Título: Correspondencia
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Hotch x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: TP Advertencias: ninguna
Capítulos: 1
Resumen: Spencer escribe carta tras carta a su antiguo jefe, pero no es capaz de enviarlas.
* * * * *
Spencer
escribía todos los días una carta a su madre. Siempre tenía algo
que contarle, ya fuera sobre uno de sus casos o sobre algún libro
que hubiera leído, a veces también sobre la música clásica que
les gustaba. Un día se encontró escribiendo dos cartas, una para su
madre y otra para la persona que lo había abandonado como tantas
otras lo habían hecho en el pasado (pero esta vez dolía de forma
especial y no sabía por qué).
Sin
embargo, no llegó a enviar aquella carta. Le parecía demasiado
formal, demasiado superficial, no podía enviar una carta como
aquella porque no representaba lo que estaba sintiendo. Día tras día
escribía una carta a su exjefe y amigo, pero nunca llegaba a
enviarlas, acababan guardadas en un cajón de su escritorio. Pero de
algún modo, aun sin enviarlas, era algo terapeútico. Centraba sus
pensamientos sobre Hotch (Aaron, ahora era Aaron, eso les había
dicho al despedirse) en esos minutos en que escribía su carta,
dejando su mente libre el resto del tiempo para poder centrarse en
los casos.
No
esperaba llegar un día a casa y encontrarse una carta de su exjefe
en el buzón. Se quedó un par de minutos allí plantado, observando
el remitente escrito con una letra que reconocía perfectamente.
Aaron le había escrito una carta, era real.
Subió
a su apartamento, se quitó las zapatillas, dejó la cartera
descuidadamente en el suelo y se sentó en el sillón, sosteniendo la
carta en sus manos con reverencia. No estaba seguro de si quería
leerla. ¿Y si decía algo que no quería saber? Pero no podía
hacerle eso a Aaron, se había tomado la molestia de escribirle una
carta, así que la abrió con todo el cuidado del mundo.
Querido
Spencer,
Estoy
seguro de que te preguntarás por qué te escribo una carta. Sé
cuánto detestas los medios electrónicos así que pensé que la
mejor forma de comunicarme contigo era por este medio. Aunque la
verdadera cuestión es por qué he tardado tanto en hacerlo. Debería
haberlo hecho hace mucho tiempo, pero dejé pasar los días
intentando aclarar mi mente y después preguntándome si debía
hablarlo contigo.
Siempre
has sido una persona muy importante para mí, más de lo que
imaginas. Sin embargo, antes era tu jefe y no podía ser más que
eso, jamás me lo planteé, pero ahora que ya no trabajamos juntos
creo que es hora de confesar mis sentimientos. Eres la mejor persona
que he conocido nunca, más allá de esa maravillosa inteligencia
tuya existen una bondad y una pureza que nadie logrará corromper.
Para
decirlo simplemente, estoy enamorado de ti y desearía que me
correspondieras. Si no es así, jamás te guardaré rencor y espero
que tú tampoco lo hagas, aprecio más que nada tenerte como amigo.
Sea cual sea tu respuesta, me encantaría poder volver a verte.
Cuando estés libre en el trabajo espero que me llames para quedar,
aunque solo sea para tomar un café, ya sea como amigos o como algo
más.
Espero
tu respuesta, si deseas darme una.
Con
cariño, Aaron.
Spencer
releyó la carta una y otra vez y la repasó en su mente aquella
noche cuando ya no la tenía en las manos, cada palabra y cada coma
grabadas en su memoria. No podía creelo, jamás se había percatado
de ello. Ni siquiera había imaginado que Aaron pudiera corresponder
sus sentimientos. ¿Y ahora qué? ¿Qué debía hacer? Estaba ansioso
por hablar con él, ni siquiera podía dormir, pero no podía
llamarle en ese momento, ya estaría durmiendo, pero al día
siguiente tenía trabajo, apenas estaban a martes y tendría que
esperar hasta el fin de semana, eso sin contar que surgiera algún
caso.
No
podía esperar tanto, no con el corazón latiendo con tanta fuerza en
su pecho. Cogió el teléfono de su mesilla y marcó el número que
aún tenía almacenado en el número uno de marcación rápida.
—Hmm...
¿Spencer?
—Ah,
Hotch, Aaron. Siento llamarte a estas horas—eran más de las tres
de la madrugada cuando miró el reloj—. He recibido tu carta, yo,
ah... M-me encantaría quedar contigo para un café como... como algo
más. Yo, um...
—Spencer—interrumpió
su tartamudeo con suavidad—. Estoy medio dormido así que necesito
que me lo digas más claro. ¿Estás aceptando mis sentimientos?
—Sí,
sí, llevo...—suspiró y bajó la voz a apenas un susurro, como una
confesión así debía sonar—. Llevo años enamorado de ti.
—Dios,
Spencer... Me hace tan feliz oír eso. Tenemos que vernos, necesito
verte. ¿Cuándo...? Escucha, en cuanto estés libre en el trabajo
llámame y quedaremos.
—De
acuerdo, yo también quiero verte. Hace tanto ya...
—Sí...
Se
quedaron en silencio, tan solo escuchando la respiración del otro.
Por un momento podían imaginar que estaban el uno junto al otro. No
era así, pero pronto lo estarían y no habría razón para no
comenzar la relación con la que tantas veces habían soñado.
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