Título: El Demonio Castigado y el Íncubo 2
Segundo Libro: "Las Dudas del Íncubo"
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Hageshii ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 7 (2 de 7)
Resumen: Han pasado cinco años de feliz relación entre Hageshii y Konome desde el Primer Libro. Pero ahora sus sentimientos se pondrán en duda por un manipulador compañero.
Los personajes Takashi, Konome y Katsuragi, y la casa de té, están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) de la mangaka Dr. Ten. El resto son originales míos.
—Estoy
harto de escuchar cómo esos dos hacen el amor todos los días—se
quejaba Takashi sentado en la barra de la casa de té—día tras día
y algunos más de una vez, me duele la cabeza de escuchar los gemidos
de Konome y las estupideces que suelta Hageshii ¿es que no se cansan
nunca?
—Te
recuerdo que esa es la comida de Konome ¿acaso tú te cansas de
comer?—le dijo el ojiverde tras la barra.
—Lo
de Konome lo entiendo pero lo de ese estúpido demonio… bueno,
también, ¿Quién no querría acostarse con un íncubo así?
—Eso
es lo que te pasa a ti—el moreno lo miró sin entender—quieres
acostarte con Konome como lo hacías antes y te frustra tenerlo a
mano y no poder ni tocarle.
—Tal
vez tengas razón, me encantaría follarle de nuevo, pero si le pongo
un dedo encima Hageshii me mata.
—Eso
no lo dudes. Kuroichi adora al pequeño y no dejará que nadie se
atreva a quitárselo.
—Pero
eso cambiaría si fuera Konome el que lo dejara. Si cortara con ese
demonio yo podría aprovecharme y ser su comida—Takashi sonreía
perdido en sus fantasías.
—Habla
con Konome, tal vez lo consigas—le alentó el mayor.
—Imposible.
—
¿Por qué?
—Esos
dos están enamorados como unos recién casados, da asco ver a un par
de demonios siendo tan empalagosos.
—Enamorados…—susurró
pensativo Katsuragi.
—Bueno,
ya que me han quitado el sueño voy a ver si me desahogo con algún
demonio por ahí—Takashi salió de la casa de té con la espalda
encorvada y sin ganas.
—Amor…
¿los niños pueden enamorarse o solo encapricharse?
—
¿Cómo estás
chiquito?—preguntó el pelirrojo al íncubo besando la blanca piel
de su espalda.
—
¿Tú qué crees? No
puedo ni moverme—le contestó enfurruñado.
—Lo
siento, lo siento, he sido un poco…
—
¿Perverso, sádico?
—Con
malo es suficiente, no te pases porque sé que te gusta—le dio un
profundo beso en los labios que le hizo removerse—. ¿Qué tengo
que hacer para que me sonrías?
—Quiero
un chocolate caliente y unas galletas—le dijo sin tener que
pensarlo mucho.
—Como
desees, todo para que mi chiquito sonría—le dio un beso en la
mejilla y se levantó de la cama.
Hageshii
se puso algo de ropa encima, siendo observado disimuladamente por el
menor, y salió de la habitación directo a la planta baja donde
estaba la casa de té.
—Katsuragi
¿puedes ponerme un chocolate caliente y unas galletas de las que le
gustan a Konome?—le dijo sacándole de sus pensamientos.
—
¿Otra vez te has
pasado y esta es tu disculpa?—el ojiverde comenzó a preparar lo
que le había pedido.
—Así
es, acertaste, como siempre—una gran sonrisa se veía en el rostro
del pelirrojo.
—Pues
yo no te veo muy arrepentido—le dijo mirándole de reojo.
—
¿Por qué será?—a
aquel demonio nadie podía quitarle la sonrisa de la cara.
—Estás
muy enamorado de Konome ¿me equivoco?
—Tú
nunca te equivocas. Claro que estoy locamente enamorado, sino no
habría hecho todo lo que hice hace unos años. Yo no soy tan
inconsciente como Shinohara.
—Cuando
tenías ese otro cuerpo y la maldición habría dicho que así es
pero desde que te libraste del castigo has cambiado mucho y parece
que actúas sin pensar.
—Pero
solo lo parece, un demonio de mi nivel no puede permitirse esas
cosas. Bastante mal está que sea novio de Konome como para cometer
otros errores. No imaginas lo que podría ocurrirme si ciertas
personas se enteraran—por un instante una sombra había cubierto su
rostro—pero no dejaré que le pase nada a mi Konome—su rostro
volvió a lucir una sonrisa.
—Aquí
tienes, ve a disculparte con tu Konome—Katsuragi le puso en una
bandeja una taza de chocolate bastante grande y unas galletas.
—Gracias,
a ver si se le ha pasado el enfado—Kuroichi subió a la habitación
con la bandeja en las manos.
—Algo
horrible podría ocurrir y aun así sigue con él—musitaba el
ojiverde observando la nada—. ¿Eso podría traer la desgracia
sobre todos nosotros? Pero Konome se libraría, Kuroichi lo protegerá
hasta la muerte, aunque no creo que los demás le importemos tanto.
Al
poco rato el íncubo bajó a la casa de té con la bandeja y la taza
ya vacías y con una sonrisa de satisfacción en la cara.
—Gracias
por el chocolate, estaba muy rico.
—
¿Alguna vez ha estado
malo?—preguntó recogiendo la bandeja.
—Claro
que no pero después de comer a Hagii sabe aún mejor.
—Es
sorprendente que tras tanto tiempo sigáis amándoos tanto—comentó
el mayor.
—
¿Por qué dices eso?
¿Tan raro es?—el íncubo no entendía mucho de las relaciones
humanas ya que las únicas personas a las que se había acercado eran
aquellos tres que vivían en la casa de té.
—Bueno,
tal vez no tanto pero normalmente la llama del amor se va apagando al
paso del tiempo, pero vosotros estáis como el primer día. Si te soy
sincero yo al principio pensé que estar con Kuroichi tan solo era
otro de tus caprichos pero parece que me equivoqué.
—
¿Capricho? ¿Por qué
iba a ser un capricho?—preguntó el menor confundido.
—Bueno,
eras un niño pequeño y pensé que si ni siquiera entendías la
palabra amor no podrías enamorarte, que tan solo lo querías como tu
comida. Pero llevas muchos años con él así que supongo que me
equivoqué—dijo como si nada.
—Sí…
voy a regresar a la habitación—con rostro pensativo Konome subió
las escaleras.
—Será
interesante ver lo que pasa ahora—murmuraba Katsuragi con una
sonrisa algo perversa en el rostro—. Aunque si Kuroichi se entera
estoy muerto.
La
semilla de las dudas había sido sembrada en la mente del íncubo y
solo era cuestión de tiempo que diera sus frutos.
Continuará...
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario