Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (15 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
— ¡¡Hagii!! ¡¡Hagii!!—el
íncubo no dejaba de gritar aquel nombre en medio de ese extraño
mundo en el que estaba, de momento, solo.
El agujero por el que había
entrado ya no estaba y ahora se agarraba fuerte a su peluche mientras
caminaba despacio buscando a Hageshii.
—Hola pequeño.
¿Qué haces tú aquí?—a su espalda había aparecido un demonio de
aspecto mugriento que sonreía sádicamente.
—Busco a Hagii—contestó el
íncubo con cara de desagrado.
— ¿Hagii? Um… yo te llevaré
hasta Hagii, ven conmigo—le dijo extendiéndole la mano.
—No le hagas caso, Hagii está
conmigo—otro demonio había aparecido junto al primero y le sonreía
de igual modo.
— ¡Dejadle! Él es nuestro—de
pronto alrededor del pelinegro habían aparecido multitud de
demonios.
Konome estaba asustado, se
encogió sobre si mismo abrazando a su peluche, susurrando una y otra
vez “Hagii” y pidiéndole ayuda. Los demonios comenzaron a
discutir entre ellos pero sin quitarle un ojo de encima al pequeño.
Uno de aquellos demonios agarró del brazo al íncubo y lo acercó
hacia si. Se vio un destello rojo que penetró en su brazo y la mano
del demonio se abrió soltando al pequeño.
— ¡¿Pero qué…?! No siento
mi brazo, no puedo moverlo—decía el demonio agarrándoselo
fuertemente.
—Si le ponéis un solo dedo
encima moriréis—un demonio apareció junto al íncubo.
— ¿¿Ha-Hagii??—el pequeño
observaba al recién llegado, confuso.
Podía sentir lo mismo que
sentía cuando estaba junto a Hageshii pero aquel demonio no se
parecía a él. Era más alto, de aspecto más fuerte, con más
músculos; las facciones de su rostro eras algo más masculinas y
elegantes; sus cabellos eran cortos por delante y muy largos por
detrás de un color rojo igual que la sangre; su piel era de un color
claro casi blanco; sus ojos eran rojos brillantes como si estuvieran
ardiendo. Estaba desnudo por completo y su cuerpo estaba cubierto por
cortes y múltiples heridas que se cerraban por momentos. El demonio
pelirrojo hizo surgir en su mano unas agujas rojas.
—Si no desaparecéis en este
instante acabaré con vosotros—su voz hizo temblar a los demonios,
la mayoría de ellos desparecieron pero algunos le atacaron sin
pensarlo.
Fueron atravesados por las
agujas y sufrieron una agónica muerte. Quedaron tan solo el demonio
pelirrojo y el íncubo.
— ¿¿Ha-Hagii?? ¿Eres
tú?—preguntó el pequeño acercándose inseguro a él.
—Chiquito… ¿Por qué has
venido?—le preguntó el demonio sin volverse hacia él.
— ¡¡Hagii!!—gritó feliz
el pequeño abrazándose a las piernas del demonio, tan solo Hageshii
lo llamaba de aquel modo.
—Konome, tú no tendrías que
estar aquí, es demasiado peligroso—el pelirrojo lo cogió en
brazos y acarició sus orejas.
—Hagii está raro, eres
distinto—dijo el pequeño sin atender a lo que decía.
—Este es mi verdadero cuerpo,
así soy en realidad ¿te da miedo?—le preguntó algo asustado por
la respuesta.
—No, Hagii está
lindo—respondió el pequeño lamiendo su rostro.
—Quieto, ten cuidado con mi
sangre, ahora es más potente y puede hacerte daño—le dijo
apartándolo un poco de si.
—Inbunísame—dijo sonriente
el pequeño.
—Qué pillo eres—Hageshii
aceptó y le dio un mojado beso.
— ¿Disfrutando un rato?—Batsu
había aparecido junto a ellos.
—Si intentas hacerle daño te
mataré—le advirtió antes de que hiciera nada.
El demonio rió y cerca de un
millar de demonios aparecieron a su alrededor.
—Por muy poderoso que seas no
podrás con todos ellos—dijo con soberbia.
—Konome, agárrate bien a mí
y no te sueltes ¿de acuerdo?—le dijo haciendo que se abrazara a su
cuello enredando las piernas en su cintura.
— ¡Hum!—afirmó
el pequeño agarrándose fuerte.
Hageshii comenzó a atacar a los
demonios con el íncubo agarrado a él. Se movía sin que los
demonios pudieran verlo, lanzándoles agujas por todas partes. Los
demonios intentaban contraatacar pero no sabían a dónde hacerlo.
—Konome, ¿te encuentras
bien?—le preguntó sin dejar de moverse.
—S-sí—contestó algo
mareado.
—Aguanta un poco más—le
pidió besando su frente.
No tardó en destruir a los
demonios, gran parte habían huido y los otros intentaron defenderse
inútilmente. De pronto un látigo golpeó su espalda y lo tiró al
suelo. Hageshii abrazó al pequeño para protegerlo, confuso por lo
que había ocurrido.
—De esta no vas a salir tan
fácilmente.
Era el propio Batsu el que le
había golpeado y seguía haciéndolo con un látigo recubierto de
pinchos. Hageshii había soltado los brazos y las piernas del pequeño
que rodeaban su cuerpo para que no le dañara y lo mantenía contra
su pecho protegiéndolo. El pelinegro temblaba asustado viendo el
rostro de sufrimiento del mayor.
— ¡Ya estoy arto, voy a
acabar contigo y con ese mocoso!—gritó el demonio furioso.
—Jamás.
Hageshii no podía moverse o
heriría a Konome pero aun tenía un as bajo la manga. Los latigazos
eran continuos hasta que el demonio se quedó paralizado. Comenzó a
sufrir convulsiones y sintió su cuerpo arder.
—Se acabó,
pensaba cumplir el castigo pero me has cansado—Hageshii se levantó
y se acercó al demonio, cubriendo los ojos del pequeño para que no
viera aquella horrible escena. El demonio estaba empalado por cientos
de cabellos rojos tiesos que atravesaban todo su cuerpo—. Adiós
Batsu, todo ha terminado.
Los cabellos se separaron
despedazando el cuerpo del demonio del que no quedó nada
reconocible. Los cabellos de Hageshii salieron del suelo y regresaron
a su estado normal. Se alejó de aquel lugar lleno de sangre para
quedarse en una zona desierta con Konome en brazos.
— ¿Hagii? ¿Estás
llorando?—preguntó el pequeño al ver lágrimas caer por sus
mejillas.
— ¡Ah! Es
cierto, es la primera vez en mucho tiempo—dijo tocando una de las
gotas—supongo que es porque el castigo ha desaparecido, siento
alivio.
— ¿Entonces Hagii va a volver
conmigo?—preguntó Konome con una gran sonrisa.
—Em… chiquito yo…—el
pelirrojo intentó negarse pero el pequeño le besó tiernamente.
—Quiero que Hagii vuelva, solo
quiero a Hagii—dijo abrazándose a su cuello.
—Konome… ¿de verdad quieres
que yo esté contigo?—le preguntó con la cabeza hecha un lío.
— ¡Hum!—afirmó
con la cabeza—. Quiero estar con Hagii, solo Hagii—el pequeño
derramó algunas lágrimas.
Hageshii le dio un dulce beso
rodeando su cuerpo con los brazos.
—Está bien mi chiquito, iré
contigo—por primera vez en mucho tiempo sonrió.
El pequeño se quedó
sorprendido por aquella tímida sonrisa y su corazón latió
fuertemente. Se abrazó al mayor y lloró sobre su pecho.
Continuará...
Awww *^* Me encanta x3 Por el momento solo puedo decir.. quiero mas *3*
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