Título: Dentro de mí
Fandom: Teen Wolf Pareja: Peter Hale x Stiles Stilinski
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash
Clasificación: +18 Advertencias: lemon, bestiality, Mpreg
Capítulos: 5 (5 de 5) FIN
Resumen: Mientras la manada disfruta bañándose en un lago, una criatura acuática intenta ahogar a Stiles, pero lo libera y escapa antes de que puedan atraparla. Parece que no van a tener que preocuparse más del tema, pero tendrá consecuencias que nadie espera. Hay algo dentro de Stiles.
Capítulo 5
Despertó una noche con un
intenso dolor en su vientre y solo pudo gritar.
Peter estaba a su lado en menos
de un segundo, con una mano en su hombro y la otra en su barriga.
—Stiles,
respira, tranquilo—le dijo, no tan tranquilo como solía estar, lo
que preocupó de inmediato a Stiles.
—Creo
que les pasa algo a los bebés, Peter—se agarró con fuerza a su
brazo, un intenso terror inundando su cuerpo.
—¿Qué
sucede?—preguntó Noah, entrando en la habitación en pijama.
Peter miró al sheriff con
expresión perdida y Stiles nunca imaginó que se alegraría tanto de
que su padre no hiciera el turno de noche.
—Papá,
duele. Los bebés...—ni siquiera quería imaginar qué les podía
estar pasando, no quería perderlos por nada del mundo.
—Ya
es tiempo, ¿no? Para que nazcan—dijo Noah, sentándose junto a su
hijo al otro lado de la cama.
Ambos se le quedaron mirando
con expresiones en blanco por un momento hasta que Stiles volvió a
gritar de dolor.
—Voy
a llamar a Deaton—Peter se levantó reaccionando por fin.
—Llamaré
a Melissa, quiero que esté ahí también—pero cuando fue a
levantarse, Stiles le agarró del brazo, mirándole con ojos
llorosos.
—Papá...
—Tranquilo,
hijo. Vas a estar bien, no te preocupes, y tus pequeños también
estarán bien—acarició sus cabellos tomándole la mano como cuando
era pequeño y estaba enfermo.
Stiles sin sintió apaciguado
por un momento hasta que otra punzada de dolor lo sacudió.
—Dios,
y las mujeres pasan por esto voluntariamente. Habría que ponerles un
monumento—gimió, retorciéndose y abrazando su vientre.
Noah no pudo evitar sonreír y
le dio unas palmadas en el hombro.
—Vamos,
te llevaré en el coche patrulla.
—¡No!
No, no, no—Stiles negó vehemente y Peter se arrodilló al instante
a su lado—. No quiero tener a mis hijos en la clínica. Quiero que
estén en casa, por favor.
—Estoy
de acuerdo—respondió Peter, mirando a Noah como buscando su
permiso.
—De
acuerdo, avisaré a Melissa. Dile a Deaton que venga.
Veinte interminables minutos
después (que Stiles juraría que eran una eternidad), en los que
Peter no se separó ni un segundo de su lado, llegó Melissa con
Scott y prácticamente detrás de ellos Deaton.
—Bueno,
Stiles, ha llegado el momento. ¿Estás listo?—le preguntó Deaton.
—Tan
preparado como puedo estarlo—respondió con un quejido.
—Bien,
desnúdate de cintura para abajo. Voy a comprobar si hay dilatación
y seguiremos desde ahí.
Los ojos de Peter brillaron y
tuvo que agarrarse al cabecero para no lanzarse al cuello del
veterinario por la simple insinuación de que iba a tocar a su
pareja.
—Ugh...
¿No puede hacer eso Peter? Quiero decir, no que lo haya hecho
antes—porque no habían llegado hasta ahí (todavía)—, pero
realmente preferiría que mis partes íntimas siguieran siendo tan
íntimas como fuera posible.
Deaton estudió las expresiones
de ambos y suspiró. No sabía para qué lo habían llamado.
—Está
bien, esperaré fuera. Si hay dilatación, comprueba cuánta—le
dijo, saliendo de la habitación.
—Scott,
tú también, sal—le dijo a su amigo, cuya expresión pasaba de
preocupada a enfadada y molesta cuando miraba a Peter. Scott le miró
sorprendido y a punto de replicar—. No voy a discutir, largo.
—¿Quieres
que me vaya también?—le preguntó Noah, sentado a su lado.
—No,
no, quédate, por favor—le pidió, apretando su mano.
—Tranquilo,
no me voy a mover de aquí—respondió, limpiando su rostro sudado
con una toalla húmeda fría que había subido Melissa.
Cuando solo estuvieron los tres
en la habitación, Peter le quitó los pantalones y los calzoncillos,
cubriéndolo con una fina sábana para que no se sintiera tan
expuesto. Se arrodilló entre sus piernas y lo examinó con cuidado.
Cuando comprobó que había ya cuatro dedos de dilatación suspiró
aliviado, había tenido miedo de que su cuerpo no reaccionara bien.
—Ya
puedo ver el primer huevo—le dijo con una sonrisa, acariciando
reconfortante su muslo—. Estás casi listo, cariño.
—Oh,
gracias a- ¡¡Nhaah!!—gritó cuando una contracción especialmente
fuerte lo sacudió.
—Voy
a avisar a Deaton.
—¡No,
no!—lo detuvo Stiles antes de que pudiera siquiera bajar de la
cama—. Solo... solo ayúdame—intentó incorporarse, torciendo el
gesto por el dolor.
—Qué
necesitas, dime—no podía negar que le alegraba no tener a un
desconocido cerca de su pareja en este momento. No tenía ningún
problema con el sheriff, pero cualquier otro agitaba sus instintos
protectores.
—De
rodillas. Creo... más fácil.
Con la ayuda de su padre y de
Peter consiguió ponerse de rodillas con los brazos apoyados sobre el
cabecero de la cama. Esa posición se sentía más natural, era lo
que su cuerpo estaba pidiendo. Necesitaba la ayuda de la gravedad
para esto.
—Está
a punto. Noah, necesito un balde lleno de agua templada para los
huevos—le dijo Peter mientras acariciaba la espalda y el vientre de
su pareja arrodillado tras él.
—Voy
a por él.
Noah salió a toda prisa de la
habitación, pero Stiles ya apenas era consciente de lo que sucedía
a su alrededor, todos sus sentidos estaban centrados en los bebés
que estaban a punto de salir de él. La voz dulce y las cuidadosas
manos de su pareja eran lo único que conseguían relajarlo, que
mantenían a raya cualquier ataque de pánico. Sabía que no estaba
solo, que tanto él como sus bebés estarían cuidados. No tenía
miedo.
Minutos después Noah regresó
con el balde de agua, cerrando la puerta tras dejarlo, y se colocó
de nuevo junto a su hijo, limpiando el sudor de su rostro y su
cuello.
—Stiles,
estás listo. Durante la próxima contracción quiero que empujes,
¿de acuerdo?
Stiles respondió con un
quejido, ocultando su rostro en sus brazos sobre el cabecero.
—Vamos,
hijo, puedes hacerlo. Ya falta poco—le animó su padre, acariciando
su espalda.
Con la siguiente punzada de
dolor Stiles contuvo un grito y en su lugar empujó.
—Eso
es, eso es, eso es, vamos... Oh...—una sonrisa se extendió por el
rostro de Peter cuando el primer huevo cayó suavemente sobre sus
manos.
Stiles suspiró, un intenso
alivio inundando su cuerpo, haciéndolo sentir débil como si le
hubieran drenado la energía. Sus piernas temblaron y no pudo
mantenerse erguido más tiempo. Noah lo ayudó a tumbarse mientras
Peter colocaba el huevo en el balde junto a la cama. Stiles se asomó
al borde de la cama y sonrió. Extendió el brazo y acarició con la
punta de los dedos la suave superficie del huevo, de un color blanco
verdoso con líneas algo más azuladas formando ondas sobre la
superficie.
—¿Cuándo
se abrirá?—preguntó con voz ronca de gritar, su expresión laxa
como si ni siquiera tuviera energía para mover los músculos.
—En
unos minutos, tiene que bajar un poco la temperatura primero—había
una sonrisa en su rostro que no podía describirse de otro modo que
felicidad.
—El
otro...
—Dale
tiempo, descansa.
Lo cubrieron con una sábana,
le dieron un vaso de agua que bebió muy lentamente y le quitaron la
camiseta, que ahora estaba empapada de sudor, limpiándolo antes de
ponerle otra.
—Dame
un beso—le pidió Stiles necesitado sin preocuparse en ese momento
siquiera por su padre.
—No
puedo darte analgésico ahora, si eso es lo que estás pidiendo—le
dijo y Stiles le puso morros con expresión suplicante—. No,
cariño, tienes que ser capaz de sentir las contracciones cuando
lleguen.
Le dio un beso casto para
calmarlo y agradeció que Noah no dijera nada al respecto. El sheriff
ya sabía que su hijo tenía intención de estar con él, pero Stiles
seguía siendo menor según las leyes y temía que eso pudiera ser un
problema. Sin embargo, Noah lo estaba llevando mejor de lo que
esperaba.
Cuando las contracciones
regresaron, volvieron a ponerse en posición. Esta vez fue más
rápido, incluso menos doloroso o quizás Stiles ya estaba tan
exhausto que no podía ni sentir el dolor. Tan solo quería terminar
aquello, cerrar los ojos y dormir. Cuando finalmente el huevo salió
de su interior, su padre tuvo que sostenerlo y tumbarlo despacio
sobre la cama.
—Despiértame
cuando...—señaló vagamente con una mano antes de quedarse dormido
o tal vez perder el conocimiento, pero Peter lo entendió.
Colocó el huevo en el balde
junto al otro y se dedicó a limpiar a su pareja. Noah insistió en
llamar a Melissa para que le hiciera una revisión y Stiles ni
siquiera movió un músculo mientras lo atendía. Cuando terminó,
los dejó de nuevo solos en la habitación, esperando con Scott en el
salón mientras Deaton se marchaba bajo petición de Peter (no iba a
permitir que un desconocido, sin importar cuánto confiara en él
Scott –no tanto Stiles–, se acercara a sus hijos recién
nacidos).
Cuando escuchó un crujido,
despertó con delicadeza a Stiles. Este apenas era capaz de abrir los
ojos, emitiendo un quejido para que lo dejara en paz.
—Ya
van a salir—le dijo y Stiles se despertó como si le hubieran
echado un jarro de agua encima.
Peter apagó la lámpara del
techo y dejó tan solo la de la mesilla para que la luz no molestara
a las crías. Subió el balde sobre la cama y los tres observaron
mientras los huevos se agitaban, pequeñas grietas abriéndose a lo
largo de la cáscara blanda.
El primero de ellos se abrió y
Stiles emitió un gemido de emoción, que fue seguido por un agudo
gemido por parte de la cría. Las branquias en su cuello se abrieron
respirando y sus ojos castaños casi dorados observaron a través del
agua que lo cubría. Su aspecto no era tan diferente al de un bebé
humano salvo por la cola de pez que era la mitad inferior de su
cuerpo y los rasgos de nunmyo que compartía con Peter. Su pelo,
escaso, era negro; su piel, lavanda extremadamente pálida; sus dedos
regordetes estaban unidos por membranas, faltos de garras, y tenía
pequeños dientes triangulares.
—Puedo...
¿Puede salir del agua?—preguntó Stiles, tragando saliva mientras
secaba las lágrimas que recorrían su rostro con el dorso de la
mano.
—Sí,
y tenemos que comprobar cómo están sus pulmones.
Peter lo tomó con cuidado con
ambas manos, una bajo sus caderas y la otra bajo su cabeza, y lo sacó
lentamente del agua. Los tres adultos contuvieron el aliento por un
momento mientras las branquias se abrían y cerraban en el aire hasta
que finalmente se echó a llorar con una potente voz, su pecho
expandiéndose y contrayéndose con los pulmones llenándose de aire,
y suspiraron aliviados. Stiles se incorporó contra el cabecero y
Peter colocó al pequeño en sus brazos. El bebé dejó de llorar
prácticamente al momento, sus fosas nasales abriéndose olfateando a
su alrededor. Emitió un suspiro contento y se quedó tranquilo con
los ojos entrecerrados. Stiles lo observó con una mirada llena de
amor. Ya lo adoraba antes incluso de que naciera, pero ahora no tenía
remedio. Peter tenía la misma expresión en su rostro, enamorado de
la imagen de su pareja con su bebé, y se alegró de ver que Noah no
andaba lejos, una gran sonrisa en sus labios.
El segundo huevo comenzó a
abrirse y todas las miradas se dirigieron a él. Tan pronto como vio
a través de una de las grietas, Peter sacó el huevo del agua.
—¿Qué
sucede?—preguntó Stiles asustado.
—Está
bien, tranquilo.
Colocó el huevo sobre el
regazo de Stiles y siguieron observando hasta que se abrió del todo.
—No
tiene branquias—murmuró Stiles, incluso si eso no era lo único
diferente ni lo más llamativo. Miró a Peter preocupado, pero este
sonreía.
Tenía cola igual que su
hermano, sus ojos eran azules como los de Peter y el pelo verdoso,
pero sus dedos no tenían membranas y su piel, lavanda en toda la
cola, tenía zonas blancas (humanas) a lo largo del resto de su
cuerpo, en su torso, sus brazos e incluso la mitad izquierda de su
rostro. No era un contraste llamativo porque ambos tonos eran muy
pálidos, pero suficiente para ser notable. Tampoco tenía dientes, a
diferencia de su hermano.
Peter le dio un pequeño azote
y el bebé comenzó a llorar con saludable fuerza.
—No
es ningún problema, simplemente es más humano que nunmyo—les dijo
Peter, colocando al bebé sobre el otro brazo de Stiles.
Eran pequeños, algo más
pequeños que los bebés humanos de nueve meses, pero parecían estar
perfectamente sanos. Los tres no podían más que observarlos con
sonrisas en sus rostros.
—¿Son
niños o niñas?—preguntó Stiles sin realmente importarle
demasiado.
Peter examinó los orificios de
ambos, los pequeños agitándose un poco en los brazos de Stiles.
—Es
una niña—dijo, acariciando la cabeza de la mayor antes de girarse
hacia el otro—, y un niño.
—La
parejita. Me gusta eso, aunque cualquier otra cosa también me habría
gustado—respondió Stiles, inclinándose para darle un beso a cada
uno.
–¿Cuándo
tendrán sus piernas?—preguntó Noah, acariciando al más cercano a
él.
—Dependerá
de ellos, entre tres y cinco meses generalmente. A veces tardan más
si no tienen estímulo, necesidad, pero no será el caso.
—Oh.
¿Y la comida?—preguntó Stiles, levantando la mirada de ellos por
primera vez.
—Hm...
Ella seguramente podrá comer lo que cualquier nunmyo ya, tiene los
dientes así que le prepararé algo de pescado. Él... creo que
deberíamos probar con algún preparado alimenticio para bebés
humanos.
—Voy
a avisar a Melissa, ella podrá ayudarnos con eso.
Noah se levantó y dejó a la
pareja en la cama, mirando embobados a sus criaturas. Bajó las
escaleras y en el salón le esperaban Melissa y Scott.
—¿Cómo
están?—preguntó Melissa con evidentes ganas de ir a verlos.
—Ambos
parecen haber nacido sanos, son un niño y una niña. Uno de ellos,
la niña, parece casi totalmente nunmyo aunque tiene los ojos de
Stiles. El niño parece casi humano. Tiene cola, pero no tiene
branquias y su piel tiene manchas de uno y otro. Es adorable, la
verdad, como un muñeco—Melissa sonrió viendo el cariño que
desbordaba su rostro y su voz. Hacía mucho tiempo que no lo veía
tan feliz—. Estábamos pensando en qué darles de comer. Peter cree
que la niña podrá comer como los nunmyos, ya tiene dientes, pero el
niño aún no. Pensábamos que tal vez leche para bebés o algo así.
—Iré
a comprar fórmula para bebés y tal vez algún potito por si acaso.
¿Necesitan algo más?
—Si
la niña sale a Stiles, creo que lo mejor sería conseguirle un
mordedor, esos dientes ya dan miedo—lo dijo riendo, riendo de
verdad, relajado, y eso pareció quitarle varios años de encima.
—Pero
va a llevárselos, ¿no? Va a marcharse a su mundo—dijo Scott
acercándose a ellos con el ceño fruncido.
El rostro de Noah decayó,
mirando al chico con expresión seria.
—Ninguno
de los tres va a marcharse. Los pequeños son hijos de Stiles y
Stiles es feliz con Peter a su lado. No hay ninguna razón para que
se marche.
—¡Pero
es un asesino! ¡Ha matado a las criaturas que han estado viniendo a
la ciudad!—prácticamente gritó con expresión decidida y
agresiva, sus ojos brillando sin control.
—Lo
sé, me lo han contado—respondió, sin dejarse intimidar lo más
mínimo por el chico—. Y no puedo estar enfadado con Peter porque
evitara que esas criaturas comenzaran a matar humanos en la ciudad,
protegiendo a mi hijo y mis nietos. Ya hemos tenido suficientes
muertes sin sentido aquí.
—Pero-
—Scott,
creo que deberías irte a casa—le dijo su madre justo antes de que
Noah lo hiciera.
Scott miró herido a su madre,
pero ante la expresión firme de esta agachó la cabeza y salió de
la casa.
—Lo
siento, Noah—le dijo Melissa.
—No
te preocupes. Entiendo que sospeche de Peter, pero no había visto
tan feliz y sano a Stiles desde... bueno, desde que su madre estaba
aquí. No le voy a quitar esa felicidad ni voy a permitir que nadie
se la quite.
—Lo
entiendo—Melissa sonrió y acarició su brazo reconfortante.
Stiles estaba felizmente
ignorante de la reacción de su mejor amigo, pero Peter lo había
oído todo y no podía alegrarse más de la respuesta de Noah. Sabía
lo importante que era para Stiles el apoyo de su padre y no habría
querido luchar contra su rechazo.
Stiles se quedó dormido por
puro agotamiento, pero tan pronto como despertó no se separó ni un
instante de los pequeños. Pasaron la mañana en la bañera, la niña
nadando de un extremo a otro y el pequeño flotando con la mano de
Stiles o de Peter siempre bajo su cabeza para evitar que tragara
agua. Hasta que Noah (que se había tomado su primer día libre en el
trabajo desde hacía años) llegó con una piscina hinchable para
niños. La colocaron en el salón, apartando todos los muebles, y los
tres se sentaron a su alrededor mientras los pequeños nadaban.
Cuando se dieron cuenta de que el niño flotaba perfectamente,
dejaron que nadara solo, aunque la mano de uno de ellos siempre
estaba cerca por si acaso.
—¿Ya
habéis pensado en nombres?—preguntó Noah, sentado en su sillón
mientras observaba a sus nietos.
—Um...
No, ¿tenías algo pensado?—le preguntó Stiles a Peter.
—No
soy bueno con los nombres humanos, escogí el mío por ser uno de los
más comunes para evitar equivocarme—respondió encogiéndose de
hombros—. No sabría decir cuál es un nombre normal o apropiado.
Stiles resopló una risa.
—Mientras
sea pronunciable y no como el mío—Peter le miró confuso—.
Stiles no es mi nombre real, es un apodo. Mi nombre es...—gruñó,
presionando los labios juntos, siempre odiando decir su nombre real a
cualquiera—, Mieczysław. Es un nombre polaco, viene del abuelo de
mi madre.
—Mieczysław,
me gusta cómo suena.
Los Stilinski le miraron con la
boca abierta. Lo había pronunciado perfectamente, ni siquiera Noah
había sido capaz de hacerlo a la primera (ni tras horas de
práctica), muchos menos Stiles cuando era pequeño.
—Bueno,
no se va a llamar así, desde luego, ni tú vas a volver a pronunciar
ese nombre jamás—le dijo Stiles mientras intentaba reprimir el
rubor que se extendía por su rostro. Por algún motivo, escuchar su
nombre en labios de Peter le había hecho sentir un hormigueo
extraño.
Peter sonrió y Stiles supo que
no iba a hacerle caso.
—En
fin, aún tenéis tiempo para pensar los nombres. No es que podamos
registrarlos oficialmente de todos modos. Tendremos que pensar cómo
arreglamos eso—dijo pensativo el sheriff—. ¿Podrán hacerse
pasar por humanos como tú?
—No
por sí mismos por ahora, pero yo puedo hacerlo por ellos. Aunque
habrá que esperar a que sean capaces de adquirir piernas, la magia
no servirá mientras tengan la cola.
—Tendremos
tiempo para hacer papeles falsos y lo que haga falta, no es tan
difícil—y quizás no debería haber dicho eso delante de su padre.
Levantó la mirada y sonrió inocentemente (o eso intentó, fallando
estrepitosamente) a Noah, que le fruncía el ceño—. Lo que sí me
gustaría hacer es invitar a la manada para que los conozcan. Um, si
te parece bien.
—Por
supuesto, lo que decidas me parece bien—respondió Peter,
extendiendo una mano para acariciar dulcemente su rostro.
—Por
lo que he leído, es tradición en las manadas presentar a los nuevos
miembros al alfa y que la manada pueda marcarlos con su olor, creo
que eso es importante para ellos. Sé que tú no eres técnicamente
parte de la manada, pero me gustaría que lo fueras y que también lo
fueran ellos. Bueno, en realidad ya lo son aunque solo sea por
asociación como mi padre, pero siendo nunmyos una manada les ofrece
protección y también una familia más grande y personas ante las
que no tienen que ocultar lo que son.
Peter detuvo sus divagaciones
con un ligero beso y le sonrió.
—Stiles,
me parece bien. Y si quieres que forme parte de la manada y Derek me
acepta, también me parecerá bien. Mientras pueda estar contigo haré
lo que sea y si eso además significa protección y felicidad para
nuestros hijos no hay razón para negarme.
Stiles sonrió y se apoyó
contra su hombro, cogiendo en brazos a la pequeña cuando asomó la
cabeza frente a ellos.
Llamaron a la manada y los
invitaron a visitarlos al día siguiente (porque Stiles todavía
estaba cansado y, aunque no tenía dolores, aún sentía su cuerpo
extraño).
Peter preparó comidas para la
pequeña, primero pescado triturado y, cuando vio tras la primera
comida que no le sentaba mal, platos con pequeños trozos de pescado
y también algunos potitos. Stiles le dio un biberón de leche para
bebés al pequeño y cuando eso no pareció dejarlo satisfecho, le
dieron también potitos y pescado triturado. No tenía dientes, pero
al parecer podía alimentarse como su hermana. Le resultaba algo
extraño darle esa comida a un recién nacido, pero era lo habitual
para los nunmyos. Desde luego tampoco parecían recién nacidos por
la forma en que se movían en el agua.
Para que los pequeños
durmieran prepararon un amplio balde en el que colocaron unas toallas
para hacer de colchón y lo llenaron con una pequeña capa de agua.
Ambos tenían que permanecer húmedos y de hecho habrían llenado
otro balde hasta arriba para la niña ya que podía dormir sumergida,
pero al parecer ninguno de los dos hermanos quería dormir separado
del otro. Colocaron el cubo junto a la cama y Stiles durmió al borde
del colchón con un brazo colgando mientras Peter dormía tras él,
rodeándole la cintura con un brazo, su mano sobre su vientre incluso
si ahora estaba vacío y con el rostro enterrado en su cuello.
A la mañana siguiente, cuando
apenas habían terminado el desayuno, la manada llegó (antes de la
hora a la que habían quedado, lo cual era extraño porque la mayoría
de ellos siempre llegaba tarde a las reuniones). Peter esperó en el
salón con los pequeños en la piscina mientras Stiles abría la
puerta. Los betas pasaron a su lado, rozando una mano por su hombro o
su brazo en el gesto peor disimulado para marcarlo con su olor, pero
sin apenas prestarle atención. Lydia también fue tras ellos después
de darle un abrazo y Derek fue el único que esperó a hablar con él.
—¿Scott
no va a venir?—le preguntó Stiles, siendo su amigo el único que
faltaba del grupo.
—Le
dije que no viniera hasta que enfriara la cabeza—respondió el
alfa.
Stiles asintió. Sabía por qué
Scott no estaba a favor de esto, pero si a su mejor amigo no le
importaba que fuera feliz, ni siquiera molestándose en hablar con
él, no podía preocuparse menos por su opinión. Entonces, se quedó
atónito cuando Derek llevó la mano a su nuca y la apretó con
suavidad. Ese era el gesto más íntimo que el alfa había tenido
jamás con él.
Antes de darle oportunidad de
reaccionar, Derek pasó a su lado hacia el salón. El agudo grito de
deleite de Erica lo despertó y entró al salón junto al resto,
sentándose al lado de su pareja frente a la piscina.
—¿Ya
tienen nombre?—preguntó Erica de inmediato.
Stiles asintió. Después de
hablar todo el día de ayer, esa misma mañana habían llegado a una
decisión (o más bien Stiles se había decidido, a Peter cualquiera
le parecía bien).
—Él—dijo,
indicando al bebé que la beta tenía en brazos—, Ian Genim
Stilinski y ella, Johanna Claudia Stilinski.
Lydia le miró con una suave
sonrisa en su rostro, siendo la única que sabía que Claudia era el
nombre de su madre. Stiles correspondió con otra sonrisa. Eso era lo
único sobre lo que no había tenido ninguna duda.
—Derek—le
llamó Peter—, me gustaría pedirte, si es posible, que me una a la
manada.
Stiles le miró sorprendido
porque de eso aún no habían hablado. Le rodeó la cintura con un
brazo y se apoyó contra él, ocultando una sonrisa contra su hombro.
—Por
supuesto. Tanto tú como vuestros hijos sois ya parte de la manada,
no tengas duda de ello.
Stiles se abrazó con fuerza a
su pareja y besó su mejilla, una gran sonrisa que no podía reprimir
tirando de sus labios. Sabía que los lobos podían oler la felicidad
desbordando de él y Stiles no necesitaba poder olerlos para saber
que se alegraban por él.
Jo se asomó al borde de la
piscina frente a ellos, emitiendo un sonido que definitivamente no
era humano, pero que Stiles ya reconocía. La cogió en brazos, sin
importarle que su camiseta se empapara, y le entregó de inmediato su
mordedor. Esos dientes eran terribles.
FIN
NOTA:
El porqué de los nombres de los niños: he querido hacer un homenaje
al fandom y así han salido estos nombres. Ian es el nombre del actor
que interpreta a Peter, pero además es un derivado de John, al igual
que Johanna. John es el nombre que más se suele utilizar para el
sheriff en los fanfics antes de conocerse su nombre real. Ambos
nombres (Ian y Johanna) son de origen hebreo, como el nombre real del
sheriff, Noah (en muchas historias se considera que la familia
Stilinski es judía, cosa que no sería de extrañar con el origen
polaco de la madre). Claudia es el nombre de la madre de Stiles y
Genim es uno de los nombres más utilizados como nombre real de
Stiles antes de que se conociera el auténtico, al igual que con
Noah.
Esta buenísima la historia 🤩
ResponderEliminarEsta interesante el primer capítulo 😁👌🏻que leí, y poco a poco me 😊gustó historia. Yo le doy 10/10
Amo esta historia 🥰✨️
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