Título: Un Omega en Ilvermorny
Fandom: Teen Wolf Pareja: Steter
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Slash, Omegaverse, Harry Potter AU
Clasificación: +18 Advertencias: lemon
Capítulos: 3 (1 de 3)
Resumen: Los omegas no tienen permitido usar la magia, pero Stiles quiere hacerlo y se oculta tras olor beta para poder entrar al Colegio Ilvermorny de Magia y Hechicería. A Peter le pica la curiosidad nada más verlo en la ceremonia de selección; él también tiene que ocultar su secreto para poder ser profesor allí.
Nota: En este Omegaverse solamente los hombres lobo tienen nudo.
Capítulo 1
Los
omegas no tenían permitido aprender magia, mucho menos acudir a una
escuela de magia. En teoría, ni siquiera tenían permitido usarla,
pero todos sabían que lo hacían en casa, donde nadie les veía.
Peter no entendía el porqué de esta estúpida ley. La mayoría de
omegas que había conocido tenían más magia en su dedo meñique que
esos inútiles del MACUSA*. De hecho, su afinidad con la magia era
tal que una gran parte de ellos no necesitaba de varitas para
utilizarla. Sospechaba que era por miedo. Si los omegas se hacían
con el control de la magia quién sabe lo que podría pasar con el
preciado estatus de los alfas. Eso no le gustaba nada. Incluso si él
era un alfa, no le parecía justo reprimir todo ese poder. Siempre
había creído que si los omegas estuvieran al cargo, el mundo mágico
y sobrenatural no tendría que seguir escondiéndose. O tal vez era
simplemente porque se identificaba en parte con ellos; después de
todo, tenía que ocultar lo que era con el fin de poder trabajar en
el Colegio Ilvermorny de Magia y Hechicería, o simplemente para
sobrevivir.
Por
todo esto, no dijo una sola palabra cuando un joven de rostro pálido
y lleno de pecas, el pelo rapado y unos grandes y ávidos ojos whisky
subió al estrado cuando llamaron su nombre, Stiles Stilinski, y un
suave soplo de aire llegó a su nariz. Omega.
Era extremadamente sutil, sabía que una nariz humana sería incapaz
de percibirlo, olía principalmente a beta, pero debajo de ese olor
falso estaba ese dulce y picante toque omega. Ocultó una sonrisa
detrás de su copa.
Cuando colocaron el Anillo Seleccionador en su dedo, la imagen que
este proyectó fue borrosa durante largo rato, cambiando de un animal
a otro. Por un momento, pareció a punto de fijarse en la forma de un
ave, pero finalmente lo hizo en la forma de la serpiente cornuda.
Peter asintió para sí, le complacía que estuviera en su casa, la
casa de los eruditos. No lo tendría en su clase hasta el tercer año
ya que su asignatura era optativa y aun así no era seguro que se
apuntase, pero tenía paciencia, podía esperar.
Dos años después
—¿Qué
asignaturas optativas has cogido?—le preguntó Lydia, uno de los
libros del curso ya abierto en su regazo y por más de la mitad a
pesar de que aún no habían tenido la primera clase. Era la chica
más inteligente de Ilvermorny desde el primer curso y lo seguiría
siendo hasta el último. No estaba ya terminando sus estudios porque
en el colegio no permitían saltarse cursos.
—Cuidado
de Criaturas Mágicas, Estudios Nomag y Alquimia. ¿Y tú?
—Estudio
de Runas Antiguas, Aritmancia y Alquimia. Al menos compartiremos esa.
Habían pasado los dos primeros años compartiendo todas las clases.
Lydia era su única amiga en la escuela. Sí, tenía conocidos,
compañeros con los que hablaba de vez en cuando, pero ella era su
única amiga de verdad. Lydia, por su parte, no mantenía muchas
relaciones sociales. Estaba centrada en sus estudios y era vista como
una reina de hielo, admirada por los profesores y envidiada por los
alumnos. Stiles sospechaba que había aceptado ser amiga suya porque
sabía que estaba a su mismo nivel, si bien Stiles no mostraba tanto
sus habilidades en público. Tenía que ser discreto, debía tener
cuidado, al menos en cuanto a su capacidad mágica. Era conocido en
la escuela, pero más por ser el bufón de la clase y por meterse en
líos. Ninguno entendía cómo había logrado acabar en la casa
Serpiente Cornuda. No le importaba, tenía demasiado que perder. Si
lograba finalizar sus estudios, le daba igual si lo hacía en el
último lugar de la clase. Tan solo quería ser capaz de realizar
magia libremente, sin tener que ocultarse tras una barrera en su
casa.
Al
día siguiente comenzaron las clases y Stiles se encontró con Lydia
en el pasillo del cuarto piso a segunda hora para dirigirse juntos al
aula de Alquimia. Entraron y se sentaron en tercera fila en un aula
que parecía más un laboratorio de una escuela nomag. Las mesas eran
para dos personas, con banquetas en lugar de sillas, un fregadero y
probetas, pipetas y demás instrumentos para realizar experimentos
químicos. El profesor apareció por otra puerta al fondo cuando ya
todos estaban sentados. Stiles se le quedó mirando con la boca
abierta por un momento. Era un hombre musculoso, de espalda ancha y
un estrecho jersey beis que se ajustaba a su esculpido torso. Las
mangas estaban retiradas hasta la mitad del antebrazo, resaltando
esas fuertes manos. Tenía el cuello en pico que dejaba vislumbrar el
vello de su pecho y Stiles tan solo podía pensar en tener su boca
sobre ese ridículamente musculoso cuello. Pero su cuerpo no era lo
único bueno sobre él (y no iba a mencionar su culo porque...
ngh...), también tenía un rostro increíblemente atractivo. Estaría
en sus treinta, con una perilla bien cuidada (y qué bien se sentiría
eso rozando su piel) y unos ojos azul claro que quitaban el aliento y
casi parecían brillar.
—Soy
Peter Hale, vuestro profesor de Alquimia—se presentó y comenzó a
hablar sobre lo que sería la asignatura.
—Joder,
está como un tren—susurró Stiles a su compañera. La mirada
hastiada que le dirigió Lydia le hizo poner los ojos en blanco. No
podías culparle, era un adolescente, tenía hormonas y ojos—.
Vamos, esos brazos, ese cuello, no puedes negar que está buenísimo.
...está
buenísimo...
Stiles
se quedó paralizado. Su voz había resonado en todo el aula y todos
sus compañeros le habían oído. Había risillas disimuladas y
Stiles sintió que su rostro ardía de vergüenza.
—¿Algo
que quieras compartir con la clase...—echó un vistazo a la lista
de alumnos—, Stilinski?
—Stiles,
y no, creo que les ha quedado claro, gracias—respondió, evitando
su mirada.
—Entonces
continuaré con mi clase, si no te importa.
Stiles
no volvió a abrir la boca en toda la hora. Había oído por otros
alumnos que Hale era un profesor severo y ciertamente no permitía
cuchicheos en clase ni otras molestias, pero a Stiles le gustaba eso,
había aprendido que cuando los alumnos consideraban que un profesor
era demasiado estricto es que era un buen profesor.
Cuando
el timbre sonó, todos se levantaron para ir rápidamente a la
siguiente clase, que en su caso estaba en los jardines del colegio,
casi a la otra punta.
—Stilinski—le
llamó el profesor y Stiles maldijo por dentro.
Le
susurró a Lydia que la vería en clase, se puso la mochila al hombro
y se acercó a él. El profesor esperó a que el resto de alumnos
hubieran salido del aula.
—Me
tienes decepcionado Stilinski—cruzó los brazos frente al pecho y
le miró con expresión molesta. Stiles se sintió de repente muy
pequeño, a pesar de que eran de la misma altura—. Esperaba mucho
más de ti cuando llegaste, pero te has convertido en el payaso de la
clase y estás incluso por debajo de la media.
—Sí,
bueno...—Stiles frunció el ceño confuso—. ¿Por qué esperabas
más de mí? No nos conocemos.
—Los
omegas suelen tener mayores habilidades para la magia—respondió
encogiéndose de hombros como si no fuera nada.
Stiles
palideció. Un sudor frío comenzó a recorrer su espalda. Su corazón
se aceleró, palpitando en sus oídos. Su vista se nubló en los
bordes y el mundo se hizo más oscuro.
—Respira,
Stiles, respira—escuchó decir al profesor y sintió una mano en su
nuca—. Respira conmigo, Stiles. Dentro, uno, dos, tres, cuatro.
Fuera, uno, dos, tres, cuatro.
Lo
repitió hasta que Stiles siguió sus instrucciones y su pulso se
relajó, recuperando el control de su cuerpo.
—Cómo...—jadeó
con voz temblorosa—. ¿Cómo lo has... descubierto?
—Por
tu olor, lo percibí cuando te llamaron para elegir casa—le
respondió, la mano aún su nuca, acariciando con el pulgar el punto
tras su oreja de forma relajante.
—¿Cómo...?
No, no es posible. Ni siquiera uso nada mágico para que no puedan
detectarlo. El supresor es totalmente nomag y ningún humano tendría
que ser capaz de...—entonces se dio cuenta—. No eres humano.
El
profesor sonrió. Una sonrisa que no era del todo humana.
—Vas
a llegar tarde a tu próxima clase. Herbología, ¿verdad? Dile a la
profesora Blake que te estaba echando una reprimenda, lo entenderá—le
dijo, dirigiéndolo hacia la puerta del aula.
—Vas...
vas a...
—Tu
secreto está a salvo conmigo, Stiles—abrió la puerta y
prácticamente lo echó fuera.
Stiles
se quedó aturdido. No podía creer lo que había pasado. El profesor
Hale había descubierto que era omega, de hecho lo sabía desde que
había llegado al colegio. Además de eso, resultaba no ser humano
siquiera. ¿Qué era? Tenía un olfato lo bastante agudo como para
percibir el olor omega oculto por los supresores. Ni siquiera Lydia
había sido capaz de descubrirlo, creía estar seguro y ahora...
ahora no estaba seguro de si su secreto estaba a salvo.
A
Peter no le sorprendió nada la reacción del chico, podía perder
absolutamente todo si las autoridades lo descubrían. El intenso olor
a pánico le había hecho sentirse incluso mareado. Sin embargo, a
pesar de su estado, había sido capaz de darse cuenta de que no era
humano. Era inteligente, sin duda, y sospechaba que lo había estado
ocultando a propósito.
Lo
que no se esperaba, era encontrárselo en su despacho después de la
cena. No había distinguido su olor por el pasillo, mezclado con el
de docenas y docenas de estudiantes, pero lo percibió al llegar
frente a la puerta, ese olor dulce inconfundible. El chico estaba de
pie frente a una de sus estanterías, con un artilugio extremadamente
caro en sus manos.
—Así
que, ¿qué eres?—le preguntó en cuanto cerró la puerta tras de
sí como si fuera la continuación de su conversación anterior.
—Primero
suelta eso, no podrías pagar lo que vale ni aun vendiendo todo lo
que posees—le advirtió molesto. No le gustaba que tocaran sus
cosas.
—Vale—y
lo soltó, literalmente.
El
objeto cayó y Peter estuvo a punto de saltar para intentar salvarlo
cuando se quedó flotando en el aire a varios centímetros del suelo.
El chico sonrió orgulloso, los dedos de una mano apuntando hacia el
objeto. Lentamente los levantó y el objeto se elevó en el aire
hasta descansar en su sitio en la estantería.
—Así
que realmente eres bueno con la magia—comentó, considerándolo un
tema más importante que regañarle por tocar sus cosas.
—Soy
un... ya sabes, claro que soy bueno. Ni siquiera necesito la varita
para realizar ningún hechizo, pero si la gente lo supiera,
empezarían a sospechar y lo acabarían descubriendo. No me importa
terminar el colegio siendo un payaso o el último de la clase
mientras consiga terminarlo. Lydia es un genio, la más inteligente
de este colegio, incluyendo profesores –no te ofendas–. Ella
saldrá con las mejores notas de la historia y llegará alto, muy
alto. Pero ella no tiene nada que ocultar. Yo, sin embargo, aun si
estoy casi a su mismo nivel, incluso si la magia en sí se me da
mejor que a ella, no puedo permitirme destacar, no en ese sentido al
menos. Estoy arriesgando demasiado aquí.
Esos
ojos whisky, tan grandes y hermosos, se fijaron en él con una
determinación que le hizo estremecer.
—Y
ahora yo soy una amenaza. Conozco tu secreto y temes que lo revele.
¿Qué vas a hacer?
Se
acercó un paso a él y después otro, muy atento a las manos del
chico porque ni siquiera necesitaba sacar su varita o recitar un
hechizo para atacar.
—Quiero
saber lo que eres. Quiero tener algo contra ti. Porque si lo estás
ocultando es que no es algo que se permita aquí. No eres
algo que se acepte en este colegio—un chico tan inteligente. Esto
iba a ser mejor de lo que pensaba.
—Hmm...
¿Y si no quiero decírtelo?—preguntó, apenas a un paso de él.
—Te
obligaré—respondió, una sombra de sonrisa perversa en sus labios.
—¿Oh,
sí?—rio, casi enternecido con la actitud del chico. La superficie
plana de su escritorio resultaba tan atrayente en ese momento, ese
delgado cuerpo se vería totalmente delicioso inclinado sobre él.
—Puedo
forzarte a mostrarte—le dijo
con total convicción y Peter no escuchó ninguna mentira en su
corazón.
Entonces, los largos dedos del chico flotaron frente a su pecho, las
puntas apenas rozando su jersey y algo dentro de Peter palpitó.
Sintió como si un vacío lo succionara, de repente el suelo no era
tan firme bajo sus pies. Algo, su lobo, estaba siendo forzado a la
superficie y él estaba totalmente paralizado, incapaz de hacer nada.
Ni siquiera sentía que estaba en este mundo, como si su conciencia
humana estuviera siendo enviada a otro lugar al mismo tiempo.
De pronto todo se detuvo. Volvió a sentir que estaba aquí y ahora,
su lobo retirándose a un rincón dentro de él por un momento, antes
de volver cerca de la superficie con interés. El chico frente a él
sonreía triunfante sin contenerse. Peter sabía que ahora sus ojos
estaban brillando azules, podía ver su reflejo en las pupilas del
chico, sus garras y sus colmillos intentando abrirse paso.
—¿Qué
me has hecho?—casi gruñó.
—Te
lo he dicho, puedo forzarte. No me obligues a ello. No voy a aceptar
ningún riesgo dada mi situación. Muéstrame lo que eres—le
exigió. Su amenaza ya no sonaba vana.
—No
aquí—respondió, sabiendo cuando era el momento de aceptar su
derrota—. Ven al bosque tras la hora de dormir. Asumo que puedes
evitar que te vean.
Stiles sonrió pícaro, pero no dijo nada. Pasó junto a él y salió
del despacho. Peter se quedó allí de pie un momento, inspirando el
olor del chico, intentando distinguir su verdadero olor bajo la capa
de supresores. Su lobo estaba agitado y, por algún motivo, contento.
¿A quién no le gustaba un buen desafío?
___*MACUSA: Magicongreso Único de la Sociedad Americana o Mágico Congreso de USA. Máximo órgano de gobierno de la comunidad mágica en EE. UU.
*MACUSA: Magicongreso Único de la Sociedad Americana o Mágico
Congreso de USA. Máximo órgano de gobierno de la comunidad mágica
en EE. UU.
EL CROSSOVER QUE NO SABIA QUE NECESITABA
ResponderEliminarAwentaaaa weonnn dios me va a dar algo
ResponderEliminarDe verdad te amo :""D
Gracias por alegrar mis dias♡♡♡♡♡
Me acabo de enamorar, en la vida se me habría ocurrido mezclar Teen Wolf con Harry Potter, pero me encanta.
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