Título: El Demonio Castigado y el Íncubo
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Original ♥ Konome y más...
Autor: KiraH69
Género: Shota-Yaoi
Clasificación: +18
Advertencias: Lemon
Capítulos: 16 (10 de 16) Primer Libro
Resumen: A un poderoso demonio lo han castigado por un pecado del pasado quitándole sus poderes y prohibiéndole disfrutar. Pero un íncubo, demonio que se alimenta de sexo, es demasiada tentación. Los personajes (salvo el demonio castigado que es original mío) están sacados del manga yaoi Tokyo Yaban no Chizo (The Map of Tokyo Savage) del mangaka Dr. Ten.
Hageshii se levantó a media
noche y salió de su habitación.
—“¿Dónde
estoy? ¡Ugh! Cuantas heridas ¿Qué coño habrá hecho?”—pensaba
caminando por los pasillos.
Abrió una de las habitaciones
pero estaba vacía.
—No estaré solo aquí
¿verdad?—se dijo cabizbajo.
En la siguiente encontró a un
joven durmiendo. Sonrió y entró en la habitación, se acercó a la
cama y observó al muchacho de cabellos negros que abrió los ojos
extrañado.
—Kuroichi ¿Qué haces
aquí?—preguntó Katsuragi frotándose los ojos.
—Quiero divertirme un
rato—contestó el moreno colocándose sobre él en la cama.
— ¿Pero de qué vas? No
pareces tú—el ojiverde intentó apartarse pero Hageshii le agarró
por las muñecas.
—No te preocupes, voy a
hacerte disfrutar mucho—lamió su cuello desde la base hasta la
oreja.
—U-un momento, ¿tú no serás
Akatsuki?—preguntó dándose cuenta de lo que ocurría.
—Vaya, ¿te ha hablado de mí?
Bueno, no importa, será lo mismo—le arrebató un beso invadiendo
su boca.
El mayor tembló y se estremeció
al contacto de aquella lengua experta. Hageshii o mejor dicho
Akatsuki bajó con intensos besos por su cuello dejando marcas a su
paso. Katsuragi quería apartarse pero su cuerpo no le respondía. El
poseído desnudó al que tenía debajo con asombrosa habilidad sin
que este se diera casi cuenta. El moreno bajó una mano hasta su
miembro que inevitablemente se estaba endureciendo. La puerta de la
habitación se abrió de golpe y Takashi entró a gran velocidad,
agarró al menor del cabello y lo tiró hacia atrás golpeándolo
contra la pared.
— ¡Bastardo ¿Qué cojones
haces?!—le gritó frotándose el golpe en su cabeza.
—Akatsuki ¿Cómo has podido
salir? Hoy no es luna llena—le preguntó el exorcista.
— ¿A no? A mí no me lo
preguntes, ya sabes que el demonio es Hageshii—contestó poniéndose
costosamente en pie por la multitud de heridas que tenía.
—Tal vez es
porque Kuroichi está demasiado débil, por la lucha con el
demonio—explicó Katsuragi—. Además como su maldición ha
desaparecido es posible que él solo no pueda controlar la posesión
del cuerpo.
—Jeje, me alegro, así podré
divertirme mucho más—dijo riéndose Akatsuki.
—De eso
nada—Takashi le puso una mano en el cuello y lo sujetó contra la
pared—. Sinceramente me cae mucho mejor Hageshii por lo que
prefiero que él esté fuera.
—Te recuerdo que soy yo el
humano, no puedes hacerme esto—gritó Akatsuki pasmado.
—Cierra el pico, me das
demasiado asco así que voy a sellarte definitivamente.
—Shinohara, deja que yo le
selle, es posible que tú le hagas daño también a Kuroichi—le
dijo Katsuragi poniéndose junto a él.
—Todo tuyo.
El ojiverde puso la mano derecha
frente al rostro del poseído y una luz apareció en su palma. El
joven gritó sintiendo gran dolor en todo su cuerpo hasta que cayó
inconsciente al suelo.
—Listo, llévatelo a su
cuarto.
—Oye ¿seguro que está bien?
No tiene muy buen aspecto—dijo Takashi cogiendo al moreno en
brazos.
— ¿Buen aspecto? ¿Qué
aspecto quieres que tenga con el cuerpo lleno de heridas?—contestó
metiéndose en la cama.
— ¿Podrías
curárselas no?—salió de la habitación y lo llevó a la suya—.
Estás muy tentador de este modo—dijo tumbándolo sobre la cama—.
Cuántas cosas podría hacerte ahora.
Deslizó una mano bajo la
camiseta del pijama del moreno acariciándolo con suavidad hasta
llegar a los pezones que apretó y retorció como botones. Se relamió
los labios y decidió continuar un poco más. Le quitó toda la ropa
observando su cuerpo completamente desnudo.
—No está nada
mal—pensaba deslizando los dedos por su pecho hasta su miembro que
se estaba poniendo duro por momentos—. Un cuerpo muy sensible. ¿Con
qué estará soñando mientras le hago esto?
Shinohara lamió el cuello y el
pecho del menor dejando pequeños ríos de saliva a su paso hasta
llegar a la erección. La lamió gustoso mientras introducía un dedo
en su entrada.
—Konome…—susurró Hageshii
hablando en sueños.
—Vaya, parece
que solo puede pensar en el nene. ¿Estaría mal si sigo verdad?—se
decía a si mismo el mayor—. Bueno, si no se entera no pasa nada.
Introdujo otro dedo en su
trasero, moviéndolos circularmente. Cada vez se excitaba más
acariciando y besando aquel cuerpo que estaba por completo a su
merced. No pudo aguantar más y sacó los dedos de su interior para
introducir despacio su falo.
— ¡Ah! Que
agradable—aquella entrada no era tan estrecha como la de Konome
pero de igual modo era perfecta.
Comenzó a moverse despacio pero
profundo hasta que se adaptó y pudo moverse con más comodidad. El
cuerpo de Hageshii se agitaba, vibraba y aumentaba de temperatura, su
respiración era fuerte y apretaba los ojos. Takashi masturbó al
menor hasta que se vino en su mano y poco después fue él mismo
quien salió de su interior y acabó sobre su vientre. Aunque le
habría gustado era demasiado arriesgado hacerlo dentro ya que si
Kuroichi se diera cuenta de lo que le había hecho estaba seguro de
que acabaría muerto. Limpió el cuerpo del joven y lo dejó como si
nada hubiera pasado.
En la habitación cercana
Katsuragi estaba muy caliente y era incapaz de calmarse.
—Maldito sea. Ese Akatsuki es
muy bueno—mascullaba dando vueltas en la cama.
— ¿Quieres que
te eche una mano?—Takashi le observaba desde la puerta—. Ya he
disfrutado un rato pero aun me quedan fuerzas para ayudarle.
—Idiota pervertido… date
prisa—le dijo el ojiverde poniéndose bocabajo quitándose los
pantalones y calzoncillos.
—Que brusco ¿no hay besos,
caricias o cosas así?—preguntó observando el lindo panorama.
—Cierra el pico Shinohara, no
quiero nada de eso, solo que me quites esta excitación—le dijo con
mal humor.
—Como desees.
Takashi se puso de rodillas
detrás del pelinegro y comenzó a lamer su entrada para lubricarla.
A pesar de que le hubiera gustado hacerlo más tranquilo, se apresuró
en meter sus dedos y dilatarlo o se llevaría una buena bronca.
Penetró a Katsuragi, que cada vez estaba más caliente y excitado, y
lo agarró por las caderas, moviéndose lentamente. El ojiverde se
agarraba a las sábanas sintiendo aquella lentitud como una tortura.
—Shino… hara… más duro…
más rápido—pedía entre jadeos.
El exorcista obedeció y se
movió como el otro deseaba provocando gemidos incontrolables. Cuando
ambos acabaron, Takashi se marchó de la habitación sin que ninguno
dijera nada. Aquella no era la primera vez que le hacía un favor o
viceversa y siempre era igual de frío (no literalmente ya que ambos
estaban ardiendo).
Continuará...
Esta genial. Que bien se lo pasa Takashi aunque me da un poco de pena, todo el mundo lo usa y e´l usa a todo el mundo pro sexo.. y no hay amor *puchero* Siguelo. *^*
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