Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (6 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
—Eres un pedazo de idiota como
no se ha conocido nunca. ¿En qué coño estabas pensando dejando sin
comer a Konome? ¿Y si yo no le hubiera dado la comida? o peor ¿y si
Akatsuki hubiera salido y le hubiera hecho daño? Es que eres un
gilipollas sin cerebro—gruñía el moreno al mayor.
—Bueno, ya vale ¿no? estaba
seguro de que le darías de comer, no ibas a dejar que se muriera.
Además como le quieres tanto sabía que no permitirías que ese
Akatsuki saliera—dijo arto de sus continuos insultos que habían
durado todo el día.
—Vamos, que
tenías plena confianza en mí—dijo sarcástico—. ¡¡¡Cabeza de
chorlito!!!
Le dio un golpe en la cabeza y
se sentó en su escritorio a dibujar, aunque solo fueran borratajos,
para intentar calmarse pero no le sirvió de nada.
—No sé como consigues
alterarme tanto pero tengo que encontrar la forma de calmarme. ¡Me
voy a dar un paseo!
— ¿No quieres dar de comer
primero a Konome?—le preguntó Takashi pícaro.
Como respuesta se llevó un
capón y Hageshii salió de la habitación con un portazo.
—Vaya, me parece
que se ha enfadado—suspiró el mayor—. Bueno, vamos a comer.
—Quiero comer a Hagii—dijo
Konome entristecido.
—Lo siento, pero me parece que
eso no va a ser posible—le contestó comenzando a acariciarlo.
Llegó la mañana siguiente y
Takashi estaba esperando despierto a Hageshii, que aun no había
regresado a la habitación.
—"¿Qué coño estará
haciendo? ¿No habrá ido a emborracharse verdad? no es para tanto.
¿Dónde estará?"—pensaba el mayor sentado sobre la cama
junto al íncubo.
Esperó hasta la noche y al ver
que no regresaba se fue junto a Konome a la casa de té. Tras la
barra había un hombre de cabellos cortos y negros y ojos verdes, de
facciones suaves y delicadas.
—Shinohara ¿Qué haces aquí?
deberías estar durmiendo, mañana tienes que ir a clase—le dijo el
hombre.
—Katsuragi,
ahora hay algo más importante—dijo sentándose frente a él—. Mi
compañero de cuarto ha desaparecido, la noche de ayer salió a dar
un paseo y no ha regresado aun.
—Espera, espera. Primero:
¿tienes compañero de cuarto? ¿Cómo es eso posible? ¿Sabe lo de
Konome? y segundo: esto deberías denunciarlo a la policía y no
meterte en medio.
—Vale, primero: me arriesgué
a tener compañero de cuarto porque esperaba que entendiera lo de
Konome y así ha sido. Y segundo: no voy a denunciarlo a la policía
porque no es humano y lo que le ha sucedido puede que tampoco.
— ¿Cómo que no es humano?
¿Otra vez te has enredado con demonios?
—Bueno, eso no importa ahora,
ya te lo explicaré todo. Pero primero tienes que ayudarme a
encontrarlo—le pidió preocupado.
—Está bien, dame algo que
tenga su esencia—le dijo extendiendo la mano.
Takashi le entregó los
lapiceros de dibujo de Hageshii. Katsuragi se centró en ellos y
enseguida apareció en su mente la imagen de Kuroichi inconsciente en
un escampado. Informó a Takashi del lugar exacto donde se encontraba
y este se marchó rápido hacia allí dejando a Konome en la casa de
té.
— ¿Hagii está bien?—preguntó
preocupado el pequeño.
—Sigue vivo—le
dijo extrañado por su preocupación—. Es raro que tú estés
preocupado, normalmente no te enteras de lo que pasa a tu alrededor.
Pero el pequeño ya no le
prestaba atención, ahora estaba centrado en una chocolatina que
había cogido.
Al poco rato regresó Takashi
con Hageshii en brazos e inconsciente. Konome comenzó a saltar
alrededor de ellos intentando ver al moreno.
—Llévale a la habitación que
está junto a la tuya. Ahora iré a verle—le dijo preparando un té.
Katsuragi fue a examinar a
Hageshii que seguía inconsciente, mandando quedarse fuera a los dos
jóvenes.
—No parece ocurrirle nada, no
tiene ninguna herida o contusiones en la cabeza así que no sé
porqué está inconsciente—les explicó Katsuragi saliendo de la
habitación.
Konome se coló entre las
piernas de ambos y entró en la habitación yendo rápido junto a
Hageshii. Intentó despertarle desesperadamente pero era inútil.
Takashi le explicó todo lo que sabía sobre Hageshii al dueño del
local quien se quedó pensativo observando al joven inconsciente y al
íncubo sobre él.
—Es posible que no despierte
porque le hayan echado una maldición, por es-
— ¡Hagii! ¿Estás bien,
Hagii?—el moreno había abierto los ojos y Konome le agitaba
ansioso.
Oscuridad, total oscuridad.
Hageshii se sentía perdido en ese mundo en el que había despertado.
Pensaba que había abierto los ojos y sin embargo no veía nada, no
podía oír nada, sentir nada. Una oscuridad y vacío absoluto, solo
sus pensamientos como no los había percibido nunca. "La
maldición, esto es la maldición. ¿Cuánto tiempo estaré así?
mejor dicho, ¿cuan largo se me hará? esto realmente es una tortura
voy a recordar cosas que no deseo, yo no quiero escuchar mis
pensamientos tan fuerte, hay cosas que es mejor no oír." sus
propios pensamientos sonaban como gritos en su cabeza y no los podía
callar, intentaba dejar la mente en blanco pero era imposible.
—Hageshii ¿me
oyes? ¿Cómo estás?—Takashi intentó que reaccionara pero el
joven tan solo había abierto los ojos y no había luz en ellos—.
¿Qué le sucede? ha abierto los ojos pero parece que no está en
este mundo.
—Como ya te he dicho puede ser
una maldición. Intentaré hacer algo para quitársela, por el
momento déjale descansar.
—Está bien, haz lo que
puedas—dijo Takashi sacando de la habitación al pequeño a la
fuerza.
— ¿Te importa mucho ese
chico?—le preguntó Katsuragi cerrando la puerta de la habitación.
—A mí no mucho, aunque me cae
bien, pero creo que a Konome sí.
—Ya veo ¿crees que puede
importarle alguien de verdad? me refiero a si tiene suficiente
conciencia para eso o solo le interesa como comida, igual que tú.
—Bueno, no puedo decirlo con
seguridad pero creo que sí le importa. Nunca había visto así a
Konome.
—En ese caso me daré prisa en
quitarle la maldición, no quiero que nuestro íncubo sufra—Katsuragi
acarició la cabeza del pequeño que intentaba soltarse de Takashi.
Shinohara regresó al instituto
por exigencia de Katsuragi y Konome se resistió a dejar la casa de
té, no quería alejarse mucho de Hageshii. El pelinegro estaba
nervioso, no dejaba de moverse de un lado para otro y agitar sus
colas.
Continuará...
Ahhh quiero mas. Que cortito >3<.
ResponderEliminarMe encanta <3