Título: El Demonio Castigado y el Íncubo 3
Tercer Libro: "La Sangre de los Kuroichi"
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Hageshii ♥ Konome y muchas más...
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Acción, Aventura, Romance, Sobrenatural
Clasificación: +18
Advertencias: Incesto, Lemon, SM, Violencia
Capítulos: 1 (de 24)
Resumen: Los cuatro habitantes de la Casa de Té reciben una aterradora visita inesperada. El padre de Hageshii aparece exigiéndole que encuentre a su hermano, el cual se ha escapado de casa por un amor humano. Pero las cosas no son como parecen, el hermano de Hageshii esconde un secreto que arrastrará a Hageshii a luchar a través de los mundos.
Konome, Takashi y Katsuragi son personajes de Dr.Ten, el resto son originales míos.
Capítulo
1
Kuroichi
Hageshii había regresado de su “luna de miel” con Konome,
después de que este resolviera sus dudas y se diera total cuenta de
que estaba perdidamente enamorado del mayor. Shinohara Takashi se
había resignado a entregar a su pequeño a ese demonio de sangre
venenosa y Katsuragi Kira había aprendido que jamás debía hacerle
una jugarreta a Kuroichi ya que la próxima vez no sería perdonado.
Después de todos aquellos acontecimientos la Casa de Té había
vuelto a su particular “normalidad”.
—¡¡Hageshii!!
¡¡Te he dicho que no te metas en mi territorio!!—gritó Takashi
muy alterado.
—Lo siento
mucho, debí haber dejado escapar a ese demonio solo porque había
pasado a tu “territorio”—dijo sarcásticamente el pelirrojo sin
tan siquiera mirarle.
—¡¡Pues
sí!! ¡Si está en mi territorio es asunto mío!—el moreno parecía
no calmarse ni entrar en razón.
—Takashi,
paso de esa idiotez tuya de los territorios. Cuando me encuentre un
demonio lo mataré, esté en el territorio que esté. Y deja ya de
darme la lata, tus gritos me ponen dolor de cabeza—siguió
tomándose su té sin prestarle más atención al exorcista—.
Konome está tardando mucho ¿Cuándo va a regresar?—suspiró
cabizbajo.
—No te
preocupes, regresará enseguida—le contestó Katsuragi que estaba
fregando unos vasos.
—¿Por qué
le mandaste a la compra solo? Yo podía haberle acompañado o podría
haberlo hecho Takashi—se quejó preocupado por el pequeño.
—Tú estabas
durmiendo y Konome no quería que te despertara, y Shinohara estaba
en un trabajo. Dijo que podía hacerlo él solo—Qué pesado es
con Konome, ni que fuera un niño pequeño todavía, pensó el
ojiverde.
—¿Pero y si
le pasa algo? ¿Y si algún demonio va detrás de él?
—¡Pues se
lo comerá!—le gritó el moreno.
—Pero yo no
quiero que coma porquerías como esas, solo quiero qu-
De pronto se
sintió una potente y oscura energía en la sala que hizo que todos
ellos se quedaran paralizados. Les costaba respirar, sentían una
tremenda presión sobre sus cuerpos y un intenso temor afloraba en su
interior sin saber por qué. Pero para Hageshii aquella sensación
era muy conocida, lo que hacía que su corazón se acelerara y
deseara escapar de allí por encima de todo.
—Al fin te
encontré...—se escuchó una horripilante voz gutural en todo el
lugar.
Un hombre de
unos dos metros de altura y gran envergadura apareció enfrente de
ellos. Vestía una túnica negra muy elegante con adornos plateados y
un emblema con el dibujo de una especie de serpiente carmesí en él;
sus cabellos eran cortos y rojos oscuros; y sus ojos eran
extrañamente similares a los de Hageshii, del mismo rojo fuego.
—Mocoso
inútil... has estado escondiéndote por mucho tiempo, pero al fin he
podido encontrarte—le dijo a Hageshii con una perversa sonrisa.
—Nn...
¿Enviaste a todos esos demonios para buscarme?—le preguntó el
pelirrojo intentando mantener su voz serena costosamente.
—Exacto, y
han tardado mucho tiempo en conseguirlo. ¡Me has dado muchos
problemas, estúpido criajo!—alzó su brazo y le golpeó con gran
fuerza en la cabeza, haciendo que su cara se enterrara en el suelo de
madera.
Hageshii se
levantó, se limpió la cara de sangre y, al contrario de lo que
pensaban los atónitos Katsuragi y Takashi, no intentó enfrentarle,
quedándose con la cabeza gacha.
—¿Por qué
me has buscado ahora? ¿Acaso estabas preocupado por mí después de
tantos años?—preguntó algo sarcástico sin atreverse a levantar
la mirada.
—No digas
idioteces. ¿Por qué me iba a preocupar por un ingrato como tú?—le
contestó el recién llegado con una risotada.
¿Quién
será este hombre? ¿Qué relación tiene con Hageshii? ¿A que habrá
venido?, se preguntaban los otros dos sin atreverse a hablar.
—¿Entonces?
No creo que hayas venido solo de visita—en su voz se podía notar
un gran odio pero también temor hacia ese hombre.
—Antes que
nada, veo que ya te has librado de ese castigo tan humillante—como
respuesta Hageshii tan solo gruñó—. ¿O es que consideras que ya
has sufrido bastante por la muerte de esa humana...? ¿Cómo se
llamaba? So-
—¡¡Cállate!!
¡No menciones su nombre! ¡No te atrevas a ensuciarlo!—de pronto
Hageshii se había puesto histérico, gritaba como nunca antes lo
había hecho.
—Vaya...—se
escuchó una fuerte risotada de aquel hombre—. Así que sigues tan
enamorado de ella como en el pasado. Veo que eres el mismo inútil de
siempre, no puedo decir que sea una decepción ya que me lo esperaba.
¿Cuándo aprenderás?
—¡Tú
fuiste quien se lo contó a él, de no ser por eso ella seguiría
viva!—al decir esas palabras su voz temblaba notablemente.
—¿Ahora me
culpas a mí? ¿Por eso has dejado el castigo? ¿Ya no crees que sea
tu culpa?—preguntaba entre risas a lo que Hageshii solo negaba con
la cabeza apretando los dientes—De todos modos, esa mujer no
seguiría viva ¿Cuántos años tendría ya?
—278
años...—susurró con un hilo de voz.
—Haha, ahora
no sería más que cenizas. De todos modos te hice un favor, si
hubie-
—¡¡Cállate!!
¡Cállate de una maldita vez! ¡Deja de hablar de ella, no tienes
derecho!—de nuevo gritó furioso, con todo su cuerpo temblando.
—¿Hagii...?—Konome
abrió la puerta de la Casa de Té y asomó la cabeza temeroso, con
algunas lágrimas aflorando en sus ojos.
—¡¿Konome?!
¡Márchate! ¡Es peligroso!—le gritó Hageshii temiendo que aquel
demonio pudiera hacerle daño.
—¡No! Que
se quede, cuanto más público mejor. Haha, así no tendrás ganas de
revelarte—dijo el gran demonio.
—... No les
hagas daño, dime lo que quieres y vete—le dijo el pelirrojo con la
voz baja.
—Está bien,
está bien, ya me he andado suficiente por las ramas. La razón por
la que he venido no tiene nada que ver contigo, poco me importa lo
que te pase—le dijo como si nada—he venido por tu hermano Reitan,
ese malagradecido también ha escogido el mal camino.
—Hehe, ¿así
que esa mascota lame culos también se ha revelado?—Hageshii
comenzó a reírse a carcajadas—realmente no me lo esperaba de ese
bastardo-
De pronto
recibió un golpe en el pecho con aparentemente poca fuerza de aquel
hombre que lo mandó al otro lado de la barra, haciendo que
atravesara la pared de ladrillo hasta la otra habitación.
—¡¡¡Hagii!!!—el
íncubo corrió y saltó la barra asomándose por el agujero muy
asustado.
—Tran...
quilo...—el pelirrojo se levantó y salió por el agujero
agarrándose el pecho, jadeante y visiblemente dolorido.
—No te
atrevas a hablar así de tu hermano. Aunque ahora se haya ido por la
senda incorrecta, al contrario que tú, él siempre ha sido un buen
hijo y nunca me ha dado quebraderos de cabeza—le dijo mirándole
enfadado—. Además, recuerda que el bastardo eres tú.
—Lo sé...
lo sé perfectamente...—saltó la barra apretando los dientes por
el dolor—. ¿Y para qué has venido aquí si el asunto es con él?
—Vas a
ayudarme a buscarlo, ha desaparecido y no detecto su aura aunque
estoy seguro de que se encuentra en la Tierra. Y tú llevas
escondiéndote mucho tiempo aquí así que algo debes saber—más
que pedírselo le estaba dando una orden.
—¿Y puedo
saber cuál es la razón de que haya desaparecido el hijo
predilecto?—lo dijo sin mucha burla para no llevarse otra leche
como la anterior.
—Se ha
encaprichado de un varón humano.
Hageshii
intentó contener la risa pero fue incapaz, comenzó a soltar
carcajadas, se dobló por la mitad sin poder aguantar más, cayendo
al suelo de rodillas. El demonio le dio una patada en la cara,
empotrándolo contra la barra pero aun así Hageshii no dejó de
reír.
—No... me
puedo... couff couff... creer que mi adorado... hermanito, que tanto
me reprendió... couff... por estar con una humana, ahora haga lo
mismo...—le dijo tosiendo sangre.
—Por
desgracia lo suyo es peor ya que ese humano es un varón, no puedo
creer que uno de mis hijos sea un marica—parecía molestarle mucho.
—Heh, tienes
que rectificar eso...—sabía cuánto se iba a cabrear y de algún
modo deseaba verlo.
—¿A qué te
refieres?
—Tu
queridísimo hijo Hageshii está saliendo en estos momentos con un
varón...
De pronto el
demonio le dio un nuevo golpe lanzándolo hacia el techo y cuando
cayó apenas podía moverse.
—Hagii...—el
íncubo se acercó a él con lágrimas cayendo por sus mejillas.
—Aléjate...
estoy bien...—le dijo apartándole con la mano—. Si sigues
golpeándome así vas a acabar matándome antes de que pueda
encontrar a Reitan.
—¡No digas
estupideces! ¡¿Quién es ese con el que estás saliendo?!—Exigió
saber el demonio—. ¡Respóndeme bastardo!
—¿Y qué
harás cuando te lo diga? ¿Se lo irás a contar al abuelo para que
le torture... y le mate... igual que a ella? ¿O lo matarás tú
mismo? ¿Te ensuciarás las manos esta vez?—se levantó y se acercó
a él apenas pudiendo moverse.
—Bastante me
has humillado ya ante el Infierno, no permitiré que tengas una
relación con otro hombre—el demonio miró al íncubo aterrado, que
se contenía para no correr hacia Hageshii—. Es él... ¿Es este
pequeño demonio?
Cuando el
demonio fue a esquivar al pelirrojo para dirigirse hacia Konome,
Hageshii le agarró del cuello de la túnica y se puso frente a él.
—Si le tocas
un solo pelo a la persona que amo, te mataré, te torturaré de la
forma más cruel posible y te mataré delante de todo el Infierno,
delante del abuelo... Antes era débil, muy débil... y tenía mucho
miedo, sobretodo del abuelo... Pero eso ha cambiado, soy más fuerte
que antes y el amor que siento es mucho mayor que el miedo que me
provocáis. Si es necesario me enfrentaré al abuelo para defender a
la persona que amo—lo dijo todo con la voz serena, sin titubear ni
un instante.
—Por mucho
que me moleste, he de admitir que eres mi hijo, tienes cojones—le
dijo con una extraña sonrisa—. No tengo más tiempo que perder
contigo, encuentra a tu hermano y llévale de vuelta a casa. Si lo
consigues y nadie más se entera de esto no haré nada contra ese
pequeño demonio.
El oscuro ser
desapareció y tras unos segundos Hageshii cayó inconsciente al
suelo.
Continuará...
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