Título: Formando una familia
Fandom: Mentes Criminales Pareja: Aaron Hotchner x Spencer Reid
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash, Omevagerso
Clasificación: +18 Advertencias: Lemon, Mpreg
Capítulos: 10 (2 de 10)
Resumen: Hotch va a divorciarse y ha decidido que Reid será su omega, aunque ni siquiera se lo ha comentado.
Capítulo 2
Se le podía escuchar gritar desde el pasillo.
—¡¿Dónde está la maldita zorra que me ha robado a mi
marido?!—Haley fijó su mirada en Reid y se dirigió hacia él a grandes
zancadas—. ¡Tú! ¡Eres tú, ¿verdad?! El maldito omega que ha seducido a mi
marido.
Spencer retrocedió y bloqueó con el antebrazo lo que iba a
ser una bofetada. Sentía miedo y también se sentía avergonzado. No había hecho
nada para intentar seducir a Hotch, pero igualmente creía que aquello era su
culpa. Y ahora todos lo sabrían. Iba a ser el omega que había seducido a su
jefe. Todos hablarían de ello y sacarían conclusiones erróneas. Se habían hecho
muchas excepciones para que pudiera trabajar en el FBI y ahora todos pensarían
que había ido por acotarse con su jefe, todo su trabajo y capacidades ya no
tendrían importancia.
Hotch salió de su despacho, habiendo escuchado los gritos
desde ahí, y bajó rápidamente las escaleras.
—¡Lo sabía! ¡Desde que te conocí sabía que te follarías a mi
marido! ¡¿Cuánto tiempo llevas tirándotelo, desde cuándo te abres de piernas
para él?!
Esta vez fue Hotch quien detuvo el manotazo agarrándole por
ambos brazos.
—¿Qué demonios estás haciendo, Haley?—le preguntó con su voz
grave casi en un susurro.
—Esa es la puta por la que me abandonas.
—No te abandono, me estoy divorciado. Reid no ha sabido nada
de esto hasta ayer, nuestra relación ha sido solo de compañeros de trabajo. A
diferencia de ti, yo te he sido fiel durante todo nuestro matrimonio como era
mi obligación.
—Insinúas que-
—No me tomes por estúpido. ¿Crees que no sé lo de tu amante?
Conserva la poca dignidad que te queda y vete a casa con tu hijo. Pasa todo el
tiempo que puedas con él porque tengo intención de pedir la custodia completa.
—¡No puedes hacer eso!—gritó mirándole incrédula.
—Sé que dejas a Jack con tu hermana o solo en centros de
actividades para poder ver a tu amante. Reid será mucho mejor madre que tú—hablaba
en serio. Nada le importaba más que su hijo y había sido el motivo final por el
que había decidido divorciarse.
Haley le miró apretando los dientes y con los labios
temblando. Tenía ojos de loca y su rostro estaba rojo de rabia. Apretaba los
puños con los brazos pegados a los costados. Parecía a punto de estallar.
—No lo permitiré—masculló entre dientes y se marchó tan
rápido como había llegado.
La oficina se quedó en completo silencio por un momento.
Hotch sabía que tenía que dar muchas explicaciones, pero no podía hacerlo en
ese momento. Sentía una profunda ira dentro y no quería desahogarse con sus
subordinados porque ellos no tenían la culpa de nada. Pero lo más importante
era que tenía que disculparse con Spencer, había sufrido aquel ataque e
insultos sin tener culpa de nada.
—Reid—le llamó y se dirigió a su despacho.
Spencer le siguió y cerró la puerta tras de sí. Se quedó
apartado mientras su jefe caminaba de un lado a otro del despacho, respirando
pesadamente e intentando inútilmente tranquilizarse. Nunca le había visto tan
furioso, su olor era muy amenazante. Pero en lugar de sentir miedo como le
habría pasado a cualquiera, sintió la necesidad de ayudarle. Se acercó a él muy
despacio y colocó una mano sobre su brazo. Hotch se detuvo de inmediato, pero
su cuerpo seguía tenso, como si estuviera a punto de pelear. Con la cabeza
gacha, mostrándose sumiso, se acercó un poco más muy lentamente y rodeó su
cintura con los brazos. Aaron le estrechó entre sus brazos y hundió el rostro
en su cuello. Inspiró profundamente y su olor, a pesar de estar difuso con los
supresores, le tranquilizó al instante. Su cuerpo se relajó y su mente se quedó
casi en blanco. Disfrutó del abrazo de su omega, olvidando todo lo demás por un
rato.
—Siento que te haya hecho pasar por eso—le dijo, apartándose
solo un poco, lo justo para mirarle a la cara.
—No es culpa tuya, no te preocupes.
Se ruborizó al ser consciente de estar abrazando a su jefe,
de lo cerca que estaba su rostro. Aun a pesar de lo que habían hecho la otra
noche, ni siquiera se habían besado todavía.
—Voy a hablar con el equipo y a explicarles la situación. Aclararemos
las cosas, estate tranquilo.
—Hotch...—sí, eso era importante, no quería que todos
pensaran que había seducido a su jefe y había roto su matrimonio, pero en ese
momento solo podía pensar en otra cosa—. ¿Crees que sería una buena madre para
Jack?
—Lo serás, estoy seguro—solo imaginarle con Jack y tal vez
embarazado con su segundo hijo hacía que su lado alfa ronroneara contento.
Acarició su rostro, recorriendo las marcadas líneas con sus
dedos. Sus labios eran tan tentadores... Pero sabía que si comenzaba, no podría
detenerse.
—Voy a reunir a todos—le dijo apartándose y se dirigió a la
puerta—. Oh, y mañana vendrá mi abogado a la hora del almuerzo, quiere hablar
contigo.
Spencer asintió con la cabeza. Estaba nervioso, no sabía
cómo se lo tomarían todos. Respiró hondo y cuando se calmó, se dirigió a la
sala de reuniones junto a los demás. Estaban sentados alrededor de la mesa
redonda, inquietos y preocupados, y Hotch les observaba con rostro serio.
—En primer lugar, lamento la escena que ha montado Haley, no
debería traer estos asuntos a mi trabajo. Aunque ya que ha sucedido, será mejor
que os lo explique cuanto antes. Voy a divorciarme de Haley, hace tiempo que
nuestro matrimonio no funciona, y cuando el divorcio se haga efectivo, me
emparejaré con Reid. Pero quiero que quede claro que Reid no ha tenido ninguna
culpa en esto, ni siquiera supo nada hasta ayer. Mi relación con él siempre ha
sido la misma que con el resto de vosotros y creo haberle tratado del mismo
modo. No puedo hacer nada respecto a lo que piense Haley, ni me importa, pero
espero que vosotros confiéis en lo que digo.
—Siempre vamos a confiar en ti, Hotch—respondió Morgan el
primero—, y sé que Reid sería incapaz de hacer nada de lo que le acusaba Haley.
—Y mucho menos de ocultarlo—añadió Prentiss.
Spencer se sintió increíblemente aliviado. Después de todo,
sus compañeros realmente le conocían y le apreciaban.
—Supongo que harás las cosas bien y te casarás con
él—comentó Rossi.
—Por supuesto, pero no pienso esperar a todo el papeleo para
emparejarnos—Hotch también se había relajado viendo que ninguno parecía tener
objeciones.
A Reid le extrañó que a ninguno le sorprendiera siquiera que
Hotch le hiciera su omega, pero, aunque siempre le había tratado en el trabajo
como al resto de miembros de la Unidad, todos se habían dado cuenta de que había
un vínculo entre ellos, aunque no hubiera llegado a una relación física.
¿Casarnos? Ahí
estaba de nuevo, Hotch tomando las decisiones sin tan siquiera consultárselo o
al menos comunicárselo. Era lógico que se casaran si iban a emparejarse, pero
lo mínimo era pedírselo, ¿no? Ya no pensaba en algo romántico como arrodillarse
y un anillo (lo que le habría hecho sentir bastante avergonzado), sino
simplemente pedírselo en privado. Pero estaba tan feliz que era incapaz de
enfadarse, su corazón daba saltos de alegría.
Todos estaban cansados después del caso que habían tenido
así que, después de charlar un rato, decidieron quedar otro día fuera del
trabajo para seguir con el tema con más calma. Hotch regresó a su despacho
mientras el resto recogía sus cosas para marcharse a casa. Spencer fue a ver a
su futuro alfa antes de irse.
—¿Vas a quedarte?—le preguntó desde la puerta.
—Sí, aún es temprano, quiero terminar el informe del caso
antes de irme.
—Deberías volver pronto a casa.
Hotch pudo notar el tono de preocupación en su voz.
—¿Qué sucede?
—Um... Quizás no es nada, pero...—movió sus manos inquieto,
tal vez solo eran imaginaciones suyas—, sentí algo extraño cuando Haley dijo
que no lo permitiría, que tuvieras la custodia completa.
—No creo que Haley cometa ninguna estupidez—aunque él
también comenzó a preocuparse.
—Espero que tengas razón, pero una madre desesperada puede
realizar actos desesperados. Lo hemos visto demasiadas veces.
Salió del despacho, dejando la puerta abierta como una
invitación para que él también saliera. Hotch ya no pudo quedarse tranquilo.
Consideraba a Haley una persona racional que no cometía locuras y que jamás
pondría en peligro a su propio hijo. Claro que tampoco había imaginado nunca
que iría a su trabajo a montarle una escenita.
Pocos minutos después, salió de su despacho y se dirigió a
casa. Cuando llegó, todas las luces estaban apagadas y no necesitó abrir el
garaje para saber que el coche de su esposa no estaba. Bajó del coche y entró
en la casa. Sabía lo que estaba pasando, pero necesitaba comprobarlo. Miró en
los armarios, faltaban dos maletas y ropa de ambos. Intentó llamarla al móvil,
pero no respondió. Llamó a Jessica.
—¿Dónde están Haley y mi hijo?—le preguntó en cuanto
descolgó.
«Ah... N-no sé...».
—Jessica, se ha llevado a mi hijo, dime dónde está antes de
que ponga a todos los recursos del FBI en su búsqueda—estaba seguro de que
había contactado con su hermana y su tono nervioso se lo confirmó.
«N-no sé dónde está, de verdad. Me dijo que se iba, pero no
sé nada más».
Colgó el teléfono y llamó a García. La analista respondió
algo aturdida, estaba dormida en el sofá.
«¿Señor?».
—García, necesito la lista de llamadas de Haley, ¿podrías acceder
a ella?
«Eh... Sí... sí, claro, ¿ahora?».
—De inmediato.
«Por supuesto, deme un segundo señor. ¿Ha sucedido algo?».
—Llámame en cuanto la tengas—colgó y volvió a marcar
mientras subía al coche.
«¿Hotch?».
—Reid, escucha, Haley se ha llevado a Jack.
«Dime en qué puedo ayudar», lo sabía, tenía la intuición de
que algo así pasaría, tal vez porque él habría hecho lo mismo de estar en su
lugar.
—No ha tenido más de una hora y García va a enviarme su
lista de llamadas. Tengo una idea de dónde puede estar, pero te necesito a mi
lado cuando la encuentre.
«Entiendo».
—Llego a tu casa en diez minutos.
Reid comprendía por qué lo necesitaba con él. Hotch era un
hombre pacífico, era casi imposible volverle agresivo, pero en este caso se
trataba de su hijo, lo que más quería en el mundo. Haley estaba intentando
arrebatárselo y temía perder el control, sobre todo delante del pequeño.
Le esperó en la calle y el alfa llegó antes de lo que pensaba,
debía de haberse saltado muchos semáforos. Subió al coche y colocó una mano
sobre las suyas al volante cuando ya iba a ponerse en marcha. La tensión y la
ira que desprendía eran abrumadoras.
—Aaron, mírame—le pidió con el tono más suave de voz que
pudo.
Algo reticente, Hotch le miró. La simple presencia del omega
le forzó a calmarse, por eso le había llamado. Vio la preocupación en el rostro
de Spencer y sintió la necesidad de tranquilizarlo, olvidándose de su ira.
—Estoy bien, no te preocupes.
—Sé que probablemente te niegues, pero al menos escúchame,
¿vale? Creo que no deberías ir tú a buscarla, sería mejor mandar a agentes de
paisano.
—Spencer, tengo que-
—Escúchame. Si vas tú pelearéis, delante de Jack. Será
traumático para él, jamás lo olvidará. Aaron, no le hagas eso a Jack. Haley no
se resistirá si van a buscarla unos agentes, será mucho más fácil y menos
doloroso para todos.
Hotch se quedó mirándole por un momento y la sombra de una
sonrisa pasó por su rostro.
—Serás una buena madre.
Spencer se sorprendió, esperaba que eso significara que iba
a hacerle caso. Justo en ese momento García llamó.
«Señor, tengo la lista de llamadas».
—¿A qué números ha llamado en la última hora?
«Am... A su hermana y un minuto después a otro número».
—¿De quién, García?—insistió Hotch.
«Está a nombre de un tal Lucas Mason».
—Quiero que envíes un coche con agentes de paisano a su
dirección. Haley se ha llevado a Jack y estoy seguro de que está con ese
hombre.
«Oh, dios. Los envío de inmediato, señor».
Spencer suspiró aliviado, esa era la mejor decisión. Regresaron
a casa de Hotch y allí esperaron. Diez minutos después, un agente les llamó y
les informó de que les llevaba a Jack. Al parecer habían encontrado a Haley en
la puerta del apartamento de Lucas Mason. Estaban discutiendo, el hombre no le
había permitido entrar, ni siquiera sabía que estaba casada y tenía un hijo.
Por ahora, Haley pasaría la noche en una celda acusada de secuestro.
En ese momento, Hotch no se preocupaba por su esposa, solo
quería tener a su hijo con él. Podía mantener la calma solo gracias a que
Spencer estaba a su lado. Una mano sobre su hombro o simplemente su olor eran
más efectivos que cualquier medicina.
Esperaron en el porche hasta que llegó un coche utilitario
gris y de él salió un agente junto con Jack. El niño corrió hasta su padre y se
echó en sus brazos. A partir de ahí llegarían las preguntas, muchas preguntas
sobre su madre y también sobre Spencer. Entraron en la casa y padre e hijo se
sentaron en el sofá mientras Spencer
preparaba unas tortitas para merendar. Aaron intentó explicar la situación lo
mejor que pudo para que un niño de siete años lo entendiera, aunque no
resultaba sencillo.
Cuando Spencer les sirvió en la mesa de la cocina las
tortitas con chocolate, el pequeño le miró con el ceño fruncido. El omega
sintió miedo. ¿Y si no le aceptaba? ¿Y si le odiaba? Hotch no querría estar con
alguien que su hijo rechazara.
—¿Tú no comes tortitas?—le preguntó el niño.
—Aah...
—Sí, siéntate con nosotros—le pidió Hotch sonriente.
Comieron tranquilamente mientras hablaban de cómo le iba en
el colegio. Hotch estaba sorprendido de lo bien que se lo había tomado.
Esperaba llantos o gritos, que tal vez quisiera echar a Spencer, pero parecía
aceptarlo bastante bien. Enseguida se dio cuenta de que al pequeño le gustaba
su olor, se sentía cómodo en su presencia. Y en esa situación no podía ser solo
porque fuera un omega; Jack lo veía, al igual que él, como una parte natural de
su familia, era su instinto. Se sintió reforzado en su decisión de emparejarse
con él y quería hacerlo lo antes posible.
—Tendremos que empezar a traer tus cosas aquí—le dijo cuando
le acompañó a la puerta después de que cenaran juntos.
—Mm... Sí—sus mejillas se ruborizaron. En realidad no quería
marcharse, ojalá pudiera quedarse allí a pasar la noche.
—Puedo llevarte a casa, a Jack no le importará dar un paseo
en coche.
—No, no pasa nada. Aún es pronto, no tendré ningún
problema—sonrió, agitando las manos—. Hasta mañana.
—Hasta mañana.
Ambos querían besarse y permanecieron inmóviles observando los tentadores labios del otro durante un momento. Pero no podían, aún no. Spencer se dio la vuelta y se alejó tan rápido como pudo sin echar a correr. Si permanecía un segundo más en aquella acogedora casa, no sería capaz de marcharse.
Continuará...
buuuuaaaa...!!! desgraciada Harley..!!!
ResponderEliminartu haces mis fines de semana..!!!
Y bien... ¿Para cuándo el siguiente capitulo?
ResponderEliminarNo puedo esperar... Me gustaría ver a Spencer con una linda barriga y esperando un pequeño alfa. Un mini Hotch!
Estúpida Haley ¿Cómo pudo hacerle eso a Aaron? She is a Bitch.
Bueno, mejor dejo de joder.
Estaré esperando con ansias.
Atte
Kuroshi Lucifer.
P.D: Shion Tamesis es mi otra cuenta de Google.
al fin te encontre y a tus hermosas historias aaaa TuT
ResponderEliminarAmo esta historia TvT
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