Tú, yo y el Nemeton [cap5]

Título: Tú, yo y el Nemeton
Fandom: Teen Wolf         Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia y todo tipo de parafilias
Capítulos: 13 (5 de 13)

Resumen: AU: las criaturas sobrenaturales son conocidas, pero no están necesariamente integradas en la sociedad. Es todo tan nuevo que las leyes aún no están desarrolladas para ellos y no todas las criaturas son aceptadas entre los humanos.

Con una manada consistente tan solo en su sobrino y él, tras haber vengado el asesinato de su familia por parte de cazadores furtivos, Peter se encuentra con un joven vampiro que trata de mantener en secreto lo que es por el bien de la carrera de su padre, el sheriff. Pero intentar vivir como un humano cuando ya no lo es resulta tarea imposible para Stiles, especialmente cuando el Nemeton se mete de por medio.

Capítulo 5

Peter prácticamente se desplomó sobre él y poco a poco su cuerpo volvió a ser humano. Aun si ahora podía salir de su interior aun con el nudo todavía hinchado, no lo hizo. Permaneció sobre el vampiro hasta que sus cuerpos sanaron por completo. Incluso si Stiles no necesitaba respirar, él sí necesitaba recuperar el aliento, estaba exhausto. Cuando se dio la vuelta y se tumbó sobre la hierva, se dio cuenta de que ya estaba amaneciendo, el cielo de un suave azul grisáceo. Habían perdido por completo la noción del tiempo.

—No llevas ropa—comentó Stiles. Peter no respondió, era evidente—. ¿Has ido dejando tu ropa tirada por el bosque según te transformabas?—preguntó, amortiguando una risa en su antebrazo.

—La tuya está hecha jirones, no eres quién para hablar.

—Sí, pero eso también ha sido culpa tuya. Me debes ropa nueva.

—Te llevaré de compras.

Ahora Stiles ya no se contuvo, se echó a reír a carcajadas, dándose la vuelta sobre los trapos que eran su ropa. Después de lo que habían hecho no podía imaginar hacer algo tan mundano como ir de compras con Peter.

—Mierda, ¿cómo vuelvo ahora a casa? No puedo correr por ahí desnudo de día—dijo aún riendo.

—¿No traes coche?

—¿Hm? No, siempre vengo corriendo desde casa.

—¿Entonces por qué perdía tu rastro cuando llegaba a la carretera?—le preguntó extrañado.

Stiles le miró de reojo con una traviesa sonrisa.

—Me adelantaba lo suficiente para que mi olor se hubiera desvanecido cuando llegaras allí.

—Inteligente—admitió.

—Lo sé—asintió y miró de nuevo al cielo—. Lo que no es inteligente es follar con un lobo en medio del bosque sin ropa de repuesto. Lo tendré en mente para la próxima.

Peter resopló una risa y se levantó.

—Vamos, yo sí tengo ropas de repuesto. Recoge todo eso, no sea que lo encuentre alguien y entren en pánico pensando que algún idiota ha sido devorado por alguna criatura.

Stiles se levantó, su cuerpo sin el más mínimo rastro de lo que habían hecho, solo unas gotas de semen deslizándose por sus muslos y manchas de sangre secas, y recogió los restos de su ropa. Siguió a Peter a donde quiera que le estuviera llevando, recogiendo por el camino las prendas desgarradas del licántropo que no habían corrido mejor suerte que las suyas. Estaba hambriento de nuevo así que capturó una liebre y fue bebiendo de ella sin detenerse.

Llegaron a un claro con una gran casa convertida prácticamente en cenizas. Stiles la reconoció de inmediato, la Casa Hale. Era una fácil deducción, pero además la había visto en fotografías en los archivos de su padre. Sin embargo, no dio muestras de reconocerla, la miró con ojos curiosos y boca entreabierta como habría hecho si jamás la hubiera visto. Peter no le había dicho que era un Hale así que él en teoría no lo sabía. El hombre lobo le miraba de reojo, probablemente examinando su reacción, pero no tenía un latido que pudiera delatarlo así que no estaba preocupado.

Cuando se acercaron a la casa, un hombre joven y musculoso –hombres lobo, Stiles sacudió mentalmente la cabeza– salió de ella con el ceño fruncido y expresión amargada. Al ver a Stiles su rostro se tornó en sorpresa. Solamente habría oído el latido de su alfa así que no esperaría ver a nadie más.

—¡Hey! Soy Stiles, ¿qué tal?—se presentó, acercándose con una sonrisa.

El hombre lobo le observó de arriba abajo con el cuerpo tenso, como si estuviera listo para pelear ante el mínimo movimiento extraño.

—Derek—casi gruñó finalmente y no añadió nada más.

—Qué elocuente.

—Derek es mi sobrino y mi beta—le explicó Peter—. No es muy hablador.

Así que Derek estaba en la manada de su tío. Eso no era probable si Peter hubiera matado a su sobrina. ¿O sí? Stiles no sabía demasiado acerca de las costumbres de los hombres lobo, de cómo funcionaban las manadas. Tendría que investigar más al respecto.

—Supongo que tú te quedaste con todo el carisma—le dijo sonriente, sin dejar ver lo que estaba pasando por su cabeza.

—Puedes jurarlo.

—¿Qué eres?—intervino Derek, aún mirándole con sospecha.

—¿No le has hablado de mí? Me siento dolido—le dijo a Peter con una exagerada expresión.

—No tengo por qué hablarle a mi sobrino de todos los polvos que echo.

—Cierto—quizás debería haberse sentido ofendido, pero no. Después de todo, eso había sido hasta ahora, solo un par de polvos y una breve charla. Y con suerte seguiría siendo así porque ¿una relación más allá del sexo con un posible asesino en serie? No, gracias. Miró de nuevo a Derek –se preguntaba si estar como un tren venía de familia– y le sonrió—. Soy un vampiro.

La primera reacción de Derek fue ponerse en una posición defensiva de lucha, sus ojos brillando azules.

—Y así es como reacciona un hombre lobo. ¿Te imaginas si lo desvelara ante los humanos?—le preguntó a Peter, totalmente despreocupado por la actitud del beta.

Peter sacudió la cabeza con una expresión de decepción hacia su sobrino.

—No te preocupes tanto. Si quisiera matarte, nada de lo que hicieras podría evitarlo, reza por una muerte rápida—le dijo y rio ante la mirada atónita de Derek.

—Bueno, ¿vas a darme algo de ropa o no? Es muy liberador esto de ir desnudo por el bosque, pero necesito regresar a casa, con suerte antes de que mi padre despierte.

Peter entró en la casa pasando junto a Derek y este lo siguió dentro. Podía oírlos perfectamente aunque Derek intentara susurrar.

—¿Te acuestas con ese chico?—le preguntó Derek con tono casi enfadado.

—Yo no llamaría chico a un vampiro, podría tener siglos—respondió Peter tranquilamente.

—Es el hijo del sheriff, va al instituto, es un adolescente.

—¿Qué te molesta más, que me folle a un vampiro o que me folle a un adolescente? Y, perdona, pero el término «acostarse» me hace pensar en una cama y lo que hemos hecho nosotros no se podría haber hecho en una cama.

—Es un crío.

—Supuse que sería eso. Supera tus traumas, Derek. Yo no estoy intentando engañarle para matar a toda su familia, solo quiero follarlo.

Si aún latiera, el corazón de Stiles se habría desbocado en ese momento. ¿Superar sus traumas? ¿Engañarle para matar a su familia? Si Kate Argent había sido el cerebro del asesinato de los Hale, siendo la única cazadora furtiva que había sido asesinada en esa supuesta venganza, ¿significaba que había engañado a Derek para que la ayudara de algún modo? Derek tenía la misma edad que Stiles en aquella época, eso explicaría su problema con una relación entre un adulto y un adolescente.

—Y es peligroso.

Peter permaneció en silencio por un momento y Stiles apostaría a que estaba sonriendo.

—Lo es.

Un momento después salieron, Peter ya vestido, y Stiles fingió educadamente no haber estado escuchando la conversación. El alfa le dio un pantalón de chándal y una camiseta con cuello de pico –ese hombre tenía algo con esos cuellos– y Stiles se vistió allí mismo. La ropa le quedaba algo grande, denotando la diferencia en sus complexiones, pero era mejor que ir desnudo saltando de jardín en jardín.

—Ha sido una noche divertida. Espero repetirlo pronto, lobo siniestro—le dijo con una sonrisa pícara—. Ha sido un placer, Derek.

Sin esperar respuesta de ninguno de los dos echó a correr tan rápido como le era posible (que no era tanto como le habría gustado, habría preferido estar en casa hacía ya una hora por lo menos) y no se detuvo hasta llegar a la ciudad, donde tuvo que cuidarse de que nadie le viera correr a una velocidad sobrehumana.

Rogó porque su padre hubiera decidido dormir hasta tarde, pero cuando oyó desde fuera los platos en la cocina y después el corazón de Noah algo más acelerado de lo habitual, supo que no había tenido suerte. No se molestó en entrar sigilosamente, ya sabría que no estaba en casa. La mirada que le dedicó al entrar en la cocina dejaba claro que estaba molesto.

—Hey, papá—le saludó intentando parecer casual.

—¿Dónde estabas?—claramente no había funcionado.

—Dando una vuelta por la reserva.

—¿Y tu ropa?—por supuesto que se iba a dar cuenta.

—No estoy seguro de que quieras oír la respuesta—¿Por qué demonios tenía que lidiar con esto?

—Por supuesto que quiero—insistió.

—Destrozada, hecha jirones, por garras, no las mías—en ese momento estaba pensando cuánto estaba dispuesto a contar, cuánto sería suficiente para satisfacer o contentar a su padre (quizás esas no eran palabras adecuadas dado que su padre no iba a estar contento de ningún modo) sin llegar a desvelar nada que aún no estuviera preparado para afrontar.

—¿Te han atacado?—preguntó, poniéndose en alerta de inmediato.

Stiles puso los ojos en blanco mentalmente. Incluso si ese hubiera sido el caso, no tendría nada de qué preocuparse.

—No precisamente, fue bastante consensuado. Lo de la ropa no estaba planeado, pero aun así—respondió encogiéndose de hombros. Ante su insinuación, Noah pareció aún más molesto.

—¿Quién es?

—Lo siento, pero no te lo voy a decir. No es algo serio como para que empieces a interrogarle. Y no creo que a él tampoco le interese conocerte, no es más que sexo.

—¿Él?—preguntó frunciendo el ceño.

—¿Te molesta más que sea él a que sea una criatura?—nunca le había dicho directamente a su padre que le interesaban los hombres (aunque tampoco se había sentido nunca atraído tanto por uno), pero no creía que estuviera en contra de ello.

—No me molesta, solo me sorprende. Ambas opciones.

—Corro menos riesgos con una criatura que con un humano, en más de un sentido—respondió encogiéndose de hombros.

—Aun así me gustaría saber quién es.

—No. No necesito que le hagas un interrogatorio, ni que rebusques en sus antecedentes criminales. Ya no soy un chico indefenso, aunque intentara matarme no podría. No hace falta que te preocupes por mí.

—Eres mi hijo, siempre me preocuparé por ti.

—Lo sé—y ahí radicaba el problema.

Noah aún lo veía como al hijo torpe, nervioso y propenso a meterse en líos que solían acabar en el hospital. Pero Stiles ya no era esa persona. Quizás aún era propenso a meterse en líos, pero ya no acabaría en el hospital. Era casi imposible acabar con su... no-vida. Stiles deseaba consentir a su padre en su necesidad de protegerlo, no quería que sintiera que había perdido a su hijo, pero era frustrante tener que fingir que aún era humano cuando estaba descubriendo que ser un vampiro era algo fascinante y no estaba seguro de poder aguantar mucho con la farsa.

—Si veo que se vuelve más serio hablaré con él. Por ahora solo es un rollo de adolescente—no era del todo una mentira, él era un adolescente, incluso si Peter no lo era—. Piensa que me estoy escapando de casa para ver a la chica que me gusta si eso te hace sentir mejor. Y mira el lado positivo, no tengo que preocuparme por ninguna ETS ni por emborracharme ni por drogas—anotó ese último pensamiento para analizarlo más tarde. No estaba seguro de cómo afectarían las drogas a su organismo, si es que le afectaban siquiera.

Noah resopló y sacudió la cabeza en derrota.

—Está bien, solo ten cuidado—sonaba tan cansado que habría hecho que el corazón de Stiles se encogiera de aún latir.

—Lo tendré.

Dios. Iba a ser un infierno cuando tuviera que decirle que el tipo con el que se acostaba era Peter Hale. No lo esperaba con ansias precisamente.