Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (12 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
—Tengo hambre, pero Takashi no
ha vuelto—pensaba el íncubo esperando en su habitación—quiero
comer a Hagii pero tampoco está.
Konome estaba triste porque
desde que Hageshii había recuperado sus poderes se iba a matar
demonios con Takashi y no podía estar con él.
—Oye pequeño,
¿quieres comer?—una voz desconocida se escuchó en su cabeza y un
pequeño foco de luz azulada apareció en medio de la habitación—.
Yo puedo darte comida muy rica, sal de esa habitación y sigue la
luz.
El pelinegro sin
pensárselo dos veces siguió la luz azul que lo sacó de la casa de
té y lo llevó hasta un parque algo alejado. Konome se quedó quieto
en la penumbra esperando a que algo pasara.
—Hola pequeño, con esto ya no
volverás a tener hambre nunca—un demonio de delgada o más bien
esquelética figura, que parecía estar formado por sombras, apareció
frente al íncubo.
El demonio lanzó contra el
pelinegro una especie de esfera luminosa del mismo color que la luz
que le había guiado hasta allí. Al chocar la bola provocó una gran
explosión y una enorme polvareda.
—Jejeje
jajaja—reía triunfante el demonio—. Así no ayudarás a ese
bastardo a incumplir su castigo.
Cuando el humo se disipó, el
demonio pudo ver a Takashi y a Hageshii frente a él, este último
sostenía a un asustado Konome entre sus brazos. El moreno miraba con
rostro triste el suelo mientras acariciaba la cabeza del pequeño
para que se calmara.
— ¿Cómo diablos habéis
llegado hasta aquí?—dijo con gran sorpresa.
—Vimos salir a Konome de la
casa de té y le seguimos—explicó Kuroichi.
— ¡Bastado! ¡¿Cómo te
atreves a intentar dañar a Konome?! ¡¿Qué te ha hecho él?!—le
gritó el mayor furioso.
—Ugh… ese maldito ha ayudado
a Kuroichi a romper las dos maldiciones ¿te parece poco?—le
contestó el demonio enfurecido.
— ¿Y quién coño eres tú?
—Batsu, él es
el demonio que me castigó—le contestó Hageshii—. Pero aunque yo
merezca ese castigo y se lo permita, no pienso tolerarle que intente
dañar a otros por ello. No voy a dejar que nadie más muera por mi
culpa.
Hageshii dejó al íncubo en
brazos de Takashi y se encaró al demonio.
—Je, ¿piensas
enfrentarte a mí? ¿Acaso crees que puedes derrotarme? Aun no has
recuperado todos tus poderes, acabas de conseguir la sangre venenosa
y posiblemente no tenga tanto efecto como antes—se burló el
demonio—. No tienes poder suficiente para derrotarme. Además, ¿Qué
hay con el castigo, crees que ya te has redimido?
—Por supuesto que el castigo
está incompleto, pero puedo seguir con el cuando acabe contigo—de
cualquier otro aquello se podría haber llamado chulearse pero
Hageshii hablaba muy en serio y tanto Takashi como el demonio se
dieron cuenta de ello.
—Je, te aseguro que si voy al
inframundo te arrastraré conmigo y haré que acabes de cumplir allí
tu condena—dijo el demonio algo atemorizado.
—Me parece bien—contestó
simplemente el moreno.
— ¿Cómo que te parece bien?
¿Es que vas a dejar que ese estúpido te mate?—le gritó Takashi
confundido.
— ¡Hagii! ¡No quiero que
Hagii muera!—gritó Konome con ojos llorosos.
—Ha sido un placer estar
contigo chiquito, Takashi, más te vale cuidar bien de él o te
mandaré al inframundo y te torturare allí—aquello sonó demasiado
a una despedida, Hageshii tenía muy claras las cosas.
Se lanzó contra el demonio con
las manos llenas de agujas. Recibió dos golpes de aquellas esferas
que creaba Batsu, ni siquiera se había molestado en esquivarlas.
Arrojó múltiples agujas a aquel cuerpo que brillaron de un extraño
color al mezclarse aquel rojo con el azul de las esferas del demonio.
Tan solo una de las agujas acertó en el objetivo, las otras fueron
fácilmente esquivadas. El demonio se agarró el brazo donde había
impactado y emitió un gemido de dolor.
—Lo sabía, tu
veneno no ha recuperado toda su intensidad, tan sólo siento un leve
escozor—era evidente que sentía algo más pero no se lo haría
saber.
—Si el veneno no funciona haré
que tu cuerpo se convierta en un colador de las agujas que van a
penetrar en él—Hageshii había recibido heridas más graves pero
no parecían dolerle.
—Jaja, ¡inténtalo!
Hageshii corrió hacia el
demonio, lanzó un puñado de agujas y dio un fuerte salto para
lanzar otra tanda. La mayoría de las agujas se perdieron pero unas
cuantas dieron en el objetivo.
—Vaya, veo que además de no
tener todo tu poder también has perdido puntería—dijo burlón el
demonio.
— ¿Te importaría dejar la
charla para otro momento?, me gustaría acabar rápido con
esto—Hageshii estaba ya cansado de escuchar a ese demonio.
— ¿Quieres acabar rápido?
Haberlo dicho antes, no te preocupes, acabaré con esto en unos
segundos.
Una enorme esfera azulada
comenzó a crearse sobre sus cabezas. Su diámetro era mayor al del
parque y seguía aumentando. La energía que desprendía era enorme y
hacía vibrar el lugar entero.
— ¿En qué estás pensando?
Con eso lo destruirás todo en un radio de cinco kilómetros—dijo
pasmado Hageshii.
—Para ser más exactos no
quedará nada en quince kilómetros a la redonda—rió el demonio.
— ¿Y acaso crees que te lo
voy a permitir?—el moreno estaba muy cabreado y sobretodo temía
por la vida de Konome.
— ¿Y cómo piensas
impedirlo?—preguntó divertido el demonio.
—Matándote antes de que la
lances.
—Um… buen plan, lástima que
cuando hagas eso la esfera caiga sobre vosotros—dijo con tono
perverso.
—Ya lo evitaré de alguna
forma. Pero primero te mataré—sentenció Kuroichi.
— ¡Inténtalo! Jajaj-
Cientos de agujas fueron a parar
al cuerpo del demonio disolviéndose en su interior.
—Maldito…—intentó decir
mientras su cuerpo convulsionaba por el intenso fuego que sentía en
su interior.
—Una sola aguja puede que no
te haga sentir más que una pequeña quemazón, pero cientos de ellas
te harán sentir el infierno corriendo por tus venas—mientras decía
esas palabras Hageshii ni tan siquiera miraba al demonio, solo era
capaz de observar a Konome que estaba a punto de llorar.
El demonio acabó desapareciendo
en esa agónica muerte entre gritos de dolor. Hageshii observó
entonces la gran esfera azul que estaba sobre ellos y que se
desplomaría en cualquier momento.
—Hageshii ¿Qué vamos a
hacer? si eso cae acabará con todo—gritó bastante asustado
Takashi.
—No te preocupes por nada,
solo recuerda que si no cuidas de Konome te torturaré en el
inframundo—el moreno les miró por última vez y se lanzó hacia la
gigantesca esfera.
— ¡Hageshii no hagas locuras!
— ¡Hagii!
Los gritos de ambos fueron
ignorados. Kuroichi penetró el la esfera azul y esta fue
reduciéndose de tamaño hasta no tener más de dos metros de
diámetro. Takashi salió corriendo de allí y se alejó lo
suficiente como para que la explosión que hubo no les afectara.
— ¡HAGII! ¡¡HAGII!!
¡¡¡HAGII!!!—el pequeño no dejaba de gritar derramando lágrimas.
Quería ir junto a Hageshii, a
pesar de que sabía que ya no estaba allí no podía aceptarlo. Su
desesperación era tal que provocó también lágrimas en el mayor
quien tenía que sujetarlo con gran fuerza.
— ¡Konome! Hageshii no está
y ya no va a volver—le dijo Takashi agarrándole por los hombros.
—Ha-Hagii…—el pequeño
cayó al suelo temblando y se encogió sobre si sin dejar de llorar y
de gemir repitiendo una y otra vez aquel nombre.
Continuará...
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