stiles lo penetraba hasta el fondo.
Ngh... Peter...—gimió el chico en su oído.
Apartó la mano de su espalda y agarró sus caderas, sus garras, no tan grandes ni gruesas como las de un hombre lobo, clavándose en su piel. Peter podía sentir su frío aliento en el cuello. El vampiro no necesitaba respirar, pero tal vez lo hacía por alguna clase de reflejo humano que aún le quedara en ese momento en que apenas controlaba su cuerpo. Apretó su trasero y el gemido del chico le hizo estremecer.
Joder, Peter... Eres tan estrecho, tan caliente, hueles tan- ¡Nnh!—inspiró profundamente con la nariz hundida en su cuello y gimió.
Era el olor de su excitación, supuso. Estaba tan al límite como el vampiro, su miembro erecto cubierto por su mano para no rozar contra la áspera corteza, el nudo hinchándose aun si no tenía nada alrededor para presionarlo. Cuando Stiles comenzó a embestirle, sus movimientos eran torpes, sin ritmo, solo buscando su propio placer con tanta fuerza que hacía crujir el árbol con sus movimientos. Peter sentía que estaba siendo usado, que no era más que un agujero para que el chico se corriera, y tenía que dejar de pensar en eso porque le estaba poniendo demasiado. ¿Qué demonios pasaba con él? No era la primera vez que recibía, pero nunca había sido tan vulnerable y poderoso al mismo tiempo. Stiles podría matarlo con el mínimo movimiento sin tan siquiera pestañear y por otro lado estaba tan absorto en el placer que en ese momento su mundo se reducía a Peter y a su trasero.
Vamos, termina para mí, pequeño—le animó con voz grave que rayaba en la desesperación.
Stiles gimió y sus dientes se clavaron en su hombro, enviando deliciosas corrientes por todo su cuerpo. Incluso si el semen no fluía dentro de él, Peter podía sentir que estaba teniendo un orgasmo por la tensión y las sacudidas de su cuerpo, aunque no estaba seguro de si era un orgasmo seco o uno vampírico. O, por lo ido que parecía el chico, una mezcla de ambos. Él tampoco pudo contenerse y terminó corriéndose con su mano quieta alrededor de su miembro, sin poder moverla por culpa de la presión con la que lo mantenía contra el árbol.
El vampiro se quedó inmóvil por un rato mientras Peter recuperaba el aliento, ya no presionándolo para inmovilizarlo sino simplemente apoyado contra él como si apenas fuera capaz de sostenerse en pie. Finalmente se apartó, saliendo poco a poco de su interior. Peter se dio la vuelta y se apoyó de espaldas contra el árbol, observando al chico subirse los pantalones. Sí, la cremallera estaba rota. Él también debería subirse los pantalones, pero decidió posponerlo cuando vio la mirada de deseo en el rostro del chico observando su cuerpo semidesnudo y usado a pesar de acabar de hacerlo.
Hablaré con Scott—le dijo sin apartar la mirada de su vientre cubierto de nuevo de semen—. Intentaré convencerlo de que regrese. No creo que sea difícil, la verdad. Está desesperado por conseguir control.
Aún no he dicho que sí—replicó sin mucha fuerza.
Negarte no es una opción así que no necesito que digas que sí—respondió tranquilamente dándolo por hecho.

Y seguro que eso debería molestarle, pero no era así.

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