NO DOY PERMISO para publicar ninguno de mis fanfics en ninguna plataforma.

El Demonio Castigado y el Íncubo 3 [cap8]


Título: El Demonio Castigado y el Íncubo 3
Tercer Libro: "La Sangre de los Kuroichi"
Fandom: The Map of Tokyo Savage
Pareja: Hageshii ♥ Konome y muchas más...
Autor: KiraH69
Género: Yaoi, Acción, Aventura, Romance, Sobrenatural
Clasificación: +18
Advertencias: Incesto, Lemon, SM, Violencia
Capítulos: 8 (de 24)
Resumen: Los cuatro habitantes de la Casa de Té reciben una aterradora visita inesperada. El padre de Hageshii aparece exigiéndole que encuentre a su hermano, el cual se ha escapado de casa por un amor humano. Pero las cosas no son como parecen, el hermano de Hageshii esconde un secreto que arrastrará a Hageshii a luchar a través de los mundos.
Konome, Takashi y Katsuragi son personajes de Dr.Ten, el resto son originales míos.


Capítulo 8

—¿Y ahora qué vais a hacer?—les preguntó Katsuragi sirviéndoles un té cuando los dos demonios bajaron.
—Tendré que destruir a mi padre, no me queda de otra—respondió el pelirrojo como si nada.
—¿Y podrás hacerlo? ¿Te crees tan poderoso como para destruir al hijo del Diablo?—rió Takashi, sin quitarle los ojos de encima a Reitan.
—Hageshii es más poderoso de lo que crees, por ello aún no ha sido destruido por nuestro abuelo—les dijo Reitan mirando de reojo a su hermano, que en cuanto había comenzado a oír acerca de lo poderoso que era, había vuelto su atención al íncubo, ignorándoles por completo.
—¿Podrías explicarte mejor?—le pidió el ojiverde con curiosidad.
—Mi hermano no solo tiene el poder de nuestro padre, sino que también tiene el de su madre, Hestia.
—¿Hestia? ¿Hablas en serio? ¡¿Ella es su madre?!—exclamó sorprendido.
—¿Quién es Hestia?—preguntó Takashi sin entender la exaltación de Katsuragi.
—No me puedo creer que no lo sepas, Shinohara. ¿Cómo puedes ser un exorcista y no saber nada acerca de los demonios? ¡Serás ignorante!—comentó el ojiverde suspirando.
—¡Deja de meterte conmigo y explícamelo!—gritó avergonzado.
—Hestia es la hermana de Hades, el Dios del Inframundo—aclaró Reitan.
—¿Inframundo, pero eso no es lo mismo que el Infierno?—ante la pregunta del exorcista, Reitan y Katsuragi se miraron y suspiraron a la vez.
—El Infierno es el lugar donde viven los demonios—comenzó a explicar el mayor—y el Inframundo es el lugar donde van las almas de los muertos humanos y también los demonios cuando son destruidos, aunque nosotros no podemos morir y si recuperamos nuestros poderes podemos regresar al Infierno.
—Ese es el lugar al que yo fui a buscarte ¿verdad?—preguntó Konome, quien escuchaba atentamente.
—Sí, donde nosotros estuvimos era la zona donde van los demonios—le dijo el pelirrojo, parando solo un segundo de los besos que le estaba dando al menor.
—Ya entiendo, ¿pero el Diablo no es rey también de ese lugar?
—No, nuestro abuelo es rey del Infierno porque fue elegido por el anterior, sin embargo el Inframundo no se rige de ese modo. Hades es el Dios de allí. Un Dios, no un demonio, y nadie puede acabar con él. Hestia es su hermana, nuestro padre tuvo un lío o algo así con ella. Hageshii tiene su poder, algo relacionado con los cabellos. Ya que la hermana de Hades es la mujer más poderosa tanto del Inframundo como del Infierno, no hay otro nieto del Diablo con mayor poder que Hageshii. Y no solo eso. Un demonio común, que no sea heredero de nuestro abuelo, como ya sabréis por la genética, tiene la mitad de los poderes de su padre y la mitad de su madre o en porcentajes similares. Sin embargo, los descendientes del Diablo tenemos el poder de nuestra abuela, Lilith.
—¿Lilith? ¿Ella es vuestra abuela, la madre de todos los hijos del Diablo?—preguntó Katsuragi que estaba muy atento.
—Así es, nuestro abuelo eligió a Lilith como la única madre de sus hijos, aunque tiene muchas amantes. Y es gracias al poder de ella que la genética del Diablo no se pierde en sus descendientes. Me explicaré. El poder de nuestra abuela Lilith es conservar casi el cien por cien de los poderes de su pareja en sus hijos, es decir, nuestro padre y todos los hijos del Diablo tienen su mismo poder, sin apenas degradación. Y sus nietos tienen casi el cien por cien de los poderes de sus padres y además casi el cien por cien de los poderes de sus madres.
—Lo que quiere decir que Kuroichi tiene el mismo poder que el Diablo y Hestia ¿verdad?—preguntó Katsuragi muy sorprendido.
—Así es, de los nietos del Diablo él es el más poderoso, por ello el abuelo y padre tienen aún esperanza de que reaccione, Hageshii es el mejor candidato para ocupar el puesto del Diablo en caso de necesidad—le dijo mirándole de reojo.
—¿Pero si es tan poderoso por qué les tiene tanto miedo al Diablo y a vuestro padre?—preguntó Takashi haciendo como si el pelirrojo no estuviera allí.
—Porque mis poderes están restringidos—explicó el demonio sin girarse a verlos, estando centrado todavía en el íncubo.
—¿Restringidos? ¿Y eso por qué?
—Las relaciones entre el Diablo y Hades no son para nada buenas. Cuando Hades se enteró de que el bebé que esperaba su hermana era del quito hijo del Diablo, la obligó a renegar de él, en cuanto dio a luz se lo entregó a nuestro padre. Después de que eso pasara, él mismo restringió los poderes de Hageshii, de modo que no puede utilizar los poderes que heredó de su madre mientras esté en el Infierno y solo un poco si está en la Tierra o el Inframundo.
—Entonces, en una pelea en el Infierno, estaría en desventaja contra su padre ¿cierto?—comentó Takashi.
—Exacto, ya que aún no ha desarrollado del todo los poderes heredados de nuestro abuelo, al igual que yo.
—Por eso tengo que ir al Inframundo para intentar que mi tío quite la restricción de mis poderes. Esa es la única opción que tengo—a pesar de que no les prestaba atención, no podía evitar escucharles.
—Sois realmente increíbles. Con todo esto que nos habéis contado, podemos deducir que vuestros hijos serán aún más poderosos que vosotros mismos. Cuando Kuroichi tenga un hijo, este tendrá los mismos poderes que el Diablo, que Hestia y que la mujer que sea su madre ¿es así?—reflexionó Katsuragi.
—Sí, no te equivocas, solo que con el único con el que pienso tener hijos es con Konome—al escuchar esto el íncubo se sonrojó.
—Oye Hageshii, por si todavía no te has dado cuenta, Konome es un hombre y tú también, lo que quiere decir que no podéis tener hijos—replicó Takashi. Los dos hermanos se miraron con complicidad, dibujando unas sonrisas en sus rostros—. ¡Hey! ¿Qué ha sido eso?
—Nada, cosas nuestras—rió Reitan.
—Bueno, creo que es hora de liberar mis poderes, cuanto antes mejor—dejó en el suelo al íncubo y arrancó uno de sus cabellos, creando con él un círculo en el suelo.
—Yo también quiero ir, quiero conocer a Hades—Takashi se acercó a él y rodeó sus hombros con un brazo.
Con una mirada fulminante de Hageshii, el exorcista se aparto de él, riendo nervioso.
—Iré yo solo, es un sitio demasiado peligroso para un humano, podrías no volver—mordió su dedo anular de la mano derecha y dejó caer unas gotas de sangre dentro del círculo que había creado con su cabello.
—¡Yo voy! ¡Quiero conocer a la mamá de Hagii!—Konome se aferró a la cintura del mayor y le miró serio.
—Ah... De acuerdo—sabía que por mucho que le dijera, no iba a ceder—. Eres demasiado cabezota como para que te diga que no.
—¡¡Mira quien habló!!—le dijeron los cuatro que allí se encontraban a la vez.
—... Vayámonos rápido—ignoró lo que acababa de pasar.
Agarró al íncubo por la cintura y saltaron dentro del agujero negro que se había formado dentro del círculo.
—Una cosa Reitan, ¿por qué tú no los has acompañado? Eres un demonio, no te pasaría nada—preguntó Takashi cuando hubieron desaparecido.
—Como ya te dije, las relaciones entre el Diablo y Hades no son buenas, si Hades me viera solo le enfurecería más—contestó, acabándose el té de su hermano, que ya se había quedado frío.
—Bueno, mejor así. De este modo podremos conocernos un rato sin que Hageshii me mate—se insinuó el exorcista acercándose a él.
—Lo siento pero no me interesan los humanos, y si a Hageshii no le gustas será por algo.
—No te interesan los humanos pero bien que disfrutaste conmigo—le susurró deslizando una mano sobre su muslo hacia su entrepierna.
Reitan introdujo una de sus agujas venenosas en la mano del exorcista y esta comenzó a quemarle fuertemente. El moreno se retorcía agarrándose la mano, cayendo al suelo por el dolor.
—¡Oye! ¡Eso va a matarlo!—le dijo Katsuragi algo asustado.
—No te preocupes, el veneno que tenía apenas es dañino, solo le escocerá un rato—dijo sin preocuparse.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario