NO DOY PERMISO para publicar ninguno de mis fanfics en ninguna plataforma.

Tú, yo y el Nemeton [cap3]


Título: Tú, yo y el Nemeton
Fandom: Teen Wolf         Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18          Advertencias: lemon, violencia y todo tipo de parafilias
Capítulos: 13 (3 de 13)
Resumen: AU: las criaturas sobrenaturales son conocidas, pero no están necesariamente integradas en la sociedad. Es todo tan nuevo que las leyes aún no están desarrolladas para ellos y no todas las criaturas son aceptadas entre los humanos.
Con una manada consistente tan solo en su sobrino y él, tras haber vengado el asesinato de su familia por parte de cazadores furtivos, Peter se encuentra con un joven vampiro que trata de mantener en secreto lo que es por el bien de la carrera de su padre, el sheriff. Pero intentar vivir como un humano cuando ya no lo es resulta tarea imposible para Stiles, especialmente cuando el Nemeton se mete de por medio.
Aviso: las escenas de sexo contienen sangre, mordiscos, violencia, bestiality (con hombre lobo) y necrofilia (role play) entre otros, y son potencialmente mortales así que no las repitáis en casa. (Al menos no hay violación, ambas partes consienten a todo).
Capítulo 3

Cuando Stiles llegó a casa, aún faltaba una hora para que su padre se levantara. Se lavó la cara y las manos en el baño de abajo y subió en absoluto silencio a su habitación; había aprendido a ser muy sigiloso antes incluso de ser vampiro para poder escaquearse de casa sin que su padre se diera cuenta. Se quitó la ropa y la metió al fondo del armario para lavarla cuando su padre no estuviera en casa, había algunas gotas de sangre sobre ella. Se puso un pantalón de chándal y una camiseta vieja y se metió en la cama con un cómic en las manos. No necesitaba dormir, de hecho no podía, pero Noah consideraba que debía descansar (lo que tampoco necesitaba) y Stiles no tenía el coraje para negárselo después de todo lo que le había hecho pasar, todo lo que estaba sufriendo por su culpa. Simplemente se iba a la cama al tiempo que su padre, esperaba a que se durmiera y salía de casa, regresando antes de que se levantara. Si algo tan simple hacía feliz a su padre, ¿por qué no?
Colocó una mano sobre su vientre. Podía sentirlo, el semen de Peter en su estómago. Siempre podía sentir los objetos extraños en su estómago (como cuando intentó comer patatas fritas que antes adoraba y que ahora ugh). Tendría que ir al baño para deshacerse de ello, pero aún no quería. Apenas se hacía aún a la idea de que acababa de tener una intensa sesión de sexo con un hombre lobo. Vale, había sido un poco espeluznante con el tema de fingir ser un cadáver –y cuánto lo había disfrutado Peter–, pero cualquier médico que lo examinara ahora confirmaría que está muerto así que qué más daba si le trataban como a uno. Y el hecho de que a Peter le gustara hacerlo con un cadáver era problema de Peter, no suyo (incluso si él también lo había disfrutado). El tema de la diferencia de edad también podría resultar extraño. Probablemente le doblaba la edad y podría perfectamente ser su padre, pero, hey, es un vampiro, en un siglo será mayor que cualquier ser humano y no por eso va a dejar de tener sexo increíble con tipos a los que conoce de dos días. Sí, quizás eso sea lo más perturbador. Quién sabe, bien podría ser alguna clase de psicópata o loco. Ni siquiera sabía su apellido.
Pero había tenido su primer orgasmo vampírico. A la mierda lo demás. Había sido increíble, lo más intenso que había experimentado nunca (no que tuviera nada con lo que compararlo más que los orgasmos que le había dado su mano derecha, pero había muerto virgen, literalmente, así que, que se jodan si a alguien no le gusta), y tenía intención de repetir. Con suerte, sería de nuevo con Peter porque, a quién queremos engañar, el tipo está como un tren y solo su mirada conseguía que su cerebro, la única parte aún viva de su cuerpo, cortocircuitara.
Había descubierto hoy que era un alfa, sus ojos brillaban de un maravilloso rojo. No se lo había imaginado, tal vez porque no pensaba que un alfa iría por los bosques persiguiendo su olor. Era divertido, había estado jugando a Caperucita y el Lobo con un alfa. No pudo controlar una risa ante esa idea.
Probablemente el territorio de la reserva era suyo. Durante varios años nadie lo había reclamado tras el incendio de la Casa Hale. Él apenas tenía diez años en aquel entonces, pero recordaba el miedo que tenía la gente al quedar libre el territorio para que cualquier criatura lo reclamara como suyo. También recordaba que había habido algún problema con los cazadores furtivos, pero no estaba seguro, tendría que investigar. Peter debía de tener a su manada en alguna parte, aunque tan solo había olido a otro hombre lobo y vagamente, no podía llevar allí mucho tiempo.
Cuando oyó el corazón de su padre aumentar de pulsaciones, dejó el cómic (que ni siquiera había estado leyendo) en la mesilla y se tumbó, cerrando los ojos. Unos minutos después, Noah salió de la habitación y pasó frente a la suya, echando un vistazo por su puerta abierta, costumbre que había adquirido desde que se había transformado. Cuando bajó las escaleras, Stiles se levantó y se puso ropa limpia. Apenas necesitaba ducharse ya, no sudaba, tan solo de vez en cuando para quitar la suciedad, especialmente si había estado corriendo por el bosque –pero hoy no quería, el olor de Peter aún estaba sobre él y quería conservarlo un poco más–.
Se cruzó en las escaleras con su padre, que tan solo había bajado a poner la cafetera. Preparó el desayuno y el almuerzo (cosas saludables, porque ya le daba bastantes problemas él como para correr riesgos con otras cosas con sus antecedentes familiares sobre enfermedades cardiacas) para su padre mientras este se vestía y se fue al colegio en su jeep mientras su padre iba a trabajar en el coche patrulla.
La primera clase era gimnasia y la odiaba. Era probablemente la más difícil de todas porque tenía que controlarse para no descubrir sus nuevas habilidades. Había tenido incluso que dejar el equipo de lacrosse, aunque no le importaba demasiado, Scott ya no estaba en él. Ahora estaba solo en el instituto, ignorado por todos. Antes también era ignorado, pero al menos lo era junto a Scott, lo que lo hacía más llevadero. Por lo menos mientras ocultara lo que ahora era la gente no le rehuiría. Eso habría sido el último clavo en el ataúd de su vida social. Vale, nada de bromas de vampiros.
Volvió a prestar atención a la clase, habiéndose quedado perdido en sus recuerdos con Scott, cuando el entrenador le dijo a una chica –Erica– que no podía subir el muro de escalada porque no quería que se repitiera lo de la última vez. Erica parecía muy decepcionada, pero no replicó, tan solo se puso tras el resto de sus compañeros, esperando a que terminara la clase. Preguntando un poco por ahí, Stiles descubrió que lo de «la última vez» se refería a que Erica había sufrido un ataque de epilepsia en mitad de una subida y casi le había costado la vida. En ese momento, Stiles se alegró de que la transformación le hubiera curado el TDAH. Por supuesto, no era una enfermedad con riesgos mortales como la de Erica, pero había sido un grave problema toda su vida.
Esa mañana se sentó junto a Erica en la cafetería.
Hey—muy elocuente.
Ah. Um, hola—Erica le miró un momento y agachó la cabeza como si intentara ocultar su rostro tras una cortina de pelo. Incluso si no hubiera sido capaz de oler su nerviosismo, el rubor en sus mejillas era evidente.
Tomó el asiento frente a ella con una bandeja con tacos. Antes de su transformación se habría puesto el primero en la fila el día de tacos, pero ahora solo podía pensar en lo que tendría que hacer después. Miró a Erica y sonrió, dando un pequeño mordisco a uno de los tacos. Asqueroso.
He oído lo que pasó la otra vez con el muro de escalada—¿Por qué andarse con rodeos? Apenas había cruzado nunca palabra con la chica, era evidente que no se había sentado ahí porque sí. Pudo oler de inmediato el enfado y escuchó los latidos acelerados de su corazón—. Supongo que es realmente problemático y peligroso lo de la epilepsia—le dijo con un tono que intentaba ser amigable y pareció funcionar.
La última vez creyeron que no lo contaba—respondió con un murmullo.
¿Has pensado en pedir el Mordisco?—Erica levantó la cabeza de un tirón como si acabara de estallar una bomba y le miró entre confusa y sorprendida—. Sabes que transformándote se curaría la epilepsia.
Erica le miró fijamente por un momento, como si estuviera analizando si lo decía en serio o era alguna broma. Pareció aceptar que estaba hablando en serio porque agachó la mirada y se quedó pensativa. Stiles le dio otro pequeño bocado a su taco esperando pacientemente.
No sé cómo podría hacer eso y no ha habido hombres lobo en Beacon Hills desde los Hale—dijo finalmente, aunque solo parecía estar sopesando las opciones.
Bueno, creo que hay una nueva manada, aunque no estoy seguro. Voy a investigar un poco, probablemente mi padre sepa algo más.
No lo sé. Si... si me transformara, tendría que estar con ellos, con los otros—hablaba de ellos como lo hacía la mayoría de la gente, como si tuvieran la lepra. Qué haría si supiera que él era algo aún peor que los hombres lobo.
No tendrías que vivir necesariamente con ellos, solo pasar tiempo con ellos como con amigos.
No sé qué dirían mis padres si me transformara en una... mujer lobo.
Mejor una hija lobo que una hija muerta. A menos que sean cazadores furtivos, claro.
Erica le miró con ojos como platos. Sí, eso había sido brusco y desconsiderado, pero se había hecho entender. Stiles le sonrió y se levantó de la mesa con su bandeja, tirando a la basura discretamente sus tacos prácticamente enteros. Fue de inmediato al baño.
Quizás no había sido apropiado hacer aquello, no sabía qué ideas tenía Peter sobre nuevos compañeros de manada, ¿pero qué mejor manera de utilizar el don del Mordisco que para salvar una vida? Esperaría a ver qué decisión tomaba Erica y después le convencería.
Esa semana, Stiles miró en los archivos de la policía (utilizando el usuario y clave de su padre) para comprobar si había registrada alguna nueva manada de hombres lobo en Beacon Hills. No la había. Ante esto no sabía qué hacer. Sin tan siquiera saber el apellido de Peter no podía buscar información sobre él.
Ese viernes, cuando bajó para prepararle la cena a Noah, se lo encontró en la mesa de la cocina con un montón de papeles y carpetas extendidos sobre la mesa.
¿Un caso?—preguntó, echando un vistazo a los papeles. El nombre Hale le llamó la atención de inmediato.
No uno actual. Sucedió un mes después de que nos fuéramos. No hay pistas nuevas, pero no está cerrado así que quería revisarlo. Fue bastante duro.
Stiles se sentó a la mesa junto a él. A estas alturas Noah ya no se molestaba en decirle a su hijo que no metiera la nariz en asuntos policiales.
¿Qué sucedió?
¿Recuerdas el incendio de la Casa Hale hace seis años?—esperó a que Stiles asintiera—. Al parecer alguien ha matado a algunos de los que por entonces fueron sospechosos de provocarlo. Un par de pirómanos, un ex investigador de seguros que trabajó en el caso y un exdelincuente que ahora trabajaba en un videoclub, además de a Kate Argent. Todos fueron ataques de hombre lobo y la familia Argent dejó la ciudad cuando Kate apareció muerta. También apareció muerta Laura Hale, aunque es probable que no se tratara del mismo asesino.
¿Laura Hale? ¿Una de las supervivientes del incendio? Si los asesinatos fueron por venganza como parece, entonces no tiene sentido que la matara a ella también—murmuró más para sí mismo ya que su padre habría llegado a la misma conclusión—. ¿Sabías por aquel entonces que el asesinato de los Hale había sido causado por cazadores furtivos?
Tenía mis sospechas, los Argent siempre fueron los primeros sospechosos, pero al final no se pudo demostrar nada y el incendio se declaró accidental. Está claro que yo no era el único que lo sospechaba.
¿Quién crees que pueda haber sido? ¿Hubo otros supervivientes?
Noah rebuscó entre los papeles y sacó un par de fotografías. Un chico joven, probablemente de la misma edad de Stiles y, oh, sí, ahora ya sabía el apellido de Peter.
Derek Hale y Laura eran hermanos, no estaban en la casa cuando se desató el incendio. Ambos se marcharon de Beacon Hills poco después. Peter Hale era su tío. Él sí estaba en la casa y quedó gravemente herido, tenía la mayor parte del cuerpo quemado y quedó en coma; posteriormente despertó, pero permaneció en estado catatónico hasta hace cinco meses.
Cuando se quedó callado, Stiles le miró expectante. A veces a su padre le gustaba hacerse de rogar.
¿Qué pasó hace cinco meses?—preguntó exasperado, aunque ya se hacía una idea.
Desapareció. Simplemente desapareció del centro donde se encontraba. Es posible que lo secuestraran, pero dado que es un hombre lobo también cabe la posibilidad de que se recuperara.
Entonces, ¿quién sospechas que pudo haberlo hecho, estos últimos asesinatos?
Noah le miró de reojo. Sí, era una pregunta estúpida, ambos tenían la misma idea, pero Stiles no quería ser el primero en decirlo.
Puedo sospechar de quien sea, pero no tengo pruebas de nada. El caso se cerró porque lo único claro es que fue un ataque de hombre lobo. Si fue uno de los Hale o algún aliado buscando venganza por ellos, o incluso alguien intentando incriminarlos, es imposible saberlo.
Stiles asintió pensativo. Por algún motivo se sentía aliviado. Estaba bastante seguro de quién había cometido esos asesinatos y tal vez debería decirle a su padre que Peter Hale andaba por la reserva y era ahora el alfa, pero no lo hizo. Aún había incógnitas como la muerte de Laura Hale y, bueno, seguramente también él habría intentado vengarse tras la muerte de toda su familia si los culpables salían totalmente impunes de ello. Tenía que hablar con Peter, pero antes de preguntarle directamente quería más información. Hablaría con Scott, que aún se encontraba en Beacon Hills durante los asesinatos. Hacía días que no hablaba con él, su relación ahora reducida a chats y juegos en línea multijugador.
Cuando regresó a su cuarto, le envió un mensaje a Scott.
«Yo! Tengo el finde libre. Te parece si voy de visita?».
Minutos después llegó la respuesta.
«Este finde estoy ocupado. El q viene?».
«Ok».
¿Qué más daba una semana más? Al menos podría pasar otra noche con el hombre lobo diciéndose a sí mismo que no podía estar seguro de si era o no un asesino en serie. Viva la negación.


NOTA: Para aclarar un poco el tema de los Argent. En este AU los cazadores son ilegales, por eso se les llama cazadores furtivos. Si hay que atrapar a un ser sobrenatural se encarga la policía por medios legales. Cuando Kate murió, la policía tenía vigilados de cerca a los Argent y estos decidieron marcharse de la ciudad, por eso en la historia no aparecen Allison, Chris y el resto de cazadores. Gerard tampoco fue a Beacon Hills al entierro de Kate (de hecho, esta no fue enterrada allí, su cuerpo se trasladó a otro sitio). Scott no llega a conocer a Allison, fue mordido el día antes de que ella llegara al instituto y él no fue a clase ese día y por la falta de control sobre sus poderes no regresó a clase hasta que se mudó.

PD: El nombre del sheriff Stilinski es Noah, no me lo he inventado. El nombre más famoso en los fanfics es John, aunque aparecen otros, pero el real es Noah (aunque no es desvelado hasta la temporada 6, por eso los otros nombres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario