Título: Ñoñerías
Fandom: Teen Wolf Pareja: Steter
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +14 Advertencias: violencia
Capítulos: 1
Resumen: Una criatura está devorando ciervos en la reserva y la manada se pone a buscarla. Por supuesto, Stiles se lleva la peor parte.
* * * * *
—¿Por
qué demonios no puedo pasar un fin de semana tranquilo, acurrucado
en el sofá con Kira y viendo una aburrida película romántica en la
televisión?
—Venga,
no seas tan ñoño—le dijo
Stiles a su amigo con un empujón que ni siquiera le hizo
tambalearse.
—¿Vas
a decirme en serio que prefieres dar vueltas por el bosque en mitad
de la noche en lugar de estar en casa jugando videojuegos o algo?
—Bueno,
sí, la verdad. Esto es bastante más interesante.
Aún
no sabían a qué se estaban enfrentando, solo que había dejado a
tres grandes ciervos en los huesos. Ninguno de los animales que había
en la reserva tenía la capacidad de hacer algo así y tenían miedo
de que, fuera lo que fuera, optara por ir a por presas humanas.
Decidieron dividirse en varios grupos para abarcar toda la reserva y
Stiles iba detrás de su amigo Scott. Era un alivio ir con el alfa
para protegerlo, incluso si llevaba consigo también su querido bate.
—¡Stiles!—antes
de que Scott terminara de gritar, Stiles ya estaba volando por los
aires. Literalmente.
Sus
pies ya no tocaban el suelo y sentía un agudo dolor en ambos
hombros. Podía ver la sangre manchar su sudadera y dos afiladas
garras sujetándolo y hundiéndose en su carne. Miró hacia arriba y
se encontró a una enorme criatura alada con torso y cabeza humanos.
—Mierda—maldijo
entre gemidos de dolor.
«Una
cosa se ha llevado a Stiles»,
llegó un mensaje por parte de Scott al grupo de la manada con su
ubicación.
Todos
se pusieron en marcha de inmediato y el primero en llegar, en menos
de cinco minutos y seguido a duras penas por su sobrino, fue Peter.
Agarró a Scott por el cuello y lo empotró contra un árbol.
—¿De
verdad has dejado que una criatura se llevara a Stiles?—le preguntó
entre colmillos y con los ojos brillando. Su rostro estaba
completamente transformado.
—¡Peter!—Derek
intentó apartarlo, pero Peter no soltó su agarre.
—L-lo
sientgh...—Scott no podía siquiera hablar, apenas respirar.
—¡Basta,
Peter! Así no encontraremos a Stiles—le dijo Derek y solo entonces
lo soltó.
Scott
cayó al suelo agarrándose la garganta donde las garras de Peter se
habían clavado hasta hacerle sangre. El resto de la manada comenzaba
a llegar a donde se encontraban y les miraban confusos.
—De
acuerdo—Peter inspiró hondo y consiguió reprimir su
transformación—. ¿Qué clase de criatura era? ¿Cómo era?
—Uh...
Tenía alas y zarpas, pero su cuerpo y cabeza eran humanos.
—Arpías.
Si se lo ha llevado para reproducirse lo llevará a su nido. Las
arpías hacen nidos en terrenos escarpados—musitó, pensando
rápidamente—. Tenemos que ir al barranco.
Peter
no esperó a nadie y echó a correr. La manada lo siguió, apenas
pudiendo mantener su ritmo. Cuando llegaron al barranco se detuvieron
en la línea de árboles y se acercaron lentamente al borde. Allí
estaba, en un saliente de la roca había un gran nido y podían
distinguir bajo la luz de la luna casi llena al chico bajo la sombra
de una criatura casi el doble de grande con las alas plegadas.
—¿Qué
querías decir con reproducirse?—preguntó Erica en voz baja.
—Las
arpías son solo hembras; se reproducen con humanos y después de
quedarse embarazadas se los comen.
—Oh.
Tendríamos que darnos... prisa entonces—para cuando terminó de
decirlo, Peter ya no estaba allí.
El
lobo estaba descendiendo por el barranco, usando sus garras contra la
roca para frenar su caída, justo por encima de la criatura. La arpía
levantó la cabeza, pero no pudo reaccionar a tiempo. Peter se agarró
a ella y la arrastró consigo el resto del camino hasta el fondo del
barranco. Escucharon chillidos como los de un pájaro y los rugidos
de Peter, pero no podían ver nada entre los árboles. Derek
descendió más despacio por el mismo lugar que Peter y se detuvo en
el nido.
—Stiles,
¿estás bien?
—¿A
ti qué te parece?—gruñó, sosteniéndose ambos hombros.
—Si
puedes agarrarte a mí te subiré.
—No,
no, bájame a donde está Peter—le pidió, subiéndose a su espalda
a pesar del dolor.
Derek
le hizo caso, sabía que no iba a hacerle cambiar de idea. Para
cuando llegaron abajo, Peter estaba sobre el cuerpo inerte de la
arpía, cubierto de sangre de pies a cabezas y con múltiples
arañazos. Uno profundo en su costado no paraba de sangrar. Stiles
fue corriendo hasta él y comenzó a examinarlo preocupado, pero más
preocupado estaba todavía el lobo al ver los agujeros en sus
hombros.
—¡No
tenías por qué matarla!—exclamó Scott cuando llegó abajo por un
camino más seguro junto al resto.
Peter
y Stiles le miraron sin decir palabra y decidieron ignorarlo.
—He
tenido suficiente aventuras por hoy—declaró Stiles—. ¿Por qué
no vamos a tu casa, nos duchamos y vemos una película aburrida en el
sofá mientras terminas de curarte y me das mimos?
—Me
parece una gran idea, pero lo primero será curar tus heridas.
—Lo
que quieras, mi lobo, pero vamos a casa.
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