Título: Hotter
Fandom: Original
Autor: KiraH69
Imagen de portada: Purin (¡gracias! ^^)
Género: Yaoi, Sobrenatural, Vampiros
Clasificación: +18 Advertencias: Lemon, S&M, Violencia, Violación
Longitud: 6 capítulos (4 de 6)
Resumen: Guido, un ex-sacerdote que se dedicaba a cazar vampiros antes de ser expulsado de la Iglesia, se topa con Nathan, un joven vampiro que pretende devorarle pero acaba siendo devorado por él.
Capítulo
4: Sometidos.
—¡¿Olivier,
por qué?!—grité incorporándome, sosteniendo el cuerpo inerte de
Guido entre mis brazos, con su miembro aún en mi interior.
—No
te preocupes cachorrito, aún sigue vivo. Es un tipo fuerte así que
pronto despertará. Uno o dos litros de sangre no son nada para él.
Pero debo darle una lección por tratarme de ese modo.
Le
cogió en brazos, apartándole de mí sin delicadeza, y lo llevó
hasta su dormitorio.
—Ven
aquí—me ordenó, y obedecí como un autómata, dejando caer el
abrigo al suelo.
—¿Qué
vas a hacerle?—le pregunté, observando el cuerpo desnudo de Guido
tendido en la cama.
—Dirás
más bien qué vamos a hacerle.
Rodeó
mi cintura con su brazo juntándome a su cuerpo. Sus labios se
acercaron a los míos pero los esquivé.
—N-no...—me
negué con voz temblorosa, mirando el rostro preocupantemente sereno
de Guido.
—Oh~
¿Acaso quieres serle fiel?—Olivier emitió una risotada—. No
seas ingenuo cachorrito. No eres nada especial para él, ni tiene la
más mínima intención de serte fiel. Él solo quiere divertirse
contigo como lo ha hecho con cientos de vampiros antes.
Aquello
me dolió, mi pecho dolió como si aún siguiera vivo. Por supuesto
que pensaba eso, creía, de verdad creía que Guido sentía algo por
mí, que era algo especial. Al menos así me sentía yo. Cuando sus
labios volvieron a acercarse a los míos, rechacé de nuevo su beso.
—Niño
cabezota... ¿Es que acaso no quieres saborear mi sangre de
nuevo?—aquellas palabras sacudieron todo mi cuerpo.
Su
sangre... ¡¿Cómo no iba a querer beberla de nuevo?! El jugo más
delicioso que jamás había probado, incomparable a cualquier
alimento que un humano pudiera degustar. La deseaba con ansias y
nunca tenía suficiente. En los primeros días en que constantemente
me alimentaba de ella, había sido doloroso cada vez que me la
negaba. Y ahora, después de tantas semanas podía volver a tenerla
en mi boca... ¡La quería tanto que cualquier otro pensamiento
desapareció de mi mente!
Sacó
su lengua con un leve corte del que brotaba una gota de sangre y me
lancé sobre ella a devorarla. Succioné su lengua y me fundí con él
en un apasionado beso mientras bebía su sangre poco a poco. Sumido
en aquel delirante sabor, el resto de los sucesos a mi alrededor, e
incluso en mi propio cuerpo, me eran ajenos. Solo quería saborear
más y más aquel maravilloso elixir caliente que me hacía sentir
lleno de energía y vida desbordante.
Cuando
apartó su boca de la mía y me inmovilizó para que no me aferrara a
él, recuperé lentamente la noción de lo que sucedía. Me encontré
completamente desnudo, arrodillado sobre Guido. Me quedé por un
momento mirando su rostro, apenas a unos centímetros del mío.
Respiraba con pesadez, sus ojos se movían bajo los párpados,
parecía que iba a despertar en cualquier momento. Me sentí
aliviado. De pronto sentí algo duro y caliente presionando contra mi
culo, y entró sin más dilación. Gemí sobresaltado. Las manos de
Olivier agarraron mis caderas.
—Q-qué
estás... ¡Sácalo!—le pedí algo asustado y sobre todo
avergonzado. ¿Cómo podía hacer aquello encima de Guido?
—Lo
siento cachorrito, es demasiado tarde—me respondió con una
sonrisa.
Ante
mi intento de apartarme, me agarró por las muñecas y tiró de mis
brazos hacia atrás, incorporándome. En ese mismo momento con un
impulso, su verga me penetró hasta el fondo y no pude contener un
grito lleno de aquella extraña sensación que Guido me había dado a
conocer. Apreté los ojos y los dientes con fuerza, intentando
controlarme inútilmente. Mi cuerpo temblaba y no tenía la más
mínima posibilidad de zafarme de Olivier, su poder me sobrepasaba
con creces.
—Buenos
días bello durmiente—rió Olivier tras de mí.
Cuando
abrí los ojos me topé directamente con los de Guido, mirándome
confuso.
—N-no...—murmuré
mientras una corriente eléctrica recorría mi columna.
Continuará...
Maldito suspenso putabida :"v
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