Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (13 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
— ¿Y ahora qué?
— ¿Cómo que “y
ahora qué”? tendremos que hacer algo ¿no?—decía Takashi
sentado en la barra de la casa de té frente a Katsuragi—. Konome
no ha salido de la habitación desde entonces y tampoco quiere comer,
le he tenido que obligar.
— ¿Has violado a Konome?—le
preguntó Katsuragi pasmado.
—No ha sido para tanto—aunque
estaba mal había disfrutado bastante obligando a aquel pequeño.
FLASH BACK
—Konome tienes que comer—le
decía el mayor al íncubo colocándose sobre él en la cama de
Hageshii.
— ¡No!
—Konome, tienes fiebre, si no
comes acabarás muy mal—intentaba que el pequeño entrara en razón.
— ¡Quiero a Hagii! ¡Solo
quiero comer a Hagii!—aquello era lo único que había repetido una
y otra vez desde que Kuroichi se había ido.
—Nene, si no
accedes no me quedará otra que obligarte—le agarró por los brazos
y le obligó a que le mirara—. Konome, Hageshii no va a volver y si
le esperas morirás de hambre.
— ¡No! ¡Hagii volverá!
¡Solo quiero a Hagii!—gritaba derramando lágrimas.
—No me has dejado otra
opción—Takashi le quitó la sudadera sin dejar de agarrarle con
una mano.
El pequeño se retorcía
intentado escapar pero el mayor era demasiado grande y fuerte para
él. Takashi puso al pequeño boca abajo, iría directo al grano para
que aquel sufrimiento no durara mucho. Se chupó los dedos y comenzó
a dilatar la estrecha entrada sujetando bien al pelinegro para no
hacerle daño. Las lágrimas del pequeño eran más abundantes a cada
segundo y en su mente solo aparecía la imagen de Hageshii y los
recuerdos de la delicadeza con que le trataba cuando hacían el amor.
Takashi le penetró y le envistió despacio. El íncubo no solía
resistirse pero aquello tampoco estaba tan mal. Takashi intentó
venirse lo más rápido posible, a pesar de que lo estaba disfrutando
para no hacerle demasiado daño.
—Umm… te ha bajado un poco
la fiebre, de momento es suficiente pero no puedes seguir así—le
dijo al íncubo que lloraba y se encogía sobre si.
FIN FLASH BACK
— ¿O prefieres que se muera
por no comer?
—Por supuesto que no, es solo
que nunca había visto al íncubo así. Es muy extraño—musitó el
ojiverde.
—Hay que hacer algo, tenemos
que ayudar a Konome de algún modo—decía pensativo Takashi.
—Creo que lo de ese pequeño
solo se arreglaría con Kuroichi aquí.
—No entiendo como ha podido
calarle tan hondo en tan poco tiempo y siendo tan frío—se
preguntaba el exorcista.
—Ha sido frío contigo pero no
con Konome. Además creo que los sentimientos de ambos eran mutuos y
lo sabían.
— ¿En serio crees que Konome
puede enamorarse? O mejor dicho ¿crees que Hageshii puede hacerlo?
—Quién sabe, no conocemos
mucho de ninguno de los dos.
Ambos jóvenes seguían
charlando pensativos en el ambiente deprimido de la casa de té.
— ¡Ya está!
— ¡Ah! ¿Q-qué
es lo que está?—preguntó Katsuragi sobresaltado por el grito de
Takashi.
—Ya sé lo que vamos a hacer
con lo de Konome—contestó el exorcista.
— ¿Y bien?
—Simplemente tenemos que traer
de vuelta a Hageshii—explicó.
—Claro, cómo no se me había
ocurrido, tan solo tenemos que ir al inframundo, enfrentarnos a los
demonios de allí, encontrar a Kuroichi y traerlo de vuelta—decía
sarcástico Katsuragi—Todo muy sencillo… salvo por el hecho de
que tan solo los demonios pueden entrar y salir del inframundo sin
que les pase nada y ni tu ni yo somos demonios.
—Pero Konome sí.
Takashi recibió un gran capón
de parte del ojiverde.
—Konome es un niño íncubo,
¿no se te habrá pasado por la cabeza la idea de mandarlo a él solo
al inframundo verdad?—preguntó enfadado.
—Si no podemos hacer eso no se
me ocurre nada más—dijo frotándose el golpe.
—Shinohara, piensa un poco por
favor. En primer lugar el inframundo es inmenso, se tardaría una
eternidad en encontrar a Kuroichi y eso si lo consiguiéramos. En
segundo lugar no sabemos como es su estado, es posible que los
demonios hayan acabado con él o que después de aquella explosión
de energía su alma esté destrozada y por último, es posible que no
pudiera regresar a la tierra, estaba ocupando un cuerpo humano por lo
que no podía poseer el suyo propio y al no tener ya esa maldición
tal vez no pueda poseer otro cuerpo. Takashi, todo lo que tenemos son
contras, demasiados para arriesgarnos.
— ¿Entonces que hacemos?
—Nada.
— ¿Cómo que nada? ¿Piensas
dejar así a Konome?—gritó Takashi sorprendido.
—Es un niño, estoy seguro de
que tarde o temprano se le pasará.
—Quiero que Hagii vuelva,
quiero buscar a Hagii—el íncubo estaba sentado sobre las
escaleras, abrazado fuertemente a un peluche, con lágrimas en los
ojos.
—Konome, no puede ser, es muy
peligroso, nunca lo conseguirías—Katsuragi se acercó a él e
intentó acariciarle pero el pequeño le golpeó con el peluche.
— ¡Quiero a Hagii! ¡Quiero
que vuelva! UWAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!—el llanto del pequeño era
cada vez mayor y a los dos jóvenes les era imposible acallarlo.
La habitación comenzó a vibrar
como si hubiera un terremoto y el aire frente a Konome se ondulaba
como si fueran agua. La sala se llenó de una energía oscura que
paralizo a los jóvenes. Un agujero negro comenzó a surgir y a
través de él podían sentir la presencia de multitud de demonios.
— ¡¿Qué coño es
esto?!—exclamó Takashi pasmado.
—U-un portal al
inframundo… ¿T-tú has hecho… esto?—preguntó Katsuragi al
pequeño.
El pequeño había dejado de
llorar y observaba el agujero con la boca abierta.
— ¿Crees que podríamos
encontrar a Hageshii si traspasamos eso?—preguntó Takashi al
ojiverde.
—No lo sé, pero tú no puedes
pasar, no eres un demonio y Konome tampo-
— ¡Hagii! ¡Hagii!—el
pequeño empezó a gritar su nombre mientras se dirigía al agujero.
— ¡No! Konome, no puedes
ir—Katsuragi le agarró por los brazos para que no siguiera
avanzando.
— ¡¡Hagii!! ¡Suelta!
¡¡Hagii!!—el íncubo era incapaz de soltarse del mayor.
Takashi agarró al ojiverde,
soltando al pequeño.
— ¿Shinohara, qué haces? ¿Te
has vuelto loco? ¡No puedes dejarle ir!—intentaba liberarse sin
dejar de gritar.
—Konome, vuelve sano y salvo y
trae a Hageshii contigo—le dijo Takashi sonriente.
— ¡Hum!—afirmó
el pequeño con la cabeza con gran seguridad y enseguida traspasó el
agujero.
— ¡¡¡Konome!!!—Katsuragi
le llamó pero ya era inútil—. Shinohara, ¿sabes que puedes
haberle mandado a la muerte?
—Confío en él.
Continuará...
Esta interesante. Espero que lo sigas pronto~~
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