Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (9 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
—Piénsatelo bien, no creo que
estés preparado.
Hageshii y Takashi estaban
caminando hacia un almacén en el que les habían dicho que había un
demonio destrozándolo todo y matando a los humanos que se acercaban.
— ¿Y tú cómo puedes saber
si estoy preparado o no? Deja de dar la lata y date prisa—le
contesto Hageshii cansado ya.
—Si te mata no me eches la
culpa—le dijo inseguro.
Llegaron al almacén y allí
encontraron al demonio que lo estaba destrozando todo. Tenía unos
tres metros de alto y era amorfo, todo su cuerpo estaba cubierto por
una mata de pelo de color negro y de todas partes salían unos
tentáculos con una especie de filos como las puntas de un arpón por
todas partes, no había un rostro o cualquier cosa que pudiera
recordar a un humano o un animal.
—Hageshii, deja que me
encargue yo, tú no has recuperado aun todos tus poderes—le dijo
Takashi sin dejar de observar al demonio.
Pero sus palabras ni siquiera
fueron oídas, el moreno ya se había lanzado contra el demonio.
Aquel extraño ser intentaba golpear y evitar el avance de Kuroichi
pero era inútil, este lo esquivaba con gran habilidad y lo más que
conseguía era hacerle raspones en piernas y brazos. Hageshii hizo
surgir de su sangre varias agujas que lanzaba al cuerpo base del
demonio. La mayoría de esas agujas eran detenidas por los tentáculos
por lo que tuvo que acercarse más a él para que aquellas pequeñas
armas tuvieran algún efecto.
—“Ahora
entiendo porque le llamaban Akaitsuya,
cuando lanza esas agujas lo único que se pueden ver son sus
destellos rojos. Es incluso hermoso”—pensaba Takashi observando
pasmado al moreno.
Hageshii se acercaba cada vez
más al demonio aunque a causa de ello las heridas que recibía eran
más y de mayor profundidad. Al fin, cuando su mente comenzaba a
nublarse por la perdida de sangre a causa de las heridas y las
agujas, consiguió encontrar el hueco perfecto para alcanzar al
demonio. Lanzo las últimas agujas que podría hacer que dieron justo
en el blanco. Hageshii rápidamente se alejó del demonio negro y fue
al lado de Shinohara.
— ¿Me toca a mí?—preguntó
él al ver que el demonio seguía vivo.
De pronto aquel monstruo comenzó
a sufrir enormes espasmos, sus tentáculos se retorcían enloquecidos
y acabó por quedarse completamente inmóvil sin rastro de vida.
— ¿Decías?—Hageshii miraba
con soberbia al mayor.
—Pero cómo… si tan solo le
has lanzado unas agujas y no creo que le hayas dado en ningún punto
vital—estaba realmente sorprendido y no podía apartar la vista de
aquella masa amorfa que se estaba evaporando.
—Todo lo contrario, he lanzado
las pequeñas agujas en los puntos exactos. No necesito cortarle en
un montón de pedazos o realizar un gran estropicio para acabar con
él—explicó sentándose en el suelo.
— ¿Pero cómo has sabido
dónde estaban esos puntos que dices?
—Instinto supongo—con una de
las mangas rasgadas de su camiseta se hizo un torniquete en el mismo
brazo para que dejara de sangrar, ahí tenía una de las heridas más
graves.
— ¡El que está realmente
destrozado eres tú!—exclamó Takashi al fijarse en sus múltiples
heridas.
—Sí, esto me demuestra que
apenas he recuperado una pequeña parte de mis poderes, si los
tuviera todos esto no me habría pasado, le habría matado en unos
segundos. Además mi sangre sigue sin ser venenosa, por eso me ha
costado más. Con el veneno no habría tenido que darle en sus partes
vitales—dijo malhumorado.
—Bueno, ya lo recuperarás
poco a poco. Vamos con Katsuragi a que te cure eso.
— ¿Vais a explicarme qué es
lo que ha pasado? Kuroichi, estás destrozado ¿Qué es lo que has
hecho?—les gritó el ojiverde furioso.
—Se ha cargado a un demonio de
nivel considerable él solito—le explicó Takashi que intentaba
sujeta a Konome para que no se lanzara sobre Hageshii.
—Y yo que pensaba que tenías
más cerebro que Shinohara, veo que estaba equivocado.
—No me compares con él. Si
hubiera estado en plena forma no habría sufrido ni un rasguño—se
quejó algo avergonzado.
— ¡Oye! Que estoy aquí—se
quejaba Takashi, pero su voz no era escuchada.
—Pero no estás en plena forma
y lo sabes. Anda, vamos a curarte esas heridas antes de que te
desangres.
—Para eso casi
es tarde. Entre las heridas y las agujas apenas me queda la sangre
suficiente para estar consciente. ¡Agh! Si recuperara mi poder esto
no me pasaría.
—Bueno, deja ya de quejarte,
ya lo irás recuperando poco a poco, no seas tan impaciente—le riñó
Katsuragi.
—Además, si recuperaras todo
ese poder te convertirías en un demonio perverso y yo tendría que
matarte—le dijo Takashi.
—No me hagas reír, en primer
lugar tú no tendrías el poder suficiente para matarme y en segundo,
yo antes tampoco era un demonio perverso. Tan solo mataba a los
demonios que me atacaban, nada más. Jamás he matado a un humano y
tan solo hubo una vez en la que maté demonios solo por matar—se
defendió Kuroichi.
— ¿Y eso por qué
fue?—preguntó curioso Takashi.
—Tuve un pequeño ataque de
locura por razones que no vienen al caso y realicé una masacre.
—Lo sabía,
sabía que tu apodo me sonaba de algo—saltó el ojiverde—. Tú
realizaste la matanza de “Kurai
Daichi”.
—Um… sí, creo que lo
llamaron así.
— ¿Qué es eso
de “Kurai
Daichi”?—preguntó
extrañado Takashi.
—Kurai Daichi
es el nombre que se le dio a la tierra donde se realizó una matanza
de cientos de demonios. En aquel lugar del infierno la tierra era
clara pero quedó oscura por la sangre de los demonios que murieron
sobre ella.
— ¿Hablas en serio? ¿Hiciste
algo así?—la sorpresa de Takashi era enorme.
—Sí, lo hice hace mucho
tiempo y no lo volví a repetir, ni lo volveré a hacer—la sombra
de su rostro se hacía mayor a cada instante que hablaba de eso.
—Y yo que pensé que eras una
mosquita muerta y resultas que eres todo un despiadado asesino—reía
el exorcista.
— ¡Cierra el pico, no hables
de lo que no sabes!—le gritó Kuroichi y se marchó a su habitación
sin que Katsuragi pudiera curarle las heridas.
Continuará...
Siguelo. Esta genial <3
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