Título: Formando una familia
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash, Omevagerso
Clasificación: +18 Advertencias: Lemon, Mpreg
Capítulos: 10 (3 de 10)
Resumen: Hotch va a divorciarse y ha decidido que Reid será su omega, aunque ni siquiera se lo ha comentado.
Capítulo 3
No tenía a nadie con quien dejar a Jack así que él mismo lo
llevó al colegio y llegó tarde al trabajo. Nadie se lo iba a recriminar de
todos modos. Fue el centro de las miradas más de lo habitual, supo al momento
que todos se habían enterado del secuestro. Todos los miembros del equipo
estaban en la oficina y se giraron al verle entrar. Solo Spencer permanecía en
su asiento, estaba seguro de que no había dicho ni palabra.
—Jack está bien, no voy a hablar más del tema—les dijo sin
detenerse en su camino al despacho.
Los agentes se miraron entre sí y Rossi suspiró.
—Está bien, voy a hablar con él.
Subió y entró al despacho detrás de Hotch.
—Aaron, ¿está todo bien?—le preguntó, sentándose en una de
las sillas frente al escritorio.
—Todo bien.
—No voy a irme hasta que hablemos. Esta es la clase de cosas
que puedes hablar con tus amigos, ¿sabes?
Hotch le miró de reojo y se rindió, dejando de fingir que buscaba
documentos.
—Cuando llegué a casa, Haley se había marchado con Jack y un
par de maletas. Había ido a casa de su amante, pero este ni le abrió la puerta,
ni siquiera sabía que estaba casada.
—Muy listo no era el chico—resopló Rossi.
—No. Lo bueno es que Haley no se resistió a los agentes y
enseguida llevaron a Jack a casa—se reclinó en su silla, eso era todo lo que
importaba.
—Eso he oído, que pediste que fueran otros agentes en lugar
de ir tú. Me sorprende—le miró con el ceño fruncido.
—Fue cosa de Spencer, él me convenció y tenía razón.
—Te conoce bien, será una buena pareja para ti. ¿Y qué hay
de Jack, cómo lo ha llevado?
—Pues mejor de lo que esperaba. Estuve hablando con él y
explicándole la situación. Por supuesto, no quiere que su madre se vaya, pero
no le parece mal que Spencer se mude con nosotros. Pasamos la tarde los tres
juntos y parecía sentirse a gusto en su presencia.
—Debes de haberte quitado un peso de encima.
—No imaginas hasta qué punto—sonrió realmente aliviado.
—¿Y qué va a pasar ahora con Haley?
—No voy a denunciarla, no quiero que Jack tenga que visitar
a su madre en la cárcel, pero pediré que solo pueda verlo bajo supervisión.
—Buena idea. Bien, veo que lo tienes todo bajo control así
que no te molesto más. Si necesitas cualquier cosa no dudes en acudir a mí.
—Lo haré—en realidad no, sabía que intentaría arreglar
cualquier cosa que pudiera suceder por su cuenta, pero era bueno saber que
contaba con sus compañeros.
A la hora de la comida, llegó el abogado de Hotch. Hablaron
de lo sucedido el día anterior y de la relación que tenía con Spencer. Luego
quiso hablar con el omega.
—Lo primero que tengo que preguntarle es si quiere,
voluntariamente, emparejarse con el agente Hotchner o si se ha sentido forzado
por él.
—Ah. N-no, en absoluto, no me ha forzado ni nada parecido,
yo, um... quiero hacerlo—sentía su rostro ponerse rojo, era vergonzoso tener
que hablar con un extraño de ese tema.
—De acuerdo. No puedo olerlo por los supresores así que,
dígame, ¿ha estado alguna vez con otro alfa o se ha emparejado?
Spencer le miró con los ojos muy abiertos. No quería
responder, ¿por qué le preguntaba algo así? Es cierto que simplemente podría
olerlo si no llevara los supresores, pero decirlo en voz alta resultaba más
difícil.
—N-nunca... nunca... S-soy... virgen—agachó la cabeza,
intentando que los ondulados mechones le cubrieran el rostro.
—Perfecto, eso nos facilitará las cosas. El día de la vista
preliminar no utilice ningún supresor, irá mejor si perciben su olor natural.
Por último, tengo que advertirles algo a ambos: no mantengan relaciones
sexuales y, por supuesto, no se emparejen antes de que se formalice el
divorcio, podría echarlo todo a perder. Espero que puedan contenerse.
—No se preocupe—le respondió Hotch—, usted solo procure que
termine cuanto antes.
—Será un divorcio exprés, pero la ley tiene sus tiempos y
usted lo sabe. Les dejo seguir trabajando, me comunicaré ante cualquier
novedad.
Tras estrecharle de nuevo la mano a Hotch, el abogado se
marchó y les dejó solos en el despacho.
—Siento hacerte pasar por esto—le dijo el alfa, notando que
estaba preocupado.
Spencer negó con la cabeza quitándole importancia.
—¿Cuánto tiempo puede tardar el divorcio?
—Una vez que se realice la vista preliminar, alrededor de un
mes. Aunque con lo que sucedió ayer nunca se sabe, puede que se demore porque
el juez quiera que se abra una investigación—sonrió al ver el puchero que hacía
el joven—. ¿Estás impaciente?
Spencer se sorprendió. En realidad sí que lo estaba. Ahora
que sabía que sus sentimientos por Hotch eran correspondidos, no podía soportar
la idea de tener que esperar un mes o incluso más para estar con él. Pero
sentía que le vería como a un niño si se lo decía.
—Vo-volveré a trabajar—evadió la pregunta, dirigiéndose a la
puerta.
Hotch le detuvo abrazándolo por la espalda. Hundió el rostro
en sus suaves cabellos e inspiró profundamente. Incluso con los supresores su
cuerpo reaccionaba. Ya había decidido que no volvería a usarlos una vez que se
emparejaran, con su marca y su olor no serían necesarios.
—Yo tampoco podría esperar un mes para volver a tocarte—le
susurró al oído.
—El abogado dijo...—sus piernas estaban temblando, se
derretía en sus brazos.
—Dijo que tenías que seguir siendo virgen y esa es mi
intención, pero podemos hacer otras cosas, como lo de la otra noche.
—Nn...—su voz grave llegó directa a su miembro y se
estremeció de pies a cabeza. Apretó su trasero, temiendo comenzar a lubricar.
—Pero ahora toca trabajar—se apartó algo bruscamente,
sabiendo que un poco más y no podría detenerse. Spencer se quedó aturdido, casi
había olvidado que estaban en el trabajo—. ¿Por qué no vienes mañana a pasar el
día con Jack y conmigo? Será bueno que se acostumbre a vernos juntos.
—Um, me encantaría—sonrió sin darse cuenta.
El omega dentro de él daba saltos de alegría al pensar que
podrían pasar un día en familia. Aún más que el sexo, necesitaba satisfacer su
necesidad de amor familiar, experimentar las relaciones de las que había
carecido de niño aunque ahora él tuviera el papel de madre (lo cual quizás le
hacía aún más feliz).
* * * * *
A la mañana siguiente, fue temprano a casa de los Hotchner.
Decidió no utilizar supresores, quería ser él mismo.
—¡Spence!—Jack se lanzó sobre él en cuanto Hotch abrió la
puerta.
Reid le miró sorprendido por un momento y vio la sonrisa en
el rostro del alfa.
—Deja que al menos entre—pidió a su hijo.
—¿Vas a hacernos tortitas?—le preguntó el niño, ignorando a
su padre.
—Claro, para merendar, ¿vale?
Satisfecho con la respuesta, Jack le tomó de la mano y lo
llevó consigo al salón. Spencer aún se sentía algo extraño estando allí, el
olor de la mujer beta seguía impregnando cada habitación, pero no era tan
intenso como el de un omega así que pronto desaparecería. Además, se sentía
aceptado por Jack, le gustaba que estuviera allí y con eso sus dudas se
desvanecían.
Sobre la mesa de centro había un tablero de ajedrez y una
caja de madera.
—Le he dicho que jugabas al ajedrez y quiere que le enseñes.
—¡Oh, por supuesto! Pero deberíamos jugar a algo los tres.
—No te preocupes, yo voy en el equipo de Jack, así tendremos
alguna posibilidad.
Aaron no dejaba de sonreír. Iba a pasar el día con su hijo y
con la persona que amaba, rodeado del delicioso aroma del omega. Solo con su
olor podía saber que era feliz allí y gracias a él el ambiente en aquella casa
nunca había sido tan agradable. Además a Spencer se le daba muy bien tratar con
Jack, le encantaba verlos juntos. Pero aún no era siquiera hora de comer cuando
Hotch recibió una llamada. Se disculpó y se fue a hablar al pasillo.
—¿Un caso?—preguntó Reid cuando lo vio regresar con cara
seria.
—Eso me temo—se quedó mirando a Jack, que agachó la cabeza
sabiendo lo que eso significaba.
¿Qué podía hacer con él? No tenía a nadie con quien dejarlo,
no conocía a ninguna vecina ni madre de amigos o compañeros de Jack y, dada la
situación, la familia de Haley tampoco era una opción.
—Aaron, creo que debería quedarme—le sugirió Spencer antes
de que él dijera nada.
No debía sorprenderle porque era un omega y su instinto
maternal era natural, pero le encantó que se preocupara por Jack. Su primer
impulso había sido quedarse con él, no buscar a alguien que lo cuidara.
—Sí, me parece bien. Estate pendiente del móvil, te
llamaremos si necesitamos tu ayuda.
Le dio un beso a su hijo y al omega en la frente y se marchó
muy a su pesar. Spencer estaba algo nervioso por quedarse a solas con Jack, no
creía estar preparado si surgía alguna contingencia, pero de ningún modo podía
dejarlo solo o con cualquier desconocido. Supo que nunca podría hacerlo.
Jack estuvo decaído por un rato ante la marcha de su padre,
pero enseguida se distrajo jugando con Spencer y ayudándole a preparar la
comida. El omega sonreía cada vez que observaba al pequeño y sentía una
desconocida calidez en su pecho. No era su hijo biológico, pero ya le quería
como si lo fuera, después de todo era el hijo de su futuro alfa.
Hotch llamó tres veces a lo largo del día. La primera para
consultarle sobre el caso, la segunda para ver cómo estaban y la última para
avisarle de que no podría regresar a dormir.
—Mm... ¿Entonces está bien que me quede aquí a dormir?
«Por supuesto, puedes dormir en mi cama».
Cuando la idea pasó por sus mentes, ambos sintieron un
hormigueo en la entrepierna, pero no dijeron nada en voz alta.
Después de cenar, metió al pequeño en la cama y le contó
palabra por palabra una historia que había leído hacía unos años.
—Spence...
—¿Hm?
—¿Puedo llamar a papá?—le preguntó, pareciendo esperar que
le dijera que no.
—Claro, voy a por el teléfono.
«¿Ha pasado algo?», preguntó Hotch al responder.
—No, todo está bien. Jack quiere darte las buenas noches.
«Oh, eso no es habitual, pásamelo».
Spencer le dio el teléfono al pequeño y esperó mientras le
contaba a su padre cómo había pasado el día, sonriendo al escucharle decir que
se divertía mucho con él.
—Buenas noches, papá—le devolvió el teléfono a Reid.
«¿Spencer? Parece que habéis pasado un buen día».
—Te echamos de menos, pero hemos estado entretenidos.
¿Cuándo crees que podrás regresar?
«Aún no puedo decirte nada seguro, pero espero que mañana ya
lo capturemos. Escucha, aún estoy en el departamento de policía. Voy a regresar
al hotel, te llamo en una hora, quiero que estés desnudo en la cama para
entonces, ¿de acuerdo?».
—Ah... S-sí, de acuerdo—su rostro se puso rojo de repente,
podía hacerse una idea de lo que quería.
—¿Estás bien?—le preguntó el pequeño cuando colgó el
teléfono.
—B-bien, sí. Vamos a dormir ya, ¿vale? Apago la luz.
—Spence, gracias por dejarme llamar a papá. Mamá nunca me
deja, dice que le molesto.
—Oh. No, no, Jack, nunca molestas a tu padre, le encanta
hablar contigo, estaba muy feliz de que le llamaras—acarició su cabeza y le dio
un beso en la frente.
El pequeño sonrió y se acomodó para dormir. En ese momento,
Reid sintió una punzada de odio contra Haley. Ahora veía que había estado
manipulando la relación entre Aaron y su hijo. Hotch llamaba todas las noches
que se quedaban fuera, pero ella siempre le decía que Jack ya estaba dormido. A
veces llegaba a pensar que su hijo apenas sabía quién era y seguramente Jack
pensaba que su padre no se preocupaba por él. Pero, tras pasar tan solo un día
juntos, Spencer sabía que no dejaban de pensar el uno en el otro. Se aseguraría
de que ambos lo sabían y de borrar el daño que había hecho Haley.
Aunque ahora tenía otra cita. Después de recoger todo abajo,
entró en la habitación principal, pero enseguida se dio cuenta por el olor que
Hotch llevaba semanas o incluso meses sin dormir ahí. Pensó que tendría que
ventilar esa habitación y cambiar las sábanas. Echó un vistazo a la habitación
de invitados, con una cama individual y una puerta que daba directamente al
cuarto de baño de la habitación principal. Sí, el olor del alfa impregnaba las
paredes y los escasos muebles, incluso tenía ropa en el armario y la cómoda.
Cerró la puerta y se quitó la ropa, dejándola perfectamente doblada sobre una
silla. Incluso si no le veía nadie, se sintió algo avergonzado de estar desnudo
en medio de esa habitación.
Se metió en la cama, cubierto hasta arriba con la sábana. Su
cuerpo se estremeció. De repente se encontraba envuelto por el olor del alfa,
era como ser abrazado por él. Apretó los muslos y ajustó las sábanas a su
alrededor como si fuera un rollito de primavera. Su cuerpo comenzó a sentirse
caliente. Su teléfono, que había dejado sobre la almohada, vibró.
—Aaron...
«¿Debo suponer por ese tono que ya estás preparado?».
—Mm... Sí...
«Bien, pon el manos libres».
—Tengo el auricular.
«Muy previsor», rio satisfecho. «Primero quiero que lleves
una mano a tu trasero. ¿Estás húmedo?».
Spencer obedeció sin pensarlo y tocó su entrada. Sintió la
lubricación comenzar a salir.
—Un poco.
«¿Solo un poco? Bueno, podemos arreglar eso. ¿Cómo sueles
masturbarte cuando no estás en celo?».
—Nh...—sentía demasiada vergüenza, nunca había hecho algo
como eso, ni siquiera estaba acostumbrado a hablar de esos temas con Hotch.
«Dime, ¿usas tu culo?».
—Sí... Normalmente no puedo... correrme si no.
«¿El otro día fue una excepción? Vamos a intentar repetirlo
entonces. ¿Qué más sueles hacer?».
—Um... Toco mi... pene y... mis pezones—respondió, ocultando
el rostro bajo la sábana, aunque con el auricular eso no afectaría a que Aaron
pudiera oírle.
«Empecemos por ahí. Lame tus dedos y juega con tus pezones».
Spencer obedeció y lamió un par de dedos de ambas manos. «Responde cuando te
ordene algo».
—Uh- Sí... alfa—se sintió bien al decirlo. No estaba bien
visto que le llamara «alfa» delante de otros en el trabajo, pero lo sentía como
algo natural. Llevó los dedos a su pecho y frotó ambos pezones. Gimió al
momento al sentir la humedad—. Nhn...
«Así que eres sensible, ¿hm? Mantén la voz baja o
despertarás a Jack. Ve despacio, frótalos suave».
—Sí, alfa... Uhn...
«Pellízcalos y tira de ellos».
—N-mh...—presionó los labios, intentando no hacer ruido.
Estaba acostumbrado a jugar con sus pezones, pero por alguna razón se sentía
mejor de lo habitual.
«No puedo esperar a verte con los pechos hinchados cuando te
deje embarazado. Estarás precioso, aún más de lo que ya eres, con una gran
barriga redonda».
Las palabras recorrieron su cuerpo como si le acariciaran y solo
imaginarlo consiguió que todo su cuerpo se sacudiera. Levantó las caderas y
rozó su erección contra la sábana.
—¡Mhn!—ese gemido sonó más intenso de lo que esperaba.
«Oh. ¿Qué ha pasado?», preguntó sorprendido.
—Mi... pene...
«Hm... ¿Ya estás duro?».
—Sí, casi del todo.
«Entonces frótalo con una mano hasta ponerlo duro por
completo, pero no toques la punta».
—Sí, alfa.
Sin dejar de acariciar uno de sus pezones, llevó la otra
mano a su erección. Gimió suavemente y separó las piernas.
«Despacio. Arriba... abajo... arriba... abajo... Yo estoy
siguiendo el mismo ritmo, tengo mi verga en la mano. Me he puesto duro solo
escuchándote, tienes una voz tan dulce, mi precioso omega».
—¡Nh! Alfa...—se sintió tan feliz al oírle llamarle «mi
omega» que tuvo que detener sus manos para no correrse.
«Tranquilo. Dime, ¿cómo de húmedo estás ahora?».
—Goteando—lo sentía deslizándose entre sus nalgas, iba a
empapar la sábana.
«Bien, coge un poco con los dedos y úntalo sobre el glande.
Frota solo la punta con la yema de
los dedos».
—Sí, alfa...
Spencer tomó la lubricación con sus dedos y la frotó sobre
la punta. Todo su cuerpo se estremeció y embistió contra su mano.
«¿Se siente bien?».
—Huhn...
«Palabras, Spencer».
—Bien... Muy bien... Ngh... Alfa...—no podía creer lo bien
que se sentía, pero no era suficiente, necesitaba más—. Alfa... ¿puedo tocar mi
culo?
«No. Vas a correrte solo con eso. Cierra los ojos y escucha
mi voz. Estoy ahí contigo, son mis manos las que te están tocando, tus
sensibles pezones y tu necesitada erección. Estoy sobre ti».
—Mmh... A-alfa... no puedo...—era tan frustrante, se sentía
tan bien, pero no lograba llegar.
«Shhh. Inspira profundamente, céntrate en mi olor. Mi
precioso omega, estoy contigo, te estoy abrazando. ¿Puedes sentirme?».
—Alfa... sí... ¡Nh! Voy a...
«Córrete, córrete para mí».
El cuerpo de Spencer obedeció. Mordió la sábana mientras su
cuerpo temblaba y escuchaba la jadeante respiración de Hotch que también se masturbaba.
No estaba allí, pero podía sentirlo envuelto en su olor, en su cama. El
caliente semen salpicó su mano y pudo escuchar el gruñido de Hotch al correrse
como él.
—Al... ah...—aún no podía hablar, los fuertes latidos de su
corazón resonaban en sus oídos.
«Te quiero, Spencer. No sabes cuánto», le susurró con voz
algo ronca. «No te duermas todavía. Ve a limpiarte y estoy seguro de que
deberías cambiar las sábanas, tienes limpias en el armario del fondo del
pasillo».
—Mm...
«Vamos, dormirás mucho más a gusto», insistió.
—Sí, alfa.
Algo reticente, obedeció, aunque no le habría molestado nada
dormir en aquellas sábanas, a pesar de estar empapadas con sus fluidos porque
también tenían el olor de su alfa.
Continuará...
woooow..!!!
ResponderEliminaraaaaahhh no ame, fue tan exitante tan caliente fue increible..!!!
¡Me encanta la pareja! Espero ansiosa la continuación. Me gusta su pasión y cómo relatas sus sentimientos. ¡Son bellos!
ResponderEliminarWow! No esperaba algo así. Me has dejado con la boca abierta.
ResponderEliminarYa quiero que pase el mes para que sean pareja oficial. Sin duda esos dos son tal para cual.
Atte
Kuroshi Lucifer