NO DOY PERMISO para publicar ninguno de mis fanfics en ninguna plataforma.

La historia del Halcón y su Omega [cap5] FIN


Título: La historia del Halcón y su Omega
Fandom: Vengadores (Avengers), Thor          Pareja: Clint Barton (Ojo de Halcón) x Loki
Autor: KiraH69 
Género: Yaoi, Slash, Alfa/Omega
Clasificación: +18          Advertencias: Lemon
Capítulos: 5 (5 de 5) FIN
Resumen: Loki ha sido detenido tras su intento de conquistar la Tierra y Thor está a punto de llevárselo a Asgard para castigarlo. Clint acaba de despertar, libre al fin del control mental que Loki ejercía sobre él, pero ha perdido todos sus recuerdos del tiempo que pasó como su siervo. Aparte de enfrentarse a su propia gente y matar a sus compañeros, ¿hizo algo más?



Epílogo

7 meses después, en alguna región oculta de algún planeta lejano.

—¡Ya estoy en casa, cariño!—anunció Clint, entrando por la puerta de su pequeña casa de madera en medio del bosque.
—Me alegro—respondió Loki sin la más mínima emoción—. Haz la cena, tengo hambre.
—Yo también te quiero.
Pasó frente a él y fue directo a la cocina. Dejó su arco y su carcaj en una esquina y sus presas en la encimera. Se lavó las manos, sabiendo que Loki no le dejaría tocarle mientras estuviera sucio, y se quitó la chaqueta y las botas, sucias de barro. Volvió al salón y se sentó en el sofá junto a su omega, que estaba leyendo con las piernas estiradas sobre la mesa de centro, con un cojín bajo los pies. Le dio un beso en la sien, a lo que Loki gruñó, y apoyó una mano sobre su vientre.
—¿Cómo te sientes?
—¿Quieres dejar de preguntar lo mismo veinte veces al día?—replicó, sin levantar la mirada de su libro.
—No voy a dejar de preguntar, me preocupo. Solo quedan dos semanas y-
—Estás nervioso.
—Histérico.
Loki le miró de reojo y suspiró. Cerró el libro y giró la cabeza para darle un breve beso en los labios.
—Estoy bien, estamos bien, perfectamente—le respondió, mirándole serio.
—Me alegro—una tierna sonrisa estiró sus labios.
Se inclinó y le dio otro beso, esta vez uno largo y profundo. Jugó con su lengua mientras su mano vagaba por los muslos cubiertos por la fina tela.
—Nh... Te estás excitando—le dijo el omega, extremadamente sensible al mínimo cambio en el olor de su alfa.
—Por supuesto, siempre.
—¿En serio? ¿Incluso en este estado?—preguntó incrédulo.
—¿Qué estado?—besó su mandíbula y siguió por su cuello, lamiendo y mordisqueándolo con suavidad.
—Con esta... nnh... enorme barriga...—inclinó la cabeza para dejarle más espacio.
—No imaginas lo sexy que estás—deslizó la mano por su costado y deshizo el lazo de la túnica, que se abrió mostrando sus pechos hinchados y la redonda barriga—. Realmente podría quedarme en la cama follándote todo el día, de hecho deberíamos hacerlo.
—Mono idiota...—por un momento tuvo la tentación de aceptar—. No estoy sexy, son las feromonas. Sirven para que el alfa sea más protector con su omega.
—¿Tú crees que esto es ser «protector»?—tomó la mano de Loki y la llevó al bulto que crecía en su entrepierna.
—¡Nh! Ya estás... Oh, joder—desató los pantalones y metió la mano para acariciar la caliente erección.
—Shhh. Ese lenguaje. Nuestro pequeño podría oírte—mordió travieso su labio inferior.
—¡Uhm...! Es culpa tuya—se quejó.
—Lo sé, y me encanta oírte hablar sucio. Ahora túmbate de lado y déjame jugar con ese húmedo agujero tuyo.
Le dio un último beso en los labios y le empujó suavemente para animarle a tumbarse. Loki obedeció, según avanzaba el embarazo había estado mucho más dispuesto cuando su alfa quería sexo. Aunque el resto del tiempo estaba cerca de ser un tirano déspota, en momentos como este se volvía mucho más sumiso. Clint le agarró las piernas para ayudarle a tumbarse en el sofá, acercando la mesa para que pudiera apoyarlas encima. Le bajó los holgados y finos pantalones, apenas atados con un lazo. Descubrió la brillante entrada -pronto se convertiría en una salida- que en las últimas semanas siempre estaba lubricada. Presionó su nariz contra ella e inhaló con fuerza. Feromonas o no, aquel olor era delicioso y provocativo, y podría correrse solo oliéndolo, y saborearlo era todavía mejor. Al principio, a Clint le había sorprendido su propio comportamiento, tan activo durante el sexo y excitado cada segundo que permanecía en la casa. Nunca se había sentido de aquel modo, casi se veía como un adolescente en celo. No había necesidad de ello porque su omega ya estaba preñado, pero no podía evitarlo.
—¡Mmhm! Alfa... Métela...—gimió Loki, aferrándose al cojín del sofá.
—Vaya, hace unos segundos casi parecía que no querías—rió, relamiendo la lubricación que manchaba sus labios.
Deslizó un par de dedos dentro para asegurarse de que estaba preparado para él, y sin duda lo estaba, húmedo, caliente y abierto. Separó sus nalgas con una mano, guiando su miembro con la otra hasta que la punta desapareció en el esponjoso agujero y comenzó a penetrarlo.
—Ngh... Tan bueno...—su voz salió ronca desde el fondo de su garganta.
—Al... fa... más...—gimió, apretando sus piernas para que lo sintiera más estrecho. Últimamente estaba mucho más dilatado y sabía que al arquero le gustaba estrecho, pero en ese momento Clint eso le daba igual, solo quería estar dentro de él, se sentía increíblemente acogedor.
—Estoy deseando que tengas este bebé para poder preñarte de nuevo—le susurró, acariciando el abultado vientre. Se sobresaltó cuando sintió una patadita—. ¡Haha! Parece que él también quiere salir.
—Nh... ella...—murmuró Loki, temblando con los ojos cerrados.
—¿Eh?—con una suave estocada le penetró hasta el fondo.
—¡Uhn!... O ella... Aún no...
—Lo sé, lo sé. No importa, niño o niña será perfecto—se inclinó y besó su hombro, su mejilla y su cuello, esperando a que se ajustara a él.
—Mu-mueve...—jadeó, intentando mover infructuosamente sus caderas.
—Sí, mi precioso omega—obedeció encantado y comenzó a entrar y salir con lentitud. Por un lado, no quería hacerle daño, pero por otro, con lo excitado que estaba tampoco necesitaba nada más.
Subió la mano por su vientre y tomó uno de sus pechos hinchados. La leche brotó del pezón erecto cuando lo presionó, junto con un gemido del omega. Clint se llevó los dedos a la boca y relamió la leche de ellos.
—Hmm...—odiaba tener que compartir la que se había convertido en su comida favorita con el futuro bebé.
—Chu-chupa...—más que una petición fue casi una súplica, girando su torso tanto como podía para que tuviera mejor acceso.
La verga del alfa palpitó en el interior y respiró hondo para controlarse. No era algo inusual, solía acumular demasiada leche y era una lástima desperdiciarla así que a menudo se lo pedía, pero por muchas veces que lo hiciera, no dejaba de ser increíblemente obsceno. Clint se inclinó y succionó el sensible pezón, sintiendo fluir en su boca el dulce líquido. No derramó una sola gota, y siguió bebiendo mientras le embestía de forma descuidada con algo más de fuerza. Loki soltó un intenso gemido y se vino en ese mismo momento, salpicando el sofá y el suelo sin que tan siquiera hubiera tocado su pene. Sus paredes internas se apretaron, volviéndose estrechas por primera vez, y Clint se vio forzado a correrse con él, nutriendo el vientre ya fecundado con su semilla.
—Loki... vas a ser una mamá tan buena...—susurró, acariciando su vientre y sujetándose al respaldo del sofá para no caer sobre él.
—I...diota...


6 años después.

Pasado el medio día, Clint regresaba a casa, a una pequeña mansión de tres alturas, de exterior blanco y casi toda la planta inferior acristalada.
Estaban de vuelta en la Tierra. Después de tener a su primer hijo pensaron que era lo más adecuado. Un niño necesita estar cerca de otras personas para que pueda socializar y desarrollarse apropiadamente. También sabían que, aunque les descubrieran, no encarcelarían a un omega con hijos, probablemente pensarían que ahora Loki era inofensivo (aunque Clint bien sabía que eso no era cierto, pero se esforzaría para que lo fuera).
Delante de él iba corriendo su hijo pequeño, con un arco en la mano y su carcaj a la espalda. Vali, de casi cinco años, era la viva imagen de su padre alfa, no solo por sus armas y su ropa, sino también por su pelo rubio y por su amor por la caza y el ejercicio -aunque sus ojos eran idénticos a los de su padre omega, con ese tono que variaba entre el azul y el verde-. Entraron en la casa por un lateral. Era una pequeña sala donde pudieron dejar sus armas y sus presas -un par de liebres-, quitarse la ropa sucia, lavarse y ponerse ropa limpia. No tenían permitido entrar en el resto de la casa sucios después de cazar o jugar. El pequeño se apresuró y subió al primer piso. Entró a la enorme biblioteca, con paredes empapeladas de libros, que casi ocupaba toda la planta y, como esperaba, allí se encontró a su padre omega, sentado en una larga mesa rodeado de libros. Se acercó corriendo, colocó una silla a su lado y se arrodilló sobre ella para abrazarle.
—¡Buenos días, mamá!—le saludó, pasando los brazos alrededor de su cuello. Se habían ido a cazar antes incluso de que Loki despertara.
—Buenos días cariño—Loki le dio un beso en la frente, levantando la vista de sus libros por primera vez en varias horas—. ¿Cómo ha ido la caza? ¿Tenemos comida?
—¡Sí! ¡He cazado una liebre yo solo!—le informó emocionado.
—Oh, no puedo decir que me sorprenda, pronto superarás a tu padre.
—Sin duda, tiene muchas habilidades—coincidió Clint, entrando en la biblioteca. Se acercó a su omega y le dio un beso en la frente—. ¿Cómo estáis?—preguntó, acariciando su redondo vientre.
—Bien. Sin ruido alrededor, hoy está tranquilo.
—Lo siento, lo siento. Pero ya terminé con la obra así que no te preocupes, no habrá más ruido hasta que nazca el bebé—dio la vuelta a la mesa y se acercó a la pequeña que estaba sentada frente a Loki, dándole otro beso en la frente a ella—. Buenos días, princesa.
—Buenos días, papá—respondió, dejando que su padre la levantara en brazos. La niña ni siquiera había apartado la mirada de su libro hasta entonces, apenas percatándose de la presencia de su padre y su hermano.
Hela, de 6 años, era la hija mayor. Era idéntica a su padre omega, con unos largos cabellos negros -sobre los que necesitaba usar magia para lograr alisar-, los mismos ojos entre azul y verde, las mismas facciones elegantes y, sobre todo, el mismo amor por los libros y la magia. También era obstinada y sabía cómo camelarse a la gente, siempre conseguía lo que quería de los vecinos cuando bajaban al pueblo. Ambos padres estaban casi seguros de que sería alfa, aunque si acababa presentándose como omega, sería tan dominante como Loki.
—¿Podemos ir esta tarde a pescar?—le preguntó a Clint.
—¡A ti no te gusta pescar!—exclamó el pequeño Vali, sentado junto a su ­«madre» con la oreja pegada a su vientre.
—Claro que no, es sucio y asqueroso, pero me gusta navegar. La pesca os la dejo a vosotros.
—Luego bien que te comes los peces cuando los cocina papá. ¡Remilgada!—aquello le ganó un pequeño azote de Loki.
—Esa lengua, no le hables así a tu hermana. ¿Tú no quieres ir a pescar?
—¡Sí que quiero!—respondió dando un salto en la silla.
—¿Entonces por qué te quejas? Id a pescar después de comer y traedme un buen pescado para la cena, ¿de acuerdo?
—¡Vale!—exclamó, abrazándose otra vez a él—. Te traeré algo que haya pescado yo mismo.
—¿Tú no vas a venir, mami?—le preguntó Clint sonriente.
—¿Te parece que estoy en condiciones para ir en ese ruinoso barco? No, disfrutaré de una tarde tranquila leyendo.
—Muy bien, muy bien—Clint no pudo evitar reír—. Entonces voy haciendo la comida para que podamos salir pronto.
Dejó a la pequeña en la silla y se bajó a la cocina para cocinar las liebres que habían cazado mientras Loki y Hela seguían estudiando en la biblioteca y el pequeño Vali leía un comic que Clint le había comprado y que Loki finalmente había aprobado tras una larga discusión.
El bebé nació un par de meses después. Fue otra niña, a la que llamaron Jormi, con unos preciosos cabellos de un rubio oscuro y los ojos de Clint. También era muy activa y le gustaba cazar como a su padre, pero usaba la magia en lugar de las armas. Se presentó como alfa, al igual que su hermana mayor, mientras que Vali resultó ser un omega, activo y guerrero, y con el mismo carácter servicial que su padre alfa. Otros dos pequeños, ambos niños, siguieron después de estos. En algún momento entre todo esto, Clint regresó a su trabajo en SHIELD, asegurando la protección para su omega. Loki ya no era una amenaza, al menos mientras estuviera preocupado por el cuidado y la educación de sus hijos, después... bueno, después Clint se esforzaría por intentar evitar que comenzara otra guerra, pero al final siempre le sería fiel a su omega.


FIN

3 comentarios: