Título: Hotch Scratch Fever
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: DarkJediQueen y Rivermoon1970 Trabajo original: Hotch Scratch Fever
Traducción: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: Lemon
Capítulos: 5 (5 de 5) FIN
Resumen: Se suponía que iba a ser una captura rutinaria, bueno, tan rutinaria como puede ser en la UAC. Por desgracia, fue de todo menos rutinario y ahora Hotch es, bueno, Hotch ha sido transformado...... en un gatito. Y nadie sabe cómo transformarlo de nuevo.
Capítulo 5
Aaron
despertó cuando el sol comenzaba a asomarse al dormitorio a través
de las cortinas parcialmente abiertas. Se estiró y sintió que
Spencer también estaba cerca de despertar. Su cuerpo no estaba
completamente relajado a su lado. Estaba luchando por no despertar. O
al menos parte de él. Aaron sintió una dura polla presionando su
cadera. Se giró junto al joven hasta que Spencer estuvo de lado con
Aaron frente a él. Por suerte, habían estado en el centro del
colchón así que no tiró al joven de la cama. Spencer resopló e
intentó aferrarse más fuerte. Aaron rio antes de besarle. El joven
respondió con entusiasmo. Esta siempre era su manera favorita de
despertar.
Spencer
despertó lentamente mientras el beso se profundizaba. La mano de
Aaron extendida en su trasero lo mantuvo en su lugar, justo donde lo
quería. Ser convertido en un gatito también había cambiado las
cosas para Aaron. Spencer se había estado conteniendo, pero también
lo había hecho Aaron, solo que se habían contenido en cosas
diferentes. El joven abrió los ojos cuando Aaron comenzó a mecer
sus cuerpos juntos. Sus ojos se abrieron como platos por un segundo y
después su rostro se vio exactamente igual que cuando se había dado
la vuelta sorprendido al ser sostenido en los brazos de Aaron horas
antes. Aaron rompió el beso y frotó sus rostros juntos antes de
dejar que sus labios rozaran la oreja del genio.
—¿Puedo
tenerte, Spencer?
—Sí—respondió
Spencer. El joven lamió una línea por el cuello de Aaron antes de
besarle de nuevo. Aaron los giró hasta donde Spencer estaba encima,
pero entre sus piernas abiertas. Agarró sus nalgas para mantenerlo
inmóvil mientras embestía contra él.
—Coge
el lubricante—Aaron movió al joven hasta donde pudo tomar un
endurecido pezón en su boca. Provocó que Spencer gritara, pero el
joven extendió la mano hacia la mesilla.
La
probabilidad de que no se vincularan era escasa con sexo penetrativo,
por lo profundos que eran y habían sido desde el principio los
sentimientos de Aaron por el joven. Aaron había sentido su propio
vínculo con Haley desvanecerse lentamente tras el nacimiento de
Jack. Se había prometido a sí mismo que nunca se sentiría así de
nuevo, pero ya no le importaba esa promesa. No sentir eso con Spencer
dolía más que la idea de que se desvaneciera de nuevo. Se habían
satisfecho masturbándose, con felaciones y sexo intercrural. Ambos
conocían los riesgos del sexo penetrativo. El cajón cayó al suelo
y Spencer tuvo que inclinarse aún más para coger el lubricante.
Aaron le agarró por la cintura para evitar que volcara y cuando se
sentó con él en las manos, Aaron sonrió. La sonrisa en el rostro
del otro hombre era de felicidad y amor combinados. Había sabido que
Spencer le quería, pero no imaginó que oír las palabras de su boca
cambiaría tanto entre ellos, y lo hizo. No solo era esta necesidad
física de tenerlo, también había una sensación de plenitud. Cogió
el lubricante de su amante, abriéndolo y bajando a Spencer con su
mano libre. Spencer se movió hasta que sus piernas estaban por fuera
de las de Aaron y Aaron las usó para abrirlo solo un poco más
mientras humedecía sus dedos.
Provocando
a Spencer con la punta de su dedo, penetró la boca del joven con su
lengua. Lentamente abrió al hombre sobre él con sus dedos, cada vez
que los músculos se contraían, Aaron los sacaba y volvía a
meterlos lentamente. Habían pasado años desde que el joven tuviera
sexo anal y Aaron no quería hacerle daño. Se tomó su tiempo
preparándolo hasta que tuvo tres dedos dentro de él. Spencer estaba
goteando para cuando Aaron sintió que estaba listo.
—¿Tienes
condones?—preguntó Aaron. Spencer abrió los ojos de par en par y
miró a Aaron, sacudiendo la cabeza. Aaron limpió su mano en la cama
y acercó a Spencer para besarlo de nuevo—. Ambos estamos limpios.
Conocemos los riesgos.
—Te
quiero en mí—susurró Spencer, todo su cuerpo estaba vibrando con
necesidad. Cogió el lubricante de donde Aaron lo había dejado y
vertió un poco en su mano, llevándola hacia atrás y cubriendo la
verga de Aaron con el lubricante. Antes de que Aaron pudiera siquiera
abrir la boca para hablar de cambiar posiciones, que había otras
mejores para la primera vez, Spencer movió sus piernas y agarró el
miembro de Aaron, manteniéndolo recto mientras comenzaba a
descender. Aaron solo podía ayudar a sostenerlo mientras lentamente
se penetraba.
Spencer
tenía los ojos cerrados y la boca abierta mientras poco a poco se
deslizaba sobre la verga de Aaron. Aaron ansiaba moverse, embestirlo,
pero mantuvo el control porque si no lo hacía le haría daño y eso
era algo que nunca quería hacer. Cuando estuvieron piel con piel,
Spencer abrió los ojos y miró a Aaron. Sus ojos brillaban en la
luz, llenos de emoción. Aaron se incorporó para besarle. Esto era
lo que más había echado de menos. Ser capaz de simplemente estar
con él, besarle cuando quisiera.
—¿Cómo
te sientes?—preguntó Aaron acariciando el rostro de Spencer. Podía
sentir el vínculo comenzando a formarse ya. Cada nervio bajo su piel
donde se tocaban estaba vivo. Spencer no se levantó, en su lugar se
balanceó un poco y Aaron gruñó, agarrando más fuerte las caderas
de Spencer. La mano de Spencer se hundió en su pelo, manteniéndolo
quieto mientras apoyaba su otra mano en su hombro, sosteniéndose.
Aaron llevó un brazo hacia atrás para sostenerse él mismo. Se
miraron a los ojos, compartiendo el aliento mientras Spencer se
balanceaba lentamente. Se sentía muy bien para Aaron y, por la
mirada en el rostro de Spencer, se sentía igual de bien para él.
Ninguno de los dos iba a durar mucho, no con todo lo que se habían
negado sumado al vínculo creciendo cada vez más.
Aaron
dejó el agarre en la cadera de Spencer para envolver su erección,
haciendo que Spencer gritara. Echó la cabeza hacia atrás con la
boca abierta. Aaron lo masturbó al mismo ritmo que este se follaba
en la verga de Aaron. No tardó mucho en sentir a Spencer apretar a
su alrededor y entonces se estaba corriendo. Spencer apretó la mano
en su pelo hasta que resultó doloroso y hundió las uñas de la otra
mano en su hombro y Aaron estaba bastante seguro de que iba a tener
moratones. El ritmo de Spencer flaqueó y Aaron plantó sus pies para
tomar el control, embistiéndolo. Spencer gimoteó mientras Aaron
cambiaba de idea y salía de él tras unas pocas embestidas.
Empujando
a Spencer, Aaron tumbó al joven de espaldas. Estaba exhausto y solo
le miraba confuso. Aaron envolvió las piernas de Spencer alrededor
de su cintura mientras entraba de nuevo en él lentamente. Cuando
estuvo seguro de que no iba a hacerle daño con la nueva posición,
Aaron apoyó un brazo por encima de él, envolviendo el otro
alrededor de la espalda de Spencer y agarrando su hombro opuesto por
detrás. Al mismo tiempo que embestía, Aaron le atrajo y Spencer
jadeó por la sensación. Las piernas de Spencer apretaron alrededor
de él y no era capaz de apartarse demasiado.
—No
voy a ninguna parte—susurró Aaron antes de tomar su boca en un
beso. Spencer lo sostuvo cerca mientras embestía en él, una y otra
vez. Aaron aguantó tanto como pudo. Cada punto de contacto entre
ellos estaba hormigueando con el vínculo. Solo faltaba una cosa para
cimentarlo completamente—. Te quiero, Spencer.
—Yo
también te quiero. Aaron, por favor—Spencer estaba jadeando y
Aaron podía sentir que estaba duro de nuevo.
—Si
no quieres esto, tenemos que parar ahora—dijo Aaron, asegurándose
de que esto realmente era lo que Spencer quería. No quería parar,
sacarlo, pero lo haría.
—Soy
tuyo.
Aaron
embistió una última vez, dejando escapar su magia. Sintió el
vínculo estallar por completo y asentarse, y les hizo llegar al
límite. Si Aaron no le hubiera cubierto la boca para ahogar el
grito, Spencer habría despertado a todo el edificio, incluyendo a
Jack. Podía sentir la magia del vínculo asentarse en Spencer. Era
doloroso mientras la magia lo marcaba. Aaron le besó suavemente,
ayudando a tranquilizarlo mientras el vínculo se asentaba entre
ambos. Ya podía sentir la sutil sensación de Spencer en el fondo de
su mente. El dolor se estaba desvaneciendo y Spencer estaba sintiendo
el vínculo, probándolo. Después de que saliera el tema del vínculo
la primera vez, Spencer había leído todo lo que había podido
encontrar sobre vínculos mágicos. Nunca había mencionado si en
realidad quería uno o no.
—¿Estás
bien?—preguntó Aaron, acariciando el rostro de Spencer con su
nariz antes de inhalar. Oliendo sudor, semen y sus esencias unidas.
Olía como si finalmente estuviera en casa.
—Sí—Spencer
sonaba agotado—. ¿Tú?
—Me
encuentro increíblemente bien—dijo Aaron con una sonrisa antes de
lamer el cuello de Spencer.
—Aaron—Spencer
gimió enroscándose alrededor de su amante.
—¿Sí?—Aaron
sonrió juguetonamente sosteniendo a Spencer cerca. No imaginaba que
pudiera cansarse de abrazar a Spencer. La sensación era tan
diferente de Haley y ya sabía que el vínculo era más fuerte del
que había tenido nunca con ella. Sabía que jamás habría nadie
más, Spencer lo era todo para él. Spencer no había ocultado nada
del vínculo. Se habían revelado el uno al otro. Llevaría días que
se asentara, pero después se sentiría lleno de un modo que nunca
creyó posible.
—Eras
un gatito terrible, lo sabes, ¿no?
Aaron
rio suavemente mordisqueando la barbilla de Spencer. El vínculo
deseaba tanto contacto de piel como fuera posible en ese momento. Le
daría todo cuanto pudiera por el mayor tiempo posible, pero la
necesidad de ver a su hijo estaba creciendo.
—Era
un gatito adorable y lo sabes—gruñó Aaron al oído de Spencer—.
¿Y la corbata?
Spencer
no pudo evitar el rubor que creció por su rostro mientras lo
enterraba en el cuello de Aaron.
—Olía
como tú y yo... solo quería algo tuyo—Aaron inhaló mientras
estrechaba los brazos alrededor del joven. Entendía lo que Spencer
quería decir. Era una de las razones por las que había cogido el
chaleco y el calcetín. No podía decirles lo asustado que había
estado y tener algo de Spencer le había ayudado a tranquilizarse.
—¿Lo
decías en serio? ¿Mudarte, estar con nosotros?
—Sí.
Lo quiero todo, Aaron, y lamento que tuviera que pasar esto para
darme cuenta. Te quiero, quiero a Jack y quiero estar siempre
contigo.
Aaron
acarició el rostro de Spencer con el suyo una vez más, sabía que
tenían más de lo que hablar, pero realmente quería ver a Jack,
hacerle saber a su hijo que se encontraba bien.
—Necesito
una ducha rápida y después a mi hijo—Aaron sintió la pérdida
casi de inmediato cuando Spencer se apartó de él, pero no estaba
triste. Sabía que habría mucho tiempo para estar juntos,
especialmente ahora que Spencer había aceptado mudarse.
Estar
de pie bajo la cálida ducha era lo mejor del mundo en ese momento.
Mientras que limpiarse uno mismo como gatito era bastante
conveniente, no servía de nada como humano. Aaron aún estaba
intentando procesar los últimos dos días cuando sintió brazos
alrededor de él.
—Te
he echado de menos—Spencer apoyó la cabeza sobre el hombro de
Aaron y le abrazó con fuerza.
—No
voy a ninguna parte—Aaron se giró en los brazos de Spencer y tomó
su boca en un suave y casi casto beso, pero era lo más dulce del
mundo para Aaron—. Nunca me cansaré de eso.
Spencer
se ruborizó mientras besaba a Aaron una vez más y comenzó a
presionarle para que terminara. Sabía que si no lo hacían acabarían
de nuevo en la cama. Lo que no era una mala idea –Spencer sonrió
para sí mismo ante ese pensamiento–, pero tenían mucho que hacer.
No
les llevó mucho rato terminar sus duchas y Aaron estaba vestido con
unos vaqueros y una camiseta. Iba a pedirles el día libre, pero
primero tenía que ver a Jack.
Casi
antes de que saliera al pasillo, Jack estaba volando hacia él y
envolviendo las piernas de Aaron con sus brazos.
—Papá,
eres tú de nuevo—prácticamente gritó. Aaron rio arrodillándose
y abrazando del todo a Jack.
—Sí,
amigo, soy yo de nuevo—Aaron le abrazó con fuerza y suspiró.
—¿Pero
cómo? ¿Spencer encontró el hechizo correcto?—Aaron casi se ahogó
con la risa que estalló y tuvo que pensar rápidamente. Aún no
estaba preparado para la
charla
con su hijo.
—Sí,
Jack. Spencer encontró el hechizo correcto. Oye, ¿por qué no vamos
a por tortitas y le mostramos a Spencer nuestra sorpresa?
—¿Qué
sorpresa?
—Ya
verás—el tono juguetón de Aaron puso a Spencer en alerta. No
estaba seguro de si estaba preparado para más sorpresas. Demasiada
emoción iba a abrumarlo. Escogió ir a la cocina y echar un trago de
agua. Aaron fue tras él, envolviendo su vientre con un brazo, la
mano deslizándose bajo su camiseta para tocar piel. Por mucho que
había leído sobre lo que hacía un vínculo y qué esperar, esto
era mucho más. Podía sentir la felicidad de Aaron ahí, justo al
fondo de su mente. Sabía que con el tiempo, sería capaz de
apartarlo hasta que no fuera tan abrumador, pero ahora mismo
disfrutaba de él.
Spencer
se giró en sus brazos y descubrió que Aaron estaba presionando un
botón en su teléfono. Spencer abrió la boca para decir algo cuando
Aaron solo le miró. Sonó dos veces por el altavoz y alguien
descolgó.
—¿Reid?—la
voz de Dave sonó a través del teléfono—. ¿Por qué estás
llamando desde el teléfono de Aaron?
—¿Por
qué no iba a llamar con mi propio teléfono, Dave?—Aaron estaba
sonriendo y parecía muy feliz. Spencer nunca le había visto tan
feliz.
—¿Aaron?
—Spencer
y yo vamos a tomarnos el día libre. Os veremos el lunes—Aaron ni
siquiera esperó a que Dave dijera algo. En su lugar, colgó,
guardando el teléfono en su bolsillo. Spencer se dio cuenta de que
Jack no estaba en la cocina—. Vamos a tomarnos un día para
recuperarnos mentalmente. Es viernes. Jack se está vistiendo y
después iremos a por las tortitas y no tienes permitido preguntar
cuál es la sorpresa. Ahora, aún tienes las llaves del coche en tu
bolsa así que por qué no bajas y esta vez yo voy de acompañante y
Jack en el asiento de atrás.
—Vale—Spencer
miró a Aaron cautelosamente, pero todo lo que había en su rostro y
en sus ojos era felicidad. Cualquiera que fuera la sorpresa, tenía
que ser algo que le hiciera feliz, así que se inclinó por un beso
antes de ir a ponerse los zapatos para salir del apartamento.
—¿Listo,
papá?—llamó Jack saliendo del baño. Aaron asintió y sonrió.
Jack recogió todas sus cosas, mochila, bolsas con sus ropas y su
sudadera antes de que Aaron echara un vistazo alrededor del
apartamento. Con su magia suprimida por el hechizo, tenía mucha que
gastar y una buena idea sobre en qué gastarla. Se acercó a la
puerta, haciendo que Jack saliera frente a él. En la entrada, se
concentró y recitó un hechizo en voz baja. Una caja apareció
frente a él y cuando la abrió, todo en el apartamento comenzó a
encogerse a un tamaño diminuto y llenó la caja. Otro murmullo y la
caja cruzó la ciudad.
Jack
estaba riendo tras él y saltando sobre sus pies. Al fin estaba
consiguiendo su mayor deseo.
El
desayuno fue ligero y lleno de risas mientras Jack le contaba a su
padre sobre el puntero láser. Spencer también rio sobre cómo Aaron
había caído en el inodoro y sus otras travesuras. Los ánimos eran
ligeros y felices.
—Solo
tengo una pregunta. ¿Cómo no te ahogaste con el collar?—Spencer
acababa de darse cuenta de que el collar no estaba alrededor del
cuello de Aaron y tampoco lo había visto en la cama.
—Cierre
de seguridad. Tan pronto como fui yo mismo otra vez, el collar saltó.
—Ohh.
¿Dónde está ahora?
Aaron
sonrió y echó un sorbo a su café. Se lo mostraría a Spencer
cuando le enseñara su sorpresa.
—No
te lo voy a decir. Ahora termina el desayuno y tendrás tu sorpresa.
Spencer
puso los ojos en blanco, pero se terminó la comida en su plato. Tan
pronto como terminaron y Aaron pagó, tenía a Spencer sentado de
copiloto mientras Jack aún se sentaba en el asiento de atrás. No
tardaron mucho en llegar y Aaron había conjurado una venda para los
ojos en Spencer, diciéndole que solo era temporal. Aparcó, salió
del coche y fue al lado de Spencer. Sacando al joven del coche,
sostuvo sus manos y lo llevó consigo.
—¿Aaron,
qué está pasando?—Jack había corrido hasta la puerta delantera
de la casa en la que Aaron se había detenido y la abrió con la
llave que Aaron le había dado. Una vez que pasaron el umbral y
estaban de pie en el salón, Aaron deshizo la venda.
—¿Aaron?
Estamos en una casa.
—Sí,
nuestra casa. Ha estado esperándonos.
—¿Tú...
tú compraste una casa para nosotros?
—Sí.
Iba a ser una sorpresa esa noche. Lo siento, Spencer. Siento haberme
contenido contigo y hacerte dudar siempre. Lo decía en serio aquella
noche cuando dije que te quería en mi vida, nuestra vida. Y ahora sé
por qué no confiabas en mis palabras. Tenía miedo, Spencer. Miedo
de que si compartía el vínculo contigo se desvanecería algún día
como sucedió con Haley. Me estaba conteniendo, pero nunca más.
—Aaron—Spencer
estaba demasiado lleno de emociones para decir nada mientras envolvía
a Aaron con sus brazos.
—Vamos,
quiero mostrarte algo—Aaron llevó a Spencer escaleras arriba hasta
el ático. Había una escalera plegable que era fácilmente
accesible. Los tres subieron las escaleras y Spencer no pudo hacer
otra cosa que quedarse mirando fijamente.
—¿Aaron,
tú... hiciste esto por mí?—el ático tenía estanterías del
suelo al techo en tres paredes. La cuarta pared era de altas ventanas
arqueadas artísticamente enmarcadas. Cada ventana tenía un asiento
hecho a medida. Al sur de la sala estaban los muebles de la sala de
estar de Spencer. En la pared este, había una larga repisa sin
libros, pero con una nueva cafetera, jarras para agua y un pequeño
cuenco con aperitivos.
—Spencer,
mira—dijo Jack excitado de pie junto a la repisa abierta. Bajo
ella, en el armario, había una nevera doble. En el lado norte, había
un gran puff y un sofá.
—Sé
cuánto valoras tu privacidad, que algunas veces necesitas estar
solo. Si quieres, podemos subir también tu escritorio. Te quiero,
Spencer, y quiero que estés cómodo en nuestro hogar.
Spencer
envolvió a Aaron en un abrazo.
—Nadie
ha hecho nada así por mí, Aaron. Gracias, gracias. Me encanta—se
inclinó y besó a su pareja—. Nuestro hogar. Me gusta eso—Spencer
sonrió mientras dejaba la sensación de hogar asentarse en él.
Tras
un momento, se apartó de los brazos de Aaron y fue a echar un
vistazo por toda la casa. Le gustó la oficina preparada para ambos.
Una habitación para Jack, la habitación de ellos, el salón y
finalmente la cocina. Esto tenía todo lo que siempre había querido
y más. Aaron había pensando en él tanto como en sus propias
necesidades y en las de Jack. Era una mezcla perfecta de los tres.
—Me
encanta todo, Aaron. Solo tenemos que recoger mis cosas.
—Ya
está hecho. La caja de ahí tiene todas tus cosas. Envié primero
los muebles para que estuvieran en lugar cuando llegáramos, pero esa
caja tiene todo lo demás. Puedes tomarte tu tiempo revisándolo si
lo necesitas.
Spencer
tomó la mano de Aaron y lo llevó a su habitación. Vio que todos
los muebles eran nuevos y tendrían capacidad para las necesidades de
ambos. Cuando miró en la cómoda comenzó a reír. Allí, a la vista
de cualquiera, había un cuello de maniquí con el collar colocado
alrededor.
—Estás
loco—Spencer rio tocando el collar que Hotch había llevado durante
eso tres días.
—No
sé, es lindo—Hotch cogió el collar y lo aflojó, poniéndoselo
alrededor del cuello—. Incluso tiene una corbata—sonrió mientras
Spencer solo sacudía la cabeza.
—Esto
es mucho más de lo que jamás pensé que tendría—el rostro de
Spencer se tornó sombrío. Miró alrededor de la habitación y
sonrió. Era mucho más de lo que jamás habría pensado que tendría.
—Jack
está en su habitación—Aaron era consciente de su hijo y se
preguntaba cuánto tiempo tardaría en comenzar a formarse ese
vínculo ahora que Spencer estaba vinculado a él—. Tenemos que
echar un viaje para recoger el resto de nuestras cosas de nuestro
apartamento. Puedo hacerlo fácilmente, pero tengo que estar ahí.
Usé mucho poder extra para recoger tus cosas—Aaron recorrió la
mejilla de Spencer con un dedo y sonrió—. Me has hecho
increíblemente feliz, Spencer—tocó los labios de Spencer con los
suyos y su vínculo destelló entre ellos. Era una cálida y
maravillosa sensación y Aaron sabía que nunca se cansaría de
ello—. ¿Qué tal una cena de equipo esta noche? Podemos contarles
todo.
Spencer
se mordió el labio pensando en ello por un momento.
—Suena
bien. Qui-quiero que lo sepan. Te quiero—se inclinó hacia Aaron y
le besó una vez más antes de dejarle ir. Observó al hombre salir
de la habitación y rio porque no se había quitado el collar.
A
Spencer le parecía bien la cena del equipo hasta que el equipo
comenzó a llegar. Aaron le observó desde la puerta de la cocina. El
pollo estaba horneado y lo estaba emplatando, pero por sus
movimientos Aaron sabía que estaba nervioso. Se movió
silenciosamente por la cocina, llegando tras él y, tras dejar el
trozo de pollo en el plato usando las pinzas, Aaron cogió sus manos.
Un sutil apretón en su mano izquierda y Spencer dejó las pinzas.
—Te
estás escondiendo—le murmuró Aaron al oído. Envolvió los brazos
alrededor de su amante, tomando los brazos de Spencer con él.
Acarició con la nariz y rozó con sus labios la piel del cuello del
joven. El vínculo destelló y Spencer se estremeció. Iba a echarlo
de menos cuando estuviera completamente asentado y no destellara
siempre que se tocaran. No era gran cosa hacerlo destellar, pero
echaría de menos la sorpresa.
—Prentiss
sabe lo del chaleco.
—¿Oh?
No se... suponía que lo pusieran con tu equipamiento todavía—Aaron
había querido hablar con él sobre ello antes de que lo usara.
—Fue
lo único que me mantuvo de una pieza después de que Jones se
suicidara así que da las gracias, de lo contrario Prentiss
probablemente habría tenido que sedarme—Spencer inclinó la cabeza
y Aaron le dio el beso que estaba pidiendo—. Bien. Dejaré que uses
tu extravagante magia para emplatar la comida.
—¿Extravagante
magia?—preguntó Aaron. Las palabras eran juguetonas y si no
existiera el riesgo de que alguien los descubriera, le recordaría a
Spencer exactamente lo que podía hacer su extravagante magia para
reducir a Spencer a un sollozante y suplicante desastre. Spencer
pareció darse cuenta de qué estaba pasando por su cabeza porque
intentó escapar de los brazos de Aaron, pero lo sostuvo fuerte—.
Esta noche te recordaré cuánto te gusta mi «extravagante»
magia cuando bauticemos el dormitorio.
—Aaron—Spencer
gimoteó y comenzó a jadear. Aaron podía sentir el comienzo de su
excitación a través del vínculo y lo soltó. Spencer salió de
entre él y la encimera y se dirigió al frigorífico. Aaron lo
observó, sabiendo que Spencer podía sentir su mirada. Spencer
siempre sabía cuándo le estaba mirando. Siempre lo había sabido.
Su joven amante le frunció el ceño abriendo el frigorífico para
coger una botella de agua. Spencer mantuvo el ceño fruncido mientras
bebía la botella entera de agua. Aaron solo le sonrió—. Eres
incorregible.
—Y
me quieres de todos modos—replicó Aaron. La mirada de Spencer se
suavizó en una sonrisa.
—Sí,
te quiero.
—Wah,
¿no es un lugar un tanto extraño para un «sí,
quiero»,
guaperas?—preguntó Morgan.
Ambos
se giraron para mirar a la puerta donde estaban Morgan y Dave.
Spencer sonrió y le lanzó la botella de agua. El otro agente se
limitó a mirarle mientras la botella volaba hacia él, pero la cogió
justo cuando se acercaba a su rostro.
—¿No
estás de humor?—preguntó Morgan con una sonrisa—. Vamos, Jack
está hablando de la librería del ático y todos quieren una visita.
Y la conseguiremos de Jack si hace falta.
Aaron
sonrió saliendo de la cocina. Le daría unos minutos a Spencer para
tranquilizarse. Saludar al resto del equipo que había llegado le
daría ese tiempo. Estaba deseando que llegara el momento en que
Spencer se diera cuenta de que sería capaz de enviar sus emociones a
través del vínculo hasta Aaron. Como la excitación. Había oído
historias sobre otras parejas con vínculo que estando en el trabajo
habían sufrido un flujo de estimulación tan fuerte que terminaron
teniendo que ir a ocuparse de su excitación. Estaba teniendo estos
mismos húmedos pensamientos cuando abrió la puerta para ver a J.
J., Will y Henry. Sintió que su rostro se ruborizaba. Will sonrió y
tan solo le dio una palmada en el hombro.
—Ni
siquiera quiero saberlo—rio J. J. mientras Hotch le daba un abrazo.
—Ni
te lo voy a decir. Entrad. Henry, Jack está arriba mostrándole a
Morgan la librería del ático si quieres ir a ver. Subiremos en un
minuto.
—¿Puedo,
mamá?—Henry miró con ojos muy abiertos a su madre.
—Ve,
pero ten cuidado en las escaleras.
—¿Os
apetece algo de beber?—Hotch los condujo a la sala de estar donde
había un bar contra una pared. J. J. y Will pidieron vino. Unos
minutos más tarde también llegaron Prentiss y García. Hotch llevó
a todos al ático para comenzar la visita. Sonrió suavemente al ver
a Jack y Henry sentados en el puff con un libro entre ellos. Los
padres estuvieron de acuerdo en que los chicos estarían bien donde
estaban y Hotch los guió por la casa. Cuando llegaron al estudio,
Spencer se les unió al fin. No le dio vergüenza rodear la cintura
de Hotch con un brazo.
Hotch
sonrió mirando a Spencer. Se inclinó y susurró.
—¿Te
encuentras mejor?
—Mhmm—murmuró
Spencer besando la mejilla de Aaron. El resto de la visita fue rápida
y acabaron reunidos en el comedor, donde Spencer había colocado la
mesa para ellos.
—Esto
se ve increíble, mi pequeño genio—García no podía evitar la
emoción en su voz.
—Gracias.
Por favor, empezad—no mucho después de sentarse, la comida pasó
por la mesa mientras la conversación fluía fácilmente. El equipo
había hecho preguntas sobre Spencer y Hotch y fueron sinceros sobre
su relación. No querían secretos entre las personas que
consideraban su familia. Aaron les habló del vínculo, en parte
porque quería que lo supieran y también porque Spencer y él
necesitarían registrarse en la agencia como pareja mágicamente
vinculada. Esto sería muy importante para protegerlos a ambos en el
campo y sus posiciones en el equipo. Ninguno podía ser transferido
ni el equipo roto por ellos si lo hacían. La única concesión era
que Dave tendría que hacer las evaluaciones de Spencer en adelante.
El resto del equipo estaba aliviado de que las regulaciones
estuvieran de su parte.
La
conversación pasó a cuánto tiempo habían estado viviendo juntos y
todos salvo Morgan se sorprendieron cuando descubrieron que ninguno
de ellos había pasado la noche en la casa. Spencer tuvo que resistir
un rubor cuando vio las miradas que Rossi y Morgan y después
Prentiss y J. J. compartieron. Sabían que había planeado un
bautismo. Spencer se alegró de que no hablaran de ello.
Jack
mencionó que Henry se quedara a dormir esa noche, pero Aaron le dijo
que no por ese fin de semana. Jack había hecho un puchero, pero
Spencer le explicó fácilmente que era su primer fin de semana en la
casa y se estaban acostumbrando a ella y preparándolo todo, y Jack
no tendría tiempo para jugar con Henry, pero, dependiendo de si
surgía un caso, podrían hacerlo el próximo fin de semana si a su
mamá y papá les parecía bien. Por suerte, J. J. y Will dijeron
también que dependiendo de un caso.
Tras
la cena, un maravilloso postre, café y más conversación, la
pequeña cena de celebración comenzó a disolverse. Will y J. J.
fueron los primeros en marcharse con un somnoliento Henry. Después
Prentiss, quien alegó tener una cita para el almuerzo al día
siguiente y García se marchó con ella. Dave y Morgan fueron los
últimos en marcharse y se alegraban de que todo hubiera funcionado,
de que Spencer hubiera admitido sus sentimientos por el jefe de
unidad. Ninguno de los dos habían visto tan felices a sus amigos.
Finalmente,
estaban solos de nuevo en su habitación. Jack se había quedado
dormido y Aaron le había llevado a la cama hacía una media hora.
Spencer se estaba desvistiendo cuando sintió sus manos en las
caderas girándolo.
—¿Feliz?—preguntó
Aaron haciéndole retroceder lentamente.
—Mucho—dijo
Spencer acariciando la mejilla de Aaron.
—Bien.
No he terminado contigo, Spencer—llegaron a la pared y los ojos de
Spencer se abrieron mientras Hotch le besaba. Esta vez puso una pizca
de magia en el beso y Spencer la sintió sobre sus labios. Gimió
ante esa sensación arqueándose en la caricia de Aaron. Agarró la
nuca de Aaron y lo mantuvo ahí, profundizando el beso. Se apartó
por un momento y miró a Hotch a los ojos. Todo lo que vio fue amor y
esa latente necesidad que había sido creada por el vínculo.
—¿Puedes
hacerlo más?—preguntó Spencer mientras Hotch comenzaba a
desabrocharle los vaqueros. El mayor sonrió perversamente mientras
besaba de nuevo a Spencer.
—¿Hacer
el qué?—murmuró al oído de Spencer mientras lamía el lóbulo de
su oreja.
—¿Esa
cosa con tu magia?—preguntó Spencer casi tímidamente y Hotch
quedó cautivado por el rubor que apareció en su rostro.
—¿Te
refieres a esto?—Hotch comenzó a besar el punto débil del cuello
de Spencer que normalmente le volvía loco en el mejor de los casos,
ahora sintió el hormigueo y el calor de la magia de Aaron fluyendo
sobre él. Cerró los ojos y extendió las manos para acercar más a
Hotch. Cuando sintió piel abrió los ojos y allí estaba su amante
completamente desnudo. No iba a preguntar, no quería que la
sensación de lo que Hotch le estaba haciendo se detuviera.
Hotch
recorrió las manos por los costados de Spencer mientras soltaba más
de su magia. En un momento dado, el joven estaba prácticamente
ahogándose en una combinación de las emociones de Aaron y la magia
vertiéndose sobre él.
—A-Aaron—jadeó
Spencer arqueándose una vez más contra Hotch—. Oh, joder—gritó
cuando Hotch cogió su dura verga con la mano, pero no se movió,
aunque fuera lo que fuera lo que estuviera haciendo, le estaba
volviendo loco.
—Spencer,
quiero que envíes lo que sientes por el vínculo, ¿puedes hacer eso
por mí, cariño?
—S-sí.
Aaron, ¿qué estás haciendo?—fuera lo que fuera, era increíble y
a Spencer le temblaron las rodillas ante la calidez de la mano de
Aaron alrededor de su erección, su traviesa boca aún mordisqueando
y lamiendo su cuello y hombros mientras su mano libre le frotaba
donde podía. Mientras tanto, Hotch estaba vertiendo su magia sobre
Spencer. Sentía la agitación en sus muslos mientras el placer
seguía volviéndole loco. Sabía que no iba a durar mucho más, no
con Aaron manejándolo, empujándolo más y más hacia el orgasmo.
—Spencer,
déjame sentirte. No tengas miedo, déjate llevar y déjame sentir lo
que sientes—la voz de Aaron era grave y ronca contra la oreja de
Spencer. Se dejó llevar y dejó que todo lo que estaba sintiendo
fluyera a través de él, el amor y el tortuoso placer que Hotch le
estaba infligiendo al mismo tiempo. Supo cuando Hotch lo sintió
porque sintió la verga de su amante presionar contra su muslo al
mismo tiempo que esa caliente boca cubría la suya y antes de que
pudiera detenerlo se estaba corriendo.
Hotch
embistió contra Spencer un par de veces más y sintió su propio
alivio. Apoyó la cabeza contra el hombro de Spencer, dándole
pequeños besos mientras ambos comenzaban a bajar de la intensidad de
lo que estaban sintiendo.
—Wow—Spencer
tragó saliva mientras sus brazos rodeaban a Hotch sosteniéndolo ahí
por un momento más.
—Es
una forma de decirlo—Hotch rio con suavidad y se apartó
finalmente. Se limpiaron rápidamente y se metieron en la cama. Hotch
estaba sobre Spencer mirándole mientras su corazón se llenaba con
tanto amor que era casi doloroso.
—Te
quiero, Spencer—cerró los ojos y sintió su amor ahí y no solo en
lo profundo de su cabeza, sintió al joven a través de sí mismo.
—Yo
también te quiero, Aaron—Spencer sonrió y no pudo contener la
felicidad que bullía y estallaba a través de él—. No vuelvas a
convertirte en un gato jamás.
Aaron
rio tan fuerte que cayó junto a Spencer, arrastrándolo encima de
él.
—No
planeo hacerlo—recorrió los cabellos de Spencer con sus dedos y
dejó que el joven se quedara dormido sobre él. Hotch supo en ese
momento que este era el comienzo de un por siempre.
FIN
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